La ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, dijo que este Gobierno pretende redistribuir 1.500.000 hectáreas entre los campesinos para producir comida. En entrevista con RAYA, expresó que ya son pocas las voces que se oponen a ese propósito y que la movilización de esta semana ratificó lo urgente que es esta reforma agraria.
Por: Edinson Bolaños
Director Revista RAYA
Tras las movilizaciones en diferentes regiones del país en favor, principalmente, de la reforma agraria, la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, hace un llamado a los tenedores de grandes extensiones de tierra, que no la utilizan, para que accedan a venderlas al Gobierno para poder desarrollar esa política. La meta, al final del gobierno de Gustavo Petro, es de 1.500.000 hectáreas para redistribuir. En entrevista con la Revista RAYA, dijo que son pocas las voces que hoy se oponen a ese propósito y que, tarde o temprano, “ojalá en consenso”, las voluntades van a confluir en hacer que el agro colombiano se reactive. Actualmente, manifestó, “la mayor parte de nuestra comida, el 70% de lo que consumimos, es producida en Colombia. Y es, además, producida en unidades de producción cuyo promedio es de 1.4 hectáreas, es decir, en microfundios. Eso es lo que tiene que cambiar”, puntualizó.
Cómo recibe la movilización de esta semana para sacar adelante un proyecto bandera de este Gobierno: la reforma agraria.
La movilización es sin duda un gran abrazo que da el movimiento popular, las poblaciones indígenas, campesinas, afrodescendientes y víctimas para respaldar este proyecto. El presidente insistió en los últimos meses que era importante que las poblaciones que son partícipes de esta política se movieran y apoyaran esta implementación. Esa marcha multitudinaria, pacífica, de carnaval, de fiesta, de múltiples expresiones, de la base social, del territorio colombiano, de las zonas más profundas de nuestra ruralidad y de la diversidad cultural y étnica que tenemos, lo que representa es un sí rotundo a la reforma agraria.
¿En qué está en este momento la reforma agraria? ¿Qué falta, qué le podemos decir a los colombianos de la ruralidad?
La reforma agraria no es una ley, es una política pública. Las leyes existen en nuestra legislación, lo que se tiene que hacer es una implementación activa. Nosotros hemos formulado una política de reforma agraria que parte de una transformación en el tema de tierras muy grande, en donde hay muchos componentes. Uno de ellos tiene que ver con la compra de tierras que el gobierno nacional está haciendo a precio de avalúo comercial.
Sin embargo, hay que avanzar mucho más rápido, y también implementar una apuesta por el desarrollo productivo con base en la agroindustrialización y asociatividad del campesinado y los productores, que significa la necesaria convocatoria de administración social e informada de este proyecto. Entonces, nuestra reforma no necesita leyes, pero sí tiene bastantes opositores, especialmente frente al tema de tierras. Hay gente que tiene temor de perder dentro de los procesos de reforma y por eso pienso que es muy importante este respaldo popular.
Entonces, ¿cuál es el papel del Congreso de la República?
Tiene que ver con la reinstitucionalización del sector rural; en los últimos 30 años los gobiernos anteriores se habían dedicado a liquidar las instituciones estatales encargadas de regular los temas del agro, especialmente el tema de la tierra, de la extensión agropecuaria, del riego, de la asistencia técnica, del acompañamiento a la producción nacional de la agricultura. Desde esa perspectiva, lo que queremos hacer conjuntamente, y es algo en lo que estamos elaborando proyectos, es la reinstitucionalización del sector, la creación 2.0 de una entidad estatal que regule la compra de alimentos para poder lograr un abastecimiento adecuado y asegurarle un buen precio a los productores.
Pero también estamos ante la necesidad de fortalecer el proceso de asistencia técnica y extensión agropecuaria, el tema del riego y la adecuación de tierras. También hay un reto con el tema de la vivienda rural, la salud del suelo rural, la protección de estos territorios, que tienen que ser rehabilitados y desarrollados.
¿El Ministerio de Agricultura cuenta con los recursos suficientes para implementar esa reforma tan ambiciosa?
