El penalista Ricardo Giraldo interpuso múltiples acciones legales contra la Revista RAYA luego de las investigaciones que revelaron cómo se materializa a sangre y fuego la expansión del Clan del Golfo. RAYA publica la última amenaza que este grupo narcoparamilitar hizo contra el periodista Walter Álvarez en el sur de Córdoba, días después de que esta revista retomara información publicada por él.
Redacción Revista RAYA
A través de una denuncia penal, una acción de tutela, señalamientos y estigmatización en redes sociales y una solicitud formal de rectificación, el representante jurídico del Clan del Golfo pretende silenciar a la revista RAYA, lo que en opinión de este equipo editorial constituye un evidente caso de acoso judicial. Paralelamente, el Clan del Golfo publicó en sus redes sociales un mensaje intimidante el pasado 13 de junio, en el que señaló que la revista RAYA era un medio informativo del ELN. Este fue luego borrado por quienes administran las redes sociales de este grupo criminal.
A través de la cuenta de X que difunde los comunicados del Clan del Golfo se hizo una publicación amenazante contra RAYA, publicación que luego fue borrada
El 26 de agosto, un nuevo mensaje intimidante circuló por las redes sociales y canales oficiales del Clan del Golfo. Este mensaje, además de amenazar al periodismo independiente, busca atacar las finanzas de la Revista RAYA. En su publicación, el Clan del Golfo intenta desacreditar el trabajo de nuestro medio de comunicación, afirmando falsamente que la revista ha sido patrocinada por ellos, lo cual es completamente falso.
La realidad es que RAYA ha estado enfocada en investigar y denunciar el rearme paramilitar y las actividades del Clan del Golfo, lo que ha generado molestia en la organización criminal. Los recientes reportajes de RAYA han revelado la expansión del Clan del Golfo y su intento de obtener reconocimiento político, lo que ha llevado a nuevas amenazas y a un acoso judicial dirigido a silenciar a la revista, incluso con una denuncia penal.
La denuncia fue instaurada el 20 de junio en la Fiscalía de Medellín por el abogado Ricardo Andrés Giraldo y con ella pretende que se judicialice a la Revista RAYA por investigaciones publicadas sobre dicha organización criminal. Ricardo Giraldo es el penalista oriundo de Rionegro (Antioquia) que actúa como representante del Clan del Golfo para un eventual acercamiento de paz con el Gobierno Nacional. También ha sido abogado del hoy gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón.
En el último año, la Revista RAYA ha publicado ocho reportajes e investigaciones sobre el Clan del Golfo que revelaron hechos como que durante el gobierno de Iván Duque se desviaron medio millón de municiones de la Policía hacia la organización criminal, o que alias “Simón Fantasma”, uno de los testigos falsos que ha declarado en procesos judiciales del expresidente Álvaro Uribe Vélez, es el mismo que ahora comanda la ofensiva del Clan por el oriente antioqueño.
Lea la investigación: Testigo falso de Uribe comanda expansión del Clan del Golfo en Antioquia
Aunque Giraldo ha actuado como interlocutor en asuntos relacionados con el Clan del Golfo y ha sido presentado en medios como el “vocero público” de ese grupo, él mismo ha negado pertenecer a la organización criminal,
El abogado Giraldo ha manifestado varias veces que él no es integrante del Clan del Golfo, no obstante, no ha desmentido las revelaciones de la Revista RAYA sobre la expansión criminal del grupo.
La acción de Giraldo se originó después de que RAYA publicara un reportaje donde se detalló el plan que tiene el Clan del Golfo para copar varias regiones del país mientras la organización busca que se le reconozca un estatus político para negociar con el gobierno de Gustavo Petro.
En su denuncia ante la Fiscalía, Giraldo no desmintió que exista ese plan de expansión del Clan del Golfo. Él mismo ha comentado dicho crecimiento del grupo ilegal en entrevistas con otros medios de comunicación. Tampoco negó que esa organización tenga entre sus propósitos presentarse como un actor político. En intervenciones públicas y en columnas de opinión que llevan su firma, Giraldo ha sostenido que el Clan del Golfo es “un actor político reconocido por la comunidad”.
