Ad portas de ser aprobada la reforma al sistema pensional de Colombia, la ministra del Trabajo, Gloría Inés Ramírez, habló de frente sobre quienes se oponen a que más colombianos de ingresos medios y bajos puedan acceder a una mejor pensión que la ofrece el sistema público Colpensiones. Dijo que los líderes del sector privado sí privilegian estar allí. ¿Por qué?
Por: Edinson Arley Bolaños
Director Revista RAYA
La política en Colombia ha estado candente en las últimas semanas. Después de las marchas del domingo 21 de abril, mayoritariamente convocadas por sectores de derecha en oposición, el pasado martes el Congreso de la República le dio un espaldarazo al Gobierno de Gustavo Petro al aprobarse en el Senado una reforma pensional progresista. La ministra de Trabajo, Gloría Inés Ramírez, quien viene del sector sindical y obrero, ha tejido una docena de artículos, con su equipo técnico y el del Ministerio de Hacienda, en los que se detalla cómo las clases sociales más vulnerables y de clase media se verán beneficiados en el corto, mediano y largo plazo.
Sin embargo, la oposición, buscando que el sector privado o banquero del país siga controlando el sistema de pensiones, ha afirmado que el Gobierno con esta reforma pretende expropiar las pensiones a los colombianos. Una interpretación mentirosa de la realidad, dice la ministra Ramírez en entrevista con RAYA, en la que habló de altas pensiones de exfuncionarios del Estado y de líderes del sector privado que prefieren que su pensión la liquide y la pague Colpensiones, donde les va mejor.
¿Qué hace falta para que la reforma al sistema de pensiones sea Ley de la República?
Lo primero que tenemos que decir es que esta reforma es un paso muy importante para el país, porque es una reforma estructural a un sistema que hoy es inequitativo, un sistema que no pensiona, un sistema que no tiene cobertura, un sistema que está en competencia y que, realmente, como lo demuestran las cifras, no cumple su misión.
Hoy, por ejemplo, tenemos dos regímenes: el régimen privado, que tiene 18 millones de afiliados y solo tiene 318.000 pensionados en 30 años. Esto después de recibir la plata de los colombianos. El otro es un régimen público que es Colpensiones, que tiene 6 millones de afiliados y tiene 1.700.000 pensionados. Estos son elementos claves porque de un total de 25 millones de personas que están en el sistema hay 10.5 millones que son los que cotizan al sistema De ellos, el 58% no se pensiona.
¿Quiénes no se pensionan actualmente?
Nos dicen que de cada cuatro adultos mayores solo uno es pensionado y de cada diez mujeres solo una logra la pensión. Necesitamos que este sistema cambie y eso es lo que nosotros estamos colocando, un sistema de inclusión, un sistema que tenga más equidad, un sistema en el que efectivamente más personas puedan ser protegidas para su vejez.
¿Cuál es el cambio estructural, qué cambia esta reforma del sistema que viene desde hace tres décadas?
El cambio estructural es pasar de un sistema de reparto a un sistema de pilares y con esto darle una oportunidad desde el que no tiene ingresos hasta la persona que tiene muchos, pero muchos ingresos.
¿Cómo le responde al fantasma de la oposición, de que le van a expropiar las pensiones a los colombianos?
Aquí hay un ahorro. El ahorro es la cotización, la gente cotiza y es el ahorro. Unos van y cotizan en el fondo público y otros van y cotizan en el fondo privado. La diferencia es que en el fondo privado hay una cosa que se llama inversión por portafolios y ellos se llevan 18 millones de afiliados, cobran el 1% de administración. O sea, eso es un fondo rentístico. Ahora, ellos aplican las leyes de portafolio y las leyes de portafolio lo que dicen es que ese ahorro de los colombianos lo deben invertir un 25% en la compra de los tests. Eso no es voluntario, eso lo deben hacer y el resto de plata invertirla. El problema es que los 405 billones de pesos que tienen los fondos privados, el 60% está en la banca extranjera, o sea, no está dinamizando la economía colombiana y esa platica que llaman ahorro individual, eso no quiere decir que detrás de la mesa esté la bolsita de cada uno con su ahorro individual, no, eso va a inversiones y cuando la gente cumpla sus requisitos se supone que esa rentabilidad, que le dio esa inversión, debe ir para mejorar la pensión de la persona. Esto es, hay que decirlo, es así. Pero también cuando la volatilidad del sector financiero se da, afecta a esas personas.
