Hace 592 días Sandra Romero busca a su hijo de 17 años, desaparecido el 11 de septiembre de 2021 en San Tecla (cerca de San Salvador) después de salir de una fiesta. Ni la Fiscalía ni la Policía le da razón del paradero de su hijo ni del caso. Por el contrario, ha sido persuadida por agentes policiales para no interponer denuncias bajo el argumento de que su hijo “seguramente anda de joda”. Firmemente, ella cree que el caso de Joshua no obedece a una desaparición individual, sino a la desaparición colectiva de jóvenes en todo el país centroamericano.
Por Óscar Arnulfo Cardozo
Joshua, a sus 15 años graduándose de la escuela secundaria
Fuente: Sandra Romero.
Un año de desapariciones masivas en El Salvador
A Joshua Natanael Romero lo busca incansablemente su madre, una de las fundadoras del Bloque de Búsqueda de Personas Desaparecidas en El Salvador, Sandra Romero. Perdió a su hijo de tan solo 17 años el 11 de septiembre de 2021 en la ciudad de Santa Tecla, cerca de San Salvador, después de salir de una fiesta. Entre enero y septiembre del año 2021, según datos de la fiscalía general de la Republica de El Salvador, 936 personas fueron reportadas como desaparecidas en todo país. Una cifra escandalosa teniendo como retrovisor los 382 casos reportados dentro de la misma fecha en 2020. Solo entre San Salvador (capital nacional) y La Libertad (departamento de Santa Tecla), se reportaron 517 casos, entre ellos, el de Joshua.
“Para la misma fecha en la que mi hijo fue desaparecido, se dio una ola grande de desapariciones. Una semana después del caso de Joshua, una pareja de hermanos fue desaparecida también. Y así sucesivamente durante el lapso de un mes en todo el país. La policía salvadoreña no trabaja en la búsqueda de personas desaparecidas. Ellos siempre tienen un pero sospechoso ante las denuncias”, relató Sandra desde la conmoción que le genera el recuerdo de su hijo.
Después de 21 días de la desaparición de Joshua, otro joven, Stanley Cabrera de 29 años fue desaparecido en el municipio de Soyapango tras una cita con su novia. Sus peticiones de suplicas para encontrarlo incluso se trasladaron a la red social Twitter, desde donde Sandra, su madre, le solicitó al presidente Nayib Bukele que lo buscada. Sin embargo, hasta ahora no ha recibido una respuesta. Teniendo en cuenta el caso de Joshua y Stanley, al menos 47 jóvenes fueron reportados como desaparecidos a finales de octubre del año pasado, según la última cifra que hizo pública la Unidad de Víctimas y Desaparecidos de la Fiscalía de El Salvador.
“Las cifras sobre las desapariciones en El Salvador no se conocen ni adentro, ni afuera porque al gobierno no le conviene que se conozcan. Aquí a modo de mofa nosotros nos llamamos “El país de las maravillas” porque pareciera que nada sucede. No hay robos, no hay secuestros, no hay desapariciones. Todo el gobierno en sí mismo parece más una estrategia de marketing. Se maquillan las situaciones vividas en el día a día mediante el arreglo de parques, la reparación de vías o las ferias en las playas. La seguridad en El Salvador pareciera más para el turista que para el propio salvadoreño. Mi situación de luto por más de un año es una prueba de esto”, relató Sandra.
Sandra y el Bloque de Búsqueda de Personas Desaparecidas en El Salvador
A la derecha, Sandra Romero en una conferencia como representante del Bloque de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Fuente: FESPAD.
El Bloque de Búsqueda de Personas Desaparecidas en El Salvador para Sandra ha sido la única manera de encontrar solidaridad en medio de la frustración por no saber nada sobre el paradero de su hijo. Allí, junto a las otras madres que viven también en carne propia este estado, organiza búsquedas, plantea propuestas a los órganos judiciales y exige a la policía nacional la realización de su trabajo como lo dictan las leyes.
Es consciente de las situaciones de riesgo que pueden desencadenarse en su contra y contra del Bloque de Búsqueda por estas denuncias dirigidas al proceder del gobierno de Bukele. No existen iniciativas para la búsqueda de desaparecidos en el país y se están atropellando constantemente los derechos humanos. Una predicción que se hace realidad a la luz de las palabras pronunciadas por Bukele el 16 de octubre de 2022 en contra de las organizaciones sociales y de derechos humanos: “son defensoras de los derechos de los delincuentes”.
“En El Salvador las organizaciones siempre vivimos bajo amenaza porque al Estado no le conviene que nosotros mostremos las realidades que se viven aquí. He pasado mucho tiempo escondiendo mi rostro y mi voz, pero ya se acabó. A nosotros, los familiares de víctimas de desaparecidos, el Estado salvadoreño nunca nos lloró una sola lagrima. Al gobierno no lo estamos acusando de algo, solo exponiendo la realidad que vivimos. Tenemos derecho a buscar a nuestros hijos. Me veo en la obligación como madre de ir y pedir que me ayuden a buscar, aunque sea lo que quedó de él. Ya solo nos queda pedir eso, ni los culpables, ni las causas, solo sus restos”.
Yo sé que al decir esto nos exponemos no solo con las autoridades, sino con el mismo gobierno salvadoreño y hasta con la delincuencia, pero ya cualquier cosa puede pasar desde la desaparición de nuestros familiares. Ya sé que nunca voy a vivir bien, tranquila y mucho menos segura. Estoy preparada para lo que sea, incluso la muerte, pero la verdad siempre tiene que salir a flote”.
Un futuro sin esperanza.
El 4 de febrero de 2024 serán las elecciones presidenciales de El Salvador con un Nayid Bukele, desde hace meses, participando abiertamente por su reelección. La aprobación nacional en favor del presidente es del 91%, según datos del periódico salvadoreño La Prensa Gráfica. Su reelección parece casi inminente.
Para el otro pedazo de El Salvador, representado en Sandra, el futuro no resulta tan alentador. La búsqueda de Joshua no avanza, las respuestas gubernamentales no llegan, la policía pone en duda sus testimonios y el presidente de la República sigue sin acogerse a los tratados internacionales en materia de prohibición de desaparición de civiles. Cinco años mas de mandato de Bukele, han dicho las organizaciones de derechos humanos, significarían cada vez más retrocesos para el país centroamericano en materia de derechos humanos, cifras más escandalosas de desapariciones y cientos de madres que dolorosamente buscan a sus hijos con todo en contra, incluyendo, al mismo Estado.
“Yo les puedo decir que nosotros no podemos endiosar a una persona que no tiene empatía por las familias que están viviendo la desaparición de un ser querido. Nayib Bukele es una persona que actúa como un dictador. Las personas tanto en Colombia como en América Latina deben buscar informarse mejor. Es importante que le pongan atención no solo a su supuesta buena imagen, la del hombre joven, exitoso y bien hablado que envuelve, sino ponerse a pensar en lo que hay del otro lado de la moneda, lo que se esconde tras su supuesta exitosa gestión de gobierno”, concluye la madre Joshua.