Revista RAYA tuvo acceso al expediente del caso de Milena Inmolo Guacamayo, niña indígena de la etnia Nükák que murió en 2016 en el hospital de Villavicencio cuando tenía 12 años y 39 semanas de embarazo. Su bebé murió en el vientre. La Fiscalía ha abierto dos investigaciones por su caso: una por acceso carnal abusivo con menor de 14 años y la otra por homicidio culposo. La primera ya fue archivada y la segunda poco avanza.
La última vez que Lida Berenice Aguillón, una misionera que trabaja con la comunidad indígena Nukak, vio con vida a Milena Inmolo Guacamayo fue en diciembre de 2015. Desde que había llegado al resguardo en la vereda Tomachipan de San José del Guaviare para traducir la biblia, se había enterado de que Milena estaba embarazada.
“Lo que se hablaba en ese momento era que el responsable era un joven de la comunidad [...], sin embargo, también se sabía que había tenido muchos encuentros con los patrones, es decir, con hombres blancos”, le respondió la misionera a la Fiscalía General de la Nación el 1 de septiembre de 2016.
Desde que Milena murió el 15 de abril de ese año, la Fiscalía ha abierto dos investigaciones para esclarecer su caso. La primera es por el delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años, pues al momento de quedar embarazada tendría 11 años de edad, según el registro civil de nacimiento de fecha de 3 de enero de 2004, que reposa en el expediente al que tuvo acceso Revista RAYA. Sin embargo, personas allegadas a la comunidad, como la misionera, dicen que el registro civil está errado. “Tenía aproximadamente 15 años, lo que pasa es que la Registraduría pone una edad a ojo que siempre es inferior”, dijo Aguillón en el expediente de la Fiscalía.
La otra investigación es por el delito de homicidio culposo. La Fiscalía maneja la hipótesis de que la muerte de la menor se dio por falta de atención médica oportuna por la demora de cuatro días desde que comenzó el trabajo de parto hasta que fue trasladada a un hospital con capacidad de darle atención y por varias faltas de ahí en adelante hasta su muerte 17 días después.
Milena vivía con su padre Óscar, su único familiar, pues su madre había muerto cuando tenía tres años de edad, pero cuando llegó el 28 de marzo de 2016 a las nueve de la noche Milena llegó al centro médico de la vereda Tomachipan con un fuerte dolor abdominal, llegó sola. El médico que la atendió, Juan Gabriel Torres González, en entrevista con la Fiscalía recordó a Milena como una paciente muy intranquila, que no hablaba bien español y que llegó con síntomas de parto. Por esa razón, y aduciendo que en los centros veredales no hay capacidad para atender partos, solicitó trasladarla de manera urgente a San José del Guaviare.
La única vía posible para sacar a Milena a un centro urbano era por aire, pues el viaje normal entre el resguardo de Tomachipan y San José del Guaviare toma al menos 11 horas en lancha. Pero la avioneta solo llegó a Tomachipan el 1 de abril al medio día, cuatro días después del ingreso de Milena al centro de salud.
Según Germán Zamudio Anzola, coordinador de área de la Secretaría de Salud de San José del Guaviare y quien fue el encargado de conseguir la avioneta para el traslado, recibió la solicitud el 31 de marzo sobre la 1 de la tarde y que “Por razones de clima fue imposible trasladar la avioneta a Tomachipan ese mismo 31” por eso se demoró hasta el día siguiente.
En todo caso, el médico Torres testificó que en los días que Milena estuvo en el centro veredal el dolor iba creciendo y que, incluso, “se golpeaba de manera muy fuerte la barriga y se intentó quitar el abordaje venoso”, según declaró a la Fiscalía. Su relato indica que en la madrugada del 30 de marzo Milena empezó el trabajo de parto. “Era un feto grande y por la anatomía física de la niña no pudo pasar todo el canal vaginal”, le dijo Torres González a la Fiscalía General según el expediente al que tuvo acceso Revista RAYA. Y agregó: “Ella no ayudaba, no nos podíamos comunicar bien y no pude hacer el parto. Sobre las cinco de la mañana no sentí el foco cardíaco fetal”. Esto significa que el bebé de Milena podría haber muerto desde la madrugada del 30 de marzo, pero sólo dos días después sería trasladada a un hospital.
Al mediodía del 1 de abril llegó la avioneta que tenía la misión de transportar a Milena a San José del Guaviare. El enfermero Rafael Gómez Parra, quien viajó en la avioneta, declaró a la Fiscalía que encontró a Milena “en condiciones regulares de salud, pero totalmente consciente”.
