A días de unas elecciones presidenciales marcadas por la división interna del MAS, la crisis económica y el avance de la oposición, Bolivia también sostiene una activa agenda internacional, con un firme respaldo a Palestina. Gabriel Campero, embajador en Colombia, analiza la pugna política, los retos económicos y el papel del país en el escenario global.
Por David González M.
A pocas semanas de las elecciones presidenciales del 17 de agosto, Bolivia vive una profunda convulsión política. El Movimiento al Socialismo (MAS) —partido de gobierno— está fracturado entre quienes apoyan al expresidente Evo Morales y quienes respaldan al actual mandatario, Luis Arce. El clima electoral está tensionado por las encuestas que muestran un empate técnico entre los principales candidatos de la oposición, mientras el oficialismo enfrenta el reto de mantenerse unido. La crisis económica —marcada por la escasez de combustible, el aumento sostenido de la inflación y la presión sobre las reservas internacionales— agrava el escenario.
En medio de esta turbulencia interna, Bolivia mantiene una postura activa en la política internacional: ha enviado ayuda humanitaria a Palestina y forma parte del Grupo de La Haya, que impulsa acciones concretas para exigir el fin del genocidio en Gaza. Sobre el peso de estos factores en la política nacional, la agenda exterior y la pugna interna por el liderazgo del bloque popular, conversamos con Gabriel Campero, embajador de Bolivia en Colombia.
RAYA: En Bolivia, estan a días de elecciones presidenciales. Me llamó la atención, una entrevista del expresidente Evo Morales que dio a la Radio Nacional de Colombia. En ese espacio hablaba básicamente de Luis Arce como su enemigo. Apenas si mencionó a la derecha, ¿Cómo llegó Bolivia a este punto de fragmentación?
GABRIEL: Solamente para recordar dos cosas. La primera, es que el presidente Arce, fue un presidente que decidió asumir en el peor momento una campaña electoral: en pandemia y en pleno golpe de Estado. Y pese a eso, el bloque popular decidió salir adelante y votar por Luis Arce Catacora, no por Evo Morales. Y eso es algo importante que hay que dejarlo muy claro.
No podemos permitir que se instale en el imaginario internacional la idea de que el boliviano no piensa por sí mismo. Al contrario, cada ciudadano razona y sabe lo que quiere: el retorno de un bloque popular que garantice la redistribución de la riqueza, los bonos sociales, la nacionalización de los hidrocarburos y que evite las privatizaciones. Además, es clave otorgar valor agregado a los recursos bolivianos mediante el programa de industrialización, reducir las importaciones que tanto nos han perjudicado y buscar mecanismos para disminuir el subsidio a los combustibles, como las plantas de biodiésel.
El segundo punto es la renuncia del presidente Arce a su candidatura, un gesto para unir al bloque popular. Su mensaje fue claro: "Retiro mi postulación porque necesitamos unirnos para derrotar a la derecha". De hecho, emitió un comunicado en el que reitera que el gobierno actuará como mediador para asegurar esa unidad de cara a las elecciones. Aquí cabe destacar el desprendimiento del presidente Arce.
Hay poca lectura del momento histórico que se está viviendo por parte de otros actores políticos que son candidatos a la presidencia. Tristemente debo decir que el expresidente Morales no está haciendo una lectura de todo lo que se viene en caso de que retorne la derecha.
Lo que la gente para afuera no sabe es que efectivamente el proceso de cambio en Bolivia es el resultado de una acumulación de luchas históricas que viene desde las dictaduras militares, resistencia al neoliberalismo. Muchos hombres y mujeres dieron su vida en este periodo para que después esto se conglomere y dé el resultado de lo que fue la victoria del año 2006. No es el resultado de la lucha de una persona, como muchos cometieron el error de hacerle creer al expresidente Morales, incurriendo en un error del culto a la personalidad.
RAYA: El expresidente Morales habla de que es perseguido por el actual gobierno del gobierno de su exministro, Luis Arce.
GABRIEL: A nosotros nos llama seriamente la atención de que el expresidente Morales diga que hay lawfare, que se manipula la justicia cuando las pruebas están ahí.
Nosotros decimos: Compañero, tuvimos que haber hecho una lectura autocrítica del periodo pasado ¿Acaso no hay compañeros que son capaces dentro del instrumento político para la continuidad? Y eso fue lo interesante que se dio posterior al golpe, porque cuando Evo nos deja a todos - porque él abandonó, escapó a México - se quedó un pueblo a hacer resistencia. Y de ahí vienen las masacres de Sacaba, de Senkata, que suman más de 30 muertos.
