Tras la condena de Diego Cadena, queda probado cómo se movieron dos abogados detrás del expresidente Álvaro Uribe: el condenado Diego Cadena, de frente, y Abelardo De La Espriella, tras bambalinas. Este último no ha negado que conoce a Cadena, pero se ha ocultado que fue su mentor y enlace con Uribe para buscar testigos narcotraficantes y paramilitares para engañar a la justicia, aunque no lo lograron. Perfil.
Por: Enrique Gamboa - Periodista Revista RAYA
En su último intento por vengarse de quienes lo llevaron a una condena, el abogado Diego Javier Cadena desplegó otra operación clandestina que buscaba involucrar con el narcotráfico a sus adversarios en el juicio: al senador Iván Cepeda y al abogado Miguel Ángel Del Río. El plan se concretó en el club El Country de Bogotá cuando Cadena le propuso a un expolicía, Manuel Castañeda, conocido como el “narcochofer”, relacionarlos falsamente en operaciones de droga. Pensando que Castañeda iba a traicionar a su abogado Del Río, Cadena le ofreció prebendas y ayudas de agencias de Estados Unidos, como el FBI, para terminar de concretar el plan. Sin embargo, el llamado abogánster terminó grabado y dejó de nuevo el rastro del papel oculto que juega su mentor: Abelardo De La Espriella, hoy precandidato presidencial de la extrema derecha.
En las llamadas reveladas entre Cadena y Castañeda, el primero aseguró que además de este plan en Estados Unidos estaban tratando de revivir una investigación en contra de Cepeda, pero lo más grave aún: que una expareja del abogado Del Río estaba en contacto con la oficina de De la Espriella para entregar información. “Del Río le hizo una jugada la hijueputa. Entonces (ella) recogió cosas y se fue a donde De la Espriella, pero eso no lo repitamos”, le dijo Cadena a Castañeda en una llamada de mediados de este año.
Pero la cercanía entre los dos abogados no es tan reciente, de hecho, se remonta a varios años antes de que en 2017 el expresidente Uribe se reuniera en su finca con Cadena, donde, aseguró Uribe, fue la primera vez que lo vio y que le ofreció sus servicios. Sin embargo, los dos abogados han tenido una estrecha relación laboral desde sus inicios profesionales. Antes de llegar allí, Cadena había forjado su carrera como defensor de narcotraficantes y paramilitares, y se presentaba en su página web como un “abogado experto en temas de extradición y en representar a poderosos capos colombianos ante autoridades estadounidenses y europeas”. Estos mismos pasos los ha recorrido el hoy precandidato presidencial De la Espriella, que ha construido una fortuna y al mismo tiempo se ha convertido en uno de los abogados de cabecera de Uribe y en la persona que habría enlazado a Uribe con Cadena, el autoreconocido “abogánster”.
Abelardo de la Espriella y Diego Cadena junto al activista de derecha Gustavo Rugeles
Las carreras profesionales de Cadena y De la Espriella tienen un mismo camino: defender ante Estados Unidos a diferentes narcos con mucha plata y, al mismo tiempo, defender a políticos de derecha que legitimen su causa. Por ejemplo, De la Espriella fue un reconocido asesor de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) durante las negociaciones de paz con el Gobierno Uribe en 2005 y 2006. Según informes periodísticos, a través de una fundación que creó, Fundación Iniciativas por la Paz (FIPAZ), recibió más de 1.300 millones de pesos de las AUC. Varios jefes paramilitares, entre ellos, Iván Roberto Duque, alias “Ernesto Báez” o Evert Veloza, alias ‘H.H’, aseguraron entonces que era una “organización afín a la causa paramilitar”.
En paralelo, el abogado Cadena empezó a tener entre sus clientes a los narcoparamilitares más duros del país, que habían hecho sus fortunas a costa de la sangre de miles de colombianos acusados de guerrilleros o que financiaban a esos paras que tenían una causa política. Algunos de ellos fueron: Diego León Montoya, alias “Don Diego”, jefe del cartel del Norte del Valle; Diego Murillo, alias “Don Berna”; Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”; y Diego Pérez Henao, alias “Diego Rastrojo”.
