Una docena de audios en poder de Revista Raya revela cómo durante el gobierno de Álvaro Uribe se bloquearon las investigaciones de la Corte Penal Internacional sobre los delitos de lesa humanidad de las Autodefensas Unidas de Colombia. También quedan en evidencia las preocupaciones de los jefes paramilitares sobre la extradición y el interés del entonces comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, de utilizar la desmovilización en favor de la reelección presidencial del año 2006. EXCLUSIVO
Por Edinson Bolaños
Los audios que revela Revista RAYA corresponden a una reunión privada en la que participaron el entonces Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, y los comandantes paramilitares Salvatore Mancuso, Rodrigo Tovar Pupo -alias Jorge 40 - y otros, en septiembre de 2004. El escenario: Santa Fe de Ralito, Córdoba, epicentro de las negociaciones entre las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y el gobierno de la época. Los tres temas centrales de la conversación fueron el bloqueo a la Corte Penal Internacional (CPI), la garantía de no extradición y la importancia de lograr un ambiente favorable para un propósito que, dos años antes de terminar el periodo presidencial, ya se cocinaba: la reelección de Álvaro Uribe.
Hoy estos audios cobran relevancia, pues la semana pasada la Justicia Especial para la Paz (JEP) aceptó escuchar a Mancuso y a Jorge 40 para definir si son aceptados por este tribunal. Para lograrlo necesitan demostrar su vinculación funcional y material con la fuerza pública, ya que ambos se declaran agentes de “facto” del Estado colombiano.
Sobre esta reunión mucho se ha hablado en el mundo político y periodístico, sin embargo, esta es la primera vez que se escuchan las voces de los protagonistas.
El bloqueo a la CPI
En julio de 2005 el Congreso de la República aprobó la Ley de Justicia y Paz para amparar jurídicamente la desmovilización de los paramilitares. Un mes antes, la Federación Internacional de los Derechos Humanos (FIDH) denunció los beneficios judiciales que recibirían los paramilitares, a los que denominó como una “amnistía encubierta”. Según la organización no gubernamental, con dicha Ley el gobierno buscaba ocultar los delitos de lesa humanidad de los paramilitares, por lo que, a través de una carta enviada a la Corte Penal Internacional solicitó que se abrieran las investigaciones y se condenara a los responsables.
En uno de los audios revelados, se oye como el comisionado Restrepo le dijo a los jefes paramilitares que estaba bastante tranquilo con el proyecto de Ley que se tramitaría en el Congreso, y con el cual bloquearían cualquier acción de la CPI en Colombia. Incluso, les explicó que el indulto y la amnistía serían figuras jurídicas peligrosas porque “nos exponemos a que pase lo que le está pasando a Pinochet”. En cambio, señaló: “con este modelo se da seguridad jurídica…Entonces el hecho de que el gobierno ofrezca un proyecto de ley, que contempla una pena privativa de la libertad, es importante porque bloquea la posibilidad de esa jurisdicción internacional. Si el gobierno no bloqueara esa competencia de la jurisdicción internacional sino simplemente concediera el indulto, la cosa sería mucho más frágil”.
Este audio será clave para determinar si el gobierno utilizó las herramientas legales para dejar en la impunidad delitos de guerra como el reclutamiento de menores de edad. No se puede olvidar que Mancuso, declaró desde una cárcel en Estados Unidos, el 13 de marzo de 2012, en versión libre ante la fiscal 41 de la Unidad de Justicia y Paz que el propio comisionado Restrepo les recomendó no desmovilizar a los menores de edad. “Fue él, el que recomendó que no se debía desmovilizar a los menores, que era mejor que los mandáramos para la casa y que les diéramos una bonificación. Efectivamente eso se hizo”, confesó el exjefe paramilitar.
La promesa de Restrepo devela, sin duda, una estrategia no solo para bloquear a la CPI, sino también para encubrir crímenes de guerra como el reclutamiento de menores, incluido en la legislación nacional y en el Estatuto de la CPI.
La extradición
Otro de los temas que mortificaba el proceso de paz con los paramilitares era la extradición a Estados Unidos. En las grabaciones se escucha al comisionado Restrepo preocupado, tratando de calmar los ánimos de los comandantes de las AUC que estaban desarmados pero envalentonados y amenazaban con volver a tomar las armas. De hecho, en uno de los audios también queda claro que muchos de los mandos medios estaban en las disidencias porque no creían en la palabra del gobierno, ni en que les cumpliría a sus jefes ni mucho menos a ellos.
Así lo hizo saber Restrepo sobre el Bloque Cacique Nutibara que operaba en Medellín: “Una de las manchas, yo ya lo he dicho acá, y de las cosas complejas de la desmovilización del Cacique Nutibara, es que se dice que detrás del Cacique Nutibara está Héroes de Granada, entonces, como la desmovilización no fue total porque Adolfo sigue siendo comandante militar de una estructura, es decir, se desmovilizó una parte…”
El tema de la no extradición era la papa caliente para el gobierno de Uribe, pues los Estados Unidos justo dos años atrás habían solicitado la extradición de los jefes paramilitares Carlos Castaño, Salvatore Mancuso y Juan Carlos Sierra, acusados de enviar 17 toneladas de cocaína a ese país. Esa presión terminó con la extradición, seis años después, de 15 jefes paramilitares con lo que el gobierno privilegió el problema de las drogas y dejó de lado los crímenes de lesa humanidad.
