En Bogotá, mujeres de distintos sectores se reunieron para denunciar la violencia de género, la precarización laboral y la falta de justicia. La jornada incluyó un conversatorio con activistas y familiares de víctimas, seguido de una movilización que culminó en el Concejo de Bogotá con un llamado urgente a la acción.
Por Ximena Hernández
El 8 de marzo, Bogotá fue escenario de una movilización multitudinaria en la que miles de mujeres alzaron la voz para exigir justicia, igualdad y el fin de la violencia de género. Desde el mediodía, la Carrera Séptima comenzó a llenarse de pancartas, consignas y colores representativos del movimiento feminista. La jornada estuvo marcada por testimonios, denuncias y demandas urgentes.
Crr 7 con 45 minutos antes del conversatorio. Se realizaron carteles en la calle
Antes de la movilización, en la Calle 45 se llevó a cabo un conversatorio liderado por la organización Somos un Rostro Colectivo. En este espacio, mujeres de distintos sectores compartieron sus testimonios sobre la precarización laboral, la desaparición forzada y la memoria histórica.
Antes de comenzar el conversatorio en la calle 45
El conversatorio contó con la participación de Ana Salamanca, del Sindicato de Trabajadoras del Hogar e Independientes (SINTRAHIN); Miriam Suspes, de la Fundación Hasta Encontrarlos; y Ana Páez, de la organización Madres de Falsos Positivos de Colombia (MAFAPO).
Las manifestantes se sentaron en la calle para escuchar el conversatorio
Ana Salamanca expuso las principales demandas de las trabajadoras domésticas, entre ellas, la mejora de sus condiciones laborales y la garantía de derechos como la formalización y seguridad social, el reconocimiento y valoración del trabajo doméstico, la eliminación de la discriminación y la violencia de género, la reducción de la jornada laboral y el acceso a la justicia y protección legal.
"Todas sabemos que el trabajo doméstico es un trabajo invisibilizado. Como no trabajamos con producción o comercio, no se ve. Por eso nosotras hemos venido en resistencia para visibilizar nuestro trabajo y exigir derechos", expresó Salamanca durante el conversatorio.
Miriam Suspes, de la Fundación Hasta Encontrarlos, habló de la desaparición forzada en Colombia y la falta de memoria colectiva como una de las principales barreras para alcanzar la justicia. "Esta sociedad necesita construir memoria, pero es desde la infancia que tenemos que empezar a reflexionar sobre la historia de nuestro país", afirmó.
Ana Páez,de la organización Madres de Falsos Positivos de Colombia (MAFAPO), hizo un llamado a las madres buscadoras en Medellín: "Ustedes no están solas. Somos muchas madres buscando a nuestros hijos en Colombia. Nosotras les creemos. Estas cuchas tienen razón".
Con arengas y aplausos , el conversatorio dio paso a la marcha, que avanzó por la Carrera Séptima en dirección al Concejo de Bogotá. En el camino, familiares de víctimas de feminicidio alzaron carteles con los rostros de sus hijas, hermanas y madres, exigiendo justicia.
De derecha a izquierda Ana Salamanca, Ana Paez y Miriam Suspes
Termina el conversatorio e inicia la movilización
EL GRITO CONTRA LOS FEMINICIDIOS Y LA VIOLENCIA SEXUAL
Las cifras de feminicidios y violencia sexual en Colombia han alcanzado niveles alarmantes. Durante la marcha, se alzaron carteles con nombres de víctimas y mensajes como "Hoy marcho con mis amigas para no marchar mañana por ellas" y "En Colombia ser mujer mata". Las manifestantes denunciaron la impunidad en los casos de feminicidio y la falta de protección para las mujeres que buscan justicia.
Durante la manifestación se hizo referencia a la cifra de feminicidios en Colombia durante el último año y lo que va del 2025
Esta fue una de las principales demandas de la marcha, junto con la denuncia de la violencia hacia las niñas, que también se incrementó durante 2024, así como los abusos sexuales.
Las niñas tuvieron un papel central en la movilización. Acompañadas de sus padres levantaron la voz y exhibieron carteles, realizados por ellas mismas, en contra de la violencia machista, mostrando la renovación del movimiento feminista en Colombia.
"Queremos crecer sin miedo" y "Mi cuerpo no es tu territorio" fueron algunas de las frases que niñas y adolescentes coreaban durante el recorrido , reflejando la preocupación por el aumento de los abusos sexuales y la falta de educación con enfoque de género.
Los carteles de muchas niñas y adolescentes contenían mensajes de denuncia hacia sus abusadores
Las niñas y adolescentes llevaron distintos mensajes hasta llegar al Consejo de Bogotá
Familiares de víctimas de feminicidios reclamaron por el acceso a la justicia durante el recorrido hasta el Consejo
PRECARIZACIÓN LABORAL Y BRECHA SALARIAL
Otro de los grandes reclamos fue la desigualdad en el trabajo. Trabajadoras de distintos sectores denunciaron la falta de garantías laborales, los bajos salarios y la informalidad, que afecta de manera desproporcionada a las mujeres.
"Las mujeres somos la base de la economía, pero seguimos siendo las más explotadas",
se escuchaba a través de un parlante mientras la movilización avanzaba.
La manifestación trajo a colación diferentes reclamos de violencias hacia las mujeres uno de ellos fue la precarización laboral
Trabajadoras del sector salud, docentes y trabajadoras del hogar participaron en la marcha exigiendo condiciones laborales dignas, el reconocimiento de sus derechos y la aplicación efectiva de la ley para eliminar la brecha salarial.
También se denunció la falta de paridad de género en los medios de comunicación, donde los hombres siguen cubriendo mayoritariamente las marchas del 8M, mientras que las mujeres comunicadoras y periodistas continúan enfrentando la precarización y el desempleo.
Muchas estudiantes de pedagogía y licenciatura hicieron referencia a la educación con enfoque de género
La movilización culminó frente al Concejo de Bogotá con la lectura de manifiestos en los que se exigieron políticas efectivas para erradicar la violencia de género, protección para las víctimas, educación con perspectiva feminista y mejores condiciones laborales para las mujeres.
Las manifestantes pararon el tráfico en varias ocasiones para mostrar los carteles y hacer un llamado a la indiferencia que hay sobre la violencia hacia las mujeres y las niñas
La manifestación llega al Concejo de Bogotá
La jornada cerró con la promesa de seguir en las calles. Como rezaba un cartel: "Feliz será el día en que no falte ninguna".