cultura

RAYUELA

Durante más de 40 años, José Navia Lame ha narrado el conflicto armado colombiano desde las regiones más golpeadas. Cronista e indígena del Cauca, recoge en Un país de sombra y luz una selección de crónicas que dan voz a víctimas y comunidades silenciadas, y registran con rigor y sensibilidad la violencia, la resistencia y la memoria del país.

Por Santiago Erazo, Cultura RAYA

1.

Los carros salían puntuales a las tres de la mañana. Subían raudos las montañas caucanas de Pitayó, Jambaló y Toribío a recoger leche. A esa misma hora de la madrugada, José Navia Lame, un joven periodista de 25 años, los buscaba en Silvia o en Santander de Quilichao para subirse a uno de ellos. Las chivas que recorrían las carreteras del Cauca le cobraban mucho, así que los carros lecheros, menos cercanos a lo que debería ser un transporte público, pero mucho más viables para su presupuesto de reportero en ciernes, eran la alternativa que restaba. El viaje daba inicio a un periplo nuevo para Navia: visitaría el campamento del Quintín Lame, la guerrilla indígena que hacía menos de un año, en 1984, surgió tras el asesinato de cientos de líderes indígenas en el departamento, entre ellos el sacerdote nasa Álvaro Ulcué Chocué. Era la primera vez que el grupo salía a la luz para hablar con los medios de comunicación, pero también era la primera vez que José Navia contaba una historia de los pueblos indígenas del Cauca.

Aquel interés no fue intempestivo. Desde que estudiaba en la Universidad INPAHU, en Bogotá, fue conociendo de la mano de su profesor de antropología, Alejandro Rincón, las resonancias de sus orígenes indígenas. El acercamiento también fue visceral, pues en zonas como Toribío corrían con frecuencia las noticias sobre enfrentamientos cuyos saldos de muertos provenían en buena parte de las comunidades indígenas. De modo que el joven José Navia, llegado de la provincia, buscó un lugar en medios como Magazín Al Día y El Tiempo recorriendo el país y narrando no solo las vicisitudes del pueblo nasa en el Cauca, sino también las de los arhuacos en la Sierra Nevada de Santa Marta, de los pijaos en Coyaima, Tolima, o de los embera que viajaban por el río Sinú. 

El derrotero, en todo caso, no se restringió a lo que ocurría en la Colombia multiétnica, sino a los caminos y a las trochas que Navia Lame trasegó a lo largo de una ruralidad horadada por la sombra y la luz, por el horror, la música y la entereza.  

2. 

Los vestigios de cuatro décadas de trabajo han sido reunidos en “Un país de sombra y luz”, la compilación de casi setenta crónicas, reportajes, perfiles y notas que José Navia publicó en medios como El Tiempo –periódico en el que, además de reportero, fungió como editor–, El Malpensante, Colprensa, Vorágine, Semana y Soho. En el libro, lanzado este año por la Universidad del Cauca, en su colección Posteris Lumen, se recogió apenas el 10% de toda su producción periodística. 

–Para elegir las mejores crónicas y relatos yo comencé a echar memoria –dice Navia–. Primero fue la labor de escarbar en mis recuerdos, ver qué crónicas recordaba y cuáles podrían hacer parte del listado. Al final mucho quedó por fuera, bien sea por un asunto de elección, o bien porque no encontramos el material con el equipo editorial de la Universidad del Cauca. Por ejemplo, hay una crónica publicada en el Magazín Al Día, por los años de 1985 o 1986, que la hicimos a dos manos con Fernando Gaitán, el libretista. Era sobre el asesinato de once miembros del M-19 que se robaron un carro de leche en Bogotá y que lo repartieron en los barrios Molinos y Diana Turbay. Esa crónica no la incluimos porque nunca la encontramos.

