En diálogo con RAYA, el Consejero Comisionado para la Paz Otty Patiño, habló de la Paz Total. Aclaró que el marco legal de justicia que se aplicará a los armados con los que se logren acuerdos será el de la justicia ordinaria y que el tema de la extradición depende de la voluntad de los Estados Unidos. Cree que con el ELN se cerró el camino para negociar.
Por: María Fernanda Padilla Quevedo
El 5 de abril de 2025, el grupo armado Comuneros del Sur, surgido como disidencia del ELN en el departamento de Nariño, entregó parte de su armamento al Gobierno para su destrucción, en un acto encabezado por el Consejero Comisionado para la Paz Otty Patiño. Este gesto, acompañado de acuerdos sobre economías ilícitas y atención a víctimas, fue reconocido como un avance hacia la paz territorial por el presidente Gustavo Petro.
Simultáneamente, en Bogotá, y sin aparente articulación, se desarrollaba el Congreso Nacional por la Paz, convocado por el senador Iván Cepeda y Vera Grabe, principales negociadores del gobierno con el ELN, acompañados de algunas organizaciones sociales y de Derechos Humanos. El Congreso concluyó con un llamamiento a construir un Movimiento por la Paz, que entre otros asuntos, convocó al gobierno, a las insurgencias, y a otros grupos armados, a reactivar las mesas de negociación.
Tan solo unos días antes, el ELN, en declaraciones a Caracol Noticias, había lanzado fuertes críticas al gobierno de Gustavo Petro, cerrando la puerta a cualquier posibilidad de diálogo durante lo que resta de su mandato.
El proceso de paz con el ELN atraviesa una crisis que se agudizó desde mediados de febrero, tras el inicio de hostilidades entre esta guerrilla y el Frente 33 de las disidencias del Estado Mayor Central en la región del Catatumbo. Desde entonces, los diálogos con el ELN están suspendidos y sin fecha de reactivación.
El 21 de abril, el ELN emitió un comunicado responsabilizando al Gobierno de los incumplimientos y acusándolo de imponer un modelo fallido de Desmovilización, Desarme y Reincorporación (DDR). El grupo también cuestionó la forma en que el presidente Petro ha conducido el proceso de paz, afirmando que actúa bajo lineamientos contrainsurgentes y falacias de inteligencia militar.
Revista RAYA entrevistó al Consejero Comisionado para la Paz, Otty Patiño, sobre los avances y perspectivas de la Paz Total.
RAYA: La Paz Total ha tenido altibajos este mes: las Autodefensas de la Sierra suspendieron los diálogos exploratorios, los Comuneros del Sur entregaron parte de su arsenal. ¿Cómo evalúa usted el estado actual de la Paz Total?
Otty Patiño: Lo primero que hay que decir es que la Paz Total está viva. Eso ya es un balance importante. Estamos avanzando. Hay dificultades, claro, todas las que usted quiera porque la violencia es distinta en los territorios y los avances de la paz también. Avanzamos en lo que podamos hacer.
A veces nos falta mayor coordinación entre las distintas instituciones del Estado colombiano, porque no hay pleno entendimiento entre las instituciones de justicia, que son de otras ramas distintas al ejecutivo. Incluso, nos falta un poco más de coordinación entre la Oficina del Comisionado y la Fuerza Pública. Pero ya hemos logrado avances importantes.
Tenemos que ir avanzando en las mesas, ir cumpliendo y, de esta forma, avanzar en la superación de las violencias. Lo que se hizo con Comuneros es un avance simultáneo en el que logramos empezar a desactivar el material explosivo sin un acuerdo final. Acá no se trata de hacer un gran acuerdo para luego implementarlo, sino ir implementando acuerdos y acompañar a las comunidades hasta que se termine consolidando la paz territorial.
RAYA: Sobre el ELN, usted dijo que el Gobierno tampoco está dispuesto a continuar los diálogos como si nada hubiera ocurrido. ¿Qué condiciones cambiarán para retomar la mesa?
