De cara a la COP16 conversamos con Eberto Enrique Díaz, vocero de la Convención Nacional Campesina, sobre la relación del campesinado con la naturaleza. Habló sobre la necesidad de implementar políticas públicas que apoyen la economía campesina y promuevan prácticas agrícolas sostenibles. Entrevista.
Por: Enrique Gamboa - Periodista Revista RAYA
En el marco de la preparación de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad también conocida como COP16, que se realizará en la ciudad de Cali, Revista RAYA dialogó con Eberto Enrique Díaz Montes, un líder campesino de Sucre y representante legal del movimiento Fuerza Nacional Campesina. Una de las 200 organizaciones que participó en la Convención Nacional Campesina realizada en diciembre de 2022 en Bogotá. Allí se reunieron más de 2.500 delegados de todas las regiones del país y se consolidó como uno de los espacios de participación más importantes entre el Estado colombiano y el movimiento campesino.
Entre los logros de dicha Convención está la creación de la Comisión Mixta de Asuntos Campesinos, como una instancia de interlocución y concertación con el Gobierno para materializar su reconocimiento como sujeto de derechos y de especial protección constitucional. De acuerdo con datos entregados recientemente por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), cerca de 10 millones y medio de personas se identifican como campesinos y campesinas y de las cuales el 69% de ese total se perciben dentro del rango de pobreza.
Como delegado de las organizaciones que participan en la Comisión Mixta, Eberto Enrique Díaz Montes atendió a este medio.
¿Qué ha pasado con el movimiento campesino luego de la Gran Convención Campesina que se realizó en Bogotá en 2022?
Hoy tenemos un movimiento campesino más compacto desde el punto de vista de comunicación y de encuentro. Eso no significa que no haya diferencias entre las organizaciones, pero yo no lo veo como un escenario de disputa, lo veo más como un escenario de querer aportar y de querer mandar un mensaje al Gobierno Nacional de que hay necesidades muy importantes y muchos problemas en el campo que hay que solucionar. También hemos entendido que la única manera de solucionar esos grandes problemas del campo es que nos unamos, por eso la Convención Nacional Campesina se mantiene como ese espacio de articulación tan necesario e importante y el Gobierno la reconoce así.
Uno de esos grandes problemas es el debate en torno a la conservación y el papel del campesinado en áreas protegidas, ¿Qué tiene el campesinado colombiano para aportar en las discusiones sobre biodiversidad?
Tenemos mucho que aportar. Al campesino se le llama a conservar, pero el campesino siempre ha conservado, los pueblos indígenas han conservado, los pueblos negros han conservado. Entonces el término conservación se utiliza como si nosotros fuéramos los grandes responsables de la destrucción de la biodiversidad. Por ejemplo, hemos aportado en la protección de las semillas mientras que las grandes multinacionales, como Bayer o Monsanto, son responsables de la destrucción de la biodiversidad genética por la aplicación de herbicidas que envenenan el suelo y el agua y que han sido los responsables de la disminución de la biodiversidad en nuestro país. Si seguimos siendo uno de los países más biodiversos es porque los campesinos hemos aportado desde nuestros territorios y saberes aunque sigamos viviendo en una situación de pobreza extrema. Reconocemos que la Reforma Agraria es una necesidad urgente para mantener las economías campesinas, suministrar alimentos y para conservar la biodiversidad, porque sin la Reforma Agraria los campesinos van a tener que seguir tumbando selvas o tumbando montañas para avanzar en la colonización, mientras los grandes ganaderos y empresarios van detrás poniendo alambres y cercando el territorio.
Entrando un poco a la COP16, ¿cómo lograr que las propuestas del campesinado se materialicen en estos escenarios internacionales?
