La Revista RAYA revela el rastro oculto de las tierras que Chiquita Brands adquirió en Urabá. La multinacional, a través de su filial Agrícola El Retiro, se apoderó de 4 mil hectáreas, que luego transfirió, en fideicomisos, a paraísos fiscales. A pesar de la condena contra sus directivos por financiar paramilitares, los predios de la empresa hoy forman parte del megaproyecto Puerto Antioquia, lo cual evidencia que la historia de esta bananera no terminó con el fallo judicial.
Por: Juan Carlos Granados Tuta
El pasado 23 de julio, el Tribunal Superior de Antioquia condenó a 11 años de prisión a siete directivos de la multinacional bananera Chiquita Brands Colombia por financiar grupos paramilitares para despojar tierras de campesinos en el Urabá. Tras más de 30 años, la víctimas obtuvieron justicia hasta los máximos responsables. Sin embargo, a esta historia aún le queda un capítulo: el de las maniobras que realizó la multinacional para conservar miles de hectáreas en Colombia, las cuales hoy están a nombre de una empresa que fungió como su filial: Agrícola El Retiro.
Esta compañía es la que más tierra tiene en todo el Urabá antioqueño con 4 mil hectáreas. Fue constituida en enero de 1989 y entre sus socios fundadores estuvo Reinaldo Escobar de la Hoz, uno de los siete directivos de Chiquita Brands condenados. Pero la relación de Agrícola El Retiro con Chiquita Brands va mucho más allá.
En marzo de 1989, cuando se constituyó Banadex, la filial principal de Chiquita Brands que financió a los ‘paras’, entre sus accionistas fundadores estuvo Agrícola El Retiro. Fue la empresa que más participación tuvo junto a otra compañía llamada Agrícola La Finca, que era administrada por el condenado Reinaldo Escobar, el cerebro detrás del entramado empresarial de Chiquita en Colombia.
Acta de constitución de Banadex donde aparece Agrícola El Retiro como accionista principal.
Para entender por qué Agrícola El Retiro pasó desapercibida durante décadas y hoy conserva tanta tierra, hay que trasladarse a la entrada de Chiquita a Urabá a finales de los años 80. Un documento de septiembre de 1988, revelado por la Comisión de la Verdad, deja constancia de las discusiones que estaban sosteniendo directivos estadounidenses de la multinacional bananera con empresarios colombianos. En ellas plantearon opciones de expansión de la Chiquita en Colombia y, sobre todo, de cómo iban a afianzar la propiedad de las fincas. Meses después crearon Agrícola El Retiro y Banadex.
Documento de Chiquita Brands de 1988 donde discuten sus planes de expansión en Colombia tras reunirse con empresarios colombianos.
En otro documento de Chiquita, de agosto de 1989, se relata que directivos de la multinacional estuvieron reunidos con el Grupo Restrepo Arango, importantes empresarios bananeros de Urabá en la segunda mitad del siglo XX, evaluando la posibilidad de crear empresas fachada para comprar tierra para Chiquita a nombre de terceros. El Grupo Restrepo Arango fue fundado por Jaime Restrepo Marulanda y Amparo Arango de Restrepo. Los Restrepo Arango son muy importantes porque fueron socios estratégicos de los directivos estadounidenses y colombianos de Chiquita Brands en la adquisición de tierras.
Para 1989, fecha del documento de Chiquita, ya aparecía entre los accionistas Jaime Mauricio Restrepo Arango, hijo de los socios fundadores del Grupo Restrepo Arango. En el archivo de Chiquita se menciona que los directivos de la multinacional se reunieron con ambos Jaime Restrepo, es decir, con padre e hijo.
Documento de Chiquita Brands de 1989 donde hablan de las estrategias para adquirir tierra.
Tanto Jaime Restrepo Arango como su padre, Jaime Restrepo Marulanda, directivos del Grupo Restrepo Arango, hacen parte del listado de 14 empresarios bananeros llamados a juicio en 2024 por la Fiscalía por presunta financiación al frente Arlex Hurtado de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que operó en Urabá.