OP: El ELN tiene que hacer una profunda reflexión sobre si su camino es el de la guerra o el de la paz. Sin eso y sin demostraciones claras de que optó por el camino de la paz, no creo que sea posible seguir en unos diálogos. Creo que se cerró el camino de que se pueda negociar. No podemos estar sentados en una mesa con indecisos. Tiene que haber una decisión fuerte en cómo se llega o cómo se transita en ese camino de la paz.
RAYA: Según Mindefensa, el ELN es un cartel. ¿Este cambio en el carácter como organización política se hizo a través del mecanismo definido en la Ley de paz total 2272 de 2022?
OP: Es un desafío para que el ELN vea si su camino, como lo ha planteado el Presidente, es el de Pablo Escobar o el del cura Camilo. Siempre están sobre ese filo de la navaja. Ya la decepción que ha generado el ELN frente a una decisión de si está en un camino de un apostolado revolucionario, así sea equivocado o no, ha generado una mirada distinta sobre ellos.
Creo que el camino escogido por el Comando Central del ELN, donde cinco personas están decidiendo sobre miles, tendría que ser revocado. Son cinco personas que están decidiendo sobre la mayoría de sus militantes, de sus bases, de sus amigos y simpatizantes. Creo que eso es lo que hay que romper. Ese es el camino de Pablo Escobar y en eso es que el Presidente y el Ministro de Defensa han hecho énfasis. No es posible seguir caracterizándolos como un grupo revolucionario mientras no cambien su manera de actuar y de pensar.
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El grupo Comuneros del Sur, una organización armada con presencia en el departamento de Nariño, surgida como una disidencia del ELN en medio de las negociaciones con el actual gobierno, entregó parte de su arsenal para ser destruido por el Gobierno. Con un pie de fuerza estimado entre 150 y 200 combatientes y un control armado en municipios como Samaniego, Nariño, los Comuneros fueron un actor clave en la fractura de la mesa de diálogos con el ELN a nivel nacional. Esta destrucción de armamento estuvo acompañada de acuerdos sobre transformación de economías ilícitas y atención a víctimas, entre otros. Este gesto fue visto como un avance en la consolidación de la paz territorial, tanto por el presidente Petro como por el alto comisionado de paz, Otty Patiño.
RAYA: ¿Qué hizo posible el avance con Comuneros del Sur, a diferencia de otros grupos?
OP: Se quitaron la cera de las orejas, las lagañas de los ojos y empezaron a oír a la gente. Para hacer la paz se necesita mirar la realidad de una manera distinta. Ellos oyeron a la gente, miraron los daños que estaban produciendo y se dieron cuenta que podrían perder el apoyo de la gente. Esta paz no es abstracta, es una paz real, no es una paz de papel y eso le da firmeza, así se mire que es un paz pequeñita.
RAYA: ¿Cree que con este grupo es posible lograr transformaciones profundas?
OP: Cuando el M-19 hizo la paz, éramos una organización pequeña, despreciada por algunos, por muchos, porque éramos pequeñitos. Éramos solo 800 personas armadas. Sin embargo, generó un proceso de transformación que abrió la puerta para la creación de la Asamblea Nacional Constituyente, que cambió la institucionalidad de este país. Fue la revolución del siglo pasado. Cualquier proceso no hay que mirarlo solamente cuantitativamente, sino en el impacto que eso va teniendo con la gente.
De las Farc no sé cuánta gente se desmovilizó y hoy qué es ese grupo que nació de ese proceso: el partido Comunes. El próximo año se les acaba el periodo de gracia para tener senadores y representantes. Nosotros nunca tuvimos un periodo de gracia como M-19, nos jugamos a pulso electoralmente desde un comienzo. Hoy tenemos a alguien que viene del proceso y es el Presidente de la República. Las pequeñas cosas pueden producir grandes cambios.
RAYA: ¿Ve posible que Comuneros del Sur sorprenda al país y tenga un impacto similar al del M-19?
OP: Ellos dijeron eso: Comuneros es al ELN lo que el M-19 fue a los grupos guerrilleros de Colombia en los años 90.
