Según las Naciones Unidas, en Córdoba el 70% de la población tiene problemas de seguridad alimentaria. Por eso, miles de campesinos se reunieron en Montería con el fin de fortalecer sus proyectos productivos para producir comida en medio de la crisis alimentaria. La Defensoría del Pueblo denunció la desnutrición aguda de más de 300 menores de edad desde 2018 en este departamento.
Por: Enrique Gamboa
Investigador Revista RAYA
Campesinos y campesinas de todos los departamentos del país, asociados en la organización Baluarte Campesino, se reunieron en Montería (Córdoba) para defender la soberanía alimentaria y encontrar soluciones al hambre que sufren millones de colombianos. Este fue un encuentro inédito en esta zona del país, que por primera vez en la historia recibió a 31 organizaciones y federaciones, que agrupan a más de 150.000 familias campesinas del país, cuyos líderes hablaron de sus proyectos agrícolas, la recuperación de la tierra para producir alimentos y garantizar la seguridad alimentaria de sus comunidades. Uno de esos proyectos es el que lidera Mara Murillo, la representante legal de la Asociación de Productores Agropecuarios de San Antero (Sanaproagro), organización campesina en la que participan 85 familias.
La Revista RAYA viajó a San Antero, municipio del norte del departamento de Córdoba, ubicado a orillas del Mar Caribe y de la desembocadura del Río Sinú, para conocer de primera mano el proyecto “Recuperando la Vocación Agrícola” que lidera Mara Murillo en la Institución Julio C. Miranda. La líder pretende que este programa educativo se convierta en un primer paso para superar el problema del hambre en el departamento. De acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) en Córdoba el 70% de la población tiene problemas de inseguridad alimentaria.
La Revista RAYA viajó a San Antero (Córdoba) para conocer el proyecto “Recuperando la Vocación Agrícola” que lidera Mara Murillo en la Institución Julio C. Miranda. La líder pretende que este programa educativo se convierta en un primer paso para superar el problema del hambre en el departamento. Crédito: German Ñañez Lloreda @NomadaBlues
En este punto es importante resaltar que la seguridad alimentaria, fundamental para la supervivencia de estos pueblos, se basa en tres pilares: disponibilidad de alimentos, acceso a los mismos y consumo adecuado desde el punto de vista nutricional. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), durante el año pasado en Córdoba 37 de cada 100 hogares redujeron las raciones y la calidad de los alimentos, y 8 de cada 100 hogares dejaron de consumir los tres platos diarios al menos un día en los últimos 12 meses.
Una realidad que pretende cambiarse con proyectos como el de la líder Mara Murillo, quien es docente de la Institución Julio C. Miranda de San Antero desde hace tres décadas. Allí, ha impulsado en los últimos nueve años el programa de recuperación agrícola que busca enseñar a los alumnos, desde preescolar hasta quinto de primaria, técnicas para cultivar alimentos como arroz, papa y yuca; y reflexiones para valorar la importancia de la seguridad alimentaria en la región. Desde el patio central del colegio, rodeado de cientos de cultivos, Mara contó que el proyecto tiene como objetivo cambiar la percepción que se tiene del campesinado colombiano, mostrando a las nuevas generaciones que el trabajo agrícola puede ofrecer una vida feliz y cómoda.
Mara Murillo representante legal de la Asociación de Productores Agropecuarios de San Antero (Sanaproagro) organización campesina en la que participan 85 familias. Crédito: German Ñañez Lloreda @NomadaBlues
“Eso solo se logra si somos capaces de darles tierra y respaldo económico para que puedan hacer su trabajo y producir sus alimentos. La meta es darles el ejemplo y mostrarles que un campesino puede vivir feliz y con comodidades para que el chico y la chica puedan ver en ese arte una profesión”, dijo la profesora Mara desde las instalaciones del colegio donde labora.
Una de las realidades que se vive en el campo colombiano, y también se evidencia en San Antero, es que los jóvenes rurales están migrando hacia las grandes ciudades en busca de oportunidades laborales y educativas, lo que ha contribuido al envejecimiento del campesinado colombiano y a la reducción en la producción de alimentos. Para corregir esta realidad, dijo la maestra Mara, es fundamental que los jóvenes valoren las riquezas de la tierra y aprendan de las tradiciones ancestrales. Su visión es que los jóvenes campesinos se conviertan en empresarios del campo: “Se debe generar espacios educativos en los territorios para evitar que se vayan y tengan oportunidades aquí, que no se vean obligados a salir. Si los ponemos como personajes relevantes ellos van a tener un papel fundamental en el desarrollo económico y social del país”.
Alumnos Institución Julio C. Miranda de San Antero.
Alumnos y alumnas de la Institución Julio C. Miranda de San Antero participan del proyecto “Recuperando la Vocación Agrícola” donde aprenden técnicas para cultivar alimentos como arroz, papa y yuca; y reflexiones para valorar la importancia de la seguridad alimentaria en la región. Crédito: Sanaproagro.
San Antero es un municipio turístico del departamento de Córdoba por sus hermosos manglares, que se unen con el mar Caribe, por los volcanes de lodo que ofrecen beneficios medicinales y por ser el único lugar del caribe con delfines rosados; no obstante, su principal actividad económica sigue siendo el cultivo de yuca, maíz, plátano, ñame y arroz. A pesar de contar con esas riquezas agrícolas, en 2022 la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria y Nutricional señaló que en este municipio cordobés el 57,8% de los habitantes tiene problemas de inseguridad alimentaria leve. El centro investigativo también advirtió que algunas familias presentan inseguridad moderada en un 25,6%.