Estos escenarios son muy importantes porque permiten un relacionamiento entre países, pero también un relacionamiento entre pueblos y organizaciones para que se generen intercambios de conocimientos muy importantes. Nosotros esperamos que esta COP16 sobre biodiversidad sea un escenario de profunda reflexión para la humanidad. Seríamos mezquinos, los campesinos colombianos, si solo pidiéramos por nuestros derechos. Sabemos que la COP16 tiene un carácter mundial porque se va a debatir sobre cómo recuperar la biodiversidad que se ha perdido en el planeta y ese es un reto enorme. Creo que en esta COP16 los campesinos debemos llevar un mensaje de supervivencia de la humanidad y de las especies. Tiene que ser un mensaje integral para decirle al mundo que los campesinos podemos salvar a las especies y que para eso es necesario cambiar los modelos industriales y agrícolas y dejar de mirar al medio ambiente como un negocio.
Hace unos días se realizó un encuentro de organizaciones campesinas junto a la Asociación Ambiente y Sociedad para debatir sobre el rol del campesinado en las discusiones del Marco Global de Biodiversidad. ¿Cuáles fueron las principales conclusiones de este espacio?
Fue un espacio muy importante que nos permitió hacer un gran análisis y un intercambio de saberes, porque participamos más de 25 delegados de varios regiones del país, sobre lo que está pasando en Colombia en relación al tema de la biodiversidad, al tema ambiental, al cambio climático y a las perspectivas que tenemos para desarrollar la COP16. Encontramos muchas dificultades para que los campesinos puedan desarrollar sus economías propias. Otra conclusión que sacamos es que Colombia ha venido perdiendo su biodiversidad. Por ejemplo, por la tala de bosques, según algunos estudios, al año se pierden cerca de 250.000 hectáreas de bosques en el país, puede que ese número haya disminuido o haya aumentado. El tema de los bosques sigue siendo un tema problemático, también el tema del agua. Todos sabemos que la crisis climática afecta también al agua, entonces todos estos temas hicieron parte de la discusión y del análisis político.
Cuando resalta las dificultades para desarrollar sus economías propias, ¿Qué espera el campesinado de la COP16? ¿Esto tiene algo que ver con las bioeconomías?
Las bioeconomías es un tema muy importante ya que han existido siempre y seguirán existiendo, a pesar de que la mayoría no están reglamentadas hay que reconocer que las bioeconomías hacen parte del enjambre de las economías campesinas. Por ejemplo: la cría de mariposas o abejas. Estamos peleando por una ley que mire estas oportunidades, no como un peligro para las especies, sino como una parte clave de la economía campesina para que el campesinado cambie su negocio y no tenga que seguir produciendo hojas de coca en la selva. Necesitamos garantías jurídicas para preservar las especies y que las grandes empresas no se apoderen de ellas, sino que sirvan para que la economía campesina pueda fortalecerse, pero también garantizando los derechos de las especies y un tratamiento digno, porque las especies no pueden utilizarse simplemente como un tema comercial exclusivo de las grandes transnacionales que siempre están mirando donde se puede ganar plata sin importarles el equilibrio del territorio.
¿Cómo será el involucramiento de los niños, niñas y jóvenes campesinos de Colombia en la COP16?
Es un tema clave aunque no conozco realmente si se está haciendo una identificación en la COP16, pero sí sabemos que los jóvenes rurales se están reuniendo con el Ministerio de Agricultura para generar espacios de participación. Reconocemos que todavía nos faltan más escenarios autónomos para que los jóvenes puedan insertarse en la toma de decisiones. Así como hay una pérdida de biodiversidad también se han ido perdiendo nuestras tradiciones culturales y se han ido destruyendo nuestros folklores y nuestra forma de convivencia y de relacionamiento dentro de las familias campesinas. Las normas de hoy impiden que los jóvenes trabajen y eso es malo porque si tú no enseñas al niño a trabajar y al joven a trabajar, no desde el punto de vista de la explotación, sino dentro del trabajo digno, pues vamos a tener una sociedad que en el futuro va a despreciar el trabajo del campesinado.
¿Qué significa para el campesinado de Colombia la realización de la COP16 y qué esperan de este evento?
