paz

RAYUELA

En Bogotá concluyó la tercera audiencia del proyecto de Ley de sometimiento de estructuras criminales en el marco de la Paz Total. Mientras comunidades en Tumaco y Medellín reclamaron transformaciones en los territorios, la capital fue escenario de un debate más técnico: cómo garantizar reparación a las víctimas, qué hacer con los reincidentes y cómo evitar que la nueva ley repita los fracasos de Justicia y Paz y la JEP.

Por: Redacción Revista RAYA

La política de Paz Total del gobierno de Gustavo Petro sigue buscando un marco jurídico sólido para el sometimiento de organizaciones criminales. En este esfuerzo, las audiencias públicas se han convertido en espacios clave de deliberación. Tras los encuentros en Tumaco y Medellín, el turno fue para Bogotá, donde congresistas, funcionarios, académicos y organizaciones sociales discutieron los alcances del proyecto de ley que cursa en el Congreso.

David Cruz, asesor de la Consejería de Paz, explicó a RAYA que la razón de llevar las audiencias a distintos territorios no es solo descentralizar la discusión, sino escuchar directamente a quienes viven en carne propia las consecuencias de la violencia. En Tumaco y Medellín se privilegió la voz de las comunidades; en Bogotá, en cambio, el debate tuvo un carácter más técnico, con expertos y juristas especializados en justicia transicional.

La necesidad del marco jurídico

Gabriel Becerra, presidente de la Comisión Primera de la Cámara, sostuvo que el proyecto enfrenta resistencias en sectores de la oposición, que buscan archivarlo justo cuando al actual gobierno le queda menos de un año. Sin embargo, recordó que Colombia necesita urgentemente salidas jurídicas a las violencias que persisten. “El gran beneficiario de esta ley será el próximo gobierno, sea quien sea. La política de sometimiento no es exclusiva de un sector político, ya ha sido intentada tanto por gobiernos de derecha”, dijo.

La experiencia de los últimos veinte años muestra por qué este marco jurídico es necesario. La Ley de Justicia y Paz de 2005, diseñada para la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), permitió que más de 30.000 hombres entregaran las armas a cambio de penas reducidas de máximo ocho años. Sin embargo, dejó heridas abiertas: miles de víctimas siguen esperando reparaciones, los bienes entregados por los paramilitares en su mayoría no se monetizaron, y buena parte de los desmovilizados reincidió en actividades criminales.

Una década después, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) surgió como el mecanismo central del Acuerdo con las FARC. Este modelo se planteó con sanciones restaurativas y participación activa de las víctimas. No obstante, su ejecución ha sido lenta: a ocho años de la dejación de armas, líderes como Rodrigo Londoño, “Timochenko”, aún no reciben sentencias definitivas. La dispersión de procesos y la acumulación de expedientes han creado una sensación de impunidad que afecta la credibilidad del sistema.

Becerra subrayó que este nuevo proyecto debe aprender de esas experiencias: aprovechar lo construido, evitar duplicaciones y crear una herramienta que combine agilidad con garantías de verdad y reparación. “Se trata de darle al Estado un instrumento flexible, que sirva no solo para este gobierno, sino para el siguiente y los que vengan. Porque la violencia en Colombia no ha desaparecido, solo ha cambiado de rostro”, concluyó.

El desafío de los reincidentes

Uno de los puntos más delicados en la discusión es qué hacer con los reincidentes. David Llinás, de la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ), señaló que buena parte de las estructuras criminales actuales están integradas por personas que ya pasaron por procesos de desmovilización. En teoría, esos individuos no deberían recibir beneficios, pero excluirlos de entrada podría bloquear cualquier posibilidad de nuevos acuerdos.

El representante Gabriel Becerra reconoció esa tensión: “Es fácil argumentar que los reincidentes no deben tener beneficios, pero la realidad es que muchas estructuras actuales están compuestas justamente por ellos. Si colocamos esa condición de exclusión absoluta, prácticamente bloqueamos la posibilidad de ver nuevos procesos”.

La historia reciente lo confirma. Después de la desmovilización de las AUC en 2005, varios de sus exintegrantes conformaron las llamadas Bacrim (bandas criminales emergentes), entre ellas los Urabeños —hoy conocidos como Clan del Golfo—, los Rastrojos y las Águilas Negras. Según informes de la Fiscalía, al menos un 20% de los desmovilizados de las AUC reincidió en el crimen organizado. Con las FARC ocurrió algo similar: tras el Acuerdo de La Habana en 2016, algunos mandos medios como Iván Márquez, alias “Jesús Santrich” o alias “El Paisa” rearmaron estructuras que hoy operan bajo las siglas de “disidencias”.