El sector de agricultura este año tuvo el presupuesto más alto de los últimos nueve años y en 2024 el proyecto de inversión lo dobla; tenemos un presupuesto de 9.1 billones de pesos dentro de lo que está tramitándose ante el Congreso y esto lo que significa es el presupuesto más alto en toda la historia para el sector de agricultura.
Esta es una apuesta muy grande. Nosotros estamos haciendo cosas que nunca antes se han hecho: nunca antes se había apostado a compras tierras de manera masiva; tampoco se había apostado en temas de crédito y financiación blando y subsidiado para hacer la reactivación económica y las inversiones productivas que atiendan también temas como el cambio climático: la resiliencia de adaptabilidad, soluciones en temas de riego, temas de seguros de cosechas.
El tema de la compra de tierras ¿en que está en este momento? Sabemos que hay un compromiso en el acuerdo de paz de conseguir una bolsa de 3 millones de hectáreas, pero ¿hasta dónde se ha avanzado y qué otros compromisos hay para la entrega de tierras a los campesinos?
Bueno, hasta este momento hemos comprado 31.000 hectáreas y un poco más. Es una cifra que no se había logrado antes. Desde el 2016 hasta el gobierno Petro no se había logrado comprar más que una porción. Sin embargo, aunque este salto que se está haciendo es bastante grande, sigue siendo insuficiente porque lo que ha dicho el presidente Petro es que la apuesta del gobierno es lograr comprar, en estos 4 años, 1 millón y medio de hectáreas para la reforma agraria.
De este millón y medio una porción importante es de compras a través de los bienes del fisco, extinción de dominio, otras, a través de bienes que estamos recuperando para su entrega y redistribución; pero no hemos podido avanzar lo suficiente, aunque se ha dicho en todos los términos y generado una invitación a que las personas que tienen tierras en grandes extensiones, improductivas, las vendan al Estado. Y a pesar del acuerdo con Fedegan, no se ha logrado avanzar lo suficientemente rápido como quisiéramos.
Y es ahí donde resumimos esta marcha como el gesto de un país que clama que podamos cumplir y que podamos generar este dinamismo a partir de la compra de tierras y la reforma agraria.
¿Eso quiere decir que Fedegan es el que tiene la mayor parte de grandes extensiones de tierra productiva y son los ganaderos quienes se están oponiendo o generando resistencia para vender esas tierras productivas?
En Colombia sabemos que uno de los sectores económicos que más tiene tierras y que no las produce lo suficiente, es el sector de la ganadería. La ganadería en Colombia se extiende sobre unos números que sobrepasan lo que debería ser. En este país no debería haber más de 20 millones de hectáreas de ganadería y lo que hay es el doble. Esta ganadería se ha hecho extensiva y muchas veces no se trata de actividad ganadera sino de acaparamiento de tierras, latifundios en los que se ponen algunas vacas para llenar estas fincas. Lo que queremos es reactivar estas tierras y ponerlas a producir.
En ese sentido, Fedegan está tratando de intermediar entre el gobierno y quienes tienen las tierras para que las vendan. Esta actividad la seguimos haciendo de manera conjunta. Hemos identificado dificultades por la ubicación de fincas en lugares con afectaciones ambientales, o algunas relacionadas con el saneamiento de sus títulos y con el tema de restitución de tierras, eso ha impedido que podamos avanzar rápidamente, ahora lo que queremos es acelerar el paso.
Es decir, ¿hasta el momento los ganaderos también han ofrecido tierra despojada?
Algunas de las causas por las cuales se descarta la compra de tierras es porque hay procesos de restitución en curso, tanto las que llegan por Fedegan como las que llegan por la Agencia Nacional de Tierras (ANT). Es importante aclarar que Fedegan no es el único canal para ofrecer tierras a la ANT.
¿Cómo se irán entregando esas tierras? ¿Cuál es la idea de entrega o la metodología?
Bueno, para eso hay regulaciones en la normatividad, para eso las ANT, como autoridad agraria, es quien debe implementar los mecanismos de selección e ir adecuando los requisitos. Y dentro de nuestro sistema de reforma agraria, uno de los procesos que se deben cursar es el de los comités de reforma para la selección de estos sujetos beneficiarios. Por eso, estamos en este momento en la instalación de los comités de reforma.
