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RAYUELA

En el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, la Revista RAYA entrevistó a Yanette Bautista, directora de la Fundación Nydia Erika Bautista. Desde 2007, la fundación se dedica a la protección de los derechos de las mujeres buscadoras de personas desaparecidas. Gracias a su labor, el 18 de junio se promulgó una ley que las reconoce como constructoras de paz y sujetos de especial protección constitucional. Bautista afirma que es momento de asegurar que esta ley se materialice y no quede en el papel.

Por: Enrique Gamboa - Periodista Revista RAYA

Este 30 de agosto no es un día más para Yanette Bautista, la directora de la Fundación Nydia Erika Bautista. Este viernes se cumplen 37 años de la desaparición forzada de la que fue víctima su hermana Nydia, quien da nombre a la fundación. Nydia, una militante del M-19 que desapareció en una operación conjunta de las Brigadas III y XX del Ejército Nacional el 30 de agosto de 1987. Aunque es una triste coincidencia, este mismo 30 de agosto también se conmemora el día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas a nivel mundial. En el marco de estas dos conmemoraciones, Yanette Bautista recibió a la Revista RAYA y anunció que esta fecha deberá marcar el inicio de la ley 2364 de 2024, promulgada el pasado 18 de junio, que reconoce a las mujeres buscadoras de víctimas de desaparición forzada como constructoras de paz y sujetos de especial protección constitucional. 

La ley, que ya cuenta con sanción presidencial, busca que el Estado colombiano desarrolle políticas públicas centradas en el bienestar de las mujeres buscadoras, proporcionando condiciones seguras para la atención psicosocial y participación activa en la formulación de políticas de paz y en el acceso a salud, educación y seguridad social. También establece que cada 23 de octubre se conmemore el Día Nacional de Reconocimiento a las Mujeres y Personas Buscadoras de Víctimas de Desaparición Forzada, debido a la detención en 1988 de Fabiola Lalinde, madre de Luis Fernando Lalinde, considerado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como el primer desaparecido en Colombia. Han pasado más de dos meses desde la firma de la Ley, y Yanette Bautista considera que es momento de que el Gobierno Nacional actúe para que lo establecido en el documento se haga realidad, un esfuerzo impulsado desde su fundación.

 ¿Qué significó para la Fundación Nydia Erika Bautista la promulgación de la ley que reconoce y protege la labor y los derechos de las mujeres buscadoras de víctimas de desaparición forzada?

Para nosotras la promulgación de la ley significa un proceso de empoderamiento de las mujeres. El empoderamiento de las mujeres de base y de todos los niveles de la fundación que acompañamos en los territorios. Este fue un proceso vivido y parido colectivamente, puede ser que haya unas cabezas y unas manos más visibles, pero lo parimos entre todas. Eso es lo que significa en el amplio sentido de la palabra: parir. Porque llevamos 40 años de un embarazo con muchas violaciones de derechos humanos contra las mujeres buscadoras en total impunidad y de ahí tenía que nacer algo bonito como la ley. Que sea la constatación de una realidad, pero también que nos de una esperanza para el futuro de que ahí tendremos una herramienta para luchar por nuestros derechos. 

¿Qué herramientas para la búsqueda de personas dadas por desaparecidas surgen a raíz de la promulgación de esta ley?

Como la ley es comprensiva abarca derechos civiles y políticos, pero también económicos y sociales. En ese sentido, nace el reconocimiento a las mujeres buscadoras como constructoras de paz, entonces es una ley que deja diversas herramientas. En cuanto a las políticas de paz se preveé que se expida un decreto reglamentario para la participación de las mujeres buscadoras en la creación de políticas públicas, que si no estoy mal, tiene un tiempo de seis meses para su construcción. Ahora estamos pidiendo una reunión con el Comisionado de Paz para que nos reciba, justamente, y ver cómo se va a implementar la ley en ese aspecto y qué rol vamos a tener nosotras. Entonces, vamos a comenzar el 30 de agosto todo es camino de tocar las puertas para que la ley no se quede en el papel. También hay otras disposiciones como la creación de un registro de Nacional de Mujeres Buscadoras, a cargo de la Unidad de Víctimas, que también tiene un plazo y se debe sacar un protocolo para la inscripción en el registro. Este registro debería abrir las puertas de todos los beneficios en términos de salud, de vivienda, de empleo y de educación para las mujeres buscadoras.

¿Por qué es importante la creación del Registro Único de Mujeres Buscadoras de víctimas de desaparición forzada? 