Por eso, en el debate actual se ha planteado un enfoque diferenciado: mayores penas para los reincidentes, limitación de beneficios y compromisos adicionales como la entrega de bienes o colaboración efectiva con la justicia. Llinás insiste en que el Estado no puede repetir los errores de Justicia y Paz, donde miles de procesos quedaron inconclusos, ni permitir que se genere la percepción de “premios” a quienes incumplieron acuerdos anteriores.

El reto es enorme: sin una fórmula clara para tratar a los reincidentes, cualquier ley de sometimiento podría naufragar entre la impunidad y la inviabilidad práctica.

Reparación a víctimas y administración de bienes

Otro de los puntos críticos señalados en la audiencia es el de la reparación a las víctimas. David Llinás, de la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ), advirtió que el proyecto de ley contempla la creación de fondos paralelos para administrar los bienes entregados por las organizaciones criminales que se sometan. Según explicó, este diseño podría repetir los errores del pasado.

Durante el proceso de Justicia y Paz, iniciado en 2005 con la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), se prometió que los bienes entregados por los paramilitares serían destinados a reparar a las víctimas. Sin embargo, gran parte de esos activos nunca fueron liquidados o se encontraban embargados, sobrevalorados o en condiciones que impedían su uso inmediato. En muchos casos, el Estado terminó asumiendo la reparación económica directamente desde el presupuesto nacional.

La situación fue tan compleja que, según la Contraloría General de la República, de los más de 12.000 bienes reportados por las AUC, apenas una fracción mínima fue efectivamente utilizada para reparar a las víctimas. Ese vacío generó frustración en miles de familias que esperaban justicia material y que, casi dos décadas después, aún no reciben indemnización.

El riesgo, en palabras de Llinás, es que el nuevo proyecto repita ese patrón: “Si se crean fondos paralelos distintos al de Justicia y Paz, sin mecanismos sólidos de gestión y control, lo más probable es que los bienes queden atrapados en trámites interminables. Y de nuevo, será el Estado el que deba responder con recursos propios”.

En este punto, la preocupación de las organizaciones de víctimas también es clara: temen que la promesa de reparación se quede en el papel, como ocurrió con los bienes de los paramilitares o con las entregas parciales de algunas facciones de las FARC. Ejemplos como el caso del Clan del Golfo, que durante un cese unilateral en 2022 anunció la entrega de bienes que nunca se concretó, alimentan la desconfianza frente al nuevo marco jurídico.

Entre la protesta social y el crimen organizado

Uno de los aspectos más polémicos del proyecto de ley es que plantea incluir en el mismo esquema de sometimiento tanto a integrantes de organizaciones criminales como a personas procesadas por hechos relacionados con la protesta social, especialmente durante el estallido de 2021.

En ese momento, la represión de las manifestaciones dejó un saldo trágico: según cifras de la ONG Temblores, entre abril y julio de 2021 se documentaron más de 5.000 casos de violencia policial, con centenares de detenciones arbitrarias y decenas de jóvenes procesados penalmente por cargos como obstrucción a la vía pública, daño en bien ajeno o hasta terrorismo. Varios de estos procesos fueron cuestionados por organizaciones de derechos humanos que denunciaron un uso desproporcionado del derecho penal contra manifestantes.

Por eso, el abogado David Llinás (CCJ) criticó con dureza que el proyecto meta en “el mismo costal” a quienes ejercieron un derecho fundamental, como la protesta, con quienes han cometido crímenes de lesa humanidad. Según explicó, esta mezcla envía un mensaje equivocado: que el Estado equipara la movilización social con la criminalidad organizada, diluyendo la gravedad de delitos como masacres, desplazamientos forzados o secuestros.

El debate también tocó el tema de los reincidentes armados. Gabriel Becerra, presidente de la Comisión Primera de la Cámara, reconoció que resulta fácil argumentar que quienes reinciden en la violencia no deben recibir beneficios. Sin embargo, advirtió que la realidad es más compleja: gran parte de las actuales estructuras criminales están integradas precisamente por personas que ya pasaron por procesos de desmovilización o de justicia transicional.