Ricardo Giraldo ha compartido en sus redes sociales comunicados amenazantes del Clan del Golfo contra comunidades y organizaciones campesinas. Hay que aclarar que esto no lo convierte per sé en cómplice de dichas amenazas, ni mucho menos en miembro activo de esa organización narcoparamilitar.
Paralelamente a su denuncia penal, Giraldo interpuso una acción de tutela invocando el derecho al buen nombre. Esta tutela fue inicialmente asignada al juzgado 3 civil municipal de Medellín, en cabeza de la jueza María del Pilar Grijalba, quien manifestó que no era competente para fallar puesto que los casos relacionados con la prensa deben tratarse por jueces del circuito, por ello la tutela fue reasignada al juzgado 17 civil del circuito de Medellín, despacho que preside el juez Hernán Alonso Arango.
El juez del circuito falló a favor de Giraldo, ordenando a la revista modificar una de las publicaciones para aclarar que Giraldo no es el “representante público” sino el “representante jurídico” del Clan del Golfo.
Aunque la revista acató la decisión, interpuso un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Medellín al considerar que la obligación de modificar no está respaldada, pues obliga a informar algo que no está acreditado ni fue probado por el mismo abogado Giraldo.
Ricardo Giraldo no allegó ninguna prueba de que él sea estrictamente un representante jurídico, ni adjuntó el poder conferido por los jefes de ese grupo criminal. Tampoco incluyó el documento de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz que lo acredita y autoriza para entablar acercamientos entre el Clan del Golfo y el Gobierno Nacional. Este es el único documento que permitiría determinar cuáles son sus reales alcances cuando habla en público a nombre de la organización criminal.
Es por ello que portales como La Silla Vacía y el noticiero H13N lo llamaron “vocero público” de la organización, mientras que medios como la DW o el diario El Tiempo se refieren a él como el “representante” de la organización.
Además, el juez consideró que referirse a Ricardo Giraldo como “representante público” del Clan del Golfo podría generar “confusión que desprevenidamente puede llevar al lector [...] a otorgar una calidad diferente” al abogado. De acuerdo con los estándares jurídicos aquello constituye una censura previa inaceptable en el ejercicio periodístico, puesto que como medios de comunicación somos responsables por lo que publicamos, no por las interpretaciones que los lectores hagan de la información.
Finalmente, el doctor Giraldo reconoció en una intervención pública en Puerto Venecia, corregimiento de Achí, sur de Bolívar, que sus alocuciones en medios de comunicación eran molestas para el Gobierno, pues violan el principio de confidencialidad que se supone debían tener los acercamientos con ese grupo criminal.
“Desde que asumí la representación de ellos para el llamado que hizo el presidente Petro de hacer la paz con todos los actores del conflicto armado, lo hemos venido haciendo de una manera digna, transparente y pública, tanto así que al Gobierno Petro no le ha gustado en lo absoluto que esta persona que hoy les está hablando a ustedes salga en medios de comunicación o en foros o eventos a decir que las cosas no están bien cuando el Gobierno quiere que se diga que todo está bien, que todos están sentados a la mesa y eso es mentira, acá no podemos engañar a nadie”, aseguró Giraldo en un evento donde algunos campesinos contaron a RAYA que fueron llevados por medio de engaños.
RAYA revela el video de esa intervención del abogado Giraldo en Puerto Venecia, que tuvo lugar el 16 de marzo pasado.
Las presiones y el acoso judicial del abogado del Clan de Golfo contra nuestra revista fueron comunicadas de manera oportuna a las organizaciones que defienden el derecho a la información: la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) y Reporteros Sin Fronteras.
Otros medios y periodistas amenazados por informar sobre el Clan del Golfo
A la par que el Clan del Golfo busca un espacio socio jurídico para entablar diálogos con el Gobierno Nacional, ha continuado con su práctica de agresiones, asesinatos y amenazas a quienes se oponen o denuncian su expansión criminal.
