Durante la audiencia de imputación contra el antiguo coordinador del CTI en Buenaventura, Francisco Javier Martínez Ardila, alias “Pacho Malo”, acusado de favorecer a la banda de contrabando de alias “Pitufo”, la Fiscal del caso llamó la atención sobre los ingresos y el nivel económico de “Pacho Malo”, que incluyen varios negocios familiares en cabeza de sus esposas y cuñadas. Aunque la Fiscalía no ha establecido plenamente cuáles son esos negocios, RAYA revela la identidad de ambas mujeres, sus propiedades e inversiones.
Por: Unidad Investigativa Revista RAYA
En las últimas dos semanas se han desarrollado las audiencias de imputación de cargos y solicitud de medida de aseguramiento contra Francisco Javier Martínez Ardila, alias “Pacho Malo”, el excoordinador del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) en Buenaventura, quien salió a la luz luego de que otros agentes encubiertos de esa institución lo señalaran, dentro de un organigrama, de hacer parte de una red de narcotraficantes que exportaba alijos de cocaína en los buques mercantes desde el puerto de Buenaventura.
Después de que las dos cabezas de la Fiscalía General de la Nación, Francisco Barbosa y la hoy fiscal general encargada Martha Mancera, negaran durante cuatro meses que existía en ese puerto del Pacífico una red criminal amparada por esa institución, buscando restar credibilidad y desacreditar las investigaciones de la Revista RAYA, finalmente el 22 de febrero pasado fue la misma Fiscalía la que materializó la captura de alias “Pacho Malo” en Medellín. Allí había sido trasladado luego del escándalo periodístico que lo puso en evidencia como integrante de una banda de narcotraficantes. Sin embargo, su institución solo lo acusa de colaborar con organizaciones de contrabandistas de mercancía legal.
Tras su captura, “Pacho” fue llevado a la ciudad de Cali donde se desarrollaron las audiencias y una juez acogió la solicitud de la Fiscalía de mandarlo a la cárcel. RAYA confirmó que actualmente se encuentra recluido en La Picota de Bogotá. Esto, a raíz de que usó durante varios años su poder dentro de la institución para evitar que las investigaciones en su contra avanzaran, al menos, desde el 2017, cuando la misma Fiscalía registró interceptaciones telefónicas en las que habla de negocios ilícitos con el señalado contrabandista Diego Marín Buitrago, alias “Pitufo”, las cuales han sido referenciadas en las audiencias. Los CDs que contenían dichas interceptaciones aún están desaparecidos, como otras pruebas del expediente, que se han ido revelando a cuentagotas por los medios de comunicación.
La revista CAMBIO precisamente hizo alusión a algunas de ellas, en las cuales, según un documento de la Fiscalía, alias “Pacho Malo” habla con una de sus dos compañeras sentimentales. Aunque no se detalló la identidad completa de esta mujer, RAYA estableció que se trata de Lyda María Suaza Soto. En la conversación se refieren a mercancía y a la relación del entonces coordinador del CTI en el puerto de Buenaventura con alias “Pitufo”.
“Lida pregunta a Francisco donde está, que qué hace, Francisco responde que frente de la bodega, Lida reclama a Francisco por hacerle esos favores a Guayo, que luego se da cuenta Diego y qué, Francisco afirma que sabe cómo manejar las cosas”. La conclusión a la que llegaron los analistas fue que “Francisco trabajaría con Diego [Marín] y Guayo, sin que esto sea de particular conocimiento de ambos”, dice una de las llamadas referenciadas en el informe judicial.
Diego Marín Buitrago, el señalado zar del contrabando, es un sujeto que siempre ha estado en el radar de las autoridades y, no obstante, ha salido bien librado de las investigaciones en su contra, como lo contamos en un reportaje anterior.
“El tipo de apoyo o trabajo que fungiría Francisco (Pacho Malo) para Diego (Marín), sería similar al que presta a Guayo, como es coordinaciones en puerto para llegada de mercancía (probablemente de contrabando), intermediación para el transporte de la misma con seguridad, servicios de escolta, entre otras por establecer”, reza el informe de Policía Judicial sobre dichas interceptaciones.