La Fundación Pares también ha puesto la lupa en la relación entre ambos abogados o abogánsters. En un artículo titulado “Diego Cadena, el abogado de Uribe que hizo una fortuna defendiendo narcos duros”, se relató cómo se conocieron en tiempos posteriores a la desmovilIzación paramilitar, ya fuera como contrapartes en los estrados o defendiendo a distintos clientes de la misma línea. Según el investigador Diego Pedraza, consultado por esta revista, en sus inicios ambos eran reconocidos como “abogados satélite” o de “segundo nivel”: “aquellos que visitaban cárceles prometiendo favores a cambio de información o poderes de representación, con la práctica recurrente de convertir a sus clientes en testigos dispuestos a faltar a la verdad”.
Según declaraciones a la justicia del expresidente Álvaro Uribe, su relación con Cadena comenzó en febrero de 2017, posterior a un viaje que realizó a Miami en donde desayunó con De la Espriella a quien le pidió, supuestamente, confirmar una información que le habían comentado que estaba rondando en las cárceles de Estados Unidos: que algunos presos en ese país estaban interesados en declarar a favor de su hermano Santiago Uribe, acusado de crear el grupo paramilitar “Los Doce Apóstoles”, y de entregar testimonios sobre el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado. “Le dije Abelardo, hijo, hombre, usted que ejerce el derecho penal que vive aquí en los Estados Unidos, pregunta esto. A los días me llamó y me dijo: Es verdad. Eso es lo que están diciendo en la Corte. Ahí dejamos. Cuando el 28 de febrero, estando yo en esa convalecencia, apareció el doctor Mario Uribe con el doctor Cadena”, dijo Uribe en una audiencia de julio de este año. En ese desayuno también estuvieron presentes Ernesto Yamhure, periodista relacionado con el paramilitarismo, e Isaac Gilinski, banquero, empresario y cabeza de la familia Gilinsk.
Audiencia de Álvaro Uribe del 8 de julio de 2025. En donde detalló cómo conoció a Diego Cadena.
De acuerdo con el relato del expresidente, él no conocía a Cadena hasta ese 28 de febrero de 2017 cuando llegó a su mansión de Rionegro (Antioquia) en compañía de su primo Mario Uribe Escobar, expresidente del Senado y condenado por sus relaciones con paramilitares. Según el expresidente Uribe, estaba recién operado por lo que en esos días recibió a “varias delegaciones” en su casa, entre ellos, al abogado que supuestamente no conocía: “El señor Cadena llegó a mi casa porque se contactó con los abogados de Mario Uribe: Hugo Ramírez y José Manuel Rodríguez para decirles que tenía información de un cliente suyo que sabía información sobre las declaraciones que iban a hacer sobre Santiago Uribe y Álvaro Gómez Hurtado”, reiteró Uribe en su juicio.
Sin embargo, en ese mismo estrado judicial, Uribe confesó que desde 2014 Cadena ya tenía contacto con él. Según lo relató el propio expresidente, en ese año Cadena le hizo llegar, a través de Ricardo Hernando Cobo, exalcalde de Cali, un documento judicial con las declaraciones del mafioso Javier Antonio Calle Serna, alias “Comba”, sobre la supuesta financiación con 12 millones de dólares del narcotráfico a la campaña de Juan Manuel Santos en 2010 (cuando Santos fue el candidato oficial del expresidente Uribe). La información de este documento fue filtrada a la prensa por el propio Uribe en 2014 con el propósito de impedir la reelección de Santos, ya convertido en su enemigo político.
Diego Cadena dijo en la declaración ante la justicia cómo se conoció con el expresidente Uribe. Coincidió con él en decir que buscó a los abogados de Mario Uribe para una cita con el expresidente: “Ellos me hacen el contacto con el doctor Mario Uribe, me comunico con él vía telefónica, me dice, "Venga a Medellín y yo lo llevo donde mi primo, refiriéndose al Dr. Uribe”, dijo Cadena en una audiencia que será recordada porque su abogado, Diego Cancino, le recomendó guardar silencio en la mayoría de las preguntas que le hizo la Fiscalía. Pero, precisamente, una de las pocas preguntas que respondió fue sobre el día que conoció a Uribe Vélez. Sobre los motivos de su visita dijo que estaba relacionada con una información que le había entregado su cliente Ramón Alberto Quintero Sanclemente, alias “RQ”, sobre Santiago Uribe Vélez. Este personaje fue uno de los principales líderes del Cártel del Norte del Valle y señalado de envíar más de 50 toneladas de cocaína a Estados Unidos. “Él me dice que había escuchado información sobre declaraciones que iban a dar sobre Santiago Uribe y que a él le gustaría que yo contactara directamente al doctor Uribe”.
