La reciente captura de Teresa Jaramillo, alias “La Tía”, revela una compleja red de paramilitarismo y poder político que apunta al Clan del Golfo en su estrategia por copar el centro y occidente del país. Revelamos fotos, audios y pruebas inéditas del expediente de alias “La Tía”.
Unidad Investigativa Revista RAYA
Teresa Jaramillo, alias “La Tía”, junto a Aníbal Gaviria, exgobernador de Antioquia
Teresa Jaramillo Giraldo, conocida como “La Tía”, era una líder política y comunal del Bajo Cauca antioqueño, presidenta en Valdivia de la Asociación de Juntas de Acción Comunal (Asocomunal) y fundadora de la Corporación Humanizarte Rural. Su captura, el pasado 20 de febrero, pateó el tablero político de Antioquia, pues la Fiscalía la acusa de ser emisaria del Clan del Golfo en el norte de Antioquia para infiltrar al Ejército y obtener información de primera mano de los operativos militares en contra de ese grupo criminal. Además, el ente acusador la señala de penetrar administraciones municipales locales, manejar contratos públicos y apoyar candidaturas a cargos de elección popular.
Todos estos hechos, documentados por la Fiscalía con pruebas, interceptaciones telefónicas y testimonios, llevaron a que un juez decidiera enviar a Teresa Jaramillo al pabellón de mujeres de la cárcel del Pedregal en Medellín mientras avanza el proceso en su contra. Alias “La Tía” fue capturada junto a Luis Fernando Zapata Jaramillo, uno de sus hijos. En el operativo también fueron capturados varios militares activos y retirados. Todos afrontan un juicio bajo acusaciones de concierto para delinquir por supuestos vínculos con el Clan del Golfo.
Los pormenores inéditos de la investigación
El 22 de noviembre de 2024, después de cuatro meses de negociaciones secretas con militares y exmilitares del Batallón Rifles de Caucasia, Teresa Jaramillo Giraldo entabló comunicación telefónica con un oficial de inteligencia de la Fuerza de Tarea Conjunta Marte del Ejército, que opera en el Sur de Bolívar. Este oficial, cuyo nombre no revelaremos por seguridad, se convirtió en el principal testigo en su contra. El oficial se encontraba en un cantón militar de Santa Rosa del Sur y grabó todas sus conversaciones con Jaramillo o alias “La Tía", actuando como agente encubierto de la Fiscalía.
De acuerdo con las pruebas de la Fiscalía, Teresa Jaramillo fungía como intermediaria del Clan para sobornar a miembros del Ejército, además impulsaba campañas políticas en la región. Jaramillo buscaba información que sirviera a ese grupo criminal sobre los movimientos y ubicaciones de las tropas, así como posibles operativos en contra. “Queremos que los dejen trabajar”, se escucha decir a alias “La Tía” en una conversación con el mismo oficial de inteligencia, en poder de esta Unidad Investigativa. El intermediario que facilitó los contactos con altos oficiales se llamaba Juan David Caicedo, un cabo del Ejército que trabajaba para el Clan del Golfo y había estado adscrito al Batallón Rifles de Caucasia, operando en la zona donde “La Tía” desarrollaba su liderazgo social.
Una vez Teresa Jaramillo estableció contacto con el agente encubierto que terminó entregándola, le explicó que el propósito del Clan del Golfo era “avanzar” hacia el Sur de Bolívar y, a cambio de información, Jaramillo prometió “cincuenta mercados”, refiriéndose en clave a 50 millones de pesos, que serían pagados mensualmente por su colaboración. También le exigió coordenadas e información sobre posibles operativos con aviones y helicópteros. Así consta en las grabaciones a las que accedió RAYA.
