En medio de las nuevas medidas económicas implementadas por el presidente Javier Milei en Argentina, la niñez y la infancia del país sufren por el cierre de comedores comunitarios y la corrupción en la distribución de alimentos. RAYA conversó con la trabajadora social Margarita Zubizarreta, quien ha sido testigo de la dimensión de la crisis alimentaria.
Por David González M.
El 30 de mayo, 13 comedores comunitarios en Argentina cerraron sus puertas por falta de pago, dejando a 3,000 personas, en su mayoría jóvenes y adultos mayores, sin acceso a asistencia alimentaria. La raíz de esta crisis radica en las políticas del nuevo gobierno de Milei que ha puesto todas las trabas y no transfiere los fondos para la compra de alimentos.
Si bien el gobierno atribuye los cierres a “demoras administrativas”, una parte de la opinión pública percibe esta decisión como alineada con la agenda más amplia del gobierno recién elegido, que esencialmente tiene como objetivo desarticular cualquier sistema de apoyo comunitario. Para el presidente Milei, un libertario autoproclamado, la seguridad alimentaria no es una responsabilidad del Estado.
Esta postura se ha visto reforzada aún más por las recientes declaraciones del presidente a los medios, donde se ha presentado como un “topo” dentro del Estado , decidido a desmantelarlo desde adentro hasta acabarlo. Las ramificaciones de estas políticas las están sufriendo la mayoría de la población del país. Segùn el Observatorio de la Deuda Social Argentina, un centro de investigación de la Universidad Católica (UCA),la taza de pobreza aumentó del 45 % al 57 %. Mientras, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) proyecta que la pobreza infantil aumentará al 70 %.
En respuesta a la creciente crisis alimentaria, las iglesias y las catedrales católicas han comenzado a abrir sus puertas para brindar comidas a los necesitados, un recordatorio sombrío de la grave situación que se vive a solo seis meses de la presidencia de Milei.
Para comprender mejor la crisis del hambre y otros problemas urgentes que enfrenta Argentina bajo el liderazgo de Milei, RAYA conversó con Margarita Zubizarreta, una figura destacada en la Red de Apoyo Escolar y Educación Complementaria (RAE), quien ha presenciado de primera mano el impacto devastador de los cierres. Además de su rol en RAE, Zubizarreta también es profesora de Trabajo Social en la Universidad de Buenos Aires.
¿Cuál ha sido el problema en los comedores comunitarios? Por lo menos de lo que usted ha podido evidenciar.
Tenemos una prestación alimentaria para los 17 centros. Son 13 centros que están con la cobertura del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Es un convenio con el gobierno nacional desde hace muchísimos años. Lo que hace es garantizar que cada centro compre los alimentos que requiere para llevar adelante el menú semanal, en el caso de nuestra red, es para 3,000 niños, niñas y adolescentes.
En este tiempo tuvimos un desfinanciamiento.
El Ministerio de Economía no pasó los fondos acostumbrados al Ministerio de Capital Humano, que antes se llamaba Ministerio de Desarrollo Social. Estuvimos tres semanas desfinanciados; se fueron acabando los fondos y no pudimos volver a comprar, por lo que tuvimos que suspender la alimentación durante cinco días. Seguimos recibiendo a los chicos en el espacio educativo, pero no pudimos darles prestación alimentaria.
¿Y qué hicieron entonces?
Bueno, varios movimientos sociales hicieron denuncias penales, y se habían vencido los plazos del juzgado para que habilitaran la distribución de alimentos. Estaban distribuyéndolos a través de una ONG.
Ahora nos depositaron y pudimos volver a restablecer la prestación estos días, pero estamos preocupados de que pueda volver a ocurrir porque no tenían explicación, no nos dieron explicación. Estamos en plan de lucha permanente porque puede ocurrir de nuevo.
¿Y esto solo sucede en estos seis meses de gobierno o pasaba en el anterior gobierno?
Nosotros veníamos con una situación económica difícil ya el año pasado, pero el gobierno anterior estaba organizando permanentemente medidas para ir paliando la crisis y para mantener la obra pública y el sistema productivo. Este gobierno, con su ideología, rompe con el modelo productivo-económico e implanta y profundiza un modelo financiero especulativo. Impactó directamente desde que asumió, rompiendo lazos sociales, parando toda la obra pública y todo lo que es mantenimiento del Estado nacional para privatizar, buscando excusas para privatizar empresas nacionales que tienen que ver con nuestra soberanía.
Todas las medidas que toma cualquier gobierno neoliberal a ultranza (por eso se lo llama anarcocapitalismo) vienen a destruir las democracias, que ya estaban un poquito diluidas, ¿no?