El incremento inusitado del patrimonio de sus familias
Durante la audiencia en la que enviaron a la cárcel a alias “Pacho Malo”, la fiscal Diana Mojica llamó la atención sobre un elemento indicativo de que “Pacho Malo” sí se encontraría relacionado con una red criminal que le permite tener “otros ingresos” económicos, pues “no es normal, ni siquiera plausible, que una persona con esos ingresos [del sueldo de técnico investigador del CTI de $2.700.000 mensuales], padre de cuatro hijos, reporte tantas salidas del país, a tantos destinos, incluso a Europa y Centroamérica”, explicó la fiscal. Incluso, “Pacho” viajó en más de diez ocasiones a Panamá, en viajes que coincidieron con visitas de otros miembros de la red de contrabandistas a ese país.
Durante las audiencias los negocios de “Pacho Malo” y sus parejas han salido a relucir, un incremento patrimonial que podría tener sus orígenes en las comisiones ilegales que este funcionario habría cobrado por trabajar con las redes criminales en el puerto de Buenaventura.
Aunque la Fiscalía no ha precisado la identidad de Lyda, a quien mencionó como una de las compañeras sentimentales de “Pacho Malo”, RAYA tiene en su poder decenas de fotografías, documentos notariales y actas de la Cámara de Comercio, que prueban que se trata de Lyda María Suaza Soto, con quien Martínez Ardila además tiene un apartamento en el sur de Cali en copropiedad de vivienda familiar, que ambos compraron por 105 millones de pesos en el 2019.
Pacho, Lyda y varias de sus hermanas. A la derecha Pacho, Lyda Maria Suaza Soto y una de sus hijas.
Lyda María Suaza es la misma mujer que aparece junto a “Pacho” en la primera fotografía que la Revista RAYA reveló de este sujeto, la cual estaba adjunta en el informe judicial suscrito por los investigadores del CTI Fabio González y el asesinado Mario Fernando Herrera, quienes delataron sus nexos con una banda del narcotráfico de la cual haría parte. Ese informe, precisamente, es del que la hoy fiscal encargada Martha Mancera negó su existencia para desacreditar las investigaciones de los dos funcionarios mencionados, quienes terminaron perseguidos judicialmente.
RAYA encontró que Lyda Suaza era la propietaria de un almacén de artículos para bebés denominado Mundo Bebé o Surtibebé ubicado en Cali y matriculado por ella ante la Cámara de Comercio de esa ciudad en el año 2014 con la razón social “Bebés y juguetes MJ”. Este es uno de los establecimientos comerciales que “Pacho” y Lyda refieren en una de las llamadas interceptadas en la que conversan de mercancía que sería de contrabando. Dicho establecimiento pasó a figurar a nombre de Luisa Fernanda Suaza Soto en 2015, quien es hermana de Lyda y cuñada de “Pacho”.
La familia Suaza Soto está compuesta por varias hermanas de ancestros campesinos con arraigo en el municipio de Guática, norte de Risaralda, aunque su estrato socioeconómico ha aumentado en la última década de manera inusitada, como lo prueban los registros de viajes al extranjero de varias de ellas.
Izquierda: La familia Suaza Soto completa en un paseo con “Pacho Malo”.
Derecha: Johanna, Lyda y Pacho Malo en las playas de Atacames en Ecuador.
También es llamativo el crecimiento de un negocio de estética especializado en uñas, con el que están relacionadas por lo menos tres de las hermanas de Lyda así como sus esposos, estos a su vez amigos de “Pacho Malo”, quienes también aparecen con él en numerosas fotografías de fiestas y viajes.
En el centro Johanna Lorena, hermana de Lyda, durante la inauguración de la sede de Arte Kaleño en Dosquebradas, en abril de 2021. Johanna aparece como propietaria de dicho establecimiento desde 2015, cuando Daniela Suaza Soto se lo cedió gratuitamente.