RAYA: En el municipio de Samaniego y zonas aledañas, donde antes estaban los Comuneros del Sur, ha surgido un grupo autodenominado Autodefensas Unidas de Nariño. ¿Qué información tienen sobre ellos?
OP: Ese grupo prácticamente ya desapareció. Fue un grupo creado por mafiosos de allá, gente que trabajaba con narcotráfico, pero prácticamente se disolvió. La amenaza de allá está centrada en un grupo que depende de la fuerza de Iván Mordisco, que es el Frente Franco Benavides, que ha tenido asiento en el sur del Cauca y norte de Nariño. Defender esta joya, que es el proceso de Nariño, es fundamental para lograr la paz en Colombia. Si se destruye la paz en Nariño, se nos destruye la paz en Colombia.
RAYA: Mientras con Comuneros del Sur se lograron avances concretos, otros procesos, por ejemplo, el de Conquistadores de la Sierra parecen haberse estancado. ¿Por qué?
OP: Los más complicados son los procesos incipientes. En el caso de los Conquistadores de la Sierra es relativamente incipiente. Aunque hemos notado en ellos una gran voluntad de desmontar sus estructuras armadas. Conquistadores de la Sierra controla buena parte de la seguridad en zonas como Santa Marta y otros municipios aledaños a la Sierra Nevada. El desafío más grande que tenemos es garantizar la seguridad, que es un bien de la gente, su vida, las propiedades de las personas, sus libertades en esa zona.
El problema no es solamente llegar a acuerdos con ellos, sino cómo el Estado puede asumir eso. Tenemos un riesgo grande y es que estamos siendo acechados en esa región por otro grupo, que es muy poderoso, tal vez el más poderoso de Colombia, que es el Clan del Golfo o como ellos se autodenominan, Ejército Gaitanista de Colombia.
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Lejos de estos acuerdos con Comuneros, la Paz Total va dejando un saldo distinto en otras zonas del país, donde los grupos armados y el Gobierno no han logrado avances significativos en la reducción de las confrontaciones y sus efectos sobre la población civil. La crisis humanitaria en el Catatumbo persiste, tres meses después de que el ELN iniciara una ofensiva contra el Frente 33 de las disidencias del Estado Mayor de los Bloques (EMB). El Gobierno de Gustavo Petro viene adelantando fuertes operaciones militares contra los frentes liderados por Iván Mordisco, de quien hoy no se sabe si está vivo o muerto, y que viene adelantando una ofensiva violenta en algunas zonas del país.
Las Autodefensas de la Sierra, en del departamento del Magdalena, suspendieron los diálogos con el Comisionado de Paz, y en Buenaventura, que fue el primer experimento de paz de Petro, el conflicto se agudizó tras el rompimiento de la tregua entre Shottas y Espartanos. Por otro lado, nadie volvió a hablar de la mesa de diálogos con Iván Márquez, luego de que el gobierno decidiera negociar solamente con una fracción de esa organización asentada en el sur occidente. Sobre esta mesa solo volvieron los reflectores luego de la captura de uno de los negociadores acreditados por el gobierno en medio de un ciclo de diálogos oficiales en Bogotá.
RAYA: ¿Cuál ha sido el principal desafío institucional en la implementación de la paz territorial con grupos como Comuneros del Sur?
OP: La institucionalidad, y me incluyo, a veces no se articula lo suficientemente para lograr los avances que necesitan. Lo interesante en el caso de Comuneros es que hemos estado avanzando cada vez más sólidamente. Falta articularnos aún más con la justicia, fundamentalmente con la Fiscalía y con las otras entidades. La justicia no puede ser solamente lo que esté a nivel nacional, sino la justicia se debe aplicar en los territorios.
Hay lugares donde no hay un solo juzgado, donde la Fiscalía casi no opera. Hablamos con el Ministro de Defensa sobre la necesidad de tener una mesa de articulación entre la Fiscalía, el Ministerio de Defensa y la Defensoría, para que esta articulación avance y se eviten los tropiezos que nos ha generado en procesos como Conquistadores de la Sierra. El ametrallamiento que hubo contra unidades de ellos en alguna parte de la Sierra constituye un tropiezo grande en los avances que se han venido logrando.