Creemos que hay elementos importantes que se han debatido en las COP anteriores, pero el gran reto de la COP16 es no salir con más ambiciones, si no mirar cómo se va a concretar lo que se acordó anteriormente y quién va a poner los recursos económicos para la recuperación de la biodiversidad en el planeta. Ya hay unos acuerdos concretos, pero debemos ver cómo lo vamos a materializar. Yendo más allá le diríamos a la COP16 que la producción campesina en Colombia es clave para enfriar el planeta y para recuperar la biodiversidad, la soberanía alimentaria y salvaguardar la vida en el planeta, entonces eso serían elementos claves. Yo creo que primero toca cumplir lo que está acordado, pero para cumplir eso hay que cambiar muchas cosas en esos acuerdos.
¿Cuáles son los acuerdos que no se han cumplido?
Sabemos que nuestros ecosistemas y especies están enfermos por la explotación minera, carbonera y petrolera y eso pone en riesgo nuestra salud. Entonces, el primer acuerdo que no se ha cumplido es la recuperación de los ecosistemas y las especies. El segundo tiene que ver con el uso sostenible de la biodiversidad. El tercero es el reparto equitativo de los beneficios y la riqueza que genera la biodiversidad, pero esa riqueza no hay que mirarla solamente desde el punto de vista económico, hay que mirarla desde otro lado. Por ejemplo: ¿cómo se van a beneficiar las comunidades rurales del uso que las grandes empresas le dan a nuestras especies? Me decían en una conferencia que los indígenas fueron los que descubrieron la planta con la que Bayer hace las aspirinas para el dolor de cabeza y ellos la patentaron, la convirtieron en la aspirina y en un gran negocio. En ese sentido ¿cuánto dinero ha ganado Bayer por ese descubrimiento que no era de ellos, que sí era de los pueblos y no lo está distribuyendo? Y el último es la aplicación y financiación de las 23 metas que existen para lograr los objetivos de desarrollo sostenible para 2030. Me imagino que esta COP16 tiene que hacer una evaluación de lo que hemos y no hemos cumplido y hasta donde los gobiernos y los estados han trabajado para que esas metas se hagan realidad.
¿Cuál será el papel del campesinado colombiano en la COP16 para lograr el cumplimientos de estos acuerdos?
El campesinado de Colombia está haciendo algunas reuniones que permitan tener un documento que pueda aportar para la restitución de los ecosistemas y la defensa de los territorios. El documento tiene que ir sobre el eje central de una agricultura campesina como elemento clave para la recuperación de la biodiversidad y de los ecosistemas. Si logramos que el campesinado se mantenga en los territorios vamos a evitar que llegue el capital voraz como ha sucedido en Argentina, Brasil, Chile o Paraguay donde los grandes agronegocios se han tomado el territorio. El campesinado va a llegar con propuestas claves como la Reforma Agraria para que haya un mayor presupuesto y que así los campesinos tengan las garantías de seguir produciendo sus productos amigablemente con la naturaleza. Se propondrá un modelo productivo basado en la economía campesina y en su relacionamiento con el agua, el medio ambiente y la preservación de las semillas. Se seguirá insistiendo en que los campesinos puedan comercializar sus productos sin tener que patentarlas y sin tener que acudir a las Cámaras de Comercio para que puedan venderlos.
¿Qué otros derechos del campesinado quieren que sean respaldados por los Estados que estarán presentes en la COP16?
El primero es el derecho a la vida porque es un derecho fundamental. El mundo tiene que saber que Colombia, no solamente es uno de los ocho países más importantes en biodiversidad, sino que los campesinos y campesinas estamos en peligro por culpa de la violencia ya que somos desplazados o exterminados. Debemos llevar un mensaje de que los campesinos luchamos por la paz. También buscamos el reconocimiento de la economía campesina como parte clave del desarrollo de la humanidad. Debemos recuperar los ecosistemas y así seguir defendiendo los territorios para que esa economía ayude a mucha gente a salir de la pobreza. Finalmente, queremos que se haga una lucha frente al hambre y la desnutrición que viven los campesinos del país.
Pasando a un plano nacional, ¿Cuáles son las peticiones que le hace el campesinado al Gobierno Nacional para su reconocimiento en escenarios de toma de decisiones sobre asuntos ambientales?
