Tras el golpe militar en Chile del 11 de septiembre de 1973, ¿cuáles fueron las percepciones en Colombia ante el derrocamiento de Salvador Allende? En el Congreso los conservadores apoyaban a Pinochet y los liberales rechazaron el quiebre que tuvo la democracia en Chile. ¿Cómo se conectan las luchas por la memoria en Chile y Colombia a 50 años del golpe?
Por: Fernanda Espinosa Moreno
Historiadora y Doctora en Ciencias Sociales y Humanidades
@FerSpinozaM
Las primeras reacciones
El 11 de septiembre de 1973 el Senado de la República de Colombia rindió homenaje póstumo a la memoria del Presidente Socialista de Chile, Salvador Allende. Como señal de duelo por su fallecimiento, se guardó un minuto de silencio y se llevó a cabo una sesión plenaria. Sin embargo, ante la aprobación de la proposición, los liberales y partidos de oposición se enfrascaron en una enérgica discusión ideológica con los conservadores. Estos últimos justificaban la acción de las fuerzas militares que protagonizaron el golpe de Estado, mientras que los primeros abogaban por oponerse al quiebre del orden constitucional vigente en Chile.
La sesión culminó con la aprobación unánime de una proposición y el texto resultante fue el siguiente:
"El Senado de la República lamenta los sangrientos sucesos ocurridos en la hermana República de Chile y deplora sinceramente la muerte de su Presidente constitucional, el doctor Salvador Allende, ocurrida en trágicos instantes de confusión y en medio de actos de violencia y barbarie que constituyen una grave afrenta a la democracia. Nos encontramos en un momento crucial en el que la autoridad se ve amenazada. Ahora, más que nunca, debemos estar al lado del pueblo colombiano y luchar por su bienestar. La dirigencia debe actuar con responsabilidad y determinación ante aquellos que esperan un golpe en su contra".
Guillermo Angulo Gómez, conservador, respondió: "El Presidente Allende ha sido derrocado por la anarquía y la situación que existía internamente en el país, así como por querer alterar las tradiciones de nuestro pueblo".
Apolidoro Soto Angulo replicó: "Señor Angulo, ¿cree usted que Chile no puede justificar el golpe de estado de hoy por sí mismo? ¿Cree que al doctor Pastrana hay que darle un golpe de estado porque aquí no hay café, ni chocolate, ni aceite, y el pueblo se está muriendo de hambre?".
Saúl Charris de Hoz, de la ANAPO, expresó en nombre de su partido el dolor por la muerte del doctor Allende y lamentó lo que consideró "la desacertada intervención de Guillermo Angulo Gómez, quien deslució una magnífica carrera como buen demócrata al defender aquí el golpe en contra de la democracia".
Otros congresistas lo relacionaron con la historia de Colombia: “No se podría decir lo mismo de otros gobiernos en épocas funestas para Colombia, como cuando se cerró el Congreso para implantar la violencia. Justificar lo sucedido hoy en Chile es tanto como autorizar a las gentes enemigas del gobierno de Colombia a que atenten contra Pastrana.”
Alberto Galindo, liberal, afirmó: "Las tiranías son todas iguales" y comparó lo sucedido en Chile con lo ocurrido hace más de un siglo en España. Señaló que esto indica a los colombianos la urgencia de empeñarse en una gran tarea de reformas de avanzada. Reconocer que en Colombia hay fenómenos inquietantes de hambre y desempleo que hay que superar. Si al país no se le pone remedio, cualquier día tendremos una explosión similar.”
Gilberto Ávila Bottía, conservador, expresó: "Siento la tragedia del gran pueblo de Chile y lamentó la desaparición del Presidente, así como el sufrimiento causado por el golpe de Estado. Sin embargo, hay que admitir que desde el ejecutivo se estaba estimulando la lucha de clases, y nosotros tenemos que respetar que ese país busque por sus propios medios sus soluciones".