Tenemos que mantenernos en alerta, tenemos que tener comprensión con la sensibilidad que tienen estos actores, pero también deben saber que la Fuerza Pública tiene la obligación de responder si ve un grupo armado ilegal en un territorio. ¿Cómo combinar esas cosas? Esa es parte de la magia que significa avanzar en estos procesos territoriales.
RAYA: ¿Qué tratamiento jurídico se contempla para los grupos armados con los que se logren acuerdos?
OP: El tratamiento jurídico que se ha pensado es que la justicia ordinaria debe ser la que dé cabida a que la gente transite hacia la normalización jurídica. Eso lo hemos hablado con la Fiscalía. Casi el 80% o 90% de la gente que está en estos grupos armados puede solucionar fácilmente su situación, a través de acuerdos que se hagan con la justicia ordinaria. Para el otro 10%, habría que ver caso por caso cómo se soluciona esa situación. Pueden disminuir o redimir parte de sus penas con la reparación de víctimas y la transformación de los territorios. Eso no quiere decir que va a haber impunidad. Todos los armados saben, sobre todo los que tienen cuentas pendientes grandes, que eso se va a solucionar fácilmente.
RAYA: ¿Esa ruta jurídica se formalizará antes del fin del actual gobierno?
OP: Si es necesario el acto legislativo se hace, pero vamos avanzando así no haya ninguna nueva ley. Pensamos que si se requiere una nueva ley, hay que construirla, pero no vamos a avanzar pensando en que primero tendremos un marco jurídico de oro, para que por ahí transiten todos los procesos de paz. Incluso, en el proceso de paz con la Farc, primero se hizo el proceso y luego vinieron los elementos jurídicos.
RAYA: En algunos casos, como el de Comuneros, hay comandantes con solicitud de extradición. ¿Cómo se manejará este tema más allá de la voluntad del presidente Petro?
OP: El tema de la extradición tiene que ver con la voluntad, fundamentalmente, de Estados Unidos, con ellos está el tratado de extradición más duro. Pero creo que incluso con ellos hay que hablar sobre este tema. Se ha venido hablando. La política de Trump, por supuesto, es posiblemente más dura, pero él tiene la capacidad de negociar eso y saber que no todo puede definirse por la fuerza. Incluso, está ayudando a la negociación en Ucrania y la Franja de Gaza. Hay que seguir hablando con ellos.
La Ley 2272 permite suspender las órdenes de captura, aunque haya petición de extradición. En el caso de Comuneros, por ejemplo, el comandante ha sido pedido en extradición, pero dados los avances que hay en el proceso hemos suspendido la orden de captura para Gabriel (Yepes). En este tema van a operar varios elementos de valoración. Una es si está contribuyendo a la transformación de las economías ilegales; cómo está el grupo contribuyendo a que se les pueda fiscalizar mediante concentración de sus fuerzas, y la desvinculación de niños, niñas y adolescentes de sus filas.
RAYA: ¿Qué espera que ocurra este año con la Paz Total?
OP: Avanzar, avanzar. No tengo una bola de cristal aquí, pero sabemos que vamos avanzando. Descubrir que la paz total es la paz territorial, ha sido duro. Eso ha sido difícil. En el valor de las pequeñas cosas, como Comuneros es una cosa pequeña, radica la posibilidad de las cosas grandes. La huella del 2016, con las Farc, es importante, nos dejó algunas enseñanzas, pero también nos dejó grandes preocupaciones.
Hoy la paz concreta, que es la paz que se realiza en los territorios, es el camino en el que hay que avanzar. Por eso, lo de Comuneros se vuelve un tema tan importante. Es el que abre caminos distintos a la paz que venía con las Farc. Cambiar el chip no es fácil. A nosotros mismos nos ha costado trabajo entender esa realidad.