Y luego de eso, la resistencia y la campaña que la asumió Luis Arce de forma muy valiente en pandemia, con un golpe de estado que lo amenazaba constantemente para evitar que pudieran postularse. Nosotros continuamos con Luis Arce, con David Choquehuanca para tratar de llegar nuevamente a recuperar la democracia que se había perdido.
RAYA: Pero quisiera preguntarle también por la situación actual, porque claro estamos en medio de un vecindario que ve surgir figuras como Buekele, Milei, Novoa, y sería muy triste para las fuerzas soberanas de América Latina que Bolivia quedara en manos de alguien así. ¿Qué posibilidades de unidad existen?
GABRIEL: El presidente Arce en los primeros 2 años, después de haber tomado medidas para luchar contra la pandemia, restablecimiento de la economía y todo, empezó a subir en encuestas y se acordó entre el presidente Arce y Evo Morales de que no se hablaba de candidaturas hasta el año 2024. Evo Morales no cumplió.
Como lo dice el actual candidato Eduardo, hay dos puntos de inflexión dentro de lo que es la ruptura con el bloque del Movimiento al Socialismo y el presidente Arce. Uno, el tema de que el expresidente Morales quería controlar el ejecutivo pese a que él ya no era presidente. El Presidente Arce no le permitió eso, que era imponer directores, ministros, cuestionar toda autoridad. Y como no le gustaban las autoridades que estaban ahí, lógicamente pidió a través de su bancada en la Asamblea Legislativa Plurinacional interpretar, sancionarlos, censurarlos, sin permitirles hacer gestión.
El candidato actual, Eduardo del Castillo, planteó que hubo dos momentos de ruptura. En una primera reunión de todo el pacto de unidad, que es el Bloque Popular, que se reunió con sus organizaciones sociales, en el que participó Evo Morales, dijeron de que habían retornado todos por la democracia. Evo Morales dijo: "No, que la gente había luchado por él", con una visión sesgada de lo que era la lucha social que se hizo para recuperar el proceso de cambio, no a Evo Morales, no a un proyecto individual y ese fue un error.
Por otro lado, lo que planteó fue el tema de que el señor candidato Eduardo del Castillo, le pidieron reuniones a solas con directores que dependían del Ministerio de Gobierno, aspecto que el ministro y actual candidato no accedió. ¿Por qué? Ningún director o autoridad puede reunirse a solas con ningún director del Ministerio de Gobierno.
Y el último punto, que es algo que no nos compete a nosotros como gobierno y hay que dejarlo muy claro, es un tema de la justicia boliviana. Es el tema de que el expresidente Morales tiene procesos de trata y tráfico por tema de situaciones con menores de edad.
Por el caso de trata y tráfico de una menor de edad con la que habría tenido una niña, cuando la muchacha tenía 15 años, aparte de otra investigación que tiene y la están llevando en Argentina por convivir con tres menores de edad. El expresidente Morales no asistió a declarar tres veces y toda la población nos cuestiona a nosotros por qué a Luis Fernando Camacho (Candidato de la derecha que hizo parte del intento de golpe de estado en 2019) por no declarar tres veces se lo ha metido a la cárcel y qué pasa con el expresidente Morales. El expresidente Morales en algún momento tiene que responder, porque no es que se le está acusando, se le está pidiendo declaración.
RAYA: Morales dice que hay un riesgo económico altísimo en Bolivia, una alta inflación, desabastecimiento y que eso tiene que ver con las malas decisiones económicas que se han tomado en el actual gobierno y que lo obligan a volver a la candidatura. ¿Qué responde sobre eso?
GABRIEL: Sesgado, mal informado y sobre todo muy tendencioso. La situación que se ha generado dentro de Bolivia, es una corresponsabilidad de él por dos cosas.
La primera, que no cuidó la nacionalización de los hidrocarburos. Al expresidente Morales le mintieron desde el año 2014 hasta el año 2019 de que teníamos un mar de gas que no existía. No se hizo exploración hidrocarburífera. Por tanto, ¿qué pasó? Las reservas de gas empezaron a disminuir desde el año 2014 y Bolivia vivía de lo que era el tema de la venta del gas y su exportación. Tuvimos durante ese periodo una temporada que el barril de petróleo llegó hasta cero. En la actualidad, lógicamente, dejamos de percibir las mismas remesas sin disminuir el tema de los bonos sociales, de garantizar todo lo que se había logrado y avanzado.
