De cara a la COP16 en Cali, el Ministerio de Ambiente de Colombia y la Opiac firmaron un pacto para proteger la Amazonía. Los acuerdos incluyen enviar recursos directamente a las comunidades indígenas, reconocer sus territorios como áreas de conservación para 2030, y su participación en el equipo negociador de Colombia en la COP16. Este pacto resalta la importancia de los pueblos indígenas en la conservación ambiental y su participación en decisiones globales.
Por: Enrique Gamboa - Periodista Revista RAYA
En menos de 60 días, Cali será sede de la COP16, el espacio internacional más importante donde representantes de 190 países de las Naciones Unidas negociarán y discutirán sobre la protección de la biodiversidad en el mundo. Antes del inicio de la conferencia, los países deberán presentar sus planes de acción y definir una línea de implementación con metas y estrategias específicas para abordar la pérdida de la biodiversidad. Para cumplir con esa tarea, el Ministerio de Ambiente firmó un pacto con la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (Opiac) para la conservación de la biodiversidad en esta región. El pacto suscrito por la ministra Susana Muhammad y once representantes indígenas de Amazonas se llama: ‘Pacto entre los Pueblos Indígenas Amazónicos y el Gobierno de Colombia para la Conservación de la Biodiversidad’ y consta de siete puntos, de los cuáles se destacan tres: El giro de recursos directamente a las comunidades indígenas, el reconocimiento de sus territorios como áreas de conservación para 2030 y ser parte del equipo negociador de Colombia en la COP16.
El pacto se firmó durante el Encuentro Internacional de Pueblos Indígenas de la Cuenca Amazónica, que se realizó en Bogotá del 14 al 16 de agosto, evento que sirvió como antesala de la COP16 y que fue organizado por la Opiac. Uno de los puntos más importantes del acuerdo fue que el Ministerio de Ambiente y los pueblos indígenas amazónicos acordaron trabajar de la mano para promover y defender decisiones y acciones que faciliten la movilización directa de recursos hacia los pueblos indígenas durante la negociación de la COP16. Las comunidades indígenas de la Amazonía recalcaron que recibir los recursos de los proyectos destinados a cuidar el medioambiente es fundamental para poder avanzar en sus planes de cuidado y conservación de la biodiversidad de la Amazonía, pues muchas veces estos recursos no llegan a las comunidades de base.
En Colombia, los recursos que están destinados a financiar los esfuerzos para combatir el cambio climático en la Amazonía provienen de distintas fuentes. Una parte los pone el Estado, mientras que otra sale de entidades internacionales. En el primer caso, los recursos son asignados mediante el Presupuesto General de la Nación a las entidades responsables del sector ambiental, que incluyen al Ministerio de Ambiente, las Corporaciones Autónomas Regionales y las Corporaciones para el Desarrollo Sostenible. Sobre los recursos que provienen del Estado colombiano, la ONG Ambiente y Sociedad en su informe “Fondos Climáticos y la Amazonía Colombiana: Funcionamiento, Distribución Territorial, Información a la Ciudadanía, Monitoreo y Evaluación”, realizado en 2022, dice que, al igual que sucede con la mayoría de la finanzas públicas, las entidades restringen el acceso a la información a la ciudadanía por lo que no se sabe con claridad cómo son destinados estos recursos. “Esta falta de transparencia facilita el mal uso de los recursos públicos, que empiezan a desviarse desde el momento en que se tramita el Presupuesto General de la Nación en reuniones anuales a puerta cerrada. En estas reuniones los recursos empiezan su recorrido hacia alcaldías, gobernaciones y entidades del Estado aliadas de los congresistas, que desvían estos fondos para financiar intereses personales en vez del bien común”.
El mencionado trabajo de la ONG Ambiente y Sociedad también destacó de dónde vienen los recursos para combatir el cambio climático en la Amazonía colombiana. Según la investigación de la ONG, el 54,4% de la financiación proviene de la Declaración Conjunta de Intención de los gobiernos de Noruega, Alemania y el Reino Unido (DCI); el 21,9% proviene directamente de agencias del gobierno alemán, el 12% del Fondo Unión Europea, y el 5% del Banco Mundial, mientras que el 6,7% restante proviene de otros donantes. La DCI, de la que hacen parte Noruega, Alemania y el Reino Unido, busca trabajar en estrecha asociación con el Gobierno de Colombia, para combatir el cambio climático. Para que el Estado colombiano reciba los aportes de estos tres países debe mostrar logros y metas en cuanto a la reducción de emisiones de carbono en la Amazonía. “Para verificar el cumplimiento de estos objetivos, Colombia se compromete a promover el desarrollo de una contabilidad robusta de las emisiones de carbono, de sus niveles de referencia y un sistema nacional transparente y comprehensivo de Monitoreo, Reporte y Verificación”, dice el documento de la DCI.
