Al menos 16 habitantes de calle han sido asesinados en Cúcuta en lo corrido de 2025. Las bandas criminales los obligan a integrarse al narcotráfico bajo amenaza de muerte, mientras la Policía es señalada de abusos y hostigamientos en contra de esta población vulnerable. La Alcaldía cerró el único centro de atención sin ofrecer alternativas y la impunidad y el silencio institucional agravan la crisis.
Por Juan Carlos Granados
En lo que va de este año, al menos 16 habitantes de calle han sido asesinados en Cúcuta, según el Observatorio Nacional de Poblaciones Vulnerables. En todo el 2024 se reportaron 27 homicidios de este grupo poblacional. En este año ya se han cometido el 59% de asesinatos, en comparación con el 2024, faltando aún nueve meses para que termine el 2025. El análisis del Observatorio revela patrones en estos crímenes: el 62% fueron perpetrados con armas de fuego, el 87% ocurrió entre las 2 y las 5 de la mañana y el 75% de las víctimas son hombres.
Para Carlos Muñoz, abogado defensor de derechos humanos que ha seguido esta situación por más de una década, los habitantes de calle enfrentan constantes amenazas: “Son hostigados por la seguridad privada, por la Policía, por las bandas criminales de la ciudad que controlan el microtráfico”, afirma.
Funcionarios de la Alcaldía de Cúcuta dialogando con un habitante de calle. Fuente: https://cucuta.gov.co/alcaldia-de-cucuta-atiende-poblacion-habitante-de-calle-en-caobos-quinta-velez-y-barrio-blanco/
La vulnerabilidad de esta población fue reportada por la Defensoría del Pueblo en la alerta temprana publicada sobre Cúcuta en diciembre del año pasado. El documento señala que las bandas dedicadas al expendio de drogas obligan a los habitantes de calle a integrarse a sus redes de distribución de drogas mediante el amedrentamiento y las amenazas. Quienes se niegan son víctimas de sicariato. En marzo de 2024, la Alcaldía de Cúcuta informó que en esa capital de Norte de Santander, hay al menos 2.360 habitantes de calle, de los cuales el 42% son migrantes, ubicados principalmente en el centro de la ciudad y en el Canal Bogotá, un conducto que atraviesa la ciudad.
En Cúcuta la problemática del exterminio social, mal llamado ‘limpieza’, ha sido una constante. En la década de los años 80 las guerrillas cometían asesinatos selectivos contra habitantes de calle, consumidores de droga y mujeres en prostitución, como estrategia para ganar adeptos y control territorial. Con la entrada del paramilitarismo a la región, en 1999, la situación se agudizó.
Jhon Jácome, periodista cucuteño, relató que cuando trabajó en La Opinión (2009) diario local de la ciudad, llegó a reportar 28 asesinatos en una sola noche, la mayoría de los cuales correspondían a consumidores de drogas o habitantes de calle. Jácome dice que actualmente podría estar configurándose una nueva ola de asesinatos ligados a la ‘limpieza social’, más allá de las bandas criminales, y que estos crímenes rara vez son investigados porque las víctimas terminan en la morgue como no identificados. El periodista agrega que si en la Fiscalía no avanzan las investigaciones por casos como el de Jaime Vásquez, veedor ciudadano muy reconocido en Cúcuta y asesinado en abril del año pasado, mucho menos sucederá con estos homicidios.
La Tomatera, un cóctel de violencia policial y criminal
Hoy, la violencia en la ciudad fronteriza vuelve a ensañarse contra esta población en medio del silencio institucional. Ni la Alcaldía ni la Policía se han pronunciado sobre el incremento de los homicidios que están sufriendo los habitantes de calle (1 asesinado cada 4 días). La zona con más casos es La Tomatera, ubicada entre los barrios Cuberos Niño y Alfonso López, donde se concentra el 37% de las víctimas reportadas, según el Observatorio de Poblaciones Vulnerables. Este sector no se encuentra tan lejos del centro de la ciudad a pie, lo que facilita el microtráfico y otras actividades criminales controladas por las bandas, por lo que hay varias ollas. Debido a esto, La Tomatera es un sitio de tránsito y de permanencia de los habitantes de calle.
El 8 de agosto de 2024, una pareja de habitantes de calle del sector de La Tomatera informó a Carlos Muñoz sobre maltratos que venían sufriendo por parte de un patrullero de la Policía. Le contaron que este hombre los golpeaba, usaba su taser contra ellos, les quemaba la ropa y les decía: “les llegó la pesadilla”. Dos días después fueron asesinados a tiros.
Pareja asesinada el 10 de agosto de 2024 que era maltratada por un policía. Fuente: https://x.com/cualquierandres/status/1823080710275580090?t=roHGTjbgd9WFllzOEyIHTw&s=19
En noviembre de 2024, otro policía identificado como Andrés León, subió un video a su cuenta personal de Tik Tok persiguiendo a habitantes de calle en La Tomatera con la moto que le asignó la institución para cumplir sus labores. En la publicación se burlaba de las personas mientras éstas huían despavoridas. Tras la viralización del video, el policía fue destituido. Muñoz se ha convertido en vocero de los habitantes de calle y el encargado de hacer públicas situaciones como las del patrullero León. “No van a denunciar a un policía del cuadrante cuando tienen que convivir con él todo el día y puede haber represalias”, afirma el abogado y defensor de derechos humanos, quien ha recibido amenazas por denunciar los abusos de la fuerza pública y las bandas criminales contra esta población.