Si bien es solo el 10% de todo el material publicado, “Un país de sombra y luz”, sus más de 450 páginas impresas con tapa dura, es una muestra significativa de una vocación y una apuesta vitales, y da cuenta, a su vez, de una intención clara: explicar los cómos y los porqués de ciertas situaciones en el país, y visibilizar personajes, escenarios y procesos que se han dado en las regiones alrededor –casi siempre– del conflicto armado. De ahí que ese tránsito entre lo que se aclara y lo que permanece a oscuras esté en el título. Pero es también el claroscuro de un país que en medio de las tragedias encuentra resquicios y rendijas por donde se cuela la luz. Para José Navia, esa presencia lumínica, catártica, es la de la música y la fiesta.

–No hay un sitio –cuenta Navia– donde yo escuche más música que en los territorios indígenas del Cauca, en lugares tan golpeados por el conflicto como Toribío. Tú vas caminando por una vereda y de algún lado te llega música. Yo creo que la fiesta, la música, el carnaval, han sido una forma de exorcizar esa muerte y ese dolor. Y también es una especie de anestesia.

3. 

En el prólogo de “Un país de sombra y luz”, la periodista Ginna Morelo cuenta una anécdota con José Navia:

“Las veces que hemos coincidido no he podido dejarlo ir sin hacerle preguntas sobre la lente con la que observa el país, a lo que me ha respondido que ‘a veces esa lente se empaña de lágrimas porque los hechos son demasiado duros’ ”. 

Recorrer el país desde principios de la década de los ochenta, cámara y lápiz en mano, ha implicado para Navia transitar por los linderos de una herida en constante apertura, por una geografía dispar, de llanos y elevaciones, cuyo único accidente común es el de las muertes y las masacres. Si quisiéramos, podríamos encontrar en las crónicas de “Un país de sombra y luz” no solo un retrato de país, sino toda una línea de tiempo donde cada año revela una forma distinta del horror visto de frente y relatado por el cronista caucano: 

1993: los militares muertos en el cerro Patascoy, también conocido como la “trocha de la muerte”.

1994: el exterminio del pueblo zenú en el departamento de Córdoba.

1995: los vestigios de los cultivos de amapola y de su tráfico mortal en el Macizo Colombiano.

1996: el asentamiento del paramilitarismo en el Urabá antioqueño.

1997: la masacre de La Horqueta, en Tocaima, Cundinamarca, cuyos autores intelectuales aún se desconocen.

Y si saltáramos a la primera década de 2000 seguiríamos una estela aún más profunda, más ominosa, una que José Navia volvió a recorrer con sus recuerdos –“esas enramadas de trinitarias que te hablan del pasado siempre en presente”, como él los llama– para la publicación de su libro. Pero volver a recordar fue volver a las viejas heridas. Y las lágrimas se repitieron. Haber escarbado en estas historias fue también escarbar en los sentimientos que afloraron durante aquellos años. Volvían los rostros. Volvían los silencios cuando el dolor hacía que a una víctima se le anudara la garganta tras hacerle una pregunta sobre el pasado y sus agujas. Ese dolor, el de ver a otros sufrir, nunca se diluye, dice Navia. Pero también es el dolor de ver cómo aquellas personas entrevistadas permanecen en peligro; cómo incluso las matan. 

A inicios de marzo de este año, Édgar Tumiñá, líder indígena con el que Navia había hablado varias veces en medio de investigaciones periodísticas, fue asesinado en Toribío. Tumiñá se suma a la lista de mujeres y hombres que Navia ha llorado porque los conoció y porque quiso que de alguna manera sus voces quedaran plasmadas en un papel o en una pantalla, sobre todo ahora que no están, así su ausencia no tenga el mismo peso para todos, pues “este es un país de demasiado dolor”, dice Navia, “de demasiadas muertes que solo las lloramos los que somos cercanos”.

4. 

–José, ¿estas crónicas y estos textos suyos de cuatro décadas de trabajo fueron escritos con la idea de que perduraran en el tiempo?

–Esto quizá suene a confesión, pues no es lo que uno debería decir cuando entra a trabajar a un medio, pero sí, sí había una intención premeditada de que mis textos perduraran. Yo creo que es una intención también de tipo político: cómo le aporto a este país desde mi trabajo como periodista, si lo que se me facilita en la vida es contar historias. 