Sin embargo, la investigación de la organización colombiana no es la única que ha abordado sobre los recursos que reciben los pueblos indígenas del mundo. La organización no gubernamental de Noruega, Rainforest Foundation Norway, que trabaja para proteger las selvas tropicales y asegurar los derechos legales de sus habitantes, publicó en 2021 un informe en el que destacó que las organizaciones indígenas y comunitarias reciben alrededor del 1% de la ayuda destinada al cambio climático. Para entender esta situación, la Revista RAYA habló con Pablo Hernán Jamioy Juajibioy, líder del equipo de incidencia de la Opiac de cara a la COP16. “La canalización de recursos directos a los pueblos indígenas debe servir para poner en marcha el plan de biodiversidad y lo acordado en el marco de la Mesa Regional Amazónica”, dijo Jamioy Juajibioy.
Es importante destacar que la Mesa Regional Amazónica es un espacio de concertación para recomendarle a las distintas instancias del Gobierno Nacional la formulación, promulgación y ejecución de políticas públicas destinadas al desarrollo sostenible para los pueblos indígenas asentados en esta región del país. En su charla con este medio Pablo Hernán Jamioy Juajibioy explicó cómo sería el mecanismo para recibir los recursos de manera directa. “Se está estructurando, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, el Fondo Indi. Este mecanismo recibirá los recursos de diversas fuentes, como fondos climáticos o donaciones, que se manejan mediante un encargo fiduciario, bajo un sistema de gobernanza propio de los pueblos indígenas. De esta manera, los territorios podrán priorizar áreas y ejes estructurales.”
El líder del equipo de incidencia de la Opiac de cara a la COP16 enumeró las prioridades que deben atenderse cuando ya no haya intermediarios y los pueblos indígenas puedan recibir los recursos destinados al cuidado del ambiente directamente. Destacó la importancia de fortalecer el monitoreo territorial debido al constante ingreso de terceros en sus territorios, mediante la demarcación con placas y la instalación de vallas indicativas. Además, enfatizó la necesidad de invertir en el proceso legal para la formalización de los territorios indígenas ya constituidos y realizar estudios para una titulación colectiva. “Finalmente, hay una línea prioritaria que es asegurar medios integrales de vida para las comunidades que cuidan la naturaleza. Se deben fortalecer los emprendimientos de turismo amazónico, artesanías y productos como el acai para generar ingresos y asegurar la seguridad alimentaria”, afirmó el líder del equipo de incidencia de la Opiac en la COP16.
El segundo acuerdo suscrito entre la Opiac y el Ministerio de Ambiente hace referencia a que el Gobierno Nacional garantizará, de manera progresiva, que para 2030 los territorios indígenas de la Amazonia colombiana sean reconocidos como áreas de conservación indígena, asegurando así su conectividad biocultural. Este acuerdo se hace para lograr el cumplimiento de las metas 1 y 3 del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, el cual fue aprobado por 196 países en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad (COP15) celebrada en Canadá en diciembre de 2022, donde se establece un ambicioso programa hacia la construcción de un mundo que viva en armonía con la naturaleza.
Según el acuerdo internacional, la meta 1, del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, busca que para 2030 todas las zonas de importancia para la biodiversidad, como lo es la Amazonía, estén sujetas a una planificación especial que tenga en cuenta la diversidad biológica, el cambio en el uso de la tierra y los océanos, a fin de acercar a cero la pérdida de las superficies. Mientras que la meta 3 dice que para ese mismo año, al menos el 30% de las zonas de importancia para la biodiversidad deben ser conservadas y gestionadas eficazmente mediante sistemas de áreas protegidas ecológicamente y gobernadas de forma equitativa. Es importante destacar que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) define a los Territorios Indígenas de Conservación como áreas que contienen valores de biodiversidad, beneficios ecológicos y valores culturales, conservados voluntariamente por pueblos indígenas y comunidades locales. Estos territorios se caracterizan por estar ligados a la identidad cultural y tener una relación con la subsistencia de quienes los habitan, además de proteger las características funcionales de los ecosistemas.