La histórica acumulación de tierras de Chiquita
El plan de la multinacional bananera para adquirir tierra en Colombia ocurrió por medio de tres modelos distintos de negocio, cada uno desarrollado en diferentes momentos, explica Óscar Pedraza, historiador que trabajó en el proyecto Despojo y memoria de la tierra, investigación que se realizó para la Comisión de la Verdad donde se profundizó en las estrategias y estructura de la tenencia de la tierra en Urabá. Pedraza explica que en principio cuando se analiza a los dueños históricos de la tierra en Urabá parece que la propiedad está distribuida en muchas manos. Sin embargo, sostiene el historiador, cuando se comprenden las relaciones entre empresarios y se vislumbra que las juntas directivas las integran los mismos nombres, se evidencia una concentración de los terrenos.
En medio de estas asociaciones entre empresarios bananeros colombianos estuvo Chiquita Brands en diferentes presentaciones. La primera vez fue cuando se llamaba United Fruit Company, nombre conocido en el país por la masacre de las bananeras de 1928 en Magdalena donde fueron asesinados un número incierto de obreros, colonos, jornaleros y campesinos vinculados laboralmente a esta compañía.
Según un oficio de 1929 de Jefferson Caffery, embajador de Estados Unidos en Colombia para la fecha, al secretario de Estado en Washington, un representante de la United Fruit Company le dijo que los militares mataron más de mil trabajadores que participaron en la huelga contra la multinacional. Esta fue la primera gran herida que dejó esta bananera en el país.
Oficio de Jefferson Caffery, embajador de Estados Unidos en Colombia en 1929.
Pedraza relata que a inicios del siglo XX la United Fruit Company compró la tierra directamente y la cultivó. El segundo momento de la multinacional fue en los años 50 cuando hizo un convenio con el Estado colombiano para establecer un enclave bananero en Urabá. “El modelo que se desarrolló en aquella ocasión se basó en que el Estado le debía entregar la tierra a empresarios nacionales, pero el control de los préstamos, incentivos y proceso de distribución sería mediado por la United Fruit Company”, sostiene el historiador.
A partir de este modelo, la tierra se empezó a dividir, a vender, pasó de un empresario a otro, constituyendo el sistema administrativo y empresarial de Urabá. Sin embargo, Pedraza cuenta que al final de los años 70 hay una crisis muy fuerte de la United Fruit Company que hace que la empresa colapse.
Luego, en 1987, la multinacional vuelve a ingresar a Colombia, esta vez como Chiquita Brands. “Los dirigentes de Chiquita evaluaron las estrategias que usaron en el pasado para adquirir y usar la tierra. Entonces, los directivos deciden hacer un convenio con empresas nacionales que tenían tensiones con grupos hegemónicos del banano y empiezan a comprar fincas a través de estas compañías”, explica Pedraza.
Es por eso que en los documentos de 1988 y 1989 de Chiquita Brands hablan de crear empresas fachada para afianzar la propiedad de las tierras, razón por la que la familia Restrepo Arango fue tan importante porque a través de ellos y su empresa Agropecuaria del Este adquirieron miles de hectáreas. De esta manera, cuatro bananeras quedaron entrelazadas; Banadex, el Grupo Restrepo Arango, Agropecuaria del Este y Agrícola El Retiro.
La relación entre las bananeras y Chiquita
Por el lado de Banadex, es importante recordar que los siete directivos condenados por financiar el paramilitarismo en Urabá el pasado 23 de julio hicieron parte de esta empresa. Además, Douglas Walker, quien firmó los documentos de 1988 y 1989 de Chiquita Brands mostrados anteriormente donde se hablaba de estrategias para afianzar y adueñarse de tierra de Urabá, también fue directivo de Banadex, pero no hizo parte de los condenados.