Jaramillo le rendía cuentas a dos de los máximos jefes del Clan del Golfo: José Gonzalo Sánchez, alias “Gonzalito”, y José Miguel Demoya, alias “Julián Chirimoya”, quien murió pocos días después de la captura de “La Tía” durante durante operativo conjunto de la DEA y la Policía en un paraje rural de La Apartada (Córdoba). Como lo había revelado esta revista, en junio del año pasado, “Julián Chirimoya” era el comandante militar del Clan que lideraba la expansión criminal de ese grupo hacia el sur de Bolívar.
La Tía habla con el agente encubierto
En varias interceptaciones se escucha a Jaramillo hablando de trámites y gestiones ante la Gobernación de Antioquia, donde ingresaba frecuentemente como presidenta de la Asocomunal de Valdivia. De hecho, la Gobernación, en cabeza de Andrés Julián Rendón, la condecoró en una ceremonia a finales del 2024.
De acuerdo con la Fiscalía, Teresa Jaramillo pagó al menos 50 millones de pesos de los sobornos prometidos, entregados al agente encubierto por su “colaboración”. Uno de los pagos fue enviado a través de su hijo, Luis Fernando Zapata Jaramillo, quien lo entregó en el parqueadero del restaurante McDonalds del barrio Laureles de Medellín en noviembre de 2024. Según varias fuentes del norte de Antioquia consultadas por RAYA, Luis Fernando Zapata también dinamizaba el negocio del narcotráfico en la zona al servicio del Clan del Golfo.
Estos señalamientos no son nuevos. En noviembre de 2020 circularon panfletos en la región acusándolo de trabajar para grupos criminales y robarse parte de los cargamentos de droga, hecho que Zapata Jaramillo negó en aquella oportunidad. En ese entonces Luis Fernando era concejal de Valdivia.
Izquierda: Teresa Jaramillo alias “La Tía” junto a su hijo el exconcejal Luis Fernando Zapata Jaramillo (de gafas oscuras). En la foto de la derecha aparece abrazando a Teresa el exmilitar Mauricio Capiz, también procesado por sus vínculos con el Clan del Golfo
Teresa Jaramillo tiene un pasado marcado por el transfuguismo político: inició su labor social en la región en 2008 como fundadora de la Asociación Campesina del Bajo Cauca (Asocbac), adscrita al Movimiento Marcha Patriótica, un movimiento estigmatizado y señalado en aquellos años de ser el supuesto brazo político de las extintas FARC. Jaramillo es oriunda del municipio de Ituango, aunque vivió algunos años en Arboletes, en el Urabá antioqueño, antes de mudarse a Valdivia en 2008, donde trabajó como guardabosques.
Después del Acuerdo de Paz de La Habana, varias personas que la conocieron aseguran que Jaramillo se “volteó” de bando y abandonó la militancia izquierdista para colaborar con el Clan del Golfo. Desde entonces, su patrimonio creció notablemente: su familia ha acumulado tierras en la vereda Montefrío y posee el balneario Cachirime cerca de Puerto Valdivia, además tienen lotes y propiedades registradas en la Oficina de Instrumentos Públicos de Yarumal.
Un investigador judicial, que solicitó estricta reserva de identidad por razones de seguridad, explicó a RAYA, que los recursos que Teresa Jaramillo inyectó durante años a las Juntas de Acción Comunal provenían del narcotráfico. “Al hijo de ella en el pueblo todo el mundo le dice “El Paisa” y en la organización criminal también. Trabajó en el tema de ‘pagadiario’ y ahora estaba haciendo sus primeros pinitos en el narcotráfico, pero el hermano de él estaba metido de lleno. Participaba con Teresa Jaramillo en ese tema, ella le respondía a “Gonzalito” [José Gonzalo Sánchez] y a “Chirimoya” [José Miguel Demoya]”, contó el investigador: “Ella debe estar asustada porque en el operativo que se hizo contra “Chirimoya” detrás estuvo la DEA, como a él le recuperaron memorias y celulares, si a ella la ligan con él en el tema del narcotráfico, ahí si se va para Estados Unidos”.