Este hecho lo denunció en 2016 el diario estadounidense The New York Times, en un artículo que tituló “Justicia interrumpida: Paramilitares en Colombia, presos privilegiados en Estados Unidos”. "La mayoría, según hemos descubierto, fueron premiados generosamente por declararse culpables y cooperar con las autoridades de Estados Unidos. Fueron tratados como personas sin antecedentes penales pese a sus extensas carreras criminales en Colombia, y se les descontó tiempo en prisión por el tiempo pasado en cárceles colombianas —aunque el argumento oficial para extraditarlos es que cometían delitos desde el interior de esos penales", dice el artículo.
En las grabaciones en poder de esta revista la voz de Restrepo llamó la atención a los jefes paramilitares y dijo que Uribe no podía modificar el tema de la extradición porque se convertía en un problema internacional para el gobierno en plena campaña electoral. Lo que sí les prometió es que Uribe utilizaría la discrecionalidad presidencial para frenarla. “De pronto la cosa termina peor, es decir, con Estados Unidos en contra de un proceso. Entonces, ante esas realidades es que él me dice, para buen entendedor, yo uso mi discrecionalidad como presidente, que de hecho se está usando para contener el asunto”, les respondió Restrepo.
El que más preguntó durante esa reunión privada fue Salvatore Mancuso. Por ejemplo, le refutó a Restrepo su propuesta de extradición y le dijo que en caso de que Uribe no vuelva a ser presidente en los dos años siguientes nadie garantizaba que otro presidente no los extraditaría. Ante eso, Restrepo le respondió: “A bueno, eso yo se los he comentado a ustedes en otras ocasiones de esta forma: hacer sostenible un proceso de estos implica un respaldo político, entonces, se supone que si se da este paso al desarme y hacia la legalidad pues se va a tener una favorabilidad política de un sector de opinión y una especie de consenso para que estas decisiones se mantengan y no se revoquen. Porque en la democracia todo se puede echar pa’ atrás”.
Ante la respuesta, Salvatore les respondió: “Vea, nosotros le hablamos con absoluta claridad, le hablo como Salvatore Mancuso. Si ese problema no es claro yo me muero en el monte o de viejo o cuando me mate el ejército, la policía o las autoridades de seguridad del Estado. Es que es muy difícil decir, le pago cinco años de cárcel y después de los cinco años cárcel, Uribe dura, dos le faltan, cuatro más, es decir, que dure tres años más en la presidencia, cuando pague los cinco años aquí me llevan entonces para Estados Unidos porque voy a depender de lo que diga el próximo presidente de la República, entonces, eso no es claro para nosotros, por dios, menos ya, sin fusiles, sin gente, sin zonas, sin nada”.
Cuatro años después, en una madrugada de mayo de 2008, Uribe los extraditó a Estados Unidos para que respondieran solo por los delitos relacionados con el narcotráfico. Desde entonces las víctimas y los victimarios han expresado que lo que hubo fue una trampa para extraditar la verdad que aún guardan los excomandantes paramilitares.
Un ambiente para la reelección
El tercer tema que se abordó en la reunión de Santa Fe de Ralito fue el de la reelección presidencial. Según dejó claro Restrepo a él le preocupaba “un escenario electoral con las autodefensas todavía en armas” y dejó claro quiénes estarían en la contienda: “Bueno, si el escenario no es la reelección es indudable que la próxima candidatura, va a ser una candidatura donde va a haber alguien que va a representar el uribismo y otro sector que va a representar el Polo o la izquierda con el partido Liberal. Con todas las denuncias que hay de las pretensiones de las Autodefensas de cambiar el panorama político por medio de la acción armada local, pues obviamente, es decir, una campaña presidencial con este proceso en medio, sin desarme, con cantidad de denuncias, sean ciertas o no sean ciertas, que amenazan allí, que las autodefensas amenazan allí, es decir, eso enreda al gobierno”, concluyó.
Desde que se registraron estos audios, hace 18 años, los exjefes paramilitares, especialmente Salvatore Mancuso, han denunciado ante fiscales de Justicia y Paz que ayudaron de manera decidida a la reelección presidencial. Sin embargo, aún no se llega al fondo de las investigaciones para conocer cuál fue el alcance.
Jorge 40 fue uno de los jefes paramilitares que poco habló durante esa reunión privada y cuando lo hizo fue para resaltar su incertidumbre: “Yo creo doctor Restrepo que la mayor preocupación e incertidumbre radica en que desafortunadamente nosotros estamos creyendo en la palabra de un solo hombre. Esto si nosotros tuviéramos la seguridad que la reelección es un hecho le aseguro que esto no camina, sino que vuela. Pero hay una incertidumbre tan grande en creerle la palabra nada más de un hombre”.
A pesar de todo, Restrepo actualmente es un prófugo de la justicia. Desde 2012 pesa en su contra una orden de captura internacional a raíz de su responsabilidad en la falsa desmovilización del frente Cacica La Gaitana de las Farc. El excomisionado de paz también está acusado de haber implementado la misma práctica con los bloques paramilitares que en los audios él mismo mencionó como disidentes: el Bloque Cacique Nutibara y Héroes de Granada.
* Algunos de estos audios fueron referenciados en 2004 en una investigación de la revista Semana. La Revista Raya permite escuchar esos y otros inéditos de los que aún no se había hablado.