Por: Estefanía Ciro
El país no está nadando ni inundado en coca. A propósito de la entrega la semana pasada del Informe de monitoreo de cultivos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), de los titulares bochornosos, las editoriales anacrónicas, las visitas al Putumayo y la discusión sobre la cifra coca - histórica sí, alarmante, ¡meh!- a la que llegaron los cultivos de coca, quisiera comentar tres cosas que dan pistas para entender de qué estamos hablando cuando se habla de hectáreas y de sustitución de coca - tan aplaudida en estos días-, e incluir unas cuantas recomendaciones.