Jaramillo ha impulsado candidaturas políticas sin importar a qué partidos pertenezcan los candidatos. Empezó con las de sus propios hijos: Luis Fernando, hoy preso, fue concejal de Valdivia, y presidente de esa corporación, entre 2019 y 2023 con aval del Partido Liberal. Catalina María Jaramillo, su hija, fue candidata a la Asamblea Departamental por el Partido Verde en 2023, aunque no fue electa.
Dos fuentes con conocimiento directo —un funcionario público y un investigador judicial que hablaron con RAYA bajo condición de anonimato— relataron que, en los días previos a las elecciones de 2023, el Clan del Golfo citó a varios candidatos del norte de Antioquia a una reunión en Nechí, en un paraje a tres horas en canoa río arriba, donde, según testimonios, los armados “invitaron” a votar por Catalina María Jaramillo, hija de Teresa. Catalina es más recordada por haber filtrado un video íntimo donde pedía que votaran por ella mientras hablaba de orgasmos. El relato coincide con testimonios recogidos por líderes comunales de la zona, así como con registros de eventos proselitistas en el balneario Cachirime y con la influencia territorial que alias La Tía ejercía a través de la Asocomunal.
Teresa Jaramillo alias “La Tía” junto a su hija Catalina María Jaramillo
En una reunión de campaña en el Balneario Cachirime, propiedad de su familia, el 14 de octubre de 2023, Catalina María Jaramillo insinuó que había sido estigmatizada por presuntos vínculos con un grupo armado ilegal, agregando: “es muy triste que no se den las condiciones para que yo pueda ir a hacer política electoral al otro lado [del río], por eso voy a construir desde la Asamblea Departamental una política pública de paz”.
RAYA trató de comunicarse con Catalina María Jaramillo a través del teléfono de Humanizarte Rural, la ONG que dirige, para preguntarle por la captura de su madre y todos estos cuestionamientos. Sin embargo, no se obtuvo respuesta antes del cierre de este reportaje y desde Humanizarte aseguraron que ella ya no pertenece a la ONG, pese a que aún figura como representante legal ante la Cámara de Comercio. Se comprometieron a devolver la llamada para proporcionar un canal de comunicación con Catalina Jaramillo, pero al cierre de esta edición aún no lo habían hecho.
En las elecciones territoriales del 2023 Teresa Jaramillo apoyó también candidaturas a las alcaldías. En Ituango es conocida su cercanía con Javier Parias Posso, viejo cacique conservador y presidente de Asocomunal en ese municipio, quien en contiendas anteriores fue aliado del clan Suárez Mira de Bello, según el diario El Colombiano, grupo político del que varios de sus integrantes terminaron condenados por delitos como falsedad en documento público y vínculos con los paramilitares. Parías Posso ganó las pasadas elecciones avalado por Cambio Radical y el Nuevo Liberalismo, hoy es alcalde de Ituango.
Javier Parías Posso, actual alcalde de Ituango, abrazando a alias “La Tía” en enero de 2025, un mes antes de su captura.
En Valdivia, donde Teresa Jaramillo ejerce un enorme poder de cooptación gracias al control que tiene de las Juntas Comunales, su apoyo abierto con dinero y eventos proselitistas fue para Carlos Danober Molina, candidato del Partido Verde, quien también resultó ganador de la alcaldía. El propio Molina reconoció que detrás de su campaña estaba alias “La Tía” en el documento del programa de gobierno, donde explicó que la Asocomunal de Valdivia respaldó su candidatura y además “hacía equipo” con Catalina Jaramillo [hija de Teresa], candidata a la Asamblea.
Carlos Danover Molina, alcalde de Valdivia por el Partido Verde, ha sido cercano al gobernador Andrés Julián Rendón y su candidatura fue impulsada por alias “La Tía”.