Cuando descubrí que quería ser periodista, más o menos en el segundo semestre de mi carrera, me decía: “Yo quiero hacer crónicas que, cuando se lean, la gente dentro de cien años diga: esto era lo que pasaba, así eran las bandas de la carrera décima, así eran los inquilinatos del centro de Bogotá, así era Toribío, así era como actuaba la guerrilla, así era que se defendían los pueblos indígenas”. En fin, deseaba que si alguien leyera en el futuro una crónica sobre tal sitio o tal cual suceso o tal personaje, supiera realmente cómo era, si había calor, si había miedo, si había incertidumbre, si la gente te miraba mal, si no te miraba. 

Quizá por eso una parte de las crónicas que escribí se podrían catalogar como antiperiodísticas, porque no tienen un elemento noticioso. Incluso intencionalmente yo borraba el elemento noticioso cuando las escribía. Es decir, sí eran textos de coyuntura, sí eran de actualidad, pero el elemento noticioso no era lo más notorio ni lo más importante.

5. 

La compilación o la antología de una obra suele leerse como un cierre para quien lo escribe, un alto en el camino o una despedida sin mayores aspavientos. En el caso de José Navia Lame, esta selección de textos indica el cierre de un ciclo, el del cronista en medios de comunicación. El brío y la energía que necesitaban sus investigaciones, en las que trabajaba de 12 a 14 horas al día, y para las que podía entrevistar a cuarenta o a cincuenta personas solo para un reportaje, no son los mismos ahora que tiene 66 años. En medio de esas circunstancias, y frente a la tierra baldía en que se convirtieron los medios digitales para la crónica de largo aliento, Navia ha asumido que su escritura tendrá un viraje. Quiere viajar a la semilla y contar la historia de la vereda del Cauca en la que se crio. Quiere decirles a los jóvenes de la vereda: “Estos son nuestros orígenes indígenas”. Y quiere escribirla como lo ha hecho en estas últimas cuatro décadas: fuera de los reflectores, asumiendo su papel de intermediario, quizá sin el mismo despliegue físico de otros tiempos, pero con el respeto y la dignidad que siempre ha privilegiado, lejos del embrujo de los resplandores. Apenas deshilvanando lo que habita en una voz o en un paisaje, con paciencia, como quien observa el fuego “para alejar a los malos espíritus”. 