Bueno, estamos sufriendo un ajuste de una gravedad a nivel social que ya tiene consecuencias tremendas y que va a ser muy difícil de revertir.
¿Esta situación tan compleja que muestran las cifras cómo se traduce en la cotidianidad del trabajo social que ustedes atestiguan?
Las familias nos decían: "Nuestros chicos no tenían comedor en la escuela, no tenían ayuda en la escuela y la única comida que tenían era con ustedes, ¿qué vamos a hacer ahora?"
Se ve que aumentó muchísimo la gente que vive en situación de calle porque también los alquileres son imposibles. Aumentó muchísimo el cartoneo, es decir, la gente que va a buscar en la basura los recursos para vender o para alimentarse. Se ve en todos los barrios de Buenos Aires, en la ciudad y en los alrededores de Buenos Aires. Aumentó muchísimo la demanda en los lugares que están abiertos para la comunidad; hay una demanda muy fuerte de alimentos.
¿Son entonces los niños y jóvenes quienes están pagando la factura de las políticas de Milei?
Los días lunes notamos que los chicos vienen con hambre porque no han podido alimentarse durante el fin de semana con sus familias. Eso lo vemos porque piden repetir dos, tres veces, y no tenemos recursos para que cada pibe coma más de una ración. En general, no te lo dicen porque les da mucha vergüenza; se sienten culpables de que no pueden alimentarse. Hay mucha dignidad en la gente y mucho de tapar lo que realmente les pasa, pero a nivel de poder adquirir lo mínimo para ir a la escuela, como ropa, útiles y alimentos, se nota muchísimo.
Algunos pibes se desmayan en las escuelas. Datos precisos sobre eso no tengo. Te digo cifras, ponele, de lo que dicen los centros de salud y los hospitales en cuanto a malnutrición y desnutrición. Pero bueno, todavía esos datos ni siquiera se han medido.
Hubo reportes de prensa sobre un problema de acumulación de alimentos mientras todo esto pasaba. Es decir, había alimentos en bodega mientras los comedores comunitarios no tenían cómo servir. ¿Podría explicarnos qué fue lo que sucedió?
Bueno, hubo acumulación de mercadería en un depósito del Ministerio desde diciembre, alimentos que no se repartían y que estaban por vencerse; eran 4,800 toneladas de alimentos. Ahora los van a repartir, a raíz de la demanda penal que hubo contra la ministra Petovello de Capital Humano. Y en ese ministerio hubo como seis, siete, ocho funcionarios que están demandados por corrupción.
Nosotros estamos justo con toda la movida de la red y no pude seguir muy de cerca la información, ni saber con certeza en qué pasos judiciales estaba.
También echaron al jefe de Gabinete. Entonces quedó un ministro con más poderes acumulados en sus cargos, suprimiendo, por ejemplo, el Ministerio del Interior, y quedando como jefe de Gabinete. O sea, prácticamente, entre tres o cuatro personas están decidiendo y llevando adelante los destinos del país. Nuestros poderes democráticos en este momento están muy debilitados.
¿Y qué ha hecho la sociedad civil frente a esos ataques? Argentina tiene tradición de una fuerte organización social.
Fueron muy importantes las distintas marchas convocadas por la Confederación General de Trabajadores, especialmente la de las universidades nacionales, porque también la situación de las universidades está en emergencia total. Lo que dieron fue un sostenimiento del funcionamiento, pero, por ejemplo, los salarios de los docentes están atrasados en un 40 %. Entonces, vemos mucha lucha.
Milei quiso hacer déficit cero cuando ningún país desarrollado del mundo tiene un déficit cero, es una cosa de locos, y lo hizo bajando las jubilaciones. El poder adquisitivo ha quedado bajísimo en relación a los precios, se ha dejado de comprar, se ha roto el sistema productivo, se ha parado la obra pública, y 300,000 personas quedaron sin trabajo.
Según encuestas, Milei cuenta con una importante aprobación. ¿Quién lo apoya todavía?
Sigue apoyándose en los sectores de poder, porque si no, no se sostiene. Y sigue manipulando muchísima información. Pero bueno, va a depender de la sociedad que tome conciencia y que superemos la fragmentación. Eso hay que superarlo; si no, no va a haber manera de cambiar esta coyuntura tremenda que se está viviendo.
Yo creo que pronto va a haber una movilización contra el hambre. Nos parece que pronto va a haber una convocatoria de todos los sectores contra el hambre, y creo que va a ser importante, y no la van a poder negar.