Por: Juan Pablo Soler Villamizar
Con el inicio de operaciones de generación de Hidroituango se registró un incremento en los bonos de EPM iluminando la fiesta de los promotores e inversionistas del proyecto. El afán que asistimos en 2018 para construir el muro de la represa se repitió hace algunas semanas para llevar al lugar, con apoyo de la fuerza aérea, los instrumentos que se necesitaban para poner en funcionamiento las primeras turbinas del proyecto y así evitar que la CREG los sancionara ante el eventual incumplimiento del cronograma de generación.
Dicha osadía del alcalde estuvo precedida por el lobby político para lograr dilatar el plazo establecido por la CREG. El objetivo de estas acciones era evadir la multa que rondaba los 160 millones de dólares. El alcalde le cumplió a los inversionistas del proyecto, pero no a las comunidades afectadas. Desde el inicio de su mandato le pedimos dialogar sobre algunas preocupaciones y propuestas en torno a la obra, pero él prefirió redirigir nuestra misiva a EPM considerando que el tema no era de su competencia.
El proyecto vio la luz, pero las comunidades mayormente afectadas siguen en la penumbra. Mientras algunos se abrazan por el incremento de los bonos otros se abrazan con angustia aguas abajo frente al riesgo que los embarga.
El proyecto avanza en término de cumplir su propósito de generación eléctrica mientas muchas de las comunidades del cañón del río cauca no logran comprender por qué razón sus cultivos no tienen la misma productividad, por qué cambio la fecha de floración de los cultivos de café, porqué llueve más, porque la neblina ahora los rodea en diversas horas del día o porqué la lluvia la precede una extensa sequía.
De 27 impactos que identificó la constructora del proyecto, tan solo tres eran positivos. Muchos de los concejales que defendían a capa y espada el proyecto se quedaban boquiabiertos al darse cuenta de que los beneficios que ellos creían que el proyecto traería no estaban contemplados en ningún lugar de la Licencia Ambiental. Por ejemplo, algunos concejales de Peque creían que podrían llegar al pueblo navegando desde Santa fe de Antioquia desconociendo que la cola del embalse es lo primero que se colmata de lodos.
A las comunidades afectadas que reclaman por sus derechos vulnerados e impactos generados siempre se les ha estigmatizado. Todos los que recibían contratos de la obra de inmediato veían a las comunidades afectadas como una amenaza, incluidos ejército y policía con quienes también suscribieron contratos secretos de seguridad.
Ahora, mientras se celebra la generación de energía y una multa no consumada, se tilda a los ambientalistas que rechazaban el embalsamiento del río Cauca como extremistas, pero ignoran el hecho de que el riesgo es latente y el hecho de que se genere energía no elimina el riesgo, por el contrario, lo potencia.
Alrededor de este proyecto hay muchas preguntas sin respuesta que seguramente tendrán que asumir las comunidades locales. Una de ellas es ¿qué pasará cuando el proyecto cumpla su vida útil y este lleno de lodos tóxicos? Es de recordar que por incumplimientos de las empresas contratistas el embalse no cuenta con túneles de descarga de fondo y que el túnel que las reemplazaría, el cual se empezó a construir sin licencia ambiental, y que terminó generando toda la crisis de 2018, tampoco funciona.
Meses atrás la contraloría dictaminó que recuperar la inversión del proyecto tras la emergencia de 2018 tomaría 114 años. Sin embargo, en 2012 EPM nos dijo que la vida útil del proyecto se estimaba de 50 años y ahora la procuraduría emplazó al director de la Unidad Nacional del Riesgo a mostrar pruebas en 24 horas de sus declaraciones donde manifestó que el proyecto podría colapsar con las vibraciones de la generación.
No obstante, la procuraduría no emplazó a la empresa a constructora a que haga públicos los estudios sobre el macizo rocoso que demuestren lo contrario. La carga de la prueba debe estar en el victimario y no las víctimas. También podría emplazar a la empresa a demostrar porqué se escogió ese sitio a sabiendas que era el lugar más inestable en términos geológicos.
La generación de electricidad es un hito, pero el mayor de los hitos será cuando se atienda la violación sistemática de derechos humanos que conlleva la imposición de los negocios y cuando la lógica de los negocios no sea la que se priorice en la toma de decisiones, allí estaremos transitando hacia lo justo de la transición.