Ante el aumento de amenazas, reclutamientos y desapariciones forzadas en 2025, organizaciones de mujeres y personas LGBTIQ del norte del Cauca enviaron una carta a los grupos armados para solicitar un acuerdo humanitario y atacar la fábrica de víctimas. Hacen un llamado al Gobierno nacional para dialogar con ese enfoque.
Por: Enrique Gamboa
Desde hace un mes, las mujeres y personas LGBTIQ del norte del Cauca han reportado un incremento de hostigamientos, reclutamiento forzado y desapariciones forzadas, en el contexto de las confrontaciones entre los grupos armados que operan en la región, lo que las tiene viviendo en medio de la zozobra. Por esa razón, las organizaciones Conspirando Paz y la Ruta Pacífica de las Mujeres enviaron una carta al ELN, al Estado Mayor Central (EMC), a las disidencias de las Farc y al Gobierno Nacional, en la que proponen llegar a un acuerdo humanitario mediante un diálogo abierto con participación de la comunidad civil.
La propuesta central de la carta, con fecha del 4 de julio pasado, es abrir diálogos humanitarios en torno a cuatro ejes: formular propuestas concretas para desescalar la confrontación armada; tomar medidas para enfrentar la crisis humanitaria; reactivar los diálogos entre el Estado y los grupos armados, y avanzar en un diálogo regional que aborde las causas estructurales del conflicto en el Cauca.
Más de 30 organizaciones de mujeres y personas LGBTIQ, articuladas en estas dos plataformas de derechos humanos, plantean como primer paso que cada grupo armado reciba, en el corto plazo, a una de sus comisiones para iniciar una etapa de interlocución. “Lo que sería valorado por nosotras como un gesto de voluntad de paz”, señala la carta.
De acuerdo con el documento, las organizaciones ofrecen su gestión y capacidades para avanzar en acciones que lleven a la reducción de enfrentamientos y sus impactos negativos. “Nos parece que eso puede hacerse de inmediato por todos los actores armados y estamos convencidas de que esos compromisos humanitarios no implicarán riesgos de ningún tipo en la seguridad de ustedes”, se lee.
Otro punto que destaca la carta es la actual suspensión de las negociaciones de paz entre el Estado y los grupos armados. Para las organizaciones, este contexto abre una oportunidad para buscar alternativas “creativas” que permitan una interlocución directa con los actores de la guerra en el Cauca. “Queremos compartir con ustedes algunas propuestas para crear el clima político favorable a estos diálogos y buscar soluciones al conflicto social, político, económico y ambiental en el departamento”, indican.
El texto concluye con un llamado a construir alternativas de paz que fortalezcan la capacidad de autogobierno de las comunidades y su participación en procesos de transformación social. “En el caso del Cauca es obvio que, sin una solución seria y realista sobre las problemáticas asociadas a las economías de la coca, la marihuana y la minería, poco podremos avanzar”.
La Revista RAYA habló con Clara Ávila, integrante de Conspirando Paz, para conocer más detalles sobre la iniciativa. Aclaró que no son las únicas que impulsan los diálogos humanitarios, sino que se trata de un esfuerzo colectivo de diversas organizaciones del Cauca que buscan una salida al conflicto. “Somos conscientes de que no vamos a resolver los problemas estructurales históricos del Cauca, pero si esto puede ayudar a salvaguardar la vida de los jóvenes y proteger a nuestras compañeras que están amenazadas, vamos a trabajar por construir los diálogos humanitarios”.
La vocera también advirtió que las mujeres y personas LGBTIQ siguen siendo amenazadas e intimidadas por diferentes grupos armados para que se vinculen a sus estructuras. “Tenemos situaciones de reclutamiento de personas LGBTIQ atravesadas por discriminación y violencia. En otras dinámicas, hijos e hijas de mujeres líderes están desaparecidos. Son temas que nos preocupan y que deben abordarse en los diálogos humanitarios”.
Seis días después del envío de las cartas, algunas de las organizaciones recibieron respuestas positivas de actores armados, aunque no se ha revelado cuáles por motivos de confidencialidad. “Las respuestas que hemos tenido son positivas en términos de disposición al diálogo. Esto no es simplemente por la comunicación enviada, sino que ya varios actores han manifestado públicamente su voluntad de dialogar. El mismo Gobierno Nacional también expresó su disposición para avanzar en escenarios de diálogo”, dijo Ávila.
El pasado 10 de julio, en el salón de eventos Casablanca de Santander de Quilichao, se realizó el foro Democracia a la Plaza, organizado por Conspirando Paz y la Ruta Pacífica de las Mujeres. El evento buscó visibilizar las acciones humanitarias que vienen impulsando las organizaciones. “Con las cartas las mujeres han dado un paso político valiente y determinante. No están esperando a que la paz llegue desde arriba: la están forjando desde los territorios, con su voz, su cuerpo y su organización”, fue una de las conclusiones del foro, que contó con la participación de representantes de la Gobernación del Cauca, alcaldías municipales, entidades nacionales y organizaciones internacionales.
Una de las entidades presentes fue la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), cuya directora, Alejandra Miller, expresó su respaldo a la iniciativa. “Es muy importante rodear esta propuesta para proteger a las mujeres y para que los actores armados sepan que están hablando con interlocutoras políticas válidas. Que las mujeres nuevamente levanten la bandera de la paz es muy importante. Esperamos que esta iniciativa le dé oxígeno a la paz en el Cauca y que las negociaciones y los diálogos sean la única salida que le quede a este país para construir la paz”.
Al cierre del evento, entidades y organizaciones firmaron un documento de compromisos para apoyar el desescalamiento urgente del conflicto en el Cauca e impulsar acciones humanitarias. Entre los compromisos, insistieron al Gobierno Nacional en la necesidad de respaldar decididamente este proceso, garantizar la protección de mujeres y personas LGBTIQ+ involucradas, y brindar el apoyo logístico necesario para que los diálogos se desarrollen sin contratiempos.
Para las organizaciones impulsoras, la esencia de los acuerdos firmados no debe quedarse en el papel, sino constituirse en un compromiso ético con la paz. Las cartas enviadas también son un llamado a reconocer que la paz no puede construirse sin escuchar a estas voces ni sin transformar las condiciones estructurales que han perpetuado la violencia en su contra.