La ONU confirmó la hambruna en Gaza el 22 de agosto de 2025. Pero el desastre ya estaba en curso: al menos 273 personas habían muerto de inanición, incluidos 112 niños. Este especial fotográfico es una compilación del trabajo de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Gaza, que también documenta la catástrofe humanitaria. Cada imagen muestra que es un genocidio, no un accidente: el hambre se ha convertido en un arma de exterminio.
Por: Médicos Sin Fronteras
El pan convertido en trampa mortal
Entre junio y julio, los centros de salud de MSF atendieron 1.380 heridos y recibieron 28 cadáveres provenientes de los puntos de distribución de comida controlados militarmente. El pan, en lugar de ser alimento, se volvió una sentencia de muerte.
Palestinians at the GHF distribution site in Netzarim putting their lives at risk to receive some food. MSF calls for an immediate cessation of the GHF distribution mechanism and urges donors to refrain from funding what is essentially a death trap.
Hambre cotidiana
La vida diaria en Gaza está marcada por ollas vacías, pan que se volvió un lujo y familias que dependen de recolectar plantas silvestres para comer. La hambruna no es solo estadísticas: se ve en cada gesto, en cada plato vacío.
Kids holding their empty pots at a community kitchen in Northern Gaza.
She shapes dough into flatbreads with tired hands. Since the full blockade on Gaza began on March 2, flour has become a luxury for this family and many others.
Hanan, 53, gathers mallow (khubeiza), a wild edible plant, from the ruins of Beit Lahia.
La vida en ruinas
La ofensiva militar ha dejado barrios enteros inhabitables. Calles destruidas, edificios a punto de colapsar y familias obligadas a sobrevivir sobre los escombros. Gaza es hoy una ciudad de ruinas habitadas.
People are driving back North amid destroyed streets and buildings in Gaza city.
People collect water next to a building that is in danger of collapsing in Beit Lahia.
Destroyed streets and buildings in Beit Lahia.
Palestinian family set up a place over the rubbles of their destroyed house to live in Beit Lahia.
Displaced Palestinians are attempting to return home to Rafah… Rafah is totally destroyed, with homes, shops, streets and healthcare facilities in ruins.
El rostro del hambre: madres y bebés
En la clínica Attar de MSF en Khan Younis, uno de cada cinco niños menores de cinco años padece desnutrición. Cada imagen retrata la devastación silenciosa: bebés que beben agua como si fuera leche, madres embarazadas que apenas pueden sostenerse en pie.
"My husband went to get flour from aid trucks. He never came back. I’m eight months’ pregnant and there’s no food, nothing to drink."
10-month-old Mesk Abu Shabab, malnourished, held by her father Hussein.
A Palestinian child who suffers from malnutrition undergoes a medical checkup in MSF clinic in Gaza city.
Ola holds her eight-month-old severely malnourished child, Nour Al-Shaer.
Nine-month old Manar Al-Amoor is suffering from malnutrition.
Eight-month-old Nour Al-Shaer, who is severely malnourished, is examined by an MSF nurse.
Las fotografías de Santiago Valenzuela condensan el horror: brazos diminutos medidos con cintas rojas, bebés que lloran de hambre, madres que cuentan que solo tienen agua para engañar el estómago de sus hijos. Aquí la infancia palestina muestra el precio más brutal de la hambruna.