Agropecuaria del Este fue constituida en 1988 por Jaime Restrepo Marulanda, mismo fundador del Grupo Restrepo Arango. Al año siguiente aparece Jaime Restrepo Arango como accionista mayoritario. En 1994 como miembros de la junta directiva estuvieron Virginia Bonnett de Zapata y el condenado Reinaldo Escobar, quienes fueron socios fundadores de Banadex y Agrícola El Retiro.
En 1996 como parte de los accionistas principales estuvo Luis Germán Cuartas Carrasco, quien fue directivo de Banadex y estuvo al frente de Agrícola El Retiro. Cuartas aparece como presunto aportante a las autodefensas de Urabá a nombre de Agrícola El Retiro en el listado que Raúl Hasbún, jefe paramilitar de la región, le entregó a la Fiscalía en 2011.
Acta de Agropecuaria del Este donde se evidencia el control de los directivos de Chiquita Brands sobre la empresa.
Como miembros de la junta empresarial de Agropecuaria del Este también estuvieron John Olivo, otro de los directivos de Chiquita Brands que fue condenado el pasado 23 de julio y Robin Vandekreeke, alto ejecutivo de Chiquita Brands que trabajó en Colombia entre 1996 y 1999, según su perfil de Linkedin. Vandekreeke también hacía parte de Agrícola El Retiro. Agropecuaria del Este operó hasta 1997, fecha en que fue absorbida por Agrícola El Retiro, razón por la que las tierras que Agropecuaria del Este adquirió pasaron a Agrícola El Retiro.
Agrícola El Retiro tuvo entre sus directivos a varios de los ejecutivos condenados de Banadex; Reinaldo Escobar, John Olivo, Álvaro Acevedo González, Charles Dennis Keiser y Fuad Giacoman Hasbún. En diciembre de 1997 se llevó a cabo la absorción de Agropecuaria del Este por parte de Agrícola El Retiro. Ambas empresas eran controladas por los mismos directivos de Chiquita Brands. De esta manera, Agricola El Retiro adquirió 51 predios en Urabá gracias al traspaso de los bienes que estaban a nombre de Agropecuaria del Este.
Documento de Cámara de Comercio donde se deja constancia del traspaso de las tierras de Agropecuaria del Este a la Agrícola El Retiro en 1997.
En el año 2000, Agrícola El Retiro absorbe a la empresa Las Lluvias S.A. que era controlada por John Olivo al momento de la fusión, uno de los directivos de Chiquita Brands condenados. En el proceso de absorción la compañía Las Lluvias le traspasó a Agrícola El Retiro 41 predios ubicados en el Caribe, de los cuales la mayoría estaban en los municipios de Ciénaga y Pivijay, en Magdalena, y otros en Riohacha (La Guajira). Vale la pena recordar que la primera vez que Chiquita Brands estuvo en Colombia, cuando se llamaba United Fruit Company, explotó las tierras del Magdalena.
Documento de Cámara de Comercio donde se deja constancia del traspaso de las tierras de Las Lluvias S.A. a la Agrícola El Retiro en el año 2000.
En 2005 cancelaron la matrícula de Agrícola El Retiro y actualmente la compañía es manejada por un señor llamado Douglas Erminsul Abaunza Ayala quien ha trabajado como gerente de producción en la comercializadora Banacol, señalada de ser la heredera de Chiquita Brands en Colombia. En 2014 Banacol entró en un proceso de reorganización empresarial junto a Agrícola El Retiro.
Las tierras que Chiquita registró como propias
La prueba fehaciente con la que se pudo determinar que las tierras en poder de Agrícola El Retiro eran de Chiquita Brands se reveló a inicios de los 2000 cuando iniciaron las investigaciones en Estados Unidos sobre el actuar de la multinacional en Colombia. Chiquita Brands se vio obligada a abrir sus libros de contabilidad y registros de propiedad. En 2007 el Departamento de Justicia de Estados Unidos multó a la multinacional por una suma de 25 millones de dólares por financiar a las AUC.
