Este lunes 25 de agosto se desarrollará en Tumaco una audiencia pública sobre el proyecto de ley de Paz Total y el papel que tendrá el Congreso de la República para sacar adelante una ley que permita concretar procesos de paz como el de Comuneros del Sur. RAYA habló con Yovanny Cárdenas, líder campesino e indígena del Resguardo de la Montaña en Samaniego, donde se desarrolla este proceso. Con más de dos décadas en el movimiento social, valora los avances y asegura que la paz es parte central del plan de vida para sus comunidades.
Redacción Revista RAYA
Yovanny Cárdenas lleva más de dos décadas en el movimiento social. Líder campesino y comunitario, ha trasegado por las montañas y selvas del Litoral Pacífico y la cordillera en Nariño, en la juntanza de procesos sociales que desde hace años le apuestan a la paz. Es miembro de las mesas de víctimas municipales y departamentales, y también uno de los líderes del Resguardo Indígena de la Montaña en Samaniego, justamente donde se desarrolla la mesa de negociaciones entre el Gobierno Nacional y los Comuneros del Sur, un frente que se autodenomina disidente del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y que decidió desarrollar su propio proceso de paz, criticado por el Comando Central del ELN.
Fotografías: Pastoral Social de Ipiales
La experiencia de Cárdenas y de su comunidad es central en un momento en que el proceso de los Comuneros avanza con más vitalidad que cualquier otro en el país, pero enfrenta un dilema mayor: la ausencia de un marco jurídico claro que brinde seguridad a quienes se acojan a la Paz Total. Precisamente este es el objetivo del proyecto de ley que se discute en la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, cuya audiencia pública se realizará en Tumaco este 25 de agosto. Lo que allí se decida tendrá repercusiones directas en los territorios donde comunidades como la suya han sostenido la esperanza en medio de la guerra.
Cárdenas conversó con la Revista RAYA el 8 de julio en Samaniego (Nariño), en el marco de un encuentro convocado por la Iglesia Católica para hacer seguimiento a los avances de ese proceso de paz. El líder social hizo una valoración de la mesa y de la ruptura entre ambas facciones insurgentes, que ha generado zozobra en la población por temor a represalias. Dice que, pese a los riesgos, hay esperanza y envía un mensaje a todos los grupos armados para que respeten a la población civil y la mantengan fuera del conflicto.
¿Cómo ve el papel de la comunidad indígena y campesina en el proceso de paz con los Comuneros del Sur?
Inicialmente habíamos apostado al tema de paz en nuestro Plan de Vida, lo hacemos incluso desde antes de ser un resguardo indígena. Hoy somos un resguardo de aproximadamente 40.000 hectáreas y entre 1.800 y 2.000 familias. A finales de 2007 y comienzos de 2008 constituimos un comité de derechos humanos. Para nosotros la apuesta de paz territorial era esto que se está haciendo: cómo desde nuestro proceso organizativo empezábamos a hacer una transformación. En nuestro Plan de Vida, por ejemplo, ya teníamos contemplado un proyecto de sustitución de cultivos ilícitos. No sabíamos cuándo ni cómo, pero teníamos claro que había que hacer una sustitución de la coca.
Después participamos en muchos escenarios de los diálogos entre el Gobierno y las FARC, hasta que se dio ahora en este gobierno la coyuntura de la Paz Total y empezó el Ejército de Liberación Nacional (ELN) a dialogar con el Gobierno. Nosotros seguimos apoyando y estuvimos en los escenarios de participación de la sociedad civil. Luego pasó lo que ya sabemos: la ruptura entre el Comando Central del ELN y el frente Comuneros del Sur. Comuneros avanzó hacia la paz y el ELN se quedó en las condiciones que ya todos conocemos.
Detalles del encuentro por la paz en Samaniego para hacer seguimiento con la comunidad a los avances del proceso de paz con Comuneros del Sur
Ustedes alcanzaron a estar en el proceso de paz grande con el ELN, en lo que se llamó el Comité Nacional de Participación…
Nosotros aquí en Samaniego hicimos un evento grandísimo. Luego participamos en eventos en el Cauca. Hemos venido en esta dinámica de apoyar siempre cualquier iniciativa que genere tranquilidad en nuestro territorio, porque nosotros vivimos en medio del conflicto.
