Francisco Barbosa mintió a la familia del fiscal Alcibiades Libreros, asesinado por mafias del Valle en 2019. Aunque prometió que el nuevo Búnker de la Fiscalía de Cali llevaría su nombre, nunca cumplió. La investigación por el asesinato de Libreros fue desviada por un fiscal sobornado por el narcotráfico, amigo y protegido de la exvicefiscal general Martha Mancera, subalterna de Barbosa quien lanzó su precandidatura presidencial pregonando justicia.
Por: Unidad Investigativa Revista RAYA
El exfiscal general Francisco Barbosa anunció que será pre-candidato presidencial y pidió públicamente ser tenido en cuenta en una consulta interpartidista. Barbosa, quien se autodenominó “el mejor fiscal de la historia”, era un desconocido en el panorama nacional hasta que su compañeros de universidad y amigo, el presidente Iván Duque, lo ternó en 2019 para ser Fiscal General de la Nación, cargo que ocupó durante cuatro años en medio de polémicas por encubrir al círculo de su amigo, principalmente, por defender al expresidente Álvaro Uribe en su afán de frenar el juicio que hoy se adelanta.
Durante la convención bancaria realizada en Cartagena el pasado 4 y 6 de junio, Barbosa fue invitado especial de los oligopolios que controlan las finanzas en el país. Allí recicló el discurso de confrontación que mantuvo durante dos años del gobierno de Gustavo Petro, mientras estuvo al frente de la Fiscalía. Sus propuestas se resumen, según sus palabras, en “que podamos explorar y explotar con tranquilidad el petróleo y el carbón, que no le paguen un millón de pesos a los bandidos, que haya justicia. Eso es lo que quiero lograr y por eso propongo mi nombre, es la primera vez que lo hago”.
Aunque promueve la justicia como eje de su campaña, Barbosa incumplió una promesa a la familia del asesinado exfiscal Alcibiades Libreros Varela: bautizar con su nombre el Búnker de la Fiscalía en Cali, que está por inaugurarse.
Las tres mentiras de Barbosa
El 21 de diciembre de 2020, aún durante los confinamientos y medidas sanitarias de la pandemia, el entonces fiscal general de la nación viajó a Cali para instalar la primera piedra del Búnker de la Fiscalía en la ciudad, una obra aplazada durante más de una década.
El aunció coincidió con el primer aniversario del asesinato del fiscal Alcibiades Libreros Varela, ocurrido tras un ataque sicarial el 28 de diciembre de 2019. Libreros fue una de las víctimas más representativas de la violencia contra los servidores judiciales en los últimos años .
Con tres décadas de servicio en la Rama Judicial, Libreros se había ganado una fama de fiscal honesto e incorruptible, que propinó golpes certeros al narcotráfico y a las organizaciones criminales del suroccidente colombiano, y fue llamado el mejor fiscal del país por la DEA, la agencia antidrogas norteamericana. Su asesinato conmocionó al país y a la sociedad caleña, y reavivó prácticas criminales de los años 80 y 90 cuando las mafias mataban a sus opositores y operadores de justicia en total impunidad.
Como reveló la Revista RAYA, las hipótesis más consistentes para esclarecer el crimen del fiscal Alcibíades Libreros fueron descartadas rápidamente por Jorge Iván Ríos, fiscal de la seccional de Cali encargado de investigar el homicidio. En lugar de investigar a los narcotraficantes de la “Gran Alianza”, la banda criminal La Cordillera y los herederos de Helmer “Pacho” Herrera, señalados sospechosos, Ríos desvió la investigación, omitió pruebas y falseó evidencias. En menos de un mes concluyó que el asesinato obedeció al robo de una cadena de oro que poseía el fiscal Libretos. Luego, quedó probado que dicha cadena nunca existió.
Lea la investigación: Narcofiscal desvió investigación por el asesinato de Alcibiades Libreros
El fiscal Ríos terminó involucrado en procesos penales y disciplinarios por el escándalo de los narcofiscales que trabajaban para la mafia en el Valle del Cauca. Actualmente enfrenta un juicio por recibir un soborno de 100 millones de pesos del narcotraficante Jair Sánchez, alias “Mueble Fino”. La Comisión de Disciplina Judicial desenmascaró los hechos y lo destituyó. El soborno fue pagado, precisamente, por una de las bandas criminales que había sido investigada por enriquecimiento ilícito y lavado de activos, por Alcibiades Libreros. El pago del soborno fue entregado la misma semana en que este fue asesinado Libreros.