Ejemplos sobran: desde exparamilitares que se reagruparon en las llamadas bandas criminales (Bacrim) tras la desmovilización de las AUC, hasta disidentes de las FARC que se apartaron del Acuerdo de 2016 para conformar estructuras como la de Iván Mordisco o la Segunda Marquetalia. “Si colocamos una exclusión absoluta, prácticamente bloqueamos la posibilidad de abrir la puerta a procesos reales de sometimiento”, advirtió Becerra.

La propuesta, entonces, es crear condiciones diferenciadas: que los reincidentes puedan someterse, pero con penas más altas, obligaciones adicionales o limitaciones en beneficios. De lo contrario, argumentan, sería desconocer que el reciclaje de la violencia es parte central de la crisis actual y que muchos de los actores armados en las ciudades y zonas rurales provienen de esos ciclos inconclusos de desmovilización.

Lecciones de procesos anteriores: lo que no se debe repetir

Uno de los puntos más insistentes en la audiencia fue la necesidad de aprender de los errores de procesos anteriores. David Cruz, de la Consejería de Paz, señaló que la ley de sometimiento no puede repetir la lentitud de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ni la dispersión de Justicia y Paz.

La Ley de Justicia y Paz (2005) se creó como marco jurídico para la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). En la práctica, acumuló decenas de miles de procesos que colapsaron la capacidad de la Fiscalía y dejaron a muchas víctimas sin una respuesta judicial definitiva. La JEP, nacida del Acuerdo de Paz de 2016 con las FARC, heredó otro reto: la lentitud. Ocho años después de la firma, Rodrigo Londoño, último comandante de esa guerrilla, aún no tiene una sanción penal en firme.

Cruz llamó a estos problemas el “síndrome Timochenko” —procesos que se alargan por años sin cierre jurídico— y el “síndrome Mancuso” —la acumulación de expedientes imposibles de resolver—. “Es demasiado tiempo, queremos evitar esa situación con investigaciones más efectivas y sanciones oportunas”, afirmó en la audiencia.

El riesgo es que las estructuras que hoy buscan someterse a la justicia reproduzcan el mismo patrón: centenares de comparecientes, algunos reincidentes que ya pasaron por Justicia y Paz y volvieron a la ilegalidad, quedarían atrapados en un limbo judicial. Para Cruz, esto haría inviable el objetivo central de la Paz Total: desmontar de manera efectiva las economías ilegales que sostienen la violencia urbana y rural.

La propuesta desde la Consejería de Paz es avanzar hacia una justicia “territorializada”, que se adapte a las realidades de cada región. Eso significa reconocer que el sometimiento de estructuras criminales en Medellín no es igual al que se requiere en Tumaco o en el Catatumbo, y que el Estado debe ajustar sus herramientas jurídicas y capacidades institucionales de acuerdo con esas diferencias.