¿Qué opina de la ruptura de Gabriel Yepes, conocido como H.H., con el Comando Central del ELN?
La verdad es que no nos atrevemos a hacer conjeturas en público de algo que no nos corresponde. Simplemente escuchamos lo que sucedió y la versión pública que existe, pero ese tema interno de ellos como organización nosotros no lo podemos dimensionar. El Comando Central del ELN dice una cosa, los Comuneros del Sur dicen otra. Nosotros, como sociedad civil y como comunidades, lo que decimos es que cada quien solucione sus inconvenientes y sus problemas. Lo importante es que no nos lleven por delante a nosotros, a las comunidades, a los líderes.
No tenemos la culpa de que esa ruptura haya llegado a esos términos. En algún momento los dirigentes sociales de este territorio nos sentimos estigmatizados, porque con la ruptura empiezan a decir “estos están con fulano”. Pero nosotros no estamos ni con los unos ni con los otros: estamos con las comunidades. Venimos de unos procesos organizativos históricos. En su momento apoyamos los diálogos entre el ELN y el Gobierno, también lo hicimos con las FARC. Apostamos a que ojalá todos los actores armados del país lleguen a un feliz término en el diálogo y todos trabajemos por la paz.
Entonces, ¿ven con buenos ojos este proceso separado con los Comuneros del Sur, el más avanzado del país hasta el momento?
Creemos que cualquier apuesta de paz, de donde venga, es bien vista. Creemos que hay posibilidades. Yo tuve la posibilidad de estar en la Comisión de Paz de la Cámara de Representantes en junio y allá planteamos claramente eso: nosotros, desde los territorios y las comunidades, desde nuestros orígenes, toda la vida le hemos apostado a la construcción de paz. No es que seamos aliados de Comuneros, ni mucho menos, pero lamentablemente hemos vivido en medio del conflicto porque Colombia es víctima de un conflicto histórico. Por eso nos ha tocado construir en medio de la guerra. Para nosotros es mejor la paz, somos los más perjudicados con la guerra.
¿Han tenido roces con otras organizaciones sociales que vean con malos ojos el proceso de paz con los Comuneros?
No hemos tenido una discusión sobre ese tema. Nosotros hacemos parte del Coordinador Nacional Agrario. De un tiempo para acá estamos como dispersos, hemos notado un silencio. También hacemos parte de la Minga del Suroccidente. No sé cómo nos estén mirando ahora, hay una especie de recelo.
Nos hemos ganado muchos escenarios por la dinámica territorial que tenemos. Hemos ayudado a impulsar el tema de participación en los diálogos con el ELN, hemos estado siempre que ha habido acercamientos entre el ELN y el Gobierno. Sí nos sentimos estigmatizados ahora que hay diálogos con los Comuneros, pero no tenemos prevenciones. Nosotros luchamos para que la gente que habita nuestro territorio pueda seguir ahí. Ya estuvimos ocho meses desplazados por fuera…
Acto simbólico en Samaniego (Nariño) durante el encuentro para hacer seguimiento al avance de los diálogos.
¿Cómo fue ese desplazamiento?
Fue por la confrontación que se dio entre los Comuneros del Sur y la Columna Franco Benavidez de las disidencias de las FARC, que entró al territorio en 2022. A mí personalmente me tocó ir a hablar con la Franco Benavidez porque habían secuestrado a unos señores. No sabemos cómo nos vean ellos, pero nuestro liderazgo es para que este Gobierno llegue hasta aquí, porque creemos que el cambio es posible. Desde ahí seguiremos apoyando en lo que toque.
¿Qué beneficios ha traído a la población el proceso de paz con los Comuneros del Sur?
Hay una reducción total de los homicidios con relación a cómo era antes. No vamos a decir que están en cero, porque ocurrieron unos hechos en el municipio de Linares, pero a comparación con lo que nosotros contábamos antes la reducción es de un 90%.
A nuestro territorio nunca había ido el Estado, ni en sueños sabíamos lo que era una placa huella, ni había habido un acercamiento directo con el Gobierno para la sustitución de cultivos ilícitos. La primera organización que creamos fue una cooperativa para tener una figura jurídica que protegiera nuestro territorio de la gran minería. Esa fue una lucha que dimos articulados con los compañeros de la Federación Agrominera del Sur de Bolívar que estuvieron en nuestro territorio. Siempre hemos planteado que la minería debe ser de nosotros, de las comunidades, que no venga una multinacional a llevarse todo y quedemos en las mismas.