Igualmente en la Cámara de Representantes se debatió y declaró un minuto de silencio ante los hechos, la proposición aprobada fue: “La Cámara de Representantes de Colombia expresa su solidaridad con el pueblo de Chile en este dramático momento de su historia; reprueba el quebrantamiento de la legalidad y el desconocimiento de las instituciones democráticas y lamenta profundamente las trágicas noticias sobre la presunta muerte del doctor Salvador Allende, Presidente constitucional del hermano país. En señal de duelo la Cámara decreta un minuto de silencio. Bogotá, 11 de septiembre de 1973.”
Además algunos partidos particularmente los de oposición emitieron declaraciones en contra del golpe, por ejemplo la Alianza Nacional Popular ANAPO, dejo la siguiente constancia en los Anales del Congreso:
“El partido del pueblo colombiano, Alianza Nacional Popular, condena el criminal golpe de fuerza de la reacción oligárquica-chilena, auspiciada por el imperialismo norteamericano contra el Gobierno Socialista del Presidente Salvador Allende y contra el pueblo chileno.
Ante los rumores del asesinato del Presidente Salvador Allende, los anapistas señalamos ante los pueblos del mundo a los intereses del capitalismo internacional como el principal enemigo de la paz y de los gobiernos populares.”
El viernes 7 de septiembre de 1973, tres días antes del golpe, la Unión Nacional de Oposición congregó a más de 3.000 individuos en el Salón Elíptico del Capitolio Nacional de Colombia. Entre los concurrentes se hallaban notables intelectuales, líderes políticos, representantes de la clase obrera y miembros de diversos sectores, incluyendo jóvenes. Durante este destacado encuentro, la Unión Nacional de Oposición expresó un respaldo total e incondicional al pueblo de Chile, a su gobierno y a la figura del Presidente Salvador Allende. En esta reunión, de una envergadura extraordinaria, se manifestó un firme compromiso con la democracia chilena. Es relevante subrayar que 120 parlamentarios rubricaron una vigorosa declaración de respaldo al gobierno de Salvador Allende, siendo el Senador Hernando Echeverri Mejía quien presidió este evento en el Salón Elíptico de la Cámara de Representantes. La nutrida asistencia, la ferviente actividad política y el enérgico apoyo a Chile y a Allende por parte de los concurrentes en los pasillos y patios del Capitolio, constituyó un gesto emblemático y vigoroso de la Unión Nacional de Oposición en apoyo a los gobiernos democráticos y socialistas de América y del mundo en su conjunto.
El 12 de septiembre de 1973 el periodico El Tiempo publicó la noticia: “Militares explican motivos del golpe” donde reprodujo las declaraciones justificatorias del golpe de las fuerzas militares chilenas. En ella se podía leer las declaraciones de los comandantes de las instituciones militares explicando las razones detrás del golpe de Estado. Augusto Pinochet, General de División y comandante del ejército, afirmó que actuaron por inspiración patriótica y asumieron la misión con responsabilidad. José Toribio Merino, Almirante, mencionó que la Armada no podía quedarse al margen de los asuntos nacionales. Gustavo Leigh, General del Aire y líder de la Fuerza Aérea, explicó que la decisión fue tomada por unanimidad tras considerar la trascendencia de la situación causada por el marxismo. César Mendoza, General y jefe de Carabineros, subrayó la importancia de restaurar el orden jurídico. Se enfatizó que el objetivo no era una venganza política. Sorprende lo temprano que en Colombia circularon estás versiones justificatorias y declaraciones de los militares.
La prensa también reseñó algunos incidentes en Bogotá el 11 de septiembre de 1973 por el golpe a Allende y el paro de maestros, 19 profesores y 3 estudiantes quedaron retenidos como consecuencia de las manifestaciones.
Exilio y desaparición forzada: luchas presentes por la memoria
Otro episodio fundamental pero poco conocido de las relaciones entre Colombia y Chile durante el golpe fue la defensa del derecho al asilo que realizó Colombia a ciudadanos chilenos que buscaron refugio en la embajada de Colombia en Santiago durante el 11 de septiembre de 1973 y días subsiguientes.