All items
Rayuela
La historia de la Junta Directiva del Narcotráfico en Colombia
La historia de la Junta Directiva del Narcotráfico en Colombia
RAYA publica un capítulo del libro Las Guerras Esmeralderas en Colombia, que revela cómo un grupo de esmeralderos y antiguos agentes del Estado dio forma, tras la caída de los grandes carteles, a una organización que ha exportado miles de toneladas de cocaína y que ha extendido su poder hasta...
leer mas
Perú a las puertas de un estallido social: una democracia secuestrada por el Congreso
Perú a las puertas de un estallido social: una democracia secuestrada por el Congreso
Las protestas en Perú amenazan con un estallido social insospechado. La salida de Dina Boluarte como presidenta encargada, deja ver la profunda debilidad de un sistema democrático que en una década ha tenido más de siete presidentes. Hasta ahora, un joven ha sido asesinado durante las...
leer mas
“El plan (de Trump) no es justo, pero la gente en Gaza se aferra a la mínima posibilidad para sobrevivir”: Anas Ayesh
“El plan (de Trump) no es justo, pero la gente en Gaza se aferra a la mínima posibilidad para sobrevivir”: Anas Ayesh
RAYA habló con un médico palestino sobre la situación actual de Gaza luego del plan de “paz” anunciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro Israelí, Benjamín Netanyahu. Relató que, a pesar de ello, los ataques de Israel contra civiles continúan. “Los palestinos...
leer mas
La primavera anticolonial: masivas marchas por todo el mundo claman por el fin del genocidio en Palestina 
La primavera anticolonial: masivas marchas por todo el mundo claman por el fin del genocidio en Palestina 
Mientras Israel enfrenta el aislamiento internacional por los crímenes en Gaza, las calles del mundo se inundan de protestas y banderas palestinas. Desde Roma hasta Bogotá, miles de manifestantes exigen el fin del genocidio y denuncian el silencio cómplice de Occidente. En América Latina, la causa...
leer mas
Ecuador: al borde una constituyente para concentrar poder presidencial y abrir la puerta a bases militares gringas  
Ecuador: al borde una constituyente para concentrar poder presidencial y abrir la puerta a bases militares gringas  
El presidente Daniel Noboa impulsa una asamblea constituyente en medio de un país bajo estado de excepción y con protestas reprimidas por las fuerzas militares. La muerte del manifestante indígena kichwa, Efraín Fueres, y los bloqueos en varias provincias marcan el paro convocado por la CONAIE....
leer mas
“El castigo dentro del castigo”: la exposición fotográfica que retrata las vidas de las mujeres afro privadas de la libertad
“El castigo dentro del castigo”: la exposición fotográfica que retrata las vidas de las mujeres afro privadas de la libertad
Madres afro de Quibdó, presas en la cárcel El Pedregal de Medellín, sufren abandono familiar, falta de atención médica y condiciones indignas. Sus historias se narran en la exposición “El castigo dentro del castigo”, que revela cómo el encierro no solo limita la libertad, sino que rompe los lazos...
leer mas
Más de 160 países reconocen a Palestina como Estado: ¿Qué significa esto en medio del genocidio?
Más de 160 países reconocen a Palestina como Estado: ¿Qué significa esto en medio del genocidio?
Francia, Reino Unido, Australia y Canadá se sumaron a los 157 países de la ONU que reconocen a Palestina como Estado. El gesto diplomático fortalece la legitimidad internacional palestina y aísla a Israel, pero no detiene las bombas en Gaza ni los asentamientos en Cisjordania. Sin sanciones ni...
leer mas
Mercenarios colombianos en las filas paramilitares que cometen un genocidio en Sudán
Mercenarios colombianos en las filas paramilitares que cometen un genocidio en Sudán
Sudán vive la guerra más sangrienta del mundo con más de 100.000 muertos hasta la fecha, 12 millones de desplazados y una hambruna agravada por el cólera. En el centro de las atrocidades, la facción paramilitar acusada de la mayoría de los crímenes de guerra y financiada por Emiratos, las Fuerzas...
leer mas
Contra el memoricidio, los seguiremos llamando Clan del Golfo y no Ejército Gaitanista
Contra el memoricidio, los seguiremos llamando Clan del Golfo y no Ejército Gaitanista
La Revista RAYA, desde su fundación, tal como quedó explícito en su manifiesto, ha respaldado la posibilidad de construir una paz en Colombia buscando alternativas a la cruenta guerra que no cesa de generar víctimas a lo largo y ancho de todo el país. De este modo, comprendemos el esfuerzo que se...
leer mas
El grito de Médicos Sin Fronteras para que los líderes del mundo paren el genocidio en Gaza
El grito de Médicos Sin Fronteras para que los líderes del mundo paren el genocidio en Gaza
Médicos Sin Fronteras denuncia el asedio israelí en Gaza y el uso de la ayuda humanitaria como arma de guerra, que multiplica la desnutrición infantil y materna y deja miles de muertos y heridos al intentar conseguir alimentos. La organización exige alto al fuego, protección sanitaria y ayuda...
