Lucas Bonfante, secretario del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras de la UBA, critica las políticas educativas del gobierno de Javier Milei, que han llevado a una reducción del 30% en el poder adquisitivo de los docentes. Las protestas y tomas en universidades reflejan el descontento de estudiantes y docentes ante el veto presidencial a la ley de financiamiento universitario. A pesar del apoyo que Milei recibió de muchos jóvenes, la realidad educativa actual ha generado un arrepentimiento creciente entre quienes lo votaron.
Por: David González
En Argentina, estudiantes y docentes salieron a las calles para protestar contra las medidas del gobierno de Milei que amenazan la solidez del sistema educativo universitario.
Las protestas se han realizado de diversas formas pacíficas: tomas de universidades, clases públicas en las calles, asambleas y movilizaciones. Otros sectores sociales afectados por las medidas del actual gobierno libertario se solidarizan con la movilización del sector educativo.
El gobierno ha respondido a las demandas de salarios dignos con estigmatización y un endurecimiento del discurso y de las acciones políticas. Además, el presidente Milei vetó una ley que buscaba solventar el bajo presupuesto de la educación, afectado por la creciente inflación.
Raya conversó con uno de los principales líderes de la movilización estudiantil: Lucas Bonfante, secretario general del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, y actualmente una referencia en los medios sobre las tomas de universidades.
¿Qué es lo que está sucediendo? ¿Cuáles son las decisiones políticas del actual gobierno que han llevado a estudiantes y docentes a realizar estas tomas?
"Bueno, para entender lo que está sucediendo, es importante comprender lo que ha ocurrido con la educación a lo largo de este año, ya que hubo distintos momentos. Al principio, el gobierno tenía la intención de liquidar la universidad de un solo golpe. Esto se evidenció antes de la movilización masiva del 23 de abril, que fue la primera gran manifestación. En ese momento, el gobierno ni siquiera tenía la intención de asignar partidas presupuestarias para el funcionamiento de las universidades. Sin embargo, después de la movilización del 23 de abril, se logró que el gobierno asignara partidas para el funcionamiento, aunque no para los salarios.
En el segundo cuatrimestre, es decir, en esta parte del año, se abre otra situación: el gobierno, al darse cuenta de que no podía destruir la universidad de un solo golpe, ha optado por desmantelarla poco a poco, recortando, por ejemplo, los salarios de los docentes. No sé si me explico, pero la estrategia ahora parece ser esa.
Estamos hablando de que los docentes han visto reducido su poder adquisitivo en un 30% este año. Es decir, lo que ganaban el año pasado, hoy equivale a un 30% menos. La situación es realmente insostenible. Este hecho marcó un antes y un después, sobre todo con el veto presidencial a la ley de presupuesto universitario.
¿Qué significa exactamente eso del veto presidencial y cómo afecta el presupuesto de las universidades?
Esta ley, que fue aprobada por el Congreso, contemplaba una partida presupuestaria para los salarios de los docentes, pero el gobierno la vetó. Cuando una ley es vetada, el Congreso tiene la oportunidad de revisarla. Sin embargo, en Argentina existe un mecanismo muy antidemocrático: si un tercio de la Cámara de Diputados está de acuerdo con el veto, este sigue vigente, lo cual otorga más poder a un tercio que a los otros dos tercios. Este mecanismo forma parte de la Constitución de 1994.
Cuando esto ocurrió, se inició un nuevo capítulo en este conflicto, en el cual el movimiento estudiantil entró en escena, ya que quedó claro que no se podía confiar en el Congreso.
Hábleme un poco de esas tomas, ¿qué tan importantes han sido? Porque ha habido algunas marchas de pensionados que han trascendido en los medios. Pero, en cuanto a las tomas estudiantiles, ¿puede ser que, por fin, esté despertando este movimiento estudiantil argentino?
Bueno, no lo podrías haber descrito mejor. Hace tres semanas, personalmente, me sentía frustrado. Los pensionados se movilizaban todos los miércoles, sufriendo la represión de la policía, y yo pensaba: ¿dónde está el movimiento estudiantil? Personas de 70 u 80 años enfrentándose a la policía con mucha determinación y de manera pacífica.
Ellos se están manteniendo firmes, defendiendo su derecho a la protesta. Era una situación muy frustrante. Lo que ha cambiado ahora es la irrupción del movimiento estudiantil. Esto ha transformado el escenario político del país, porque en Argentina hay dos millones de estudiantes universitarios, una porción importante de la población que tiene un gran peso en la opinión pública. Además, el estudiante universitario está muy inserto en la sociedad. A diferencia de lo que dice Milei, quien comentó recientemente que la universidad es para los ricos financiada por los pobres, la mitad de los estudiantes universitarios en Argentina son de bajos recursos. Esto se debe a que muchas universidades están ubicadas en las afueras de las ciudades, en el interior de la provincia de Buenos Aires, lo cual hace que esta irrupción sea impresionante.
