En REVISTA RAYA queremos darle un espacio a las visiones de desarrollo que defienden los líderes sociales desde sus territorios. Queremos que éste espacio vaya creciendo con el tiempo para mostrar la diversidad de conceptos que existen en Colombia y América Latina en torno al territorio y al Buen Vivir, para así promover una visión horizontal y participativa del desarrollo.
Por María Camila Díaz y Sonia Cifuentes
El escritor cubano Alejo Carpentier hablaba en su obra sobre lo “real maravilloso”, una idea que definía la esencia de América Latina, y que era el patrimonio de un continente donde coexisten muchas cosmogonías de las que aún no hay recuento. En el campo del desarrollo esta idea la han recogido teóricos como el antropólogo colombiano Arturo Escobar, usando el concepto de pluriverso, “un mundo en el que caben muchos mundos”. Se trata de una visión que contrasta con el proyecto unificador del desarrollo tradicional fundado durante la Guerra Fría.
La idea tradicional del desarrollo planteaba que, si los países subdesarrollados emulaban la trayectoria industrial y financiera de Europa y de Estados Unidos, eventualmente estarían al nivel del “primer mundo”. Las bases de este proyecto se pueden ver en el discurso inaugural de Harry Truman en 1949, donde : “nuestro objetivo debe ser ayudar a los pueblos libres del mundo, a través de sus propios esfuerzos, a producir más alimentos, más ropa, más materiales para vivienda y más energía mecánica para aligerar sus cargas.” Y agregaba, “Con la cooperación de las empresas, el capital privado, la agricultura y el trabajo en este país, este programa puede aumentar la actividad industrial en las demás naciones y elevar substancialmente su nivel de vida. Estos nuevos desarrollos económicos deben ser concebidos y controlados para el beneficio de los pueblos de las zonas en que están establecidos.”
Desde los años 80, esta idea del desarrollo ha sido muy cuestionada alrededor del mundo por estar basada en un modelo de producción industrial y consumo enfocado en un crecimiento económico constante. Idea que ha sido criticada a nivel internacional porque para muchos se basa en la explotación de recursos finitos. Un problema que ante el cambio climático preocupa de manera creciente, tanto así que ya en varios países europeos hay movimientos que buscan el “decrecimiento”.
En las últimas décadas, se ha prestado mayor atención a filosofías ancestrales que presentan visiones alternativas al desarrollo y que no están atadas a un modelo exclusivo de crecimiento industrial de la producción y el consumo, como el Swaj en India, el Ubuntu en Sur África o el Buen Vivir en América Latina, sino que se basan en ontologías relacionales. Es decir, en una concepción del mundo donde lo humano, lo natural y lo espiritual existen en correlación y están interconectados. Se trata de cosmogonías que se pueden explicar desde la idea de “sentipensar el territorio”, un concepto de las comunidades del Caribe que Orlando Fals adaptó a su obra y que Arturo Escobar define como “pensar desde el corazón y desde la mente, o co-razonar (...) es la forma en que las comunidades territorializadas han aprendido el arte de vivir.”
En REVISTA RAYA creemos en la importancia de la visión territorial y del proyecto de desarrollo que defienden los líderes sociales desde sus territorios. Una resistencia, que en muchos casos les cuesta estar expuestos a todo tipo de violencias físicas y simbólicas, pero con la que se han comprometido en pro de la supervivencia de sus comunidades, sus territorios y su forma de entender el mundo.
A continuación, recogemos una serie de videos en los que líderes de distintas regiones del país explican su visión del desarrollo. Se trata de un espacio para celebrar la vida, el trabajo de los líderes sociales y para exponer las apuestas concretas de los procesos de las organizaciones y comunidades en los distintos territorios.