leer mas
Marco Rubio y su cuñado narco: la doble moral de EE.UU. en la lucha contra las drogas 
Marco Rubio y su cuñado narco: la doble moral de EE.UU. en la lucha contra las drogas 
El político cubanoamericano, casado con una hija de colombianos, consolidó su ascenso en Washington como mano derecha de Donald Trump al frente del Departamento de Estado. Pero arrastra un pasado turbio que hace cuestionables sus decisiones: su cuñado fue condenado por narcotráfico y su campaña al...
leer mas
El Centro Democrático busca recuperar la rectoría de la Universidad Nacional 
El Centro Democrático busca recuperar la rectoría de la Universidad Nacional 
La senadora Paloma Valencia y su partido, el Centro Democrático, lideran desde hace más de un año la arremetida jurídica y comunicacional para sacar a Leopoldo Múnera y buscar que Ismael Peña sea rector de la Universidad Nacional. Trabajadores, estudiantes y docentes enfrentan un pulso fuerte con...
leer mas
“Es poco lo que hace EE.UU. para contener la demanda de drogas”: Salomón Majbub
“Es poco lo que hace EE.UU. para contener la demanda de drogas”: Salomón Majbub
Este 15 de septiembre se conoció oficialmente la decisión del gobierno de los EE.UU. de no certificar a Colombia en la lucha contra las drogas. RAYA conversó sobre el tema con Salomón Majbub, director del Observatorio de Drogas de la organización Indepaz, quien además trabajó como parte del equipo...
leer mas
“Llegó la hora de poner el cuerpo como último recurso para romper el bloqueo en Gaza”: Carolina Alzate, integrante de la Flotilla
“Llegó la hora de poner el cuerpo como último recurso para romper el bloqueo en Gaza”: Carolina Alzate, integrante de la Flotilla
Carolina Alzate Gouzy, integrante de la Flotilla Global Sumud, explica a RAYA cómo surgió esta misión civil que busca abrir un corredor humanitario hacia Gaza. Relata el papel de los tres colombianos que viajan a bordo, el trabajo del equipo de apoyo en tierra y los riesgos frente a posibles...
leer mas
Artes para la Paz, un proyecto cultural para un millón de estudiantes
Artes para la Paz, un proyecto cultural para un millón de estudiantes
La iniciativa se inspira en el trabajo de base de comunidades vulnerables que por años han usado el arte como herramienta de paz, para llevar esta visión a escala nacional y consolidar la educación artística como política de Estado. Por: Juan Sebastián Lozano
leer mas
Los audios que incriminan en corrupción a la hermana del presidente de Argentina, Javier Milei 
Los audios que incriminan en corrupción a la hermana del presidente de Argentina, Javier Milei 
“Quieren armarse un ‘kiosquito’ de 20 o 30.000 dólares por mes”. Esta fue la confesión de Diego Spagnuolo, otrora abogado de Javier Milei y hasta hace poco exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad, quien fue despedido después de revelarse varios audios por la prensa argentina. Las coimas,...
leer mas
Gaza 2025: El hambre como arma del genocidio de Netanyahu 
Gaza 2025: El hambre como arma del genocidio de Netanyahu 
La ONU confirmó la hambruna en Gaza el 22 de agosto de 2025. Pero el desastre ya estaba en curso: al menos 273 personas habían muerto de inanición, incluidos 112 niños. Este especial fotográfico es una compilación del trabajo de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Gaza, que también documenta la...
leer mas
Proyecto de Paz Total en Bogotá: debate sobre reincidencia, reparación y límites de la justicia
Proyecto de Paz Total en Bogotá: debate sobre reincidencia, reparación y límites de la justicia
En Bogotá concluyó la tercera audiencia del proyecto de Ley de sometimiento de estructuras criminales en el marco de la Paz Total. Mientras comunidades en Tumaco y Medellín reclamaron transformaciones en los territorios, la capital fue escenario de un debate más técnico: cómo garantizar reparación...
leer mas
Un año sin Camilo y Camila, dos jóvenes líderes de Bosa asesinados por el microtráfico
Un año sin Camilo y Camila, dos jóvenes líderes de Bosa asesinados por el microtráfico
El Porvenir, en la localidad de Bosa al suroccidente de Bogotá, carga la memoria de Camilo Sánchez y Camila Ospitia, dos jóvenes líderes asesinados en agosto de 2024 por la banda Los Patacones tras oponerse al microtráfico en su barrio. Un año después, su comunidad —conocida como El Bicho— sigue...
leer mas
En busca de verdad para sanar las heridas de los crímenes cometidos en el páramo de Sumapaz
En busca de verdad para sanar las heridas de los crímenes cometidos en el páramo de Sumapaz
La Mesa de Víctimas de Sumapaz fue acreditada por la JEP, sumando el tercer hito en su búsqueda de justicia. Este reconocimiento se añade a la constitución de la Zona de Reserva Campesina en 2022 y la acreditación ante la Unidad de Víctimas en 2024. A través de la justicia transicional, la...
leer mas

¡Tú también párate en la RAYA!
Aporta en nuestra Vaki y ayúdanos a seguir haciendo periodismo independiente, crítico y de calidad.

logo vaki footer