Todos los que han tenido alguna experiencia en el movimiento estudiantil en Argentina dicen que nunca han visto algo así. Me refiero a la extensión federal del movimiento, la rapidez con la que se ha desarrollado y la radicalidad que ha sorprendido a todos. Las tomas son solo una de las tantas medidas que se están realizando. Además, tienen mucho peso las clases públicas, es decir, clases que se imparten en la calle para acompañar las medidas de lucha. Esto contribuye a la masificación del conflicto, ya que las clases continúan; no hay un paro total de actividades, ni es la intención que lo haya. Es una combinación de medidas para luchar.
¿Y qué tanto pueden mantenerse en el tiempo, pensando en lo que viene?
Bueno, ese es el debate que está atravesando el movimiento en este momento.
Bueno, ese es el debate que está atravesando el movimiento en este momento. Yo, por ejemplo, ya estoy cansado. Estas medidas son agotadoras de sostener. Las tomas están apoyadas y habitadas por la mayoría de los estudiantes y docentes, quienes imparten clases públicas. Además, las tomas incluyen actividades culturales. Otros sectores en lucha también se acercan, lo cual es fundamental. Los pensionados, por ejemplo, se han unido a las tomas, y esto ha generado una solidaridad muy importante. También se han sumado trabajadores aeronáuticos y de la salud, quienes están atravesando conflictos importantes en este momento. Las tomas están vivas, con actividades permanentes, asambleas constantes y puentes entre sectores.
Vi un dato en medios que no sé si sea falso o real, que dice que en este momento el 70% de los docentes tienen ingresos por debajo de la línea de pobreza. ¿Podrías contarnos, desde lo que conoces como líder estudiantil cómo es el contexto actual de los docentes?
Bueno, actualmente, el 80% de los docentes universitarios en Argentina está cobrando un salario por debajo de la línea de pobreza. Además, el 60% de los nuevos ingresantes a la docencia universitaria también está en esa situación. Es un ataque brutal. A esto se le suma que muchos docentes universitarios han comenzado a renunciar a sus cargos. Por ejemplo, en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires, ya ha renunciado el 10% de la planta docente.
Este fenómeno lo llamamos "fuga de cerebros" porque se trata de una pérdida masiva de profesionales del ámbito público. Está ocurriendo un desangrado de este sector, lo que es muy difícil de revertir. Una vez que los docentes se van, ya sea a otros países o a instituciones privadas, es muy complicado recuperar ese capital humano y la calidad académica que aportaban. Esto también sucede en el sector de la salud pública, donde se enfrenta una situación similar.
Para mí es importante destacar que el ataque no es solo a la educación, sino que forma parte de un ataque más amplio al conjunto de los servicios públicos. Esta es una discusión que estamos teniendo mucho entre los estudiantes universitarios.
Sin embargo, lo que está haciendo Milei no es sorpresivo. Se sabía desde la campaña que él tenía esas intenciones políticas y planeaba hacer grandes recortes. Y al menos hacia afuera se vendió mucho la idea de que gran parte de la juventud argentina lo apoyó en la campaña. Quisiera preguntarle si eso sigue siendo el caso hoy, si esa juventud aún lo respalda.
Bueno, efectivamente, un sector mayoritario de la juventud lo apoyó en las elecciones del año pasado. Sabemos que muchos lo hicieron como resultado de las dos experiencias desastrosas de gobierno: la de Mauricio Macri entre 2015 y 2019, y la de Alberto Fernández entre 2019 y 2023. El problema es que no lo votaron con la intención de que ajustara en áreas como la educación, la salud o las jubilaciones. Lo votaron con la expectativa de que ajustara a la "casta", que era el núcleo de su discurso.
Sin embargo, ahora hay muchos jóvenes que lo votaron y que están viviendo una experiencia distinta en las universidades, y muchos de ellos forman parte de las tomas. Esto es muy llamativo, porque, por ejemplo, en la Universidad Nacional, una universidad del conurbano, a las afueras de la ciudad de Buenos Aires, una de las asambleas fue abierta por una estudiante que confesó haber votado a Milei y que ahora estaba arrepentida. Yo mismo, por ejemplo, me encuentro frecuentemente con estudiantes que se me acercan y me dicen: "Che, voté a Milei y ahora estoy arrepentido". Cuando les pregunto por qué, recibo múltiples respuestas. Algunos mencionan el tema educativo, pero otros también me dicen cosas como: "Mi mamá empezó a trabajar los domingos". Esa situación es muy palpable y concreta.