“El derecho de asilo cumplió, entonces, la finalidad para la cual fue ideado. Aunque fuera necesario en un intercambio de notas entre la Cancillería colombiana y la de Chile, exponer, una vez más, los principios rectores de una institución del derecho americano que se funda en la facultad del Estado asilante de calificar los motivos del asilado y la condición política de éste. Es, sin duda, una de las normas esenciales del asilo diplomático, sin la cual la institución sería inoperante y se reduciría a rodear de garantías exteriores una virtual prisión diplomática.Las razones alegadas por quien tuvo el honor de servir a Colombia al frente de la Cancillería fueron expuestas de manera cordial, pero directa y firme. Y obtuvimos la liberación de las personas refugiadas en nuestra Embajada o la expedición de los salvoconductos para la mayor parte de ellas, con el fin de que pudieran abandonar el país, en medio de una de las más hondas convulsiones de su historia” escribiría Alfredo Vazquez Carrizosa en el texto “Ante la tragedia de Chile: el derecho de Asilo y los derechos humanos” (1974). Alfredo Vazquez Carrizosa excanciller colombiano que jugó un papel fundamental en la historia del movimiento de derechos humanos en Colombiano y fue fundamental en este ejercicio de solidaridad con el pueblo chileno.
Aunque en un primer momento hubo reticencias del embajador Fernández Renowitzky, bajo las instrucciones del Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Alfredo Vázquez Carrizosa, comenzó las gestiones para procesar las solicitudes de salvoconductos para los individuos asilados en el recinto de la Embajada de Colombia. De acuerdo con el historiador Edwan Gabriel Vera Mendoza (2019) fueron cientos de personas chilenas quienes se mantuvieron por meses en la embajada de Colombia en Santiago mientras la postura del del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia era de mantener puertas abiertas y la defensa del derecho de asilo.
El reciente informe de la Comisión de la Verdad documentó el impacto del exilio en el marco del conflicto armado en Colombia, en el volumen” La Colombia fuera de Colombia” (2022), calculando en más de un millón de personas que experimentaron el exilio. De acuerdo con este informe, el fenómeno del exilio representa la segunda forma de victimización en Colombia, sucediendo al desplazamiento forzado, además ha existido una tendencia a despolitizar al exiliado. El exilio colombiano se destaca como uno de los más prolongados en el mundo, extendiéndose por una duración equivalente a la del conflicto armado.
En Chile de acuerdo a las estadísticas proporcionadas por entidades como la Comisión Chilena de Derechos Humanos, la cifra de personas exiliadas durante el periodo de la dictadura cívico-militar superó las 200 mil. ¿Cómo se encuentran estás memorias del exilio chileno y colombiano?
Una tragedia compartida entre Chile y Colombia ha sido la desaparición forzada. Los registros de detenidos desaparecidos iniciaron tempranamente por la Vicaría de la Solidaridad en Chile. Según las distintas investigaciones se ha establecido un número aproximado de 1.162 desaparecidos durante la dictadura. En la actualidad, a 50 años del golpe, el presidente Boric anunció un "Plan Nacional de Búsqueda" de desaparecidos de la dictadura en Chile. En Colombia la estimación estadística de víctimas de desaparición forzada se eleva a 121.768 individuos en el período comprendido entre 1985 y 2016, cifra derivada del proyecto compartido entre la JEP, la Comisión de la Verdad y el Human Rights Data Analysis Group. Precisamente, un 11 de septiembre fue desaparecido Hernando Ospina Rincón en Bogotá en 1982, parte de la desaparición colectiva de 13 personas, cuyos familiares fueron integrantes del caso Colectivo 82, emblemático en la historia de la desaparición forzada en Colombia. La búsqueda por los desaparecidos y su memoria viva sigue conectando a Colombia y Chile 50 años después.