¿Qué estamos proponiendo nosotros? En el sistema público también existen las bolsitas, solo que hay una gran bolsa que es la bolsa común y esa se pone también en rentabilidades y eso es lo que después se le entrega a las personas. En el actual sistema privado de cada bolsita sacan la administración, pero si les va mal afecta a las bolsitas pequeñas y si les va muy bien se va es para la administración.
¿Y este es el fondo que va a manejar el Banco de la República?
Este es el fondo que va a manejar el Banco de la República. Entonces, lo que va a ocurrir es que todo el sistema contributivo, todos los que coticen al sistema contributivo, tanto por nómina o ahorro independiente va a un fondo de ahorro y ese fondo de ahorro lo va a administrar el Banco de la República con dos condiciones muy importantes. Uno, es que esa platica no la puede manejar ni sacarla para una cosa distinta al pago de pensiones. Y dos, tiene una junta especial, que es la que va a estar planteando cómo sería la inversión.
¿Cuál es el interés de los sectores políticos de derecha para que los 405 billones de pesos se queden en los fondos privados?
Lo que tenemos que tener presente es que en Colombia el mercado de capitales no se ha podido desarrollar, porque ese mercado de capitales ha estado subsumido por la banca tradicional, que es contrario, por ejemplo, a lo existe en países como Estados Unidos, donde los créditos son fundamentalmente del mercado de capitales, que allá es diferente a la banca tradicional. El 84% de los créditos de Estados Unidos no son de la banca tradicional y eso ya muestra una dinámica que permite manejar la economía. Pero en Colombia tradicionalmente esto es manejado por conglomerados económicos y esos conglomerados en este caso son cuatro fondos, que son los que aseguran, que son los fondos que tienen mucha más plata, los pequeños fondos no pueden competir y hoy el negocio está sobre dos fondos centrales: el grupo Aval, que maneja Porvenir, y el grupo Gea, que maneja Protección, y estos son algunos grandes de pensiones.
Y hay un elemento más: en el caso de Colombia, con estos conglomerados que manejan pensiones, es que ellos son los bancos, los dueños de las fiduciarias, de las firmas importantes de comisionistas de bolsas, de las firmas más importantes de la banca de inversión. Mire, cuando una empresa sale a la bolsa debe concertar una banca de inversión, y de quién es, de ellos mismos. Cuando una empresa sale a la bolsa y necesita contratar una firma comisionista de bolsa, ¿y de quiénes son? De los mismos. Y cuando una empresa sale también a la bolsa hace unos acuerdos con los grandes inversionistas y quienes son: los mismos que están en los conglomerados económicos.
Por eso la banca, en este caso en Colombia, se ha subsumido todo esto. Una inversión natural de estos son: los fondos, las fiduciarias y las aseguradoras, y aquí todos son de los mismos dueños.
¿Hubo consensos entonces de mayorías en el Congreso de quitar gran parte de los 405 billones de pesos ahorrados por los colombianos y pasar a un fondo público?
No, los 405 billones siguen manejados por los fondos privados, porque están invertidos en el extranjero y vienen al fondo público a medida que las personas van cumpliendo los requisitos de atención, entonces el fondo privado tiene que ir pasando el recurso al fondo público. Ese es un punto muy importante. Es decir, los 405 billones de pesos de las pensiones siguen administrados por los fondos privados porque es lo que hay hoy y eso está invertido de largo aliento. Lo que pasa es que a partir de la reforma ya esa plata va a fluir de manera distinta: todos los colombianos y colombianas deben poner 2.3 salarios mínimos en el sector público, en Colpensiones, y el excedente va a los fondos privados. Desde luego que el mayor número va a estar en el fondo público, que son los salarios pequeños: un salario mínimo, dos salarios mínimos, hasta el punto tres. Nosotros hubiéramos querido que fueran tres o cuatro, pero fueron los consensos.