Han tenido una fuerte oposición de sectores mediáticos aliados al gobierno. Incluso en algunos de estos sectores, la narrativa que se impone es que están buscando tumbar a Milei, es decir, dar un golpe de Estado. ¿Qué opinión te merecen esas críticas?
Bueno, hace muy pocos días le mostraron a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, un video de una intervención y una asamblea, y ella dijo que nosotros queríamos armar bombas molotov y destituir al gobierno.
Entonces, la retórica que están utilizando desde el Estado es muy violenta. Nos llaman estúpidos, imbéciles, tarados, o sea, además de utilizar un lenguaje peyorativo muy fuerte, estas palabras vienen acompañadas de comentarios peligrosos que luego se traducen en acciones físicas. Por ejemplo, en la Universidad Nacional de Quilmes, que también está ubicada en el conurbano, en las afueras de la ciudad, entraron entre 25 y 30 militantes liberales ajenos a la universidad con la intención de interrumpir una asamblea. Este hecho fue mediatizado y generó un repudio muy fuerte en toda la sociedad.
Nosotros tomamos esos discursos del gobierno con mucho cuidado y con la mayor seriedad posible, porque somos conscientes de que es un gobierno que hará todo lo que esté a su alcance para deslegitimar nuestros movimientos. Intentarán, todo el tiempo, dividirnos del resto de la sociedad.
Ahora que menciona a los militantes de Milei, ¿de dónde proviene todavía su fuerza, su base social, si es que la tiene?
Hay un núcleo duro que se mantiene, más allá de aquellos que lo votaron. Este núcleo está compuesto por un sector de ultraderecha, ideológicamente muy radical, con mucha presencia en las redes sociales, aunque no tanto en las calles. Por ahora, el gobierno no ha demostrado una capacidad significativa para movilizar a la gente en las calles. El apoyo que sigue vigente proviene de un sector más ideologizado, que se identifica con la ultraderecha. Son personas que creen que "hay que matar a todos los zurdos y a todos los gays", que las mujeres no tienen derechos y que el cambio climático no existe.
Luego, hay otro sector más amplio de la población que lo votó y que aún está a la expectativa del gobierno. Es cierto que, aunque han pasado muchas cosas en estos nueve o diez meses de gestión, aún es un período corto. Entonces, este sector todavía está esperando a ver qué sucede.
Bueno ya 10 meses de este experimento Milei ¿cómo definirías lo que es realmente el modelo político que tiene hoy el presidente de Argentina, su modelo libertario?
Yo creo que la mejor forma de describirlo es que su objetivo es convertir a Argentina en un país mucho más dependiente de lo que ya es, es decir, en un país más dependiente del extranjero. Esto se ve claramente en la relación que Milei intenta construir con Estados Unidos, donde su intención es entregar absolutamente todos los bienes comunes naturales a un bajo costo, de manera que, en última instancia, Argentina se convierta en un simple exportador de materias primas. Además, en la división internacional del trabajo, Milei busca alinear al país al 100% con los intereses de Estados Unidos, Israel y todo lo que diga el Fondo Monetario Internacional (FMI). De hecho, el FMI ya está redactando el presupuesto para el próximo año, en el cual se anuncia un ajuste brutal en áreas como la educación y la salud, entre muchas otras partidas. Eso es lo que se está discutiendo ahora.
Entonces, el modelo de liberalismo que propone Milei es uno donde se entrega todo a las multinacionales y a Estados Unidos, donde se ceden todos los recursos a esos sectores. Además, busca atacar derechos básicos conquistados en Argentina, como la salud y la educación pública, que, si bien venían siendo desfinanciadas y no funcionaban a la perfección, ahora se pretende eliminarlas, junto con cualquier vestigio de derechos laborales.
Argentina es conocida en la región por sus movimientos sociales. ¿Crees que esos movimientos aún tienen la fortaleza para enfrentar estos cambios? ¿Cuál es tu perspectiva a mediano plazo sobre lo que puede hacer el movimiento social?
Actualmente, los movimientos sociales están en una posición bastante pasiva, pero en Argentina se toma nota de lo que sucede. Nosotros, como movimiento estudiantil, discutimos constantemente que lo que estamos haciendo debería servir para elevar las expectativas colectivas de la población. Si bien estamos peleando por algo muy concreto, con nuestra lucha queremos demostrar que sí se puede luchar, y que otros sectores que también están siendo agraviados se sumen y coordinen con nosotros. Nuestra intención es que esta pelea sirva para elevar las expectativas colectivas del resto de la sociedad.
Lo que queda del año será un periodo interesante. En Argentina, diciembre siempre es un mes particular por su historia. Veremos qué sucede, pero esto ha despertado algo que será difícil de detener, y seguramente seguirá desarrollándose.