El 21 de diciembre de 2020, los familiares del fiscal asesinado se presentaron en el evento que dio inicio a la construcción del búnker de la Fiscalía en Cali. El propósito de los familiares era contarle al fiscal general, Francisco Barbosa, sobre una iniciativa que impulsaban: que ese nuevo edificio de la Fiscalía tuviera el nombre del exfiscal Libreros como un homenaje a su lucha contra el narcotráfico y las mafias en el Valle. En ese momento los parientes de Libreros ya habían recogido más de 1300 firmas de respaldo, entre ellas, la de Andrés Mompotes, director del diario El Tiempo; las de periodistas Diana Salinas, de Cuestión Pública, y Rosa María Agudelo, directora del Diario de Occidente; la firma del exalcalde de Cali, Jorge Iván Ospina y de la presidenta del Concejo Municipal, Audry Toro. También contaban con el apoyo de una organización de víctimas y familiares de funcionarios de la Rama Judicial asesinados en razón de su ejercicio profesional.
Ese día, fueron escuchados por el fiscal Barbosa y, delante de su vicefiscal Martha Mancera, se comprometió a bautizar ese búnker con el nombre de Alcibiades Libreros. Según la periodista Carmenza Libreros, hermana de Alcibiades, Barbosa le pidió elevar la solicitud ante la Alcaldía y el Concejo Municipal de Cali. Barbosa le dijo a la hermana del exfiscal Libreros que sí lograba la aprobación de los entes municipales: “la última firma será la mía”.
La exvicefiscal Martha Mancera, el exfiscal general Francisco Barbosa y Carmenza Libreros, hermana del asesinado Alcibiades Libreros, durante la instalación de la primera piedra del nuevo edificio de la Fiscalía en Cali el 21 de diciembre de 2020
Carmenza Libreros cumplió con los trámites. El Concejo Municipal de la ciudad impulsó un acuerdo municipal “por el cual se exalta la memoria del ilustre ciudadano Alcibiades Libreros Varela y se da su nombre a la sede de la Fiscalía General de la Nación, seccional Cali”. Igualmente, la alcaldía por medio del Departamento Administrativo de Planeación trasladó la solicitud a la Empresa de Desarrollo y Renovación Urbana, encargada de la obra, para que lo tuviera en cuenta al momento de bautizar el edificio aún en construcción. La iniciativa recibió más respaldos. El Departamento de Justicia de los Estados Unidos, con el que Libreros había trabajado apoyando a la DEA (agencia antidrogas norteamericana por sus siglas en ingles), envió a Barbosa una carta de respaldo a la familia Libreros Varela, con copias al expresidente Iván Duque y al entonces ministro de Justicia, Wilson Ruiz, también caleño.
Dicha carta fue firmada por Valerie Nickersson, directora regional de la DEA, la cual puntualizó: “nos dirigimos a ustedes con el fin de expresar nuestro respaldo a la iniciativa ciudadana que actualmente hace curso en el Consejo Distrital de Santiago de Cali, y que hasta el momento cuenta con 16.452 firmas de colombianos [...] para que el nuevo Búnker de la Fiscalía General de la Nación sede Cali lleve el nombre del fiscal especializado contra estructuras criminales, Alcibiades Libreros Varela, y quien en múltiples ocasiones fue reconocido como uno de los mejores fiscales de Colombia por la dura lucha que libró en vida contra el crimen organizado y el narcotráfico [...] queremos también destacar al fiscal Libreros Varela como un gran defensor de la justicia, recto e incorruptible”.
Pese al amplio respaldo que recibió la iniciativa, el 14 de octubre de 2021 la Fiscalía General de la Nación ofreció una respuesta oficial a Carmenza Libreros negando la posibilidad de que el Búnker de Cali tuviera el nombre de su hermano Alcibiades Libreros Varela. El oficio fue firmado por Carlos Alberto Saboya, director ejecutivo y subordinado del fiscal General, Francisco Barbosa, en el cual comunicó que “no se hace posible emitir un concepto de viabilidad a su apoyo relacionado con la posibilidad de nominar la sede de la Fiscalía General de la Nación en la seccional de Cali con el nombre de un ex-servidor de la institución”.
El principal argumento que utilizó la entidad para negar la solicitud de la familia de Libreros fue que, según la Fiscalía, aquel no perdió la vida en ejercicio de sus funciones: “esta circunstancia demanda una especial reflexión al momento de exaltar la memoria de uno de nuestros ex servidores que perdió la vida”. Con esta respuesta la Fiscalía se acogió a la tesis del fiscal Jorge Iván Ríos, actualmente en juicio por recibir sobornos de narcos que habrían ordenado el asesinato de Libretos. En consecuencia, para la propia institución en la que trabajó Libreros a él lo asesinaron por robarle una cadena de oro.
Es más, en su respuesta oficial a la familia Libreros la Fiscalía aseguró que usar el nombre de Alcibiades Libreros vulneraría el principio de igualdad y no discriminación, puesto que otras víctimas podrían ser marginadas con esta decisión. Una afirmación que se cae de su peso, pues al verificar el nombre de muchos complejos judiciales y palacios de justicia en el país estos llevan el nombre de víctimas de la Rama Judicial, como el Palacio de Justicia de Bogotá bautizado en honor al magistrado Alfonso Reyes Echandía, o el Palacio de Justicia de Cali, en homenaje al también magistrado Pedro Elías Serrano Abadía; ambos víctimas de la violenta toma y retoma del Palacio de Justicia en Bogotá en noviembre de 1985.