Pongamos un ejemplo, ministra Ramírez, de una persona que cotiza con el salario mínimo.
Hoy, la gran mayoría de pensiones al mínimo están en los fondos privados, sólo que eso se paga así: ellos tienen 318.000 pensionados, de esos 176.000 son pagados por vejez y en su gran mayoría son pagados por el Fondo de Garantías Pensionales y el resto de sus pensiones son de invalidez y sobrevivencia y esas son pagadas por las aseguradoras. O sea, en la práctica no es del fondo como tal, sino son de estos recursos. Cuando llegue la reforma, estas personas de un salario mínimo hasta 2.3 pasan al fondo de pensiones público, que será Colpensiones, y a partir de esto nosotros pagaremos lo que nos toca, que son los deslizamientos salariales que el Estado los paga, pero también está alimentando los fondos privados, y hasta 2.3 salarios mínimos estará garantizada la suficiencia pensional, porque la suficiencia pensional es la base de liquidación y en Colpensiones se hace sobre el promedio de los últimos diez años trabajados y la pensión es del 65% al 80%. ¿Cómo es el 80? Por cada semana, de las más de 1300 que usted trabaje, va teniendo unos porcentajes hasta llegar a una pensión del 80%. En el régimen privado su base de liquidación es el 22%, por eso la pensión siempre es más baja.
Recapitulemos, ministra: ¿Cuál es la gran diferencia entre lo que tenemos hoy y el salto que da la reforma para el ciudadano de a pie?
No, hoy hay una asincronía en el régimen y esa se mantiene, nosotros solamente empezamos a morigerar después del 2036. Esa sincronía que hoy hay es cómo se liquida la pensión. En el caso de los fondos privados la liquidan con 1150 semanas y lo que haya ahorrado, más la rentabilidad. En el caso del sistema de prima media, o sea, Colpensiones, es el 65% del promedio de sus últimos diez años de trabajo. Eso es lo que hace que una persona, a excepción del salario mínimo, una persona que cotice la misma cantidad de plata, el mismo tiempo, tenga una pensión distinta. Si es en el fondo de ahorro individual o si es en el régimen de prima media. Esa es la razón de los traslados de la gente. Más de 100.000 traslados que la gente pasa de los fondos privados a Colpensiones, hoy estamos reproduciendo un fenómeno de los años 90, 95. Y es que fue al contrario. La gente que estaba en el Seguro Social se pasó todas a los fondos privados. Hoy, cuando ya están los pensionados, la gente está viendo que no era tan cierto que tuvieran grandes pensiones, entonces se están devolviendo de este fondo individual a lo público. Eso es lo que está pasando hoy, entonces, esta reforma lo que hace es hacerlo de una manera tranquila, sin que efectivamente se pierda la sostenibilidad fiscal. Por eso nosotros traemos a Colpensiones a las personas hasta 2.3 salarios, proponíamos hasta tres, y las traemos de manera gradual. Usted se viene, pero cuando cumpla los requisitos de los 2.3 salarios; y ustedes, señores de los fondos, nos pasan la plata. O sea que no es cierto que ya llegan y ya se fueron y ya les quitamos la plata.
Pero, con la reforma es voluntario que alguien se quiera pasar al fondo Colpensiones o digamos es un bloque que se trae el sector público de manera obligatoria.
Con la reforma, se vuelve obligatorio, pero la reforma trae un proceso de transición. En realidad, son dos procesos, uno basado en el derecho adquirido y otro en la libre elección. Durante los primeros dos años de la implementación de la reforma, las personas tendrán la oportunidad de trasladarse libremente de un régimen a otro. Durante este período de dos años, podrán elegir si permanecer en su régimen actual o cambiar, con la debida asesoría. Una vez tomada la decisión, se incorporarán al nuevo sistema.
Sin embargo, actualmente, no es posible para alguien que esté en el fondo privado cambiar de régimen de pensión, al público.
Hoy en día la Ley 100 tiene dos inflexibilidades: una vez usted elige su fondo, no se puede cambiar durante cinco años; la otra es al final de la cotización. Si a alguien le faltan diez años para su pensión no se puede cambiar. Entonces, usted tiene que recurrir a una demanda, que ya ha tenido éxito en muchos casos, lo que ha llevado a que más de 100.000 personas se trasladen de esta manera a Colpensiones.