Reconstruyendo el día que se conocieron Uribe y Cadena, con base en las declaraciones de ambos, el abogado después de contarle la información que tenía de alias “RQ” le ofreció a Uribe sus servicios de abogado investigador para recolectar la información en las cárceles de Estados Unidos, ya que Jaime Lombana y Jaime Granados, abogados principales de Uribe, no le podían ayudar a buscar la información “porque tenían otros protocolos”. Así lo explicó Cadena. “Yo le ofrecí el día que lo conocí a ayudarle a esclarecer varios hechos, él (Álvaro Uribe) manifiesta recibir información con mucha frecuencia sobre Santiago Uribe y Gómez Hurtado. Me dice: yo necesito un abogado que me ayude a verificar esta información porque los abogados Granados y Lombana no tienen esos contactos”.
De acuerdo con las declaraciones de Uribe y Cadena, el expresidente aceptó la propuesta, pero ambos recalcaron que la única autorización que le dió fue la de buscar testimonios relacionados a desvirtuar la participación de Santiago Uribe en la conformación del grupo paramilitar Los Doce Apóstoles y conocer las versiones sobre el homicidio de Gómez Hurtado. Por ese trabajo, según dijeron los hoy condenados, no se acordó ningún tipo de contraprestación: “El me ofreció sus servicios, yo se los acepté, porque era una información importante para mi familia, porque era un montaje contra mi hermano Santiago y para el país porque era una información sobre el magnicidio de Álvaro Gómez que continúa en la impunidad. Él no me habla de honorarios, soy yo el que le digo hombre, yo en algún momento le pago los honorarios, estoy mal de caja, pero le pago con un lote en una urbanización de mi señora en Montería”, declaró el expresidente. Así las cosas, el contrato abogado-cliente se cerró de manera verbal y no se firmó ningún documento.
A las pocas semanas de ese primer encuentro en la hacienda El Ubérrimo, Diego Cadena comenzó a mover fichas en las cárceles norteamericanas. El 17 de mayo de 2017, Ramón Sanclemente, alias “RQ”, envió desde la prisión de Miami una carta al Departamento de Justicia de Estados Unidos. En ella ofrecía entregar información que, según decía, ayudaría a esclarecer la investigación en Colombia por el homicidio de Álvaro Gómez Hurtado. En la carta autorizaba como representantes a sus abogados Óscar Arroyave, en EE. UU., y a Diego Cadena en Colombia. Poco después, el 8 de junio, otro capo hizo lo mismo: Diego Pérez Henao, alias “Diego”, remitió una carta en la que se declaraba dispuesto a aportar “información verificable, veraz y concluyente” sobre el proceso contra Santiago Uribe Vélez. En ambos casos, Cadena aparecía como el puente entre los capos presos en Estados Unidos y la justicia colombiana.
Cartas de representación de alias “RQ” y “Diego Rastrojo” para entreagaler poderes a Diego Cadena.
El 15 de agosto de 2017, esas cartas terminaron en manos del fiscal general Néstor Humberto Martínez. Ese día, Álvaro Uribe acudió al búnker de la Fiscalía acompañado de Cadena y del senador del Centro Democrático, Honorio Henríquez. Sobre este encuentro el expresidente declaró que fue él mismo quien le pidió una cita a Martínez para entregar las cartas que había gestionado Cadena: “Le llevé al fiscal las declaraciones donde ellos manifiestan la intención de declararle a la Fiscalía sobre estos temas. El fiscal suspende un momento la reunión conmigo porque está en el tema del Cartel de la Toga. Cuando termina mi reunión con el fiscal están los periodistas en la puerta de la Fiscalía por lo del Cartel de la Toga, le dije al senador Henríquez, hombre mi presencia aquí no va a tener importancia, porque esta noticia la tapa el escándalo del Cartel de la Toga”.