En el listado de predios que Chiquita Brands asumió como propios hay un total de 108 fincas, 81 están ubicadas en el Urabá antioqueño y 27 en Magdalena. Contrastando los bienes que Chiquita Brands mostró en aquella ocasión con los 73 predios que aparecen a nombre de Agrícola El Retiro se pudo constatar que todos hacían parte de los registros de la multinacional. Agrícola El Retiro concentra su tierra en los municipios de Turbo, Apartadó, Chigorodó y Carepa.
Mapa de predios de Agrícola El Retiro donde se puede observar su cercanía con Puerto Antioquia y hechos de violencia.
La tierra de Agrícola El Retiro en Turbo se concentra en los corregimientos de Nueva Colonia (19 fincas - 1012 hectáreas) y en Currulao (21 fincas - 754 hectáreas), dos zonas donde el despojo se realizó a sangre y fuego. El 4 de marzo de 1988 alrededor de 30 paramilitares de Fidel Castaño irrumpieron en las fincas Honduras y La Negra, ubicadas en Currulao, y asesinaron a 20 trabajadores. La mayoría de las víctimas hacían parte del Sindicato de Trabajadores Agrarios. Un mes después, el 11 de abril de 1988, hombres de Fidel Castaño se llevaron a 26 campesinos y los asesinaron en la vereda Punta Coquitos, en Turbo.
En Apartadó, Agrícola El Retiro concentra sus predios en el corregimiento de Puerto Girón (16 fincas - 1061 hectáreas), donde las comunidades negras han liderado un proceso histórico por el acceso y uso de la tierra. A mediados de los años 90, cuando las autodefensas de los hermanos Castaño arrasaron Urabá, entre 1995 y 1997 hubo 27 masacres en Turbo y 22 en Apartadó, según la base de datos del Centro Nacional de Memoria Histórica.
El historiador Pedraza explica que durante el análisis que hizo de la transacción de las fincas junto a su equipo de Forensic Architecture, una agencia de investigación de Goldsmiths, de la Universidad de Londres, que aborda temas de violaciones de los derechos humanos, se dieron cuenta que tras la multa a Chiquita Brands en 2007 por parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos las tierras de Agrícola El Retiro ingresaron a fideicomisos en paraísos fiscales donde especulan con la propiedad de la tierra en el sistema financiero internacional.
Un ejemplo de estas movidas es el predio de Agrícola El Retiro llamado Amelia 2. En 1997 pasa de Agropecuaria del Este a Agrícola El Retiro y en 2009 esta finca pasa al Banco Colpatria Cayman, de Islas Caimán, un paraíso fiscal, y luego en 2014 la Superintendencia de Sociedades de Bogotá le embarga la propiedad a Agrícola El Retiro. En el trabajo hecho por Forensic Architecture se muestra de manera detallada que entre 2009 y 2011 varios predios de Agrícola El Retiro fueron traspasados al Banco Colpatria Cayman. Pedraza comenta que en una finca llamada Canoas se presentaron estos movimientos con fiducias internacionales y también fue embargado en 2014.
A pesar de todo lo que hay alrededor de las tierras de Agrícola El Retiro, cuatro de sus fincas fueron declaradas de utilidad pública para la construcción de Puerto Antioquia, el megaproyecto portuario que le dará salida al mar a Antioquia. RAYA documentó este caso en mayo de este año, pero ahora revela la gravedad del asunto no solo porque en esta obra millonaria participan empresas bananeras como Uniban, Banafrut y CI Tropical, las cuales tienen exdirectivos en juicio por presunta financiación a paramilitares en Urabá, sino porque tierras adquiridas por Chiquita Brands hicieron parte de este proyecto.
Los predios de Agrícola El Retiro usados para Puerto Antioquia son tres fincas en el corregimiento de Puerto Girón, en Apartadó, que suman 298.13 hectáreas y un predio en el corregimiento de Nueva Colonia, en Turbo, de 107,25 hectáreas, para un total de 405,38 hectáreas. De esta manera, la sombra de Chiquita Brands sigue acompañando a los grandes conglomerados bananeros de Urabá 30 años después.