Incluso, el propio fiscal Francisco Barbosa nunca desaprovechó la oportunidad para promocionar su nombre e imagen con recursos públicos de la entidad, exponiendo su rostro en seis libros impresos sobre diferentes temáticas en torno a la Fiscalía. Así mismo, hizo instalar placas de mármol con su nombre en algunas sedes de la entidad después de inaugurar obras pequeñas como la remodelación de baños. Tiempo después, tras la polémica, algunas de ellas fueron removidas por órden del Tribunal Administrativo de Cundinamarca.
La renuencia de la anterior cúpula directiva de la Fiscalía para bautizar el Búnker de Cali con el nombre de Alcibíades Libreros se explica con el escándalo de los “narcofiscales”, que salpicó a Martha Mancera, mano derecha de Barbosa y vicefiscal de la entidad, toda vez que aquella fungió presuntamente como protectora desde la cúpula de servidores corruptos y relacionados con el narcotráfico, entre ellos, el narcofiscal Jorge Iván Ríos, quien encubrió el asesinato de Libreros.
La historia del edificio
La construcción era una vieja promesa de la primera alcaldía de Jorge Iván Ospina, después de un atentado de las Farc que destruyó el Palacio de Justicia de Cali en la madrugada del primero de septiembre de 2008. Ospina suscribió una carta de intención con la Fiscalía en 2009 para construir el Búnker sobre un lote contiguo al lugar del atentado, lo que dio paso a un acuerdo del Concejo Municipal para ceder gratuitamente los terrenos en 2010. Luego se firmó un convenio interadministrativo en 2012, aunque las obras sólo arrancaron 8 años más tarde, durante la segunda alcaldía de Ospina.
El exfiscal Barbosa y Jorge Iván Ospina durante el inicio de la construcción del Búnker de la Fiscalía en el barrio Sucre de Cali, 20 de diciembre de 2020.
Dieciséis años después del atentado, el Búnker donde quedarán todas las dependencias de la Fiscalía en Cali por fin está a punto de inaugurarse. La obra costó cerca de 30.000 millones de pesos, según informó en mayo pasado Raquel Garavito, gerente de la Empresa de Desarrollo y Renovación Urbana de Cali. No obstante, a pesar de las gestiones y el respaldo de la alcaldía, el Concejo y de miles de caleños, el exfiscal Francisco Barbosa “se lavó las manos” y no cumplió la promesa que le había hecho a la hermana del fiscal Libreros el 21 de diciembre de 2020, durante la primera piedra que se puso para el inicio de la obra.
Barbosa dejó la Fiscalía en 2024 con una escandalosa cifra del 94% de impunidad en los casos que investigaba el ente acusador y su gestión estuvo rodeada de múltiples escándalos, entre ellos, un viaje de turismo a San Andrés para él, su esposa y su amigo, el excontralor Carlos Felipe Córdoba. Dicho viaje fue presentado ante la opinión pública como una comisión de trabajo. Barbosa también utilizó escoltas asignados para sacar a pasear sus mascotas personales y obligó a empleadas de servicios generales de la entidad a que sirvieran como aseadoras en su residencia.
Pero sin duda el mayor escándalo de su periodo, al frente de la Fiscalía, fue la infiltración de la mafia al interior de la entidad, varios de esos hechos revelados por la Revista RAYA. Barbosa y altos directivos de su entera confianza presuntamente protegían a funcionarios implicados en redes de narcotráfico y contrabando en el Valle del Cauca, entre ellos, a Francisco Javier Martínez Ardila, alias “Pacho Malo”, el jefe del CTI de la Fiscalía en Buenaventura inmerso en múltiples delitos que hoy la justicia investiga. Por su obra, finalmente el búnker no llevaría el nombre de Alcibíades Libreros Varela, sin embargo, la familia del fiscal asesinado persiste en su reclamo de justicia.
Su última esperanza reposa en que la nueva Fiscal General, Luz Adriana Camargo, determine bautizar el búnker como un homenaje póstumo al fiscal Alcibíades Libreros Varela. Para que interceda, también enviaron una carta al presidente Gustavo Petro el pasado 26 de enero. “Nos dijeron que lo mataron por robarle una cadena de oro. Pero en realidad, lo único que llevaba era un escapulario de acero”, se lee en la carta: “¿Será que el tiro de gracia hizo el milagro alquimista de convertir el acero en oro?”, dice la misiva. “Señor Presidente, le solicitamos su aprobación, el asesinato de Alcibíades Libreros Varela no puede borrar su legado de honestidad y compromiso con la justicia”, concluyeron en la carta.