RAYA confirmó que la Fiscalía tiene en su poder decenas de interceptaciones telefónicas de alias La Tía conversando con sus hijos Mauricio Zapata Jaramillo y el hoy capturado Luis Fernando Zapata Jaramillo, en ellas se evidenciaría cómo desviaban recursos de contratos públicos ejecutados por la Asocomunal de Valdivia, además hay pruebas de la manera en que influían en la contratación municipal y cómo le daban regalos al alcalde Carlos Molina, entre ellos una mula “mansita” para participar de una cabalgata en las fiestas del municipio.
La cooptación de los comunales
El 13, 14 y 15 de octubre de 2023, apenas dos semanas antes de las elecciones territoriales, en el corregimiento El Doce, entre Valdivia y Tarazá (Antioquia) se congregaron para el primer campamento comunal subregional más de trescientos líderes de la región del Bajo Cauca Antioqueño y el sur de Córdoba. Allí hubo presencia de algunos miembros de las juntas que controla alias “La Tía”, pero también líderes comunales de las regiones del Sinú y el San Jorge, incluso, personas que viajaron desde Montería.
Al campamento comunal asistieron miembros de una ONG que se hace llamar Conacce Chaplains y utiliza logotipos de las Naciones Unidas sin autorización. Estos mismos sujetos han participado en liberaciones de secuestrados en poder del Clan del Golfo
La convocatoria despertó sospechas pues una de las organizaciones convocantes era la Asociación de Campesinos Despertar de Córdoba (Ascadecor), creada poco después del Acuerdo de Paz de La Habana en la zona de Puerto Libertador y Tierralta (Córdoba). Fuentes en la región señalan a Ascadecor de ser cercana al Clan del Golfo, algo que ya había sido expuesto por la Comisión de la Verdad en un anexo de su informe final.
Una fuente experta, consultada confidencialmente por la Comisión de la Verdad y citada en uno de los anexos de su informe final, aseguró que Ascadecor “tiene vínculos muy fuertes con líderes de organismos comunales y con miembros de grupos armados ilegales”, actuando como parte de la “estrategia que tienen las AGC [Clan del Golfo] para dominar el territorio”. Esta advertencia documental encuentra eco en hechos posteriores, como la realización del campamento comunal en El Doce, al que asistieron miembros de organizaciones ligadas a Ascadecor. Meses después, alias “Nacho” —alto mando del Clan del Golfo— reconoció públicamente el respaldo de su organización criminal al evento.
Después, Elkín Bello Ramírez alias “Nacho” o “Eugenio”, fundador del Clan y mano derecha de uno de sus máximos comandantes, José Gonzalo Sánchez “Gonzalito” o “Willington”, confirmó que el encuentro de los comunales había sido apoyado por aquella organización criminal. Lo hizo durante la inauguración de un puesto de salud construido por el Clan en una vereda remota de Cáceres (Antioquia).
En un video datado entre febrero o marzo de 2024, que fue revelado por RAYA, Bello Ramírez admitió la colaboración del Clan con el campamento de los comunales, aunque se confundió de fechas diciendo que se había realizado en septiembre de 2023. Su confesión ocurrió ante varios campesinos de Cáceres, contando que “hace poco se presentó un campamento comunal donde participaron más de trescientos líderes comunales durante cuatro días, donde estuvieron capacitándose, y eso es lo que buscamos a través de las escuelas de formación y liderazgo comunal, que ustedes los líderes se capaciten y se les haga más fácil la gestión”.
Elkin Bello Ramírez “Nacho” fue capturado en enero de este año en zona rural de Tierralta, después de quedar herido en un combate con tropas del Ejército Nacional. Las autoridades lo presentaron como el responsable de la estrategia política del Clan en la zona, algo que la Revista RAYA había revelado antes de su captura en una serie de reportajes del 2024.
Elkin Bello Ramírez alias “Nacho” o “Eugenio” fue neutralizado en enero de este año por tropas del Ejército. RAYA obtuvo en exclusiva una foto suya cuando lo atendían por un tiro de fusil en un hospital de Montería