All items
Rayuela
Movimientos feministas se tomarán la cumbre de la CELAC en Santa Marta
Movimientos feministas se tomarán la cumbre de la CELAC en Santa Marta
En el marco de la Cumbre Celac - Unión Europea, que se desarrollará en Santa Marta, organizaciones feministas y sociales pondrán el derecho al cuidado —reconocido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos— como eje de discusión para transformar las políticas públicas de los gobiernos que...
leer mas
“Nos acusan porque no soportan que el pueblo se organice”: Adelso Gallo, líder del Congreso de los Pueblos
“Nos acusan porque no soportan que el pueblo se organice”: Adelso Gallo, líder del Congreso de los Pueblos
Las movilizaciones del Congreso de los Pueblos reabrieron el debate sobre la criminalización de la protesta social. En entrevista con RAYA, Adelso Gallo, del Coordinador Nacional Agrario (CNA), explica las razones de la movilización, responde a las acusaciones del Gobierno y detalla los acuerdos...
leer mas
Las trampas del CNE para impedir la unión de la izquierda en las elecciones de 2026
Las trampas del CNE para impedir la unión de la izquierda en las elecciones de 2026
A pocos días de la consulta del 26 de octubre, las decisiones del Consejo Nacional Electoral (CNE) han dejado en el limbo jurídico la creación del Pacto Histórico como partido único. La exclusión de varias colectividades, las intervenciones de magistrados que pertenecen a la oposición y las trabas...
leer mas
Claudia Sheinbaum, la presidenta de izquierda que sostiene un 70% de aprobación 
Claudia Sheinbaum, la presidenta de izquierda que sostiene un 70% de aprobación 
Claudia Sheinbaum Pardo cumple un año como presidenta y mantiene los altos índices de popularidad de su predecesor, Manuel López Obrador, impulsor del proyecto de la Cuarta Transformación de México. La periodista y analista política Brenda Lugo destacó la reducción de la pobreza y del 27 % en...
leer mas
La historia de la Junta Directiva del Narcotráfico en Colombia
La historia de la Junta Directiva del Narcotráfico en Colombia
RAYA publica un capítulo del libro Las Guerras Esmeralderas en Colombia, que revela cómo un grupo de esmeralderos y antiguos agentes del Estado dio forma, tras la caída de los grandes carteles, a una organización que ha exportado miles de toneladas de cocaína y que ha extendido su poder hasta...
leer mas
Perú a las puertas de un estallido social: una democracia secuestrada por el Congreso
Perú a las puertas de un estallido social: una democracia secuestrada por el Congreso
Las protestas en Perú amenazan con un estallido social insospechado. La salida de Dina Boluarte como presidenta encargada, deja ver la profunda debilidad de un sistema democrático que en una década ha tenido más de siete presidentes. Hasta ahora, un joven ha sido asesinado durante las...
leer mas
“El plan (de Trump) no es justo, pero la gente en Gaza se aferra a la mínima posibilidad para sobrevivir”: Anas Ayesh
“El plan (de Trump) no es justo, pero la gente en Gaza se aferra a la mínima posibilidad para sobrevivir”: Anas Ayesh
RAYA habló con un médico palestino sobre la situación actual de Gaza luego del plan de “paz” anunciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro Israelí, Benjamín Netanyahu. Relató que, a pesar de ello, los ataques de Israel contra civiles continúan. “Los palestinos...
leer mas
La primavera anticolonial: masivas marchas por todo el mundo claman por el fin del genocidio en Palestina 
La primavera anticolonial: masivas marchas por todo el mundo claman por el fin del genocidio en Palestina 
Mientras Israel enfrenta el aislamiento internacional por los crímenes en Gaza, las calles del mundo se inundan de protestas y banderas palestinas. Desde Roma hasta Bogotá, miles de manifestantes exigen el fin del genocidio y denuncian el silencio cómplice de Occidente. En América Latina, la causa...
leer mas
Ecuador: al borde una constituyente para concentrar poder presidencial y abrir la puerta a bases militares gringas  
Ecuador: al borde una constituyente para concentrar poder presidencial y abrir la puerta a bases militares gringas  
El presidente Daniel Noboa impulsa una asamblea constituyente en medio de un país bajo estado de excepción y con protestas reprimidas por las fuerzas militares. La muerte del manifestante indígena kichwa, Efraín Fueres, y los bloqueos en varias provincias marcan el paro convocado por la CONAIE....
leer mas
“El castigo dentro del castigo”: la exposición fotográfica que retrata las vidas de las mujeres afro privadas de la libertad
“El castigo dentro del castigo”: la exposición fotográfica que retrata las vidas de las mujeres afro privadas de la libertad
Madres afro de Quibdó, presas en la cárcel El Pedregal de Medellín, sufren abandono familiar, falta de atención médica y condiciones indignas. Sus historias se narran en la exposición “El castigo dentro del castigo”, que revela cómo el encierro no solo limita la libertad, sino que rompe los lazos...
leer mas
