En una carta enviada al presidente Gustavo Petro, los indígenas del Cabo de la Vela denunciaron que el parque eólico Astrolabio instalará torres del tamaño de la Eiffel afectando el paisaje, el turismo, su hábitat submarino y su capacidad de vivir de la pesca artesanal. Piden derogar permisos que otorgó el gobierno de Duque sin consultarle a estas comunidades.
Por: Joanna Barney - Investigadora de INDEPAZ
“Nosotros los abajo firmantes, somos indígenas Wayúu, comunidad indígena milenaria que habita en el Resguardo de la Alta y Media Guajira, vivimos en la zona conocida por ustedes como el Cabo de La Vela, pero que para nosotros es el Jepira. En esta zona vivimos de la pesca, de la venta de artesanías y del turismo. Muchos de nuestros paisanos que viven más alejados de la costa son pastores y viven de sus chivos y ovejos, nosotros en cambio vivimos del mar”.
Así comienza la declaración de los Wayúu que viven del mar en el Cabo de la Vela, al norte de Colombia, en la Guajira colombiana. Su preocupación nació cuando los pescadores revisaron el mapa de proyectos de parques eólicos y descubrieron la intención de desarrollar tres parques de gran tamaño en sus playas, que afectarán el paisaje, su hábitat submarino y su capacidad de vivir de la pesca.
Solicitaron, entonces, un taller de impactos para poder discutir con todos aquellos Wayúu que viven del mar las diferentes afectaciones y tomar con ellos una postura frente al proyecto. Fruto de esas reuniones la comunidad elaboró una declaración en contra, en un inicio, del parque eólico Astrolabio de la empresa española BlueFloat. Esta misiva también la hicieron llegar al presidente Gustavo Petro, a la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, y a la ministra de Medio Ambiente, Susana Muhammad.
Mapa 1. Proyectos eólicos proyectados para la Guajira.
Si bien estos proyectos aún están en la búsqueda de su viabilidad, actualmente las empresas que los promueven tienen adelantados varios estudios sobre la ubicación de aerogeneradores, fondos marinos, línea de evacuación, etc. Así como dos solicitudes ante la Corporación Ambiental de la Guajira (Corpoguajira) para instalar las torres de medición que no cuentan, todavía, con la consulta previa a estas comunidades ancestrales.
En su misiva las comunidades aseguran que:
(…) hace unos meses supimos que se le había solicitado a Corpoguajira el permiso de instalación de una antena de medición eólica en el mar de nuestro sagrado Jepira.
(…) El parque ha sido llamado Astrolabio y abarca desde Musichi pasando por Carrizal hasta llegar a la punta de Cabo, dicho parque tiene planeada la instalación de 55 torres eólicas de 261 metros de altura cada una. Nosotros como comunidad hicimos el recorrido y comprendimos que el área del parque abarca toda nuestra zona de pesca artesanal. También comprendimos que el paisaje se vería terriblemente afectado pues ese tamaño de torres en prácticamente nuestras playas (ese parque es costa adentro) afectaría el turismo que viene en búsqueda de nuestros originarios paisajes.
Este último punto es muy cierto y delicado, pues se plantea que este parque haga uso de los aerogeneradores conocidos como “Los monstros de Vestas” haciendo alusión a sus torres marinas de 15 megavatios (MW). El tamaño aproximado de estos aerogeneradores casi iguala a la altura de la torre Eiffel tal como se ve en siguiente gráfico:
Fuente Banco Mundial 2021
Pero lo más grave es la corta distancia que separa el parque eólico de las playas del Cabo, que es tan solo de 2.4 kilómetros. Según cálculos de la investigación liderada por Indepaz, basándose en el tamaño de las turbinas, esto deja una vista industrializada en lo que es ahora un prístino paisaje.
Foto 1. Fotomontaje de cómo se vería el Cabo de la Vela con el parque eólico Astrolabio.
Foto y montaje: Lorena Novoa
Como si lo anterior no fuera lo suficientemente grave, la comunidad también alertó sobre la afectación ambiental a la abundancia, riqueza y diversidad de especies marinas. Muchas aves mueren en el mundo por los parques eólicos costeros y son motivo de preocupación mundial en el manejo ambiental y las medidas de mitigación.
