Voces

RAYUELA

Nicole Sánchez es una joven escritora cartagenera que tras los sucesos del paro nacional de 2021 decidió escribir y publicar un cuento ilustrado para hablarle a los niños del conflicto colombiano, revista RAYA conversó con ella para conocer mejor proyecto.

Por David Guarín

Sobre el conflicto colombiano existe un tsunami de contenido e información, y aún así, quizás no la suficiente. Tan solo el informe final de la Comisión de la Verdad tiene 800 páginas y alberga en su interior 1195 informes de hechos de violencia. Sin embargo, dentro de ese universo de información son pocas las iniciativas que buscan acercar el relato del conflicto a niños y niñas.

Por eso, Nicole Sánchez, una escritora de 22 años que está terminando sus estudios de lingüística y literatura, en Cartagena, empezó a escribir ‘Belo’, durante el paro nacional de 2021, un cuento infantil inspirado en el conflicto colombiano. Entrevistamos a la autora parta conocer más de esta propuesta:

¿Qué pasa en Belo?

Belo es un niño, una serpiente cascabel, que vive feliz en su pueblo hasta que queda en la mitad de un enfrentamiento entre un ejército de pumas y otro de jaguares. Ese conflicto es aprovechado por unos pavos reales muy vanidosos y una astuta liebre que terminan por obligar a Belo a dejar su casa. La historia se narra desde esa óptica de la infancia que no llega a comprender del todo lo que está pasando. Gran parte de lo que se retrata en Belo está inspirado en testimonios reales de víctimas que vivieron la violencia en su infancia.

¿Cómo nace esta historia?

Durante el paro decidí escribir Belo. Había un montón de cosas que estaban pasando por mi cabeza, sentía dolor por lo que estaba pasando en el país, sobre todo, al estudiar en una universidad pública me dio muy duro.

En ese momento había tantas cosas mezcladas alrededor de la falta de empatía en este país y ... no sé... A veces a las personas que escribimos se nos vienen las ideas a la cabeza así.

Decidí que quería escribir sobre el conflicto armado, pero no para adultos, quería hacerlo para niños porque eso a mí nunca me lo enseñaron en el colegio, literalmente nos apartaron por completo de la historia. Entonces decidí escribir sobre lo que yo no tuve y hacerlo de una manera alegórica para las infancias.

Ahora estoy escribiendo otra obra con diferentes temáticas, esta ya es una colección de cuentos para adultos, aunque también aborda problemáticas sociales.

 

Hablemos de los sentimientos y las emociones del paro que impulsaron la creación de este cuento.

Empezó con los bloqueos porque estaba esa idea de que ''No dejan trabajar'' y yo me dije '' Es que ellos no pueden trabajar, se están muriendo de hambre. Por supuesto tienes derechos, pero ellos también y tienen derecho a exigir una vida digna''.

Las cosas estaban mucho más complejas en las zonas rurales del país, entonces me pregunté cómo hacer para que las personas entiendan los problemas que se viven, particularmente en las zonas rurales, y que se entienda desde la niñez porque los niños tienen una mente libre de prejuicios, entonces pensé que son la mejor opción para crear una sociedad más empática.

¿Hay algún fragmento en específico que nos quieras compartir y que te parezca significativo?

Hay una parte que yo creo que los que han leído el cuento no la han notado. Hice una pequeña alusión a la violencia sexual y que un niño jamás la va a captar. Es un capítulo que se llama 'fútbol en el campamento' donde le dicen a los niños que pueden jugar ese día y luego pasa esto:

“Tan luego como acabamos de jugar y oscureció, nos fuimos a las tiendas, excepto Ciervanela y Tigrilla; el comandante las había llamado para que le masajearan las patas. Las pobres odiaban tener que frotar sus apestosas patas casi a diario, pero el comandante les decía que debían ayudar a cualquier puma adolorido, que los masajes los ayudarían a combatir y a salvar al pueblo de la tiranía pavorreal. Debía ser muy difícil ser hembra en el campamento”.

Entiendo que es con fines narrativos, pero siento que esta flor mágica que están buscando los otros animales en el pueblo de Belo, y que unos usan para el bien y otros para el mal, es una idea que igualmente puede caer en el maniqueísmo ¿Qué opinas?

Es cierto y fue un reto poder jugar con esa figura, cuando estaba escribiendo lo pensé varias veces, pero no encontré una mejor forma de expresarlo. En el primer capítulo los papás de Belo lo llevan a un campo lleno de flores y le explican que esa es la riqueza de su pueblo. Yo sentía que tenía que hacer alusión a la hoja de coca para hablar del conflicto, entonces metí a estos animales que querían usarla para otros fines y venderla. En el cuento si tu comes mucho de esa hoja te enfermas.

¿Crees que no poner literalmente los nombres facilita no marcar una postura y mostrar el conflicto como una confluencia de intereses?

Como el libro está contado desde la perspectiva de Belo, el narra lo que él entiende. Él dice: no sé si los jaguares o los pumas están aquí para supuestamente protegernos, pero yo sé que nos están haciendo mucho daño, sé que están buscando oro y sé que lo único que les interesa es saquear nuestra tierra y nos están haciendo sufrir por eso.

La idea de no hacer referencia específica al glifosato, a la coca, etc., tiene la funcionalidad de hacer entretenido el cuento para los niños. Fíjate que lo leí en un salón de tercero y ellos estaban maravillados sin saber de qué hablaba. Más que no tomar posiciones, que no tengo miedo de tomarlas, buscaba hacer ameno el relato para cualquier público.

¿Cuál fue la parte más complicada en la elaboración del libro?

Escribir desde la perspectiva de un niño fue muy difícil. Tenía que pensar cómo habla, cómo cuenta esto un niño. Muchas veces tuve que borrar ideas porque no eran la forma en la que las expresaría un niño. Es difícil escribir para niños sobre todo si es en primera persona la narración. Hay que ser muy delicada, muy sutil, utilizar frases muy cortas y no utilizar tantos adjetivos raros. Fue más complicado que cualquier cosa, incluso que la investigación. Contar la historia así fue un reto.

Belo es un cuento de 45 páginas, la ilustradora es Sofía Zabaraín y se consigue en versión digital en Amazon, Ibooks e impreso en las cuentas de Instagram y Tiktok de la autora.

¡Tú también párate en la RAYA!
Aporta en nuestra Vaki y ayúdanos a seguir haciendo periodismo independiente, crítico y de calidad.

logo vaki footer