Sí, en algunas regiones, Ministra, los campesinos se han organizado para recuperar fincas baldías o despojadas. Sin embargo, algunos terratenientes también, paralelamente, se están organizando para defenderse de lo que llaman tomas de tierras. ¿Cómo está mediando el gobierno? y ¿cómo ven esa situación en las regiones?
Creo que es algo en lo que se ha generado un poco de tensión en las últimas semanas. Tiene que ver con la desinformación, a veces intencional, que se genera por parte de algunas voces que estimulan una reacción contraria a la reforma agraria. Enviando mensajes que no son adecuados con la propuesta que se está generando. Realmente no hay casos de toma de predios y los que se han denunciado son muy antiguos, llevan décadas.
En los casos que se presentaron, lo que procede es protocolo definido en donde se privilegia la participación y concertación de diálogo social, un estrategia que lidera el Ministerio del Interior. Las autoridades donde deban actuar, lo harán, de ninguna manera se han suspendido las facultades de la Policía que deberían activarse por parte de los propietarios.
¿Cómo va el saneamiento de tierras de los campesinos que habitan en este momento las tierras pero no tienen titulación?
Se está avanzando. Esta es otra de las políticas de tierras que se están implementando y hace parte del cumplimiento del punto uno del Acuerdo de Paz, a través de procesos de titulación masiva y de formalización de propiedad. La idea es poder hacer barridos y poder hacer titulaciones que favorezcan a las personas.
El presidente Petro también ha dicho que va a fortalecer el Banco Agrario. Esa parte ¿cómo avanza?, ¿cómo va a ser ese fortalecimiento, sabiendo que este es uno de los puntos más importantes para los campesinos, ya que el Banco Agrario está en todos los rincones del país?
Bueno, el Banco Agrario es el único banco público que tenemos y es clave para la implementación de todas las líneas de crédito para el agro, es su función, su misionalidad, conjuntamente con Finagro, que es nuestro banco de desarrollo. Estamos desplegando una fuerza muy fuerte sobre la financiación del crédito popular para la reactivación productiva del agro. Hemos cambiado la tendencia, hoy, la mayoría de los beneficiarios del crédito que otorgamos son para pequeños productores agrícolas, de escasos recursos, mujeres y jóvenes rurales, y seguimos estimulando eso a partir de tasas subsidiadas.
Finalmente, ministra Mojica, ¿quiénes se oponen a esta reforma y cuál es el mensaje que les envía?
Bueno, yo creo que se oponen dos o tres voces que defienden un interés personal y particular, que siempre han tenido el poder sobre la tierra y que piensan que quizás este cambio les puede quitar su poder o representación en el campo. Creo que el mensaje que hay que dar es que esta reforma agraria es imparable y tarde o temprano, ojalá en consenso, todas las voluntades puedan confluir en hacer que el agro colombiano se reactive. Nosotros estamos en un proceso de cambio en nuestra economía, de una economía basada únicamente en la extracción de petróleo y minerales a una economía basada en el agro. Por ello, todas las economías en el mundo han planteado reformas agrarias en las que se redistribuyen las tierras, donde se incluye a muchas personas en la producción, donde se pueda dar condiciones de acceso a otro tipo de factores de producción.
Tenemos una agricultura basada en el microfundio, la mayor parte de nuestra comida, el 70% de lo que consumimos, es producida en Colombia. Y es, además, producida en unidades de producción cuyo promedio es de 1.4 hectáreas, es decir, en microfundios. Los productos principales que tenemos se dan en predios de media a tres hectáreas. Así, vemos que lo que tenemos es una agricultura incipiente. Por lo tanto, la oportunidad que tenemos para poder crecer es redistribuir la tierra como factor productivo e invertir en ese desarrollo. Dentro de esta apuesta por hacer de Colombia una potencia agrícola todos tienen un rol que jugar, es el momento de quitarnos las vendas de los ojos en contra de una apuesta que solo quiere mejorar y dignificar las condiciones de vida de las personas en el campo colombiano. En cambio, podemos llegar a un consenso para que Colombia pueda salir de la pobreza y la desigualdad extrema hacia un nuevo país mucho más igualitario y de mayor desarrollo en la agricultura.