RAYA habló con un médico palestino sobre la situación actual de Gaza luego del plan de “paz” anunciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro Israelí, Benjamín Netanyahu. Relató que, a pesar de ello, los ataques de Israel contra civiles continúan. “Los palestinos no tenemos miedo de alzar la voz por nuestro pueblo. Sabemos que la vida solo vale la pena vivirla si es con dignidad”, dice Anas Ayesh, un joven que se ha convertido en la voz de Gaza para el mundo hispanohablante.
Por: Tatiana Portella
Cinco días después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, diera a conocer la firma de la primera fase del llamado acuerdo de paz entre Israel y Hamás, el pueblo de Gaza sigue bajo el fuego. Aunque el pacto contemplaba la liberación de 48 rehenes israelíes —a cambio de casi 2.000 presos palestinos, entre ellos 250 con cadena perpetua y 22 menores—, las violaciones al alto al fuego por parte del gobierno israelí no cesan.
El acuerdo establecía, entre otras cosas, que Israel debía permitir el ingreso de 400 camiones diarios de ayuda humanitaria, una cifra considerablemente menor a la pactada durante otros acuerdos cuando se había fijado un mínimo de 600 camiones diarios para asistir a los 2,2 millones de gazatíes que dependen de esa ayuda. Sin embargo, en las últimas horas la cantidad se ha reducido a 300 camiones, luego de que Hamás, según Israel, entregara únicamente 4 de los 28 cuerpos de rehenes que se había comprometido a devolver. Como consecuencia, el gobierno de Benjamin Netanyahu mantiene bloqueado el cruce de Rafah, impidiendo el ingreso pleno de suministros esenciales para la supervivencia de los gazaties.
Según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU-Palestina, el ejército israelí “sigue matando civiles” en zonas donde se había decretado un alto al fuego, el 10 de octubre pasado, con al menos 15 palestinos asesinados a tiros el los últimos días. Asimismo, la ONU ha exigido la apertura urgente de los pasos fronterizos y el cumplimiento del envío de agua, alimentos y medicinas.
Además, solo un día después de iniciado el cese, el reconocido periodista palestino Saleh Al-Jafarawi fue asesinado a tiros en la ciudad de Gaza, recordando al mundo lo que muchos palestinos ya saben: Israel no ha cesado su ofensiva ni el genocidio en curso desde 1948 .
En ese escenario de destrucción y resistencia, Anas Ayesh, un joven palestino de 29 años que estudió medicina en Venezuela, se ha convertido en una de las voces más firmes desde Gaza, narrando en español lo que viven millones de personas bajo el asedio. “Los palestinos no tenemos miedo de alzar la voz por nuestro pueblo. Sabemos que la vida solo vale la pena vivirla si es con dignidad”, dice Anas desde la Franja.
Anas Ayesh con niños en Gaza, 2024. Fotos: cuenta de Instagram @anas.ayesh
RAYA: Vimos a varias personas celebrando en las calles un supuesto “acuerdo de paz” de Israel con Hamas. ¿Qué ha pasado después de esto?
Anas Ayesh: Aquí la gente no confía mucho. Este supuesto plan de paz impulsado por Donald Trump no ha traído cambios. Comenzó la primera fase y todo sigue igual. Las personas están desesperadas por un alto al fuego; quieren descansar de la matanza y el hambre, pero no hay esperanza real. La desconfianza es total hacia cualquier negociación política.
RAYA: Son 20 los puntos de ese plan, ¿crees que alguno podría permitirles vivir en paz como un país soberano e independiente?
Anas Ayesh: Aquí en Gaza nadie los acepta, pero estamos obligados. El plan no es justo, pero la gente se aferra a la mínima posibilidad de sobrevivir. Hemos perdido vidas, tierras, rehenes; la destrucción es total. Aun así, sabemos que Israel no cumplirá. Lo urgente es detener la matanza, no firmar papeles que no se respetan.
RAYA: ¿Qué ha cambiado desde que se firmó la primera fase del acuerdo?
Anas Ayesh: Hasta ahora, muy poco. No han entrado camiones con ayuda humanitaria, aunque se anunció que llegarían desde el 13 de octubre. Tampoco hubo intercambio de prisioneros. Los ataques se “pausaron”, pero los drones siguen disparando a quien se acerca a ciertas zonas. Hay miedo, incertidumbre y la sensación de que nada está realmente detenido.
RAYA: Netanyahu dijo ante Naciones Unidas que Israel no comete genocidio, que incluso les advierte antes de bombardear. ¿Qué responde a eso?
Anas Ayesh: Vamos a tomar un ejemplo. Hace poco se anunció un cese al fuego que debía comenzar el viernes 10 de octubre a las 12 del mediodía, pero Israel dijo que entraría en vigor a las 16:00. Ya son las nueve de la noche y siguen bombardeando. Así ha sido siempre. Dicen una cosa y hacen otra. Nunca cumplen un acuerdo. Es su costumbre desde hace años y todos aquí lo sabemos.