Más de 160 países reconocen a Palestina como Estado: ¿Qué significa esto en medio del genocidio?
Más de 160 países reconocen a Palestina como Estado: ¿Qué significa esto en medio del genocidio?
Francia, Reino Unido, Australia y Canadá se sumaron a los 157 países de la ONU que reconocen a Palestina como Estado. El gesto diplomático fortalece la legitimidad internacional palestina y aísla a Israel, pero no detiene las bombas en Gaza ni los asentamientos en Cisjordania. Sin sanciones ni...
leer mas
Mercenarios colombianos en las filas paramilitares que cometen un genocidio en Sudán
Mercenarios colombianos en las filas paramilitares que cometen un genocidio en Sudán
Sudán vive la guerra más sangrienta del mundo con más de 100.000 muertos hasta la fecha, 12 millones de desplazados y una hambruna agravada por el cólera. En el centro de las atrocidades, la facción paramilitar acusada de la mayoría de los crímenes de guerra y financiada por Emiratos, las Fuerzas...
leer mas
Contra el memoricidio, los seguiremos llamando Clan del Golfo y no Ejército Gaitanista
Contra el memoricidio, los seguiremos llamando Clan del Golfo y no Ejército Gaitanista
La Revista RAYA, desde su fundación, tal como quedó explícito en su manifiesto, ha respaldado la posibilidad de construir una paz en Colombia buscando alternativas a la cruenta guerra que no cesa de generar víctimas a lo largo y ancho de todo el país. De este modo, comprendemos el esfuerzo que se...
leer mas
El grito de Médicos Sin Fronteras para que los líderes del mundo paren el genocidio en Gaza
El grito de Médicos Sin Fronteras para que los líderes del mundo paren el genocidio en Gaza
Médicos Sin Fronteras denuncia el asedio israelí en Gaza y el uso de la ayuda humanitaria como arma de guerra, que multiplica la desnutrición infantil y materna y deja miles de muertos y heridos al intentar conseguir alimentos. La organización exige alto al fuego, protección sanitaria y ayuda...
leer mas
Marco Rubio y su cuñado narco: la doble moral de EE.UU. en la lucha contra las drogas 
Marco Rubio y su cuñado narco: la doble moral de EE.UU. en la lucha contra las drogas 
El político cubanoamericano, casado con una hija de colombianos, consolidó su ascenso en Washington como mano derecha de Donald Trump al frente del Departamento de Estado. Pero arrastra un pasado turbio que hace cuestionables sus decisiones: su cuñado fue condenado por narcotráfico y su campaña al...
leer mas
El Centro Democrático busca recuperar la rectoría de la Universidad Nacional 
El Centro Democrático busca recuperar la rectoría de la Universidad Nacional 
La senadora Paloma Valencia y su partido, el Centro Democrático, lideran desde hace más de un año la arremetida jurídica y comunicacional para sacar a Leopoldo Múnera y buscar que Ismael Peña sea rector de la Universidad Nacional. Trabajadores, estudiantes y docentes enfrentan un pulso fuerte con...
leer mas
“Es poco lo que hace EE.UU. para contener la demanda de drogas”: Salomón Majbub
“Es poco lo que hace EE.UU. para contener la demanda de drogas”: Salomón Majbub
Este 15 de septiembre se conoció oficialmente la decisión del gobierno de los EE.UU. de no certificar a Colombia en la lucha contra las drogas. RAYA conversó sobre el tema con Salomón Majbub, director del Observatorio de Drogas de la organización Indepaz, quien además trabajó como parte del equipo...
leer mas
“Llegó la hora de poner el cuerpo como último recurso para romper el bloqueo en Gaza”: Carolina Alzate, integrante de la Flotilla
“Llegó la hora de poner el cuerpo como último recurso para romper el bloqueo en Gaza”: Carolina Alzate, integrante de la Flotilla
Carolina Alzate Gouzy, integrante de la Flotilla Global Sumud, explica a RAYA cómo surgió esta misión civil que busca abrir un corredor humanitario hacia Gaza. Relata el papel de los tres colombianos que viajan a bordo, el trabajo del equipo de apoyo en tierra y los riesgos frente a posibles...
leer mas
Artes para la Paz, un proyecto cultural para un millón de estudiantes
Artes para la Paz, un proyecto cultural para un millón de estudiantes
La iniciativa se inspira en el trabajo de base de comunidades vulnerables que por años han usado el arte como herramienta de paz, para llevar esta visión a escala nacional y consolidar la educación artística como política de Estado. Por: Juan Sebastián Lozano
leer mas
Los audios que incriminan en corrupción a la hermana del presidente de Argentina, Javier Milei 
Los audios que incriminan en corrupción a la hermana del presidente de Argentina, Javier Milei 
“Quieren armarse un ‘kiosquito’ de 20 o 30.000 dólares por mes”. Esta fue la confesión de Diego Spagnuolo, otrora abogado de Javier Milei y hasta hace poco exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad, quien fue despedido después de revelarse varios audios por la prensa argentina. Las coimas,...
leer mas

¡Tú también párate en la RAYA!
Aporta en nuestra Vaki y ayúdanos a seguir haciendo periodismo independiente, crítico y de calidad.

logo vaki footer