Lo primero que toca destacar es que logramos que se reconociera al campesinado como sujeto de derechos, eso no lo teníamos en la Constitución de 1991. Ahora, en cuanto a las peticiones que tenemos lo primero que necesitamos son unas políticas agrarias y públicas cuyo eje central sea la Reforma Agraria. Entendiendo la Reforma Agraria no como la entrega solo de tierra. Claro, la tierra es el principal elemento, pero detrás de la tierra vienen otros elementos como infraestructura o maquinarias. Entonces necesitamos tecnologías adecuadas a la realidad campesina que no terminen arruinando la economía campesina. Necesitamos infraestructuras de carreteras viales y aéreas para que haya una conexión entre la periferia del país con el centro. También pedimos por el reconocimiento a la defensa del agua, entendiendo que el agua no puede ser privatizada y no se le puede quitar a los pueblos ese derecho. Se debe mirar a la Reforma Agraria desde la integralidad: acceso a los créditos a la vivienda y a la salud. En general, tenemos una serie de problemas todavía no solucionados que siguen haciendo parte de nuestra agenda y que siguen haciendo parte de nuestras peticiones y de nuestro programa como campesinos y campesinas.
En ese sentido, ¿se ha cumplido con el acto legislativo 001 de 2023 que reconoce al campesinado como sujeto de derechos?
Es una norma muy reciente. Ese acto fue una exigencia que le hizo el campesinado al Congreso de la República para que fuera reconocido como un actor social de especial protección, pero ante todo un sujeto político. Entonces nosotros vamos en ese camino, por eso se va a constituir la Comisión Mixta de Asuntos Campesinos que ya está en marcha y solo le falta la firma presidencial. Eso nos va a permitir tener una interlocución con este gobierno, con el Estado y con los gobiernos que vengan. Nosotros creemos que vamos por buen camino y el primer paso era el reconocimiento del campesinado que ya se logró. Ahora vamos a ir caminando para que se vayan cumpliendo todo lo que tiene que ver con esos reconocimientos tanto de territoriales, culturales y ambientales. Vamos a ver cómo el Gobierno va inyectando los recursos económicos para que eso se haga realidad, porque una cosa son las políticas y otra cosa es cómo se van a concretar y todo eso requiere de recursos económicos. El campesinado necesita de los aportes del Estado para que pueda recuperar su dignidad.
El campesinado ha tenido que acudir a la protesta social para ser escuchado ante los gobiernos de turno, ¿Las movilizaciones que está haciendo el campesinado en Bogotá tienen algo que ver con la Convención Nacional Campesina?
La Convención es un espacio de articulación, pero no es un espacio donde se ordena el quehacer, más bien, es un espacio de trazar líneas dirigidas a fortalecer los escenarios comunes. En ese sentido, hay un grueso de articulaciones, como la Agenda Nacional Campesina, que convocó a la movilización del 7 de julio para presionar que las instituciones sean mucho más ágiles en el desarrollo y concreción de algunas políticas, por ejemplo en la compra de tierras donde ha habido mucha lentitud. El presidente dijo que iban a comprar tres millones de hectáreas de tierra y hasta el momento solamente se han comprado más de 100.000 hectáreas que es una cifra pequeña, aunque comparada con otros gobiernos es superior. Reconocemos que hay unas instituciones que no están a la altura de nuestras necesidades y exigencias como la Agencia Nacional de Tierra y la Agencia de Desarrollo Rural. El mismo Ministerio de Agricultura también tiene muchas falencias, por eso hay expresiones del movimiento campesino que se desbordan y van a la acción. Van a la movilización, a la toma de tierras y a las exigencias directas.
Finalmente, ¿Cómo reciben el nombramiento de Martha Carvajalino como nueva ministra de Agricultura?
Los ministerios son un escenario de confluencia de muchos sectores económicos. Entonces un ministerio como el de Agricultura tiene que estar atendiendo las exigencias de los grandes propietarios y de los grandes agronegocios que son los que históricamente han tenido los privilegios, mientras los campesinos no hemos sido tenidos en cuenta como nosotros hubiésemos deseado. En ese sentido, la nueva Ministra va a tener que jugar un rol mucho más directo y mantener un diálogo más permanente con la Convención Nacional Campesina que nos permita decirle cuándo se está equivocando y que ella reciba eso como una especie de consejería más que de imposición.