Desabastecimiento. Lo que ha pasado ha sido que como no se cuidó la nacionalización, no se cuidó la exploración de nuevos pozos, no se garantizó otros mercados y tampoco se hizo una transición energética, lo que nos tocó a nosotros asumir circunstancialmente con el presidente Arce con un gobierno que ya no tenía la misma capacidad de venta y exportación de gas. Nos tocó tener que negociar nuevos precios y contratos con el tema de la exportación del poco gas que ya teníamos hacia el Brasil y lamentablemente se perdió el mercado de Argentina por decisiones políticas que tenía Javier Milei con el descubrimiento del pozo de Vaca Muerta.
Nosotros teníamos planificado dos plantas de biodiésel y una planta de diésel renovable o de HVO. De las cuales estas dos plantas de diésel y de HVO ya están bien técnicamente acabadas funcionando, funciona una en Santa Cruz, la otra está ya casi a concluirse en la ciudad de El Alto y la de HVO que sería la que más nos brindaría, está igual en conclusión. ¿Qué ha sido el problema? Con el bloqueo de acceso a divisas que generó una iliquidez, por el bloqueo de la asamblea a causa del expresidente Morales y la derecha, porque esto es lo triste.
¿Qué gobierno va a aguantar 3 años con una asfixia de que no te permite tener una liquidez y un flujo de circulante interno? Ninguno. En el gobierno del presidente Morales, cuando era el ministro Luis Arce Catacora, su ministro de economía, siempre se funcionó con créditos. La diferencia es que teníamos una bonanza gracias al tema de la exportación del gas que hacíamos a Argentina y a Brasil. Había bonanza, pero ahora estábamos saliendo de una pandemia, de un golpe de estado, reactivación de la economía y qué le tocó al presidente Arce, asumirlo circunstancialmente y además de eso buscar soluciones estructurales, no coyunturales.
RAYA: Quería insistir en el tema de esas derechas de América Latina, principalmente la boliviana que es tan racista. Tengo claro la imagen de unos militantes de derecha pisoteando la wiphala tras el golpe de 2019. ¿Si llegan al gobierno pierden todos?
GABRIEL: Sí. Tanto los que estén con Evo como los que estén al otro lado. Imagina que hay consignas de campaña de la derecha, y esto no lo entiende el expresidente Morales, consignas de campaña de la derecha, que si ingresan ellos al poder, al día siguiente Evo Morales lo apresan.
El hombre tiene que entender que su situación no es un capricho del gobierno nacional, es un tema personal y de rendición de cuentas ante la justicia por no asistir a declarar tres veces. Tiene que resolverlo. Y a toda persona le toca, no es un tema de lawfare, no es algo que existe en esa dinámica y él no es consciente de que si retorna la derecha, lo primero que van a hacer va a ser ir por el expresidente Morales, Luis Arce y toda la izquierda como históricamente lo hicieron. Van a proscribir a todo el movimiento popular con sus líderes por los próximos 20 años.
¿Y qué va a pasar? Vamos a perder todos los bonos, se van a privatizar las empresas, nos van a cortar cualquier tipo de negociación que podamos tener con otros bloques que están ahora muy vigentes en este nuevo mundo multipolar con China, con Rusia. Se va a volver a ideologizar las relaciones exteriores. ¿De qué sirve eso?
RAYA: ¿Cuál es el llamado a las otras fuerzas de izquierda en Bolivia?
GABRIEL: Nosotros convocamos a que primero se respete el orden democrático. Hemos tenido serias amenazas en cuanto al tema de que no van a permitir que se lleve adelante elecciones en paz, tranquilas y ya toca hacer un cambio de gobierno. El presidente Arce es muy consciente de eso, todo se está alistando para entregar al próximo gobierno el 8 de noviembre, sea para el candidato que sea.
El llamamiento es a que escuchen al presidente Arce, que se consolide el bloque popular por más diferencias que hayan tenido. Lamentablemente hay que decirlo, desde el palco nos mira la derecha, el imperialismo viendo cómo nos estamos fracturando, claro. Pero acá lo importante es plantear nuevamente que haya continuidad en el bloque popular porque lo que está en juego no es un tema de una candidatura de una persona, está en juego todo lo construido durante veinte años.
