voces que caminan por el derecho a decidir
Por Sandra Mazo*
Nuestra cultura ha estado, y está todavía, marcada por un enorme talante religioso. En este contexto las mujeres hemos sido inducidas por un discurso, unas prácticas y unas creencias en las que nuestra imagen ha estado a la deriva entre la figura inmaculada de María; la de Eva, tentadora, hechicera, raíz del mal; y, la de Magdalena, que toma conciencia de su culpabilidad y de una redención posible. Con estas huellas en nuestra identidad de mujeres católicas creyentes no cesamos de buscar indicios y caminos que lleven a la comprensión de las raíces, de las negaciones y de las discriminaciones que padecen las mujeres y que, en gran medida se encarnan en su cuerpo, en su sexualidad y en su derecho a decidir.