Para superar los problemas de hambre y generar nuevas oportunidades en las comunidades del municipio es que el programa “Recuperando la Vocación Agrícola” vuelca todos sus esfuerzos para incidir directamente en la vida y el buen desarrollo de los niños y niñas. La metodología del proyecto del colegio Julio C. Miranda consiste en que todos los miércoles del año escolar los y las campesinas de Sanaproagro van al colegio para compartir y enseñar sus conocimientos agrícolas.
Integrantes de Sanaproagro y alumnas de la institución Julio C, Miranda comparten todos los miércoles espacios donde fomentan la recuperación agrícola. Crédito: Sanaproagro.
Gustavo Rodríguez es uno de esos campesinos de Sanaproagro que se convirtió en maestro. En su conversación con RAYA resaltó el hecho de que los jóvenes amen y protejan el campo. “Lo más importante es que conozcan que el campesino no solo siembra, sino que pueden aprender de nosotros. Ojalá que sean agrónomos y estudien las tierras y muchos se motiven antes de perderlos en el microtráfico, que es la plaga que sigue azotando a los campos del país. Esa es nuestra esperanza”.
Una de las alumnas de la institución Julio C. Miranda que asiste a las clases con los integrantes de Sanaproagro se llama Talina. Tiene 10 años, está en tercero de primaria y aunque todavía le quedan muchos años de estudio y tiempo para disfrutar de la infancia, ya sabe cuál será su proyecto de vida. “Me gustaría quedarme acá y sembrar yuca y plátano. Quiero que este sea un lugar feliz donde las plantas sean bonitas para después agarrarlas y comer sus frutos”, comentó desde el patio de juegos de su colegio, donde cada ocho días aprende y compite con sus amigas sobre quién cultiva más yucas.
Según varios estudios, y lo pudo comprobar RAYA en su viaje al territorio, la situación de inseguridad alimentaria en Córdoba es preocupante, particularmente, en las zonas rurales de este departamento. Para la Fundación para el Desarrollo del Caribe (Fundesarrollo) razones como el cambio climático y la dificultad de acceder a la tierra por parte de los campesinos, más los problemas de infraestructura y conectividad intermunicipal, han profundizado la inseguridad alimentaria en el departamento al punto que se aumentó el número de muertes por desnutrición en menores de edad en los últimos años.
Integrantes de la Asociación de Productores Agropecuarios de San Antero (Sanaproagro), Crédito: German Ñañez Lloreda @NomadaBlues
De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, durante los últimos cinco años (2018-2023) se presentaron 394 casos de desnutrición aguda, moderada y severa en menores de edad en Córdoba. Estas cifras las entregó el defensor del pueblo Carlos Camargo el 23 de agosto de 2023, durante la presentación del boletín sobre violaciones de derechos humanos de la entidad. “La tendencia del 95% de los casos son en el estrato socioeconómico uno, lo cual refleja las violencias estructurales y la situación de orden público actual, que impactan directamente en los derechos a la vida, salud y alimentación de las comunidades más vulnerables”, indicó el alto funcionario desde Montería.
Precisamente fue en Montería donde se realizó, entre el 9 y 11 de febrero, el congreso fundacional de la Confederación Baluarte Campesino, el cual contó con la presencia de 31 organizaciones y federaciones campesinas de todo el país. Luego de tres días de conversaciones, las organizaciones eligieron a Omar Ñáñez como director político y administrativo de la Confederación. En Colombia el sector agrario está representado por al menos 13 organizaciones. Baluarte surge como una nueva alternativa para aquellos campesinos y campesinas que aún no participan en los procesos de base de las organizaciones precedentes. Pero, sobre todo, nació como una iniciativa autónoma de apoyo a la reforma agraria impulsada por el presidente Gustavo Petro.
“Ambos (Baluarte y Gobierno) queremos hacer de Colombia una potencia agropecuaria, superar el atraso productivo en el agro; alcanzar la soberanía y seguridad alimentaria; pasar de ser un país importador a exportador de productos agrícolas; y convertir el campo en un territorio de paz que garantice el retorno de millones de campesinos desplazados y les asegure a las juventudes un futuro digno y promisorio”, dijo Ñáñez, director de Baluarte Campesino.
Entre el 9 y 11 de febrero se realizó el congreso fundacional de la Confederación Baluarte Campesino, el cual contó con la presencia de 31 organizaciones y federaciones campesinas de todo el país. Omar Ñáñez fue elegido como director político y administrativo de la Confederación. Crédito: German Ñañez Lloreda @NomadaBlues
El camino que ahora inicia Baluarte, en su lucha contra el hambre en todas las regiones del país, debe contemplar proyectos educativos como el que impulsa Mara Murillo en San Antero, apoyados por el Gobierno Nacional, la empresa privada y la academia. Mientras esto ocurre, la Confederación se comprometió a ser un interlocutor importante con el sector gubernamental con el fin de materializar políticas agrarias e impulsar proyectos alimentarios que permitan superar las dificultades en el acceso a los alimentos. Un llamado colectivo que se envían a las otras organizaciones hermanas que luchan por este derecho fundamental.