Por eso hemos apoyado lo que el Gobierno ha venido planteando de la formalización de la minería y el pequeño minero. Creamos un mandato en el territorio para hacer la minería, pero de una manera lo más responsable posible. También hay preocupaciones: ¿qué va a pasar si los Comuneros se van? ¿Qué otros grupos armados pueden llegar? ¿Quién va a blindar el territorio?
Un temor que se escucha es que el ELN atente contra los Comuneros o contra sus familias, pues los acusan de traición. ¿Tienen ese temor en la comunidad?
La verdad no podría decir si ellos tienen o no ese temor. Pero ese es un temor de todos: que de pronto quieran retomar el territorio y vengan a confrontar. Cuando nos tocó ir a hablar con los de la Franco Benavidez ellos decían que venían a recuperar su territorio. Y les dijimos que no era ni de ellos ni del ELN: este territorio es de nosotros, de nuestros ancestros, de nuestro resguardo.
No es nuestra culpa que nos haya tocado vivir en medio del conflicto. Ahora no sabemos si, frente a las apreciaciones que hizo el comandante del ELN sobre la gente de los Comuneros, diciendo que eran traidores, que eran infiltrados, no sabemos cómo nos están viendo a nosotros, si nos están viendo como aliados de los Comuneros.
Si usted pudiera enviarle un mensaje al Comando Central del ELN, a Antonio García y Pablo Beltrán, ¿qué les diría?
Que mantengan el principio revolucionario que ellos siempre han dicho. Las comunidades son la base fundamental de la lucha política y social. Los líderes sociales y las comunidades no tenemos nada que ver en su problema interno. Incluso muchas veces lo manifestamos, pero no le pusieron cuidado a tiempo. Sobre ese problema interno de los Comuneros y el ELN no somos responsables nosotros. Hemos tenido que vivir en medio de muchos actores armados.
¿Cómo manifestaron ustedes que había un problema interno?
Históricamente las comunidades venían planteando situaciones que se podían dar. Como cuando acá hubo otra comandancia del frente Comuneros del Sur, cuando aún eran del ELN, y había desmanes. La gente se manifestaba ante el COCE. Se supone que reformaron todas esas estructuras para que mejoraran las cosas. Entonces ahora, con el Gobierno de Petro, hubo la posibilidad de que el ELN avanzara en un proceso de paz, que era lo que siempre habíamos querido como comunidades, pero mire lo que pasó.
Un sector de la izquierda dice que fue un error del Gobierno privilegiar la mesa de paz en Nariño con los Comuneros sacrificando la mesa nacional con el ELN…
Créame que nos pusimos muy tristes cuando escuchamos eso. Pero como nos ha tocado vivir en medio de la guerra siempre hemos querido que se acabe de la mejor manera, porque se llevan por delante a la gente y a las comunidades. Fue bastante duro escuchar eso, dijimos, ¿qué va a pasar con nosotros? Teníamos todavía gente desplazada por fuera del territorio cuando nos enteramos que Antonio García mencionó públicamente el problema del ELN con los Comuneros. Ahí dijimos ¿qué irá a pasar ahora con los diálogos? Mi opinión es que este es un momento histórico para construir la paz y había que aprovecharlo. Si no es ahora, ¿cuándo va a ser? De pronto eso fue lo que vieron los Comuneros y se decidieron a avanzar. Nuestro temor, de hecho, era que Comuneros se opusiera a lo nacional…
¿Ustedes creían que ellos se iban a oponer a la paz?
Claro, con la postura que les mirábamos al comienzo pensábamos “de pronto no van al proceso de paz”. Y resulta que ahora son ellos los que van. No sabemos qué habría pasado si Comuneros no hubiera avanzado en este proceso, no sabemos si estuviera otro actor armado aquí, no sabemos si nos hubiera tocado abandonar el territorio. Es muy duro para el Gobierno, para Petro, que su pilar fundamental era la paz, pero todo se le empieza a desmoronar porque las voluntades no son las mismas. Si el ELN toma represalias contra nosotros sería una dura equivocación porque los líderes sociales no tenemos que ver en esos problemas internos que ellos han tenido. Y si el ELN en algún momento retoma sus diálogos pues los apoyaremos también como parte de la sociedad civil.