A ese problema se suma que las cartografías elaboradas por los percadores del Cabo de la Vela muestran que su mayor recurso pesquero se encuentra justamente donde se planea la instalación del proyecto.
Además, la zona definida para el parque eólico Astrolabio colinda con la gran reserva de pastos marinos de La Guajira, un ecosistema fundamental y estratégico para la biodiversidad y conservación de especies, entre ellas, las tortugas marinas. Según plantea un documento de Corporguajira:
En 2019, 67.176 hectáreas fueron declaradas como distrito de manejo integrado Sawairù, ubicado en los municipios de Uribia y Manaure como el área de pastos marinos más grande del país; incluyen las playas del Cabo de la Vela, Corshochom, Aipir, Musishi-pa, Arema, Carrizal, Waretchana, Suruipa, Cardón, Auyama, Shimarú.
Si bien el parque eólico Astrolabio hábilmente esquiva esta zona, no se descarta un impacto grande por el efecto de borde, debido a la proximidad inmediata del parque Astrolabio al distrito Sawairú. Cabe resaltar que las praderas de fanerógamas marinas son de gran importancia en materia de emisiones, pues contrarrestan los efectos del cambio climático mediante la captura de carbono.
Es por todo lo anterior que la comunidad Wayúu que vive del mar en la zona costera del Cabo de la Vela se opone a este proyecto argumentando que ninguna compensación podría pagar los efectos adversos del parque en su playa y su sagrado mar. Para el Wayúu la palabra mar es un banco del que pueden ir a retirar cuando necesitan. Cambiar su forma de vida implicaría su desplazamiento a otras playas lo cual aumentaría el riesgo de confrontaciones con otros eurrukus o clanes. Es por eso que antes que exigir consulta previa, las comunidades aseguran que dada la gravedad su caso aplica el consentimiento previo, libre e informado.
“También sabemos que la jurisprudencia colombiana y convenios internacionales firmados por Colombia como es el caso del Convenio 169 de la OIT obligan al Estado a aplicar el consentimiento previo, libre e informado si nuestra cultura y medios de subsistencia están en peligro, como debió ser el caso para la empresa BlueFloat antes de iniciar sus estudios eólicos en nuestro mar”, resaltaron en su misiva dirigida al presidente Petro.
En la misma carta, los indígenas enfatizaron en su derecho a la propiedad colectiva que le garantiza sus derechos fundamentales a la autonomía y la autodeterminación y, especialmente, a la integridad, la identidad étnica y cultural, el abastecimiento económico y, por ende, la preservación y su supervivencia, debido a que implica la posibilidad de acceder a sus medios de subsistencia tradicionales y a desarrollar sus prácticas ancestrales. Lo anterior lo sustentan con los artículos 58, 63, 286, 329 y 330 de la Constitución Política, en los artículos 13, 14, 15, 16, 17 18 y 19 del Convenio 169 de la OIT, así como en el artículo 21 de la Convención Americana de Derechos Humanos.
Por último, sus solicitudes se centran en desconocer la llamada Hoja de Ruta de las Eólicas Costa Afuera, dada a conocer por el Ministerio de Minas del gobierno de Iván Duque, la cual señaló como adjudicables las zonas frente al Cabo de la Vela y frente a Punta Estrella, ambas de importancia espiritual, turística y de pesca de sustento de todas las comunidades costeras. Por otro lado, le solicitaron a Corpoguajira abstenerse de otorgar el permiso de instalación de la torre de medición eólica de Astrolabio.
El mensaje de los pescadores y de los habitantes del Cabo de la Vela es una oportunidad para que en los diálogos que está convocando el gobierno de Gustavo Petro se incluya la revisión de los proyectos de energía renovable costa afuera con efectiva consulta. En estos tiempos de alerta sobre la necesidad de enfrentar el cambio climático, dándole un papel central a la energía eólica, cobra plena actualidad el llamado a que la transición si se reclama justa no se realice a costa del sacrificio de comunidades y pueblos indígenas.