El enfermero le preguntó al médico del centro de salud sobre el responsable de la violación. “No me dijo el nombre y hasta el momento no tengo conocimiento de eso. Lo que sí me acuerdo fue que Milena viajó sola, sin acompañante, nadie de su comunidad se hizo responsable de ella”, aseguró Gómez.
Zamudio, de la Secretaría de Salud, testificó que “Cuando la llevamos a urgencias del hospital de San José se verifica que no hay fetocardia fetal. Después nos dicen que la llevaron a realizarle una cesárea y que la paciente se complicó. Desde ahí no sé más del caso”. El diagnóstico del ESE Hospital San José del Guaviare: “Cesárea de emergencia, embarazo de alto riesgo por altura uterina, expulsivo prolongados, óbito fetal. Malaria complicada”. Milena fue ingresada a la Unidad de Cuidados Intensivos ese mismo día y el gerente del hospital, Félix Octavio Cano García, le informó al ICBF que la menor había llegado al hospital en delicado estado de salud.
Tres días después, el 5 de abril, el ICBF regional Guaviare instauró ante la Fiscalía denuncia penal por acceso carnal abusivo con menor de 14 años por el caso de Milena mediante auto 032 e inició el proceso de restablecimiento de derechos por vulneración a su integridad personal y libertad sexual.
Ese mismo día Milena fue trasladada por vía terrestre al Hospital Departamental de Villavicencio, a 285 kilómetros de distancia. En un viaje de cerca de cinco horas, con su salud cada vez más débil.
En la madrugada del 6 de abril el médico ginecólogo del hospital de Villavicencio decidió realizarle una histerectomía: operación para extraer el útero. En total estuvo 11 días hospitalizada en Villavicencio donde fue diagnosticada con paludismo, neumonía, insuficiencia respiratoria y sepsis puerperal, entre otros. Milena murió el 15 de abril a las 3 de la mañana en el hospital de Villavicencio por un paro cardíaco.
Desde que la Fiscalía General conoció el caso de Milena ordenó iniciar la respectiva investigación. El 5 de mayo de 2016 la seccional Guaviare abrió el expediente 00775, donde pidió identificar e individualizar al responsable del acceso carnal abusivo a menor de 14 años que tuvo como víctima a Milena Inmolo.
En las actividades de indagación, según el expediente, el investigador Marco Iván Cogua le solicitó al hospital de San José del Guaviare que, “en caso de haber sido recolectadas evidencias biológicas o muestras no contaminadas de la cesárea en la que se le extrajo el feto a Milena, favor remitirlas al centro regional de Medicina Legal”, esas pruebas nunca llegaron.
El funcionario explicó que solicitó esas muestras para contrastar el ADN del feto y con el del posible victimario, además, recalcó que era necesario “gestionar valoración de historias clínicas con miras de determinar si hay posible responsabilidad médica”.
La fiscal Cielo Peña Iguavita recibió el primer informe del investigador el 7 de septiembre de 2016. Después de cuatro meses de trabajo no se logró la identificación e individualización del victimario de Milena. “Se carece de información del progenitor del menor”, señaló Marco Iván Cogua.
Sobre el miembro de la comunidad señalado por la misionera Berenice como posible responsable, el informe dicta: “No se pudo establecer si la persona conocida como [...] era el padre del óbito. Es importante resaltar que por la distancia que hay entre esta capital con la vereda Tomachipan no fue posible el traslado del suscrito a esa zona rural”. Sobre los colonos, también señalados por Berenice, el informe no dice nada.
Simplemente se ordenó archivar el caso por el delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años; Milena, su historia y su justicia pasaron al olvido.
Casi cuatro años después, el 22 de julio de 2020 la fiscal Peña Iguavita pidió desarchivar la investigación y empezó a manejar la hipótesis de que la deficiencia en la atención médica oportuna podría configurar un delito de homicidio culposo.
Para el ente investigador surgen interrogantes sobre las decisiones que tomaron los tres centros de salud que atendieron a Milena. Por ejemplo, qué razones de tipo médico y administrativo sustentan el traslado de la paciente desde San José del Guaviare a Villavicencio conociendo su delicado estado de salud. Y en qué irregularidades médicas se pudo haber incurrido durante los 17 días que fue atendida sucesivamente en el centro médico de Tomachipan, el ESE de San José del Guaviare y el hospital de Villavicencio.
El caso de Milena todavía sigue en proceso de investigación en la Fiscalía 36 de San José del Guaviare. Siete años han pasado desde su muerte y las autoridades nunca supieron quién fue el responsable de la presunta violación ni si hubo irregularidades médicas que habrían llevado a su muerte. Ningún funcionario se ha desplazado hasta Tomachipan para preguntar por ella y su historia.