El Departamento de Control y Comercio de Armas asignó a varios empresarios en los últimos años más de 300 armas para su seguridad privada. Hoy siguen en sus manos de manera ilegal y no han sido recuperadas por el Estado. Entre esos casos está el del asesinado narcoganadero ‘Ñeñe’ Hernández, quien obtuvo 13 pistolas calibre 9 milímetros y dos subametralladoras Uzi. Revelamos cómo el ‘Ñeñe’ se hizo a las licencias que le cancelaron hace cuatro años. Las armas no aparecen
Por: Edinson Arley Bolaños, de la revista Raya, con apoyo de La Liga Contra el Silencio
Ilustraciones: Camila Sastre