Aunque Diego Cadena ya mostraba avances en las gestiones que le había encargado Álvaro Uribe, su rol como abogado del expresidente no era conocido en el círculo cercano del expresidente ni en el ámbito público. Por ejemplo, Jaime Lombana, uno de los apoderados históricos de Uribe, dijo que solo supo de esa relación a finales de 2017, cuando vio el nombre de Cadena en medios de comunicación como representante del expresidente. Lombana dijo que, sorprendido, consultó con Fabián Rojas, asesor de Uribe, y este le confirmó que Cadena trabajaba para el exmandatario. Molesto por no haber sido informado, Lombana citó a Cadena a su oficina. “Ese día me entero que Cadena sí tenía un poder y que era un poder general, eso me impactó muchísimo. Primero, enterarme que él representaba al presidente Uribe. Segundo, que yo ni sabía que Abelardo De la Espriella era abogado del presidente. Entonces, yo digo para mis adentros: ya cualquiera es abogado de Uribe”, declaró en 2021 ante la Fiscalía.
Declaración de Jaime Lombana en 2021 ante la Fiscalía, donde explicó cómo conoció de la relación de Diego Cadena y Álvaro Uribe.
El hecho de que Lombana no conociera que Abelardo de la Espriella era abogado de Uribe refuerza la tesis de que el hoy candidato presidencial fue la persona que enlazó al expresidente y a Cadena. Tesis que maneja la Fundación Pares desde que empezó a hacerle seguimiento a la relación entre ambos abogados. “Cuando Mario Uribe hace la recomendación de Diego Cadena lo más seguro es que uno de sus abogados principales de Uribe: Jaime Lombana, Jaime Granados y en una menor medida, Abelardo de la Espriella, dijera que Cadena podía tener la capacidad para buscar la información en Estados Unidos. El que conocía a Cadena era Abelardo De la Espriella como un “abogado de segundo nivel” y que siempre se manejó por el mundo criminal de una manera más descarnada, mientras que Lombana y Granados han manejado el más alto nivel”.
Abelardo de la Espriella, sin embargo, lo niega todo. En entrevista con Caracol Radio, el 6 de agosto de 2025 —pocos días después de la condena contra Álvaro Uribe — sostuvo que nunca le recomendó al expresidente contratar a Diego Cadena. “Yo lo conocí a Cadena por intermedio del presidente Uribe. Yo no llevé a Diego Cadena. Ahora, estoy completamente convencido de que Diego Cadena tampoco cometió ningún delito. Es que ahí no hay delito”. Más allá de su versión, lo cierto es que la trayectoria de ambos abogados siguió un camino paralelo: la defensa de mismos narcotraficantes y paramilitares, un nicho que les permitió enriquecerse, ganar notoriedad y finalmente llegar al entorno más cercano de Álvaro Uribe Vélez.
El “Tuso Sierra”: cliente en común
Un punto de conexión claro entre Abelardo De la Espriella y Diego Cadena fue Juan Carlos Sierra Ramírez, alias “El Tuso Sierra”, un narcotraficante que intentó hacerse pasar como paramilitar en las filas de las AUC de la mano de “Don Berna”, que llegó a ser presentado como el comandante financiero del Bloque Héroes de Granada. Fue extraditado a Estados Unidos en 2008 y desde la cárcel de Virginia denunció que De la Espriella le pidió un millón de dólares para evitar su exclusión de Justicia y Paz. Según el propio “Tuso”, la mitad de ese dinero habría sido para Sabas Pretelt De la Vega, entonces Ministro del Interior. El audio de la audiencia fue revelado por Caracol Radio y en él se oye decir al “Tuso Sierra”: “Verdad o mentiras, tendrá la verdad Abelardo, pero es que Abelardo es un bandido”.
En la misma declaración, el “Tuso Sierra” incluyó otro episodio que pone a De la Espriella más cercano de los narcos. Según el narcotraficante, a finales de 2007, cuando estaban recluidos en la cárcel de Itagüí, junto a “Don Berna”, Salvatore Mancuso y “Macaco”, se reunieron para recolectar $4.000 millones de pesos que, según él, había pedido De la Espriella para “tocar” a los magistrados de la Corte Constitucional en un caso de sedición y concierto para delinquir que se adelantaba en contra de los líderes de las autodefensas: “Este hombre (Abelardo de la Espriella) nos pidió $4.000 millones de pesos porque ya tenía eso cuadrado en la Corte Constitucional. Yo mismo, en un tablero de la oficina, hice la cuenta de cuanto nos tocaba a cada uno. Algunos pagaron $370 millones de pesos, como en el caso de Mancuso, otros $200 millones como yo, o incluso $100 millones, como en el caso de Hernán Giraldo”.