RAYA: Un tema interesante en Bolivia fue la nacionalización de la guerra contra las drogas, en Colombia se discute la posibilidad de que el país sea descertificado por Estados Unidos tras el aumento en los cultivos de hoja de coca. ¿Cómo ha enfrentado Bolivia la guerra contra las drogas?
GABRIEL: Bolivia no tiene USAID, Bolivia no tiene CIA dentro de su territorio nacional. Y ojo: nuestros resultados en la lucha contra las drogas han sido muy exitosos. Hemos nacionalizado la lucha contra las drogas a nivel boliviano, sin necesidad de mecanismos de injerencia que supediten nuestra soberanía.
Hemos demostrado, con resultados concretos, que un pueblo soberano y autodeterminado puede enfrentar este flagelo.
Hay que diferenciar dos cosas. Número uno: la hoja de coca no es cocaína. Por eso, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, estamos llevando una campaña —en trabajo conjunto con la Vicepresidencia del Estado— y agradecemos el apoyo del Gobierno de Colombia en el examen crítico de la hoja de coca para retirarla de la Lista 1 de la Convención de 1961 sobre estupefacientes.
El primer gran error es querer afectar algo que, para nuestra cosmovisión andina y nuestros pueblos ancestrales, es sagrado.
Entonces, cuando desde fuera —como fue el caso que tuvimos antiguamente— hubo injerencia de gobiernos que buscaban erradicar totalmente la hoja de coca, se generó un choque no únicamente de resistencia popular —que ya tiene una larga trayectoria con los productores de hoja de coca—, sino también por la relocalización de los mineros. Grupos mineros formados por los antiguos comunistas en las minas de Potosí, que, con el neoliberalismo, fueron trasladados hacia la zona del trópico, generaron mecanismos de resistencia.
Por tanto, era muy difícil que organismos como la DEA o la USAID eliminaran por completo la erradicación de la hoja de coca. Entonces, ¿qué fue lo primero que se hizo? La nacionalización de la lucha contra las drogas, sin injerencia externa.
RAYA:¿Pero cómo se realiza?
GABRIEL: En primera instancia, es tener un diálogo con el productor de hoja de coca. Generar, a través de la normativa, que nuestra Constitución reconozca a la sagrada hoja de coca no únicamente como algo sagrado y de cohesión social, sino también como un recurso estratégico. Es así que, en el año 2017, sacamos una Ley de la Coca. Esta ley limita las áreas de producción a dos territorios en Bolivia: el Trópico de Cochabamba (el Chapare) y los Yungas, en La Paz.
En estos dos lugares son los únicos donde se puede producir hoja de coca, hasta un máximo de 22.000 hectáreas —que es lo que tenemos actualmente—. No más. Cualquier otra área de producción fuera de estos dos lugares está sujeta a sanción, para evitar sobreproducción. Pero hay que hablar con el productor, hay que conversar con él: ¿por qué produce hoja de coca? ¿Cuál es su dinámica?
Comparado con otros tipos de cultivo, la hoja de coca la cosechan cada tres, cuatro meses. En cambio, productos cítricos, frutales, verduras, a veces tienen producciones anualizadas, las cuales no responden a una dinámica de soberanía dentro de lo que se refiere a economías sociales comunitarias para garantizar una subsistencia digna del campesino en esas áreas.
Entonces, claro, se generó una sobreproducción, pero esto, conversándolo y dialogándolo con el campesino, ha sido una forma de garantizar, primero, que no existan espacios de violencia y lucha social entre las fuerzas del orden, el gobierno y los productores; sino una resignificación de la hoja de coca, respeto al productor y también mecanismos de control de la misma hoja de coca en coordinación con ellos. Y ha funcionado, dando resultados más o menos positivos.
RAYA: En Colombia, con DEA y CIA en el territorio, aún pende la amenaza de la descertificación, que implica sanciones por no hacer lo suficiente en ese frente.
GABRIEL: ¿Cuántas bases militares tiene Bolivia? Ni una sola. Bolivia no tiene DEA, no tiene CIA, y sin embargo, los resultados que llevan otros países que tienen estas agencias no han disminuido sus cifras en la lucha contra el narcotráfico. Entonces, esto debe ser un serio llamado de atención para todas las instituciones gubernamentales sobre cuánto beneficia realmente tener estas agencias en los territorios nacionales y cuál es su aporte concreto.