Una fuente le comentó a RAYA que a pesar de que en el barrio Magdalena se encuentra la olla ‘Punta Brava’, la más grande y una de las más antiguas de la ciudad, en La Tomatera es donde hay mayor violencia. Tanto así que incluso ha habido habitantes de calle que no son de ese sector y al intentar asentarse allí los han matado, como si hubiese vigilancia e identificación de cada persona que ingresa a la zona.
En La Tomatera desde hace años opera la banda criminal de Carlos Alexander Díaz Rojas, más conocido como Carlos ‘Pecueca’, el delincuente más buscado de la ciudad. Tras la captura en 2017 de su cuñado, Dani Fabián Hernández Rincón, alias Nuñú, exparamilitar que conformó su propia organización en Cúcuta, ‘Pecueca’ asumió el mando de esta estructura. Desde entonces ha acumulado cada vez más dinero gracias a las ollas que controla, entre las que está La Tomatera.
Otra de las bandas que tiene injerencia en el sector es la de Los Menores. En octubre del año pasado, un habitante de calle fue asesinado en La Tomatera y la Policía señaló a esta organización, que le rinde cuentas a ‘Pecueca’, de ser los autores materiales. Según las autoridades, el homicidio pudo haber sido porque el hombre compró estupefacientes en otro sector o por un ajuste de cuentas.
Muñoz señala que esta suele ser la respuesta de la Policía ante estos crímenes, pero no hay un verdadero esclarecimiento. El abogado afirma que los habitantes de calle son instrumentalizados por las bandas para que hagan parte de la dinámica criminal. “Algunos consumen drogas y adquieren deudas impagables. Una vez llegan a esa situación los matan, los obligan a asesinar, a hacer parte del expendio de drogas o a ejercer las labores ilegales que hagan falta”, relata.
Operativo de la Policía de Cúcuta en La Tomatera. Fuente: https://x.com/PoliciaCucuta/status/1117963623522021376/photo/4
El cierre del Centro de Atención
En diciembre de 2019 se inauguró el Centro de Atención Integral para Habitantes de Calle en Cúcuta. La obra costó alrededor de 800 millones de pesos. Este sitio tenía capacidad para atender al menos a 100 personas. Si bien su capacidad no daba abasto para el tamaño del problema, era un apoyo importante para este sector de la sociedad. Beatriz Vélez, coordinadora del programa de Atención a Habitantes de calle de la Alcaldía de Cúcuta, expresó que la clausura se hizo porque para esta población “significaba (...) más un hotel, que un paso a la transformación de sus vidas”, por lo que aplicarán otras estrategias.
Centro de Atención Integral para Habitantes de Calle en Cúcuta - Imagen tomada de Google Maps.
El abogado Muñoz explica que la atención a los habitantes de calle consta de varias fases, según el Plan de Desarrollo de la Alcaldía, entre las que está el Centro de Atención. De acuerdo con este documento, uno de los propósitos de la nueva administración era adecuar, mejorar y fortalecer el Centro de Atención que ya no va más. Lo que plantea la Alcaldía es trasladar a los habitantes de calle a fundaciones y establecer unidades móviles que permitan el acceso a servicios básicos.
El defensor de derechos humanos señala que la Alcaldía está apostando todo a la rehabilitación, pero deja de lado la reducción de daños, por lo que dice que las declaraciones de la funcionaria acerca de que el Centro de Atención se volvía un hotel es una afirmación simplista. “En este sitio los habitantes de calle se podían bañar, comer y atender dificultades como infecciones, lo que reduce las afectaciones que no están relacionadas directamente con el consumo de drogas en un lugar que ya tiene capacidad instalada”, señala Muñoz.
Una de las banderas del alcalde actual de Cúcuta, Jorge Acevedo, quien fue mencionado por todos los medios nacionales por irse al concierto de Shakira en medio del toque de queda que instauró en la ciudad tras ataques del ELN el mes pasado, fue la de los habitantes de calle. El año pasado salieron noticias contando que exhabitantes de calle lograron graduarse de bachilleres. Sin embargo, Muñoz cuenta que ha visto a muchos de los que aparecieron en cámaras recaer en sus adicciones. Esta situación de reincidencia, más el cierre del Centro de Atención, genera mucha preocupación si se tiene en cuenta que hay silencio por parte de la Alcaldía y la Policía de Cúcuta respecto a los homicidios de los habitantes de calle, junto a la validación de una parte de la sociedad civil.
El abogado Muñoz cuenta que en una ocasión hizo una encuesta a 2 mil personas de Cúcuta sobre la situación de los habitantes de calle. Alrededor del 20% le comentó que ve con buenos ojos la ‘limpieza social’ para acabar con la problemática. Lo mismo sucedió en la época en que los paramilitares dominaron la ciudad, no hubo denuncias ni indignación por los asesinatos selectivos que cometieron contra esta población.