Este negocio, llamado Arte Kaleño, pasó de ser un modesto salón de belleza en 2015 a convertirse en un suntuoso centro de estética con más de treinta trabajadoras en 2023, un crecimiento continuado pues, a pesar de la pandemia, actualmente tiene dos sucursales en Pereira, una en Dosquebradas y otra en Santa Rosa de Cabal. RAYA obtuvo dos fotografías de “Pacho Malo” en sus instalaciones en el año 2015.
Pacho en Arte Kaleño en 2015, un centro de estética administrado por las hermanas de su esposa,
con varias sucursales en Pereira, Dosquebradas y Santa Rosa de Cabal.
La revista RAYA contactó a la señora Lyda Suaza al teléfono del negocio Arte Kaleño Kids, en donde suministraron un celular que correspondía al mismo negocio, pero en la ciudad de Dosquebradas (Risaralda). El asistente, previo a comunicar a la señora Suaza, confirmó que se trataba del negocio: “Arte Kaleño Kids, Dosquebradas, buenas tardes…”. Posteriormente, una vez la pareja de “Pacho Malo”, Lyda Suaza, pasó al teléfono, dijo que no estaba autorizada para dar entrevistas y cuando se le mencionó si conocía de dónde provenían los ingresos mayores de “Pacho”, cortó la llamada.
La otra pareja de “Pacho Malo” es Leidy Beatriz Echavarria, con quien tiene una casa en la urbanización Brisas de los Álamos, en el norte de Cali. Esta propiedad fue adquirida por la pareja en enero de 2009, cuando ambos trabajaban como detectives en el extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS). En ese sector se ofertan en el mercado casas similares con precios que van desde 195 hasta 275 millones de pesos.
Tanto “Pacho Malo” como la señora Leidy Beatriz Echavarría pasaron del extinto DAS a ser investigadores del CTI de la Fiscalía, en donde Echavarría ha ocupado el cargo de técnica investigadora adscrita a la seccional de Cali. Echavarría fue ascendida el 19 de octubre de 2021 al rango de técnica investigadora dos, según la resolución 0-1516 de esa institución.
Pacho Malo y Leidy Beatriz Echavarría, una de sus compañeras sentimentales, durante un viaje al Peñol en Antioquia.
Como lo había revelado la Revista RAYA, “Pacho Malo” estaba en el centro de un organigrama criminal bajo las órdenes de alias El Ingeniero (Edgardo Sánchez Arcos, capturado en 2023) y alias El Canoso, estructura narcotraficante en la que además presuntamente colaboraban otros dos funcionarios del CTI en Buenaventura: Rafael Antonio Tabares y César Augusto Zapata Salazar.
Esta información llegó a la hoy fiscal general Martha Mancera desde marzo de 2021 por el relato de los agentes encubiertos Fabio González y Pablo Bolaños, pero la respuesta de Mancera, según los agentes, fue desatar una persecución judicial contra ellos mientras que encubrió y protegió a “Pacho Malo”, quien, en lugar de ser investigado, fue ascendido poco después de esos señalamientos. La Fiscalía sólo tomó cartas en el asunto una vez el escándalo estalló por las investigaciones del periodista Daniel Coronell y de la Revista RAYA, cuando ya habían transcurrido más de dos años y siete meses desde que Mancera recibiera la información sobre las andanzas corruptas de “Pacho Malo”.
De hecho, las evidencias que hoy tiene la Fiscalía contra alias “Pacho Malo”, por su presunto vínculo con contrabandistas, datan del 2015, 2016 y 2017, es decir, fueron delitos cometidos de manera continuada por lo menos desde hace nueve años, cuyas pruebas durmieron en expedientes y archivos de esa institución durante una década, pasando por las manos de varios fiscales, sin que ninguno realizara acciones para impedir que “Pacho Malo” siguiera ejecutando presuntos actos delictivos desde su posición de poder al interior de la Fiscalía. Todo esto sucedió en el mismo periodo en que Martha Mancera fue directora de fiscalías del Valle del Cauca, con oficina en Buga, y superior jerárquica de alias “Pacho Malo”.