Sin embargo, de acuerdo con el relato del “Tuso Sierra”, los $4.000 millones de pesos, que supuestamente pidió De la Espriella, nunca se entregaron. La razón habría sido que Fredy Rendón Herrera, alias ‘el Alemán’, hizo una investigación y se dio cuenta que eso no era cierto. No obstante, alias “El Tuso Sierra” aseguró que en cruces de cuentas, que realizó cuando era el contador de las AUC, vio que a Mancuso si le descontaron ese dinero: “Las pruebas de la contabilidad de las autodefensas las entregué yo mismo en Estados Unidos porque era el contador de los paramilitares. La plata de Mancuso se perdió, ni idea a dónde fue a llegar”, recalcó en la audiencia que fue revelada por Caracol Radio.
En Estados Unidos, el “Tuso Sierra” solo pagó cinco años de prisión y desde 2013 se encuentra libre. Sus confesiones sobre estructuras paramilitares y nexos con altos oficiales le permitieron colaborar con la justicia y obtener beneficios. Su nombre volvió a escena en 2018, apareció como testigo a favor de Álvaro Uribe, que tenía a Diego Cadena como su apoderado. Una de sus cartas también fue entregada por el propio expresidente a Néstor Humberto Martínez, entonces fiscal general. Allí, Sierra aseguró que Iván Cepeda, Piedad Córdoba y Rodrigo Lara le ofrecieron asilo político en Europa o Argentina a cambio de incriminar a Uribe y su familia. La Corte Suprema de Justicia, sin embargo, determinó en 2020 que esas cartas eran falsas y hacían parte de un entramado para montar un complot contra congresistas, exmagistrados, un exfiscal y un periodista. El andamiaje lo dirigía el entonces senador Álvaro Uribe, con la ejecución del abogánster Diego Cadena.
Tras las condenas contra Cadena y Uribe, Abelardo De la Espriella salió públicamente a defender al abogado. En entrevistas radiales sostuvo que Cadena no cometió delito alguno y que recabar pruebas en favor de un cliente es una práctica legítima. “Cadena no hubiese aparecido en esta ecuación si los señores Granados y Lombana hubiesen ido a buscar esas pruebas. Pero habrá que preguntarles a ellos por qué no hicieron eso”, afirmó. De la Espriella insistió en que conoció a Cadena únicamente a través de Uribe y negó haberlo recomendado. Pero lo cierto es que ambos comparten un mismo origen: defensores de narcotraficantes y paramilitares, abogados que aprovecharon su cercanía con estructuras armadas ilegales para escalar posiciones y construir fortunas.
Ahora, Diego Cadena ya sabe su futuro y por los próximos siete años deberá pagar casa por cárcel por los delitos de soborno y engaño a la justicia, si así lo confirma el Tribunal Superior de Bogotá. Mientras tanto, el expresidente Álvaro Uribe, que fue condenado el pasado 28 de julio a 12 años de prisión por los mismos delitos, se encuentra en libertad ya que su defensa presentó una acción de tutela ante el Tribunal exigiendo su excarcelación arguyendo que se violaban la presunción de inocencia y el debido proceso.
Mientras aguarda un fallo definitivo del Tribunal, Uribe corre por diferentes partes del país tratando de recuperar el poder que ha perdido en los últimos años, principalmente el presidencial, que perdió en 2022 con Gustavo Petro. Habla y dice lo que quiera; la campaña de desprestigio contra la juez que lo condenó ha bajado el perfil, pero sigue vigente; quiere estar en la lista al senado en el puesto 25 por su partido, calculando que si lo condenan en segunda instancia, se declarará perseguido político; y no ha ocultado que De La Espriella le seduce, pero lo ve como un plan B o C, en la contienda presidencial de 2026. A menos de un año para las elecciones, De la Espriella ha desplegado suntuosas campañas mediáticas en redes sociales y cuenta con el apoyo de poderosos clanes políticos del país. Tras los años, De la Espriella ha intentado limpiar su imagen y presentarse como un abogado mediático, vendedor de su propia marca de ron y hasta cantante, pero su pasado sigue anclado a las entrañas del paramilitarismo donde, al final, también hizo muchos enemigos.