La crisis humanitaria en la República Democrática del Congo (RDC) se intensificó debido a los combates entre varios grupos armados y las fuerzas armadas congoleñas, obligando a 6,9 millones de personas a abandonar sus hogares. Médicos Sin Fronteras (MSF) aumentó su actividad, realizando un promedio de 880 consultas médicas diarias en Goma durante abril de 2024. Estos aspectos son abordados en una entrevista con Marie Brun, coordinadora de emergencias de MSF en Goma.
Por: Lisa Veran, responsable de comunicaciones de Médicos Sin Fronteras en RDC.
República Democrática del Congo (RDC), el segundo país más extenso de África, ubicado en el centro del continente y con cerca de 100 millones de habitantes, vive una grave crisis de violencia y desplazamiento. Con 6,9 millones de personas que se han visto obligadas a dejar sus casas, principalmente en el este del país, RDC ha estado bajo la lupa de muchos organismos internacionales. Desde octubre de 2022, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) se han desplazado cerca 1,6 millones de personas.
En la provincia de South Kivu, Naciones Unidas señala que por lo menos 130.000 personas han sido desplazadas al poblado de Minova, receptor de refugiados, entre febrero y marzo de 2024. Adicionalmente, cerca de 60.000 personas se han visto obligadas a dejar sus hogares en el transcurso del mes de mayo, dados los intensos combates entre fuerzas estatales y el grupo insurgente M23. En Goma, capital de la provincia Kivu del Norte, Médicos sin Fronteras (MSF) realizó, en promedio, 880 consultas médicas diarias durante abril (un número alto si se tiene en cuenta que en diciembre de 2023 fueron 350). De las consultas en abril, 224 correspondieron a niños menores de cinco años.
En la presente entrevista, Marie Brun, coordinadora de emergencias de (MSF) en Goma, describe cómo se ha intensificado el conflicto y las consecuencias que este ha traído a la población civil.
La inseguridad parece afectar cada vez más a las personas ya desplazadas en los Kivu, especialmente en los alrededores de Goma. ¿Cuál es la situación?
En los dos últimos años hemos asistido a desplazamientos regulares de personas que huían de los combates en la provincia de Kivu Norte y, más recientemente, en Kivu Sur. Las numerosas personas y familias desplazadas han buscado refugio sobre todo en campamentos rudimentarios en las afueras de Goma, la capital de Kivu Norte.
En las últimas semanas, Goma se ha visto rodeada progresivamente por varias líneas de frente. En la ciudad se hacinan entre 600.000 y un millón de desplazados junto a los dos millones de habitantes de la ciudad. La concentración de hombres armados en los campos densamente poblados y sus alrededores y la creciente proximidad de las posiciones militares a las personas desplazadas han provocado un aumento general del nivel de violencia: los civiles se ven atrapados en el fuego cruzado entre los distintos grupos combatientes y resultan heridos, muertos o se convierten en víctimas; en muchas ocasiones de violencia sexual.
En Goma, las personas desplazadas se encuentran ahora en una situación similar a aquella de la que habían huido. Se enfrentan a una inseguridad total y no tienen salida. Los campos de desplazados deben ser respetados por todas las partes en conflicto y deben cesar los combates en las cercanías de estos.
Esta inseguridad se ve agravada por unas condiciones de vida extremadamente precarias. La población desplazada vive en campos densamente poblados, en condiciones sanitarias deplorables, sin acceso adecuado a los servicios de agua y saneamiento, en refugios hechos de lonas de plástico, sobre un terreno irregular de roca volcánica. El acceso al agua potable y a los alimentos es muy difícil e impredecible.
¿Cuál es el impacto de esta violencia en la población civil?
Según nuestras observaciones, el fuego de artillería pesada en los campos de la periferia de Goma ha causado 23 muertos y 52 heridos desde febrero de 2024. Sólo el 3 de mayo, de acuerdo con Naciones Unidas, al menos 18 civiles, en su mayoría mujeres y niños, murieron y 32 resultaron heridos en bombardeos.
Desde principios de año hemos observado fuego cruzado y explosiones de granadas dentro de los campos, tanto de día como de noche. Hemos registrado 24 incidentes con disparos de obuses en los campos en los que trabajamos o en sus cercanías. Los equipos de MSF han recibido 101 heridos, el 70% de ellos civiles, en el hospital de Kyeshero. Estas personas fueron trasladadas por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que trata a los pacientes más graves heridos por armas. También nos preocupa que los pacientes retrasen la búsqueda de asistencia por miedo a los riesgos de seguridad.
Usted también ha hablado sobre casos de violencia sexual…
En los campos de Shabindu, Rusayo y Elohim, hemos atendido más de 1.700 nuevos casos de violencia sexual en abril, el 70% de los cuales fueron perpetrados por personas que portaban armas. MSF puede brindar atención médica y psicológica a las supervivientes, pero las opciones de derivación para recibir apoyo legal, refugios seguros y otros servicios de protección son muy limitadas. Aunque la mayoría de las personas supervivientes de violencia sexual atendidas por nuestros equipos denuncian haber sido violadas mientras recogían leña, también estamos viendo un número creciente de agresiones dentro de los campos. De hecho, también se han denunciado casos de violación en grupo.
Por otro lado, se han reanudado los combates en Kibirizi, ciudad de acogida y tránsito de miles de desplazados y situada en el cruce de varios ejes estratégicos de Kivu Norte. En mayo han estallado violentos combates en zonas pobladas, tanto en las ciudades como cerca de los campos. Los enfrentamientos han destruido infraestructuras y recursos vitales y han provocado un nuevo éxodo de personas desplazadas. El número de casos de violencia sexual también se ha disparado, multiplicándose por cinco el número de supervivientes atendidas en los centros de salud apoyados por MSF en Kibirizi y, más al sur, en la zona de salud de Bambo.
Con la intensificación de las hostilidades en una nueva línea del frente desde febrero, el intercambio de fuego y artillería también está afectando regularmente a la población de la ciudad de Minova y sus alrededores, en Kivu Sur, donde este año se han buscado refugio casi 200.000 personas.
¿Cómo sigue trabajando MSF en este contexto?
En Kivu Norte y Sur, nuestros equipos trabajan en un contexto de seguridad inestable, con dificultades para desplazarse y facilitar ayuda humanitaria y un acceso incierto a los centros de salud que apoyamos. A pesar de la naturaleza médica y humanitaria de nuestra respuesta a esta crisis, el personal de MSF también ha sufrido actos de intimidación por parte de hombres armados.
MSF ha suspendido actividades en varias ocasiones, principalmente por los enfrentamientos cerca de los campos de Goma y en los alrededores de Minova. La carretera de Kivu Sur a Goma está actualmente bloqueada y los suministros sólo pueden trasladarse en barco a través del lago Kivu o en moto.
Los combates también impiden que los suministros de Goma lleguen a las zonas periféricas, donde hay enfrentamientos. En el territorio de Masisi, donde MSF brinda apoyo a los hospitales generales de Masisi y Mweso, los equipos médicos llevan recibiendo decenas de heridos de guerra desde principios de año, pero desde hace meses el acceso por carretera es extremadamente difícil y arriesgado.
Esto ha obstaculizado las operaciones humanitarias, privando a la población de ayudas vitales. Como MSF, recordamos a todas las partes beligerantes que, en tiempos de conflicto, están obligadas a respetar el Derecho Internacional Humanitario (DIH) y todas las protecciones otorgadas a civiles, a las instalaciones sanitarias, a los pacientes y al personal médico.