Nosotros, como te decía al inicio, primero: reconocerlo en la Constitución; generar las leyes; diálogo con los productores; limitación de áreas de cultivo; y ahora la industrialización, porque hemos catalogado la hoja de coca como recurso estratégico. Es así que el presidente Arce este año ha lanzado la industria de Cocabol.
Una industria que responde a la necesidad de darle resignificación y revalorización a la hoja de coca a través de su industrialización y comercialización. Estamos produciendo pastas dentales, analgésicos, pastillas, harinas y una serie de productos: todo un catálogo de derivados de la hoja de coca, desde harinas, bebidas energizantes, mates, infusiones... una cantidad de productos que demuestran que cuando se trabaja coordinadamente sin injerencias, se puede avanzar en desestigmatizar la hoja de coca.
Y en eso mismo consiste el examen crítico, porque no podemos abordar una realidad de 1961 con la coyuntura del 2025. Por tanto, hemos convocado a expertos con nueva tecnología, que a través de la OMS están llevando este examen crítico para determinar el grado de beneficios que tiene la hoja de coca en farmacología, medicina, alimentación y nutrición, y así retirar de esa lista a la sagrada hoja de coca, donde fue injustamente incluida.
RAYA: ¿ Y no hay problemas graves de violencia en relación con mafias o narcotráfico? ¿Cómo ha sido ese tema que de todas formas se mueve por la prohibición?
GABRIEL: Bueno, el tema de las mafias hay que ver dónde se originan, quiénes las financian, cómo funcionan estas dinámicas en los países. La redistribución de la riqueza, una de las políticas implementadas por el gobierno del MAS y continuada por nuestro presidente Luis Arce, garantiza que el campesino, productor, obrero, ciudadano de a pie, pueda tener acceso a mejores condiciones de vida.
Las personas con condiciones de vida óptimas no necesitan ingresar en situaciones de riesgo apoyando actividades ilícitas. Ese es un punto. El segundo punto es el tema de la cooperación entre países para la lucha contra este ilícito.
Hemos tenido buenos resultados. Nuestro candidato por el Movimiento al Socialismo a la presidencia, Eduardo del Castillo, cuando fue ministro de Gobierno, participó en la Cumbre de Drogas de Cali aquí en Colombia hace dos años. Él ya no solo planteaba la nacionalización de la lucha contra el narcotráfico, sino su regionalización, proponiendo un mecanismo de cooperación conjunta para compartir información sobre estos delitos asociados al narcotráfico: bases de datos, sospechosos... Sabemos que el narcotráfico maneja mucho dinero, muchos recursos, y lógicamente busca corromper instituciones.
Esto es muy importante y nosotros mismos estamos en esa lucha. De hecho, la gestión más efectiva contra el narcotráfico la hemos tenido en estos últimos cinco años con el presidente Luis Arce: más de 3.000 laboratorios desmantelados, toneladas de cocaína incautada, avionetas, carros... Se le ha dado un golpe muy duro al narcotráfico en Bolivia, como nunca antes.
RAYA: Bolivia acaba de participar activamente en la reunión del Grupo de La Haya en Bogotá, donde se analizaron medidas concretas de apoyo a Palestina. Durante las discusiones, se señaló que lo ocurrido en Gaza no es un conflicto aislado, sino parte de un proyecto colonial expansivo. Embajador Campero, ¿cómo interpreta esta situación y qué respuesta debería articular América Latina ante este nuevo orden mundial en transformación?
GABRIEL: Con unidad de Latinoamérica. Somos parte de la cultura de la paz y de la integración; siempre hemos visto como hermanos a todos los pueblos latinoamericanos.
Hoy se está configurando un nuevo orden mundial. Quienes antes tenían el monopolio de ese orden —que ya está en debacle— temen perderlo y reaccionan con mecanismos de coerción contra los Estados que buscan independencia y nuevos espacios de negociación política, social y económica. Esto nos obliga a mirar lo que sucede desde una perspectiva más amplia.
El mundo dejó de ser unipolar: ahora es multipolar. Pero como Estado Plurinacional vemos que aún persisten declaraciones y acciones que no son amistosas, sino presiones e injerencias directas. Por eso Bolivia no ha reanudado relaciones con Estados Unidos a nivel de embajadores. Mientras existan esos mecanismos de presión, no puede hablarse de una relación amistosa y pacífica.
Desde hace mucho tiempo mantenemos políticas soberanas, tanto en la lucha contra las drogas como en la cooperación internacional.