Aunque en el pacto firmado entre el Ministerio de Ambiente y la Opiac aún no se estableció cuáles serán las primeras tierras indígenas que serán reconocidas como territorios de conservación, en el mismo documento se resaltó que se concertará, en el marco de la Mesa Regional Amazónica, “una ruta que permita la identificación y las alternativas para su ampliación y seguridad jurídica de los territorios indígenas, con la concurrencia de las entidades competentes para este proceso, sin perjuicio del ordenamiento territorial”. En su entrevista con RAYA Pablo Jamioy Juajibioy destacó que declarar los territorios indígenas de la Amazonía colombiana, como áreas de conservación, efectivamente, servirá para cumplir con lo acordado en la pasada COP15, que sirvió como antesala a la próxima a realizarse en Cali. “Lo que hemos dicho es que necesitamos ampliar nuestros territorios como medida efectiva de conservación y de cuidado. En la actualidad de las 27 millones de hectáreas que tenemos tituladas, el 93% son bosques naturales que conservan su integridad ecológica”, puntualizó.
Además de crear un mecanismo que sirva para que los pueblos indígenas de la Amazonía colombiana reciban recursos de manera directa y sus territorios sean declarados como áreas de conservación, el Ministerio de Ambiente también se comprometió que junto a la Cancillería coordinará la creación de un programa de incidencia y participación directa de los pueblos indígenas amazónicos de Colombia en instancias bilaterales y multilaterales donde se traten temas del Amazonas, comenzando por la COP16.
Para asegurar su participación en el evento de la ONU, que se llevará a cabo del 21 de octubre hasta el 1 de noviembre, la Opiac formó un equipo de incidencia dedicado a generar espacios de diálogo con entidades nacionales e internacionales para crear alianzas que impulsen un desarrollo sostenible en la Amazonía colombiana, cuyo líder es Pablo Hernán Jamioy Juajibioy, y quien destacó la importancia de participar en la COP16. “Se abrió un espacio dentro del equipo negociador de Colombia, lo cual es muy importante. A nombre de los pueblos indígenas de la Amazonía, vamos a posicionar en las discusiones temas estratégicos planteados en el Plan Nacional de Biodiversidad, con un enfoque de incidencia para los pueblos amazónicos, dado que forman parte de un ecosistema estratégico.”
El pacto firmado por la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhammad, y los pueblos indígenas de la Amazonía, que cuidan cerca de 27 millones de hectáreas, también incluye que el Gobierno Nacional utilizará el Sistema de Información Integral de los Pueblos Indígenas Amazónicos de la Opiac como una de sus fuentes de información. Este sistema, tipo hardware, ha sido alimentado gracias a los proyectos en los que la organización está trabajando, enfocados principalmente en la formalización de territorios y el fortalecimiento de la gobernanza propia, así como en procesos de intervención en espacios de decisión sobre problemáticas ambientales en sus territorios. “La idea es que con este proceso y con el apoyo institucional podamos migrar a un sistema integral en el que podamos reportar temas tan importantes como demografía representativa y función administrativa”, manifestó Jamioy Juajibioy.
Además de los acuerdos ya mencionados, tanto la Opiac como el Ministerio de Ambiente acordaron otros puntos como: el reconocimiento de los pueblos indígenas como custodios de la biodiversidad y socios en su conservación, el seguimiento y evaluación periódica de la implementación del Plan de Acción de Biodiversidad, el fortalecimiento de la participación de los pueblos indígenas en la toma de decisiones en materia ambiental y de biodiversidad y la promoción de acuerdos internacionales para la conservación y uso sostenible de la biodiversidad. Los diferentes actores que participaron en la elaboración del documento destacaron que es crucial para Colombia, como país anfitrión de la COP16, contribuir a garantizar el reconocimiento del aporte de los pueblos indígenas al mundo en materia de conservación de la biodiversidad, no solo porque son cuidadores de los recursos naturales, sino porque sus procesos han llevado a una relación armónica entre la naturaleza y la civilización humana.