Fotos: cuenta de Instagram @anas.ayesh
RAYA: ¿Podría contarnos sobre su vida antes del conflicto y qué lo llevó a Venezuela a estudiar medicina?
Anas Ayesh: Soy palestino gazatí. Nací en Gaza en 1996 y tengo 29 años. Me fui de mi tierra a los 18, tras obtener una beca para estudiar medicina en Venezuela. Esa beca fue otorgada por el presidente Hugo Chávez y mantenida por Nicolás Maduro. Fuimos varios jóvenes de Gaza y Cisjordania beneficiados en 2014 por la llamada Beca Solidaria.
En Venezuela enfrenté muchas dificultades: la crisis económica, los cortes de electricidad y la inseguridad. Aun así, seguí estudiando y trabajando para sostenerme. Durante ese tiempo pude viajar a Bolivia y Brasil para reunir dinero y continuar la carrera. Después llegó la pandemia y con ella una pausa. Luego logré reincorporarme al programa de Medicina Integral Comunitaria, una iniciativa que enseña el valor de la solidaridad.
Tras ocho años sin ver a mi familia, reuní el dinero para volver a Gaza. Una semana después de mi llegada estalló la guerra. El cruce fronterizo se cerró y desde entonces no he podido salir ni retomar mis estudios.
RAYA: ¿Qué significó sobrevivir en un territorio en asedio? ¿Cómo ha sido su vida y la de su familia dentro de Gaza?
Anas Ayesh: Siempre he ayudado a mi familia a resistir. Vivimos entre bombardeos, desplazamientos, hambre y escasez. Hay quienes se aprovechan de la situación para especular o generar más sufrimiento, algo que Israel promueve deliberadamente. A pesar de todo, mantuve la fe y la esperanza de salvar a mi familia. La solidaridad del pueblo me ha dado fuerza para resistir este genocidio.
RAYA: Aunque no terminó la carrera de medicina, su formación le permitió atender a heridos durante los ataques. ¿Cómo fue esa experiencia?
Anas Ayesh: Mi conocimiento básico me permitió prestar primeros auxilios a desplazados en nuestro campo de refugiados. No había hospital cerca ni personal que atendiera emergencias. Fue muy duro tener que aplicar lo aprendido en medio del horror, pero también fue un acto de servicio hacia mi gente. Eso me hizo más fuerte. Además, hablar español me permitió contar lo que vivíamos y denunciar los crímenes de Israel a través de mis redes sociales.
RAYA: Ha tenido que desplazarse varias veces. ¿Cómo fue la travesía de su último desplazamiento al sur de Gaza?
Anas Ayesh: Fue un camino de terror. Uno de los momentos más difíciles de mi vida. Había riesgo de morir, de ser capturado o desaparecido. Tuvimos que cruzar zonas con tanques, soldados y cadáveres entre los escombros. Ver los cuerpos, los restos de personas bombardeadas o baleadas… es como vivir una película de horror. Pero no teníamos otra opción: era avanzar o morir allí.
Foto: cuenta de Instagram @anas.ayesh
RAYA: ¿Cómo comenzó su labor de narrar lo que ocurre en Gaza? ¿Siente miedo, sabiendo que los periodistas son un objetivo militar del ejército israelí?
Anas Ayesh: La mentalidad del pueblo palestino es no tener miedo de hablar. Desde niños sabemos que la vida solo tiene sentido si se vive con dignidad. Nuestra dignidad es resistir y hacer que el mundo conozca nuestra causa. Sobre esta tierra existimos nosotros, los palestinos, que merecemos vivir en libertad y soberanía.
Mi objetivo nunca fue ser periodista. Solo quería mostrar lo que pasaba. Empecé grabando videos para mis amigos en Venezuela, sin pensar en publicarlos. Perdí mi celular y pasé meses sin señal ni acceso a redes. Cuando logré reconectarme, vi el interés del mundo hispanohablante por Gaza y decidí dedicarme a contar lo que vivimos cada día.
RAYA: Si pudiera hablarle al mundo, ¿qué mensaje dejaría para quienes siguen creyendo en la humanidad y levantan su voz por Palestina?
Anas Ayesh: No se olviden de nosotros. Que haya un plan de paz no significa que el sufrimiento haya terminado. No hemos ganado nada. Este dolor no empezó hoy; viene desde 1948, más de setenta años de ocupación y humillación. Aunque la masacre se detuviera hoy, la causa palestina seguiría viva porque nos siguen negando los derechos más básicos. Les pido que mantengan la solidaridad, que nos ayuden a vivir con dignidad y en libertad. Queremos una Palestina libre, soberana, sin muros ni miedo.
RAYA: Cuando todo esto termine, ¿qué sueña hacer? ¿Volver a Venezuela, seguir estudiando o sus planes cambiaron?
Anas Ayesh: Desde el primer día del genocidio no he dejado de pensar en terminar mi carrera y en ayudar a mi familia. Esos son mis dos grandes objetivos. También seguiré alzando la voz por mi pueblo en cualquier lugar del mundo. Ese ha sido mi sueño desde niño y no va a cambiar.