Pero, ¿los jóvenes que comienzan a cotizar ahora pueden cambiarse del régimen privado al público?
Sí, en la reforma quedan con dos años después de estar en un fondo privado para que se puedan pasar al público.
Ministra, hablemos de las grandes pensiones que tienen un sector de la sociedad colombiana. ¿Cómo llegaron a adquirirlas y por qué en algunas están en las juntas directivas de los fondos privados, pero tienen la pensión de Colpensiones?
Es cierto, hay muchas personas en esta situación. A menudo, aquellos que lideran los procesos privados tienen pensiones de Colpensiones, ya que el régimen de prima media ofrece una liquidación más favorable, especialmente para salarios más altos. Por esa razón, uno de los objetivos de estas reformas es reducir los subsidios: el Estado no subsidia 25 salarios sino que bajamos a dos y medio. Nuestra propuesta es que subsidiemos hasta tres salarios, ya que en el país tres salarios no constituyen una pensión alta. Queremos proteger a los trabajadores y trabajadoras que cotizan hasta ese nivel, ya que es crucial mantener la suficiencia pensional. Creemos que un umbral basado en un salario mínimo es inequitativo, ya que no representa una pensión alta. El acuerdo del Congreso es establecerlo en 2.3 salarios. Seguimos trabajando para garantizar una pensión más adecuada.
¿Cuál es el respaldo internacional que tiene la reforma?
Esta reforma fue acompañada en su construcción por la OIT (Organización Internacional del Trabajo), la Organización Internacional de la Seguridad Social (UIS), la OCDE y el Banco Mundial, que ha estado involucrado desde el año 2000 en la evaluación de los sistemas pensionales mundiales. El sistema colombiano es distinto, ya que incluye un pilar semi contributivo para aquellos que cotizan pero no tienen pensión. El 58% de la población se beneficia de este enfoque, que se dirige especialmente a adultos mayores y otros grupos vulnerables como mujeres y personas con discapacidad.
¿A quiénes beneficia en el corto plazo la reforma y qué deben hacer?
Esta reforma está diseñada para sacar a los adultos mayores de la extrema pobreza y mejorar su calidad de vida. Hablamos de 3 millones de abuelos y abuelas. También beneficia a mujeres que se dedican al cuidado y no tienen oportunidades. En este semicontributivo se introduce una figura llamada “los beps" (Beneficios Económicos Periódicos) para fomentar el ahorro y adquirir un ingreso en la vejez. Por ejemplo, las mujeres reciben un bono género para que por cada hijo tenga 50 semanas hasta sus tres hijos, eso es para darles un impulso financiero. La Corte Constitucional también ha intervenido con una sentencia que progresivamente reduce las semanas de cotización necesarias para acceder a la pensión. Y nosotros como Gobierno asumimos esa sentencia, la cual hace una progresividad: dice que empieza en 2026, reduce 25 semanas ese año; en el 2027 otras 25 semanas hasta el 2036 cuando llega a mil semanas. Mientras tanto, las mujeres tendrán este bono de género que hemos trabajado para que lo puedan utilizar y puedan dar ese salto cualitativo. Además, las personas con discapacidad que tienen al menos el 50% de pérdida pueden convertir su pensión en una renta vitalicia.
Ministra, ¿cuál es la lectura que tiene el sector sindical y obrero organizados sobre esta reforma pensional?
Personalmente, creo que han respaldado la reforma en general, aunque discrepan en cuanto a la reducción de los tres salarios mínimos a 2.3. Entendemos que esto afecta a una proporción significativa de trabajadores, pero seguiremos trabajando para garantizar la suficiencia de las pensiones.
Lo que está claro para ellos es que fortalecer un sistema público es más beneficioso, ya que el principio de solidaridad permitirá que más adultos mayores y personas vulnerables accedan a una pensión digna. En resumen, esta reforma impulsa el principio de solidaridad.
*Crédito de la foto de portada: Mintrabajo