Señal Investigativa revela un expediente oculto que detalla la pérdida de un arsenal de guerra en la Policía de Urabá, desde donde desaparecieron en 2019 más de medio millón de cartuchos que terminaron en manos del Clan del Golfo. Cinco coroneles están involucrados en la investigación. El ministro de Defensa, Iván Velásquez, dijo que están haciendo inspecciones en los armerillos de distintas regiones del país.
Por: Señal Investigativa, una alianza entre Revista RAYA y Señal Colombia
El pasado 30 de abril el presidente Gustavo Petro denunció lo que parece un modus operandi al interior de las Fuerzas del Estado: la pérdida de munición y de explosivos de los armerillos del Ejército y la Policía, un arsenal de guerra que termina en manos de los grupos armados ilegales que luego disparan contra civiles y uniformados que los combaten en el monte y en los pueblos.
“La única manera de explicar este tipo de faltantes es que ha existido durante mucho tiempo redes integradas por gente de las Fuerzas Militares y civiles dedicadas a un comercio masivo de armas, usando las armas legales del estado colombiano. El destino serían sus demandantes, en mi opinión, los grupos armados en Colombia. Los explosivos con los que se volaron los retenes en la vía Medellín Bogotá hace algunos meses provenían de Tolemaida”, dijo el presidente Petro, hablando de un informe del Ejército de donde se perdieron más de 124.000 cartuchos y más de 2.200 granadas de mano.
Señal Investigativa revela un expediente oculto que detalla la pérdida de otro arsenal de guerra, esta vez en Policía de Urabá, desde donde desaparecieron más de 633.000 cartuchos para pistolas 9 milímetros, cartuchos 7.62 milímetros para ametralladoras, cartuchos para revolver de 38 milímetros, un kilómetro de cordón detonante, granadas de mano, entre otros. Es seguro que, según un informe técnico de la Inspección de la Policía Nacional, parte de los cartuchos terminaron en manos del Clan Golfo en esa tierra, Urabá, también conocida como la cuna de este grupo criminal.
Un caso similar, pero en el Ejército, fue denunciado en abril del año pasado. Asi lo hizo el sargento Carlos Mario Gómez, hablando del modus y de la mafia en Urabá con la revista CAMBIO. “Es que aquí hay una red. Hay una red criminal, hay una mafia. Hay una mafia… Y esa red, créame que un suboficial, ni un soldado, ni un civil tienen cómo direccionarla o protegerla. Hay altas esferas de la institución que realmente tienen esa red y que realmente tienen corrompida a la institución. Creo que están sirviendo de centro y suministradores de esté material bélico, que es del Ministerio de Defensa, con el cual están matando a nuestros propios hombres y también a la población civil”, advirtió.
El Clan del Golfo, otrora conocido como los Urabeños, nacieron de las disidencias del proceso de paz con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), es decir, son los paramilitares descendientes de Carlos Castaño. Esa región de Urabá es estratégica para esta agrupación narcotraficante, pues ofrece acceso a las costas del Pacífico y el Caribe desde los departamentos de Antioquia y Chocó. Precisamente, esta región es la que domina el Clan del Golfo, el mismo que ha sido señalado de tener nexos con la Fuerza Pública, principalmente con la Policía. De hecho, antes de 2019 cuando capturaron a su jefe máximo, alias Otoniel, entonces algunos policías se confabularon con paramilitares de este clan para asesinar al comandante de la Policía de Segovia, Antioquia, teniente Andrés Osorio, que les había propinado certeros golpes. Allí mismo, su entonces alcalde Didier Osorio, denunció dicho vínculo y pidió que se relevara a todos los uniformados que estaban asignados a la vigilancia y custodia esa región.
Hace cinco años, en 2019, el juzgado Penal Militar 167 de Urabá ordenó una inspección a la Policía de esa región para tratar ubicar un fusil galil calibre 5.56 milímetros (de serie 03309299). El arma se reportó como extraviada en febrero de 2019 por el subcomisario de policía encargado del armerillo. A pesar de que el arma estaba desaparecida, los policías de Urabá registraron en documentos oficiales al menos tres falsos mantenimientos y trataron de legalizar munición extraviada falsificando planillas de polígonos. La firma de la izquierda es falsa y la de la derecha es la original. Los investigadores hicieron pruebas de grafología.
Los investigadores de la justicia penal militar que rastreaban la pérdida de la munición y los explosivos, al mismo tiempo eran los encargados de recuperar el material de guerra que les incautaron a los miembros del Clan del Golfo asesinados en combates con el Ejército cuando se desarrolló la operación Agamenón, la misma que se calificó como histórica y el inicio del fin del Clan del Golfo. Así lo dijo el presidente Iván Duque durante su alocución para informar al país la captura de alias Otoniel precisamente en esa región de Urabá. Sin embargo, la realidad ha sido otra y la expansión de ese clan en cambio continúa.
Estos investigadores luego cotejaron las armas y sobre todo la munición, obteniendo como resultado que se trataba de las mismas balas fabricadas por la Industria Militar del Estado colombiano, conocida como Indumil. Prueba de ello fueron los seriales de los cartuchos analizados.
Durante los combates, veinte integrantes del Clan del Golfo asesinados en la operación Agamenón portaban armas italianas y americanas con más de 10.000 cartuchos de Indumil. Sólo a Víctor Manuel Peña Durán, abatido en Necoclí (Antioquia), en noviembre de 2016, los investigadores le encontraron más 8.500 cartuchos para pistola 9 milímetros fabricados por Indumil, algunos de los cuales eran los que habían desaparecido del armerillo de la Policía de Urabá.
En el caso judicial hasta el momento están vinculados nueve oficiales, entre ellos, cinco coroneles de la Policía actualmente en servicio activo por el delito de peculado por apropiación de bienes del Estado. Señal Investigativa encontró que este expediente está en manos de la justicia ordinaria, es decir, de la Fiscalía de Medellín. Sin embargo, hasta la fecha no existe un avance significativo en lo que parece ser un modus operandi en batallones del Ejército y estaciones de Policía de diferentes regiones del país.
Señal Investigativa consultó al ministro de Defensa sobre las investigaciones que se adelantan por la pérdida de las municiones y el material de guerra que estaba en poder del Ejército y la Policía. Así respondió Iván Velásquez: “Se ha avanzado en otras inspecciones, en otras revistas. Lo que puedo afirmar es que las investigaciones continúan. Desde las acciones internas de las Fuerzas Militares se han tomado algunas decisiones de separación de algunos miembros… La acción preponderante del Clan del Golfo en Urabá daría para presumir que las municiones llegan al Clan del Golfo”, puntualizó.