El registro es muy importante porque puede ayudar a medir la dimensión del problema y a su vez ubica, en mujeres de carne y hueso, donde deberían centrarse las políticas públicas en favor de los derechos de las mujeres buscadoras, ya que permite tener gente concreta para hacia donde apuntar los esfuerzos. También, en el trasfondo, empodera a las mujeres ya que es reconocido el esfuerzo que invirtieron caminando, golpeando puertas y buscando a sus seres queridos, por eso también es un reconocimiento a su dignidad. Entonces yo creo que eso empodera mucho, el registro sirve para ordenar la casa y saber que esperamos. Se tiene que expedir una directriz, o un protocolo, en los próximos meses por parte de la Unidad para reglamentar el registro. 

 ¿Cuántas mujeres cree que podrían inscribirse a ese registro?

Ojalá muchas. Todo el camino de la implementación de la ley exige trabajar en distintos frentes para que los funcionarios públicos se pongan la camiseta y ayuden, con pedagogía y formación, a las mujeres buscadoras en los territorios para que ellas aprendan a pelear la ley, porque también hay un artículo que habla de su implementación en los planes de desarrollo y en todos los escenarios territoriales tanto a nivel municipal como regional. 

¿Que significa para las mujeres buscadoras que sean reconocidas como constructoras de paz?

El artículo que nos reconoce como constructora de paz queremos impulsarlo para que apunte a un acuerdo humanitario para la devolución de los desaparecidos y su recuperación, vivos o muertos, en los escenarios de la actual Paz Total. Digamos que con los desaparecidos actuales, que tienen los grupos al margen de la ley, no hay caminos para obtener respuestas. Entonces, si hay voluntad política pensamos que las negociaciones de paz deben escalar en el tema de los desaparecidos y en la realización de un acuerdo humanitario entre las partes. 

¿Cuáles son las políticas públicas que consideran fundamentales que se impulsen para que las mujeres buscadoras puedan ejercer su trabajo libre de violencias y discriminación?

Una política pública sería la lucha contra la impunidad. Digamos, ¿qué va a pasar con todos esos hechos que les pasaron a las mujeres buscadoras y que nunca fueron investigados? Será borrón y cuenta nueva o los van a volver una cosa seria y se va a crear una comisión de la verdad o algo por el estilo. Y otra política pública tiene que estar destinada a los derechos económicos y sociales de las mujeres, digamos que una política pública debería ser remunerar el trabajo de las mujeres buscadoras. Yo creo que a eso deberíamos llegar en el futuro, porque el trabajo que hacen las mujeres buscadoras es igual al que hace un policía judicial.

¿Desde que se firmó la ley, el pasado 18 de junio, han recibido el apoyo del Gobierno Nacional para su implementación?

No, nadie el Gobierno se ha puesto la ley al hombro. Por eso es que nos toca ir a tocar puertas y corazones y ponernos en clave de exigibilidad en los territorios para ver entre todas que logramos sacar adelante en este resto del año y en lo que viene, porque la ley no se puede quedar en el papel. Como digo, ninguna autoridad ha dicho nada, nosotras vamos a empezar a mandar unos oficios para interpelar al Alto Comisionado y al Gobierno para que tomen cartas en el asunto. 

¿Tienen algún miedo de que esta ley no cuente con las disposiciones presupuestales que lleven a su no promulgación? 

Eso está por verse. Y de eso se trata la interlocución con las autoridades,  ellos nos tienen que decir a las mujeres buscadoras que presupuesto hay para la ley y qué esfuerzos se están haciendo para que ese presupuesto sea robusto, o por lo menos, a que haya una claridad sobre una ruta que se va a tomar para que esa ley no vaya a tener tropiezos. 

¿La falta de sensibilización de los servidores públicos a cargo de la atención de las mujeres buscadoras podría ser catalogada como una forma de violencia? 

Llevada al extremo de la discriminación, sí. Pero per se, no. Digamos que se puede constituir en una falta disciplinaria si esa insensibilidad lo lleva a no hacer nada y ser absolutamente negligente, pero que sea una violencia contra la mujer, no. Igual, hay artículo en donde le dice a RTVC que tiene que hacer programas de difusión sobre el rol de las mujeres buscadoras.

Esta ley habla de mujeres buscadoras, ¿por qué en Colombia esta labor es realizada en su mayoría por mujeres? 

El rol de cuidado que la sociedad le ha asignado a las mujeres, en el caso de la desaparición forzada, se ha extendido a la búsqueda como parte de ese rol de cuidado y como parte de ese estereotipo. Se le ha cargado en las espaldas de las mujeres la búsqueda de las personas desaparecidas. Nosotras como mujeres hemos resignificado la maternidad en el sentido de convertirnos en ciudadanas y en ser transgresoras de una imposición de los actores armados, en los territorios o en las ciudades, donde la ley de ellos es la que impera y las mujeres entramos a transgredir y a decir: “no, a mí me dice dónde está mi esposo, mi hijo, mi hermana”. Nosotras no seguimos la regla del silencio, entonces ese es nuestro rol y protagonismo en la búsqueda de personas dadas por desaparecidas. 

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