Con autorización de Walter Álvarez, RAYA hace pública la amenaza con la que el Clan del Golfo obligó al periodista a abandonar el municipio de Montelíbano, en Córdoba
El 18 de agosto el Clan del Golfo amenazó al periodista Walter Álvarez Berbel, periodista del medio local Reportero Digital del San Jorge. Personas no identificadas dejaron un panfleto bajo la puerta de su casa en Montelibano, en el que lo conminaba a abandonar el municipio, como en efecto el reportero hizo hace unas semanas. El mensaje decía:
“No te queremos en Montelíbano, sabemos todos los movimientos tuyos y de tu familia, No te queremos y plomo es que te vamos a dar por estar metiéndote en lo que no te interesa”. Además, en el mensaje le recriminan su trayectoria en la Asociación de Campesinos del Sur de Córdoba (ACSUCOR), organización que ha sufrido múltiples amenazas y agresiones de ese grupo criminal.
“Por estar dañándole la imagen a los alcaldes y políticos de la región [...] Los periodistas entienden es a plomo y plomo te vamos a dar”, concluye la amenaza.
El medio digital para el que trabaja Walter Álvarez había revelado en julio los videos donde se aprecia a alias “Nacho” o “Eugenio”, miembro reconocido del Clan del Golfo, inaugurando puestos de salud y ambulancias en las veredas remotas de Tierralta, Córdoba.
El portal Reportero Digital del San Jorge había publicado antes un reportaje donde aseguró que el plan del Clan del Golfo para cooptar organizaciones sociales y exigir un reconocimiento político no sólo se llevaba a cabo en el sur de Bolívar, sino que también estaba en marcha en Córdoba.
Organigrama de la Policía que demuestra que alias “Nacho” pertenece a la cúpula del Clan del Golfo en Córdoba.
La Revista RAYA profundizó en esta información y demostró con documentos de inteligencia junto a testimonios de pobladores del sur de Córdoba que alias “Nacho” o “Eugenio” es Elkin Bello Ramírez, un viejo paramilitar desmovilizado que integró el primer núcleo de fundadores de Los Urabeños, la banda narcoparamilitar que hoy se conoce como Clan del Golfo. “Nacho” es un alto mando en la organización subordinado a uno de sus máximos jefes: José Gonzalo Sánchez alias “Gonzalito” o “Willington”, y ha sido el encargado de promocionar a ese grupo con obras sociales y prebendas que se entregan a comunidades puntuales.
Lea la investigación: Inaugurar obras, avanza el plan del Clan del Golfo para expandirse por Córdoba
Las amenazas contra Álvarez ocurren en un contexto de ataques a la prensa en el sur de Córdoba, que se materializaron con el asesinato del periodista Rafael Emiro Moreno en octubre de 2022, tras denunciar la corrupción de autoridades locales y departamentales. Ese mismo año la Fundación para la Libertad de Prensa informó que 15 medios comunitarios del Bajo Cauca y el sur de Córdoba habían salido del aire por presiones del grupo criminal.
Las agresiones del Clan del Golfo contra la prensa son sistemáticas. Este año ha amenazado a reporteros y reporteras en distintos puntos del territorio nacional. El 24 de enero fue asesinado el periodista Mardonio Mejía Mendoza en San Pedro, Sucre. Mejía era director de Sonora Estéreo, una emisora comunitaria en su municipio con una trayectoria de décadas denunciando la corrupción y las presiones de criminales en la zona. De acuerdo con un informe de La Liga Contra el Silencio, la región está bajo control de estructuras criminales ligadas al Clan del Golfo que, presumiblemente, serían responsables de su asesinato.
En febrero la Fundación para la Libertad de Prensa expresó su preocupación por las nuevas amenazas contra la periodista Jhanuarya Gómez en Segovia, Antioquia, quien ya había sido blanco de ese grupo criminal en el 2018. Las agresiones no se detuvieron y Gómez tuvo que ser evacuada del municipio por el Ejército Nacional hace pocas semanas.
El 12 de mayo se conoció que el reportero Edward Álvarez, jefe de redacción del periódico La Chiva de Urabá, en Apartadó, Antioquia, se había visto obligado a abandonar su región debido a presiones y amenazas del Clan del Golfo, que es hegemónico en la zona. Las amenazas se originaron por las publicaciones del medio sobre extorsiones que un miembro de ese grupo criminal estaría haciendo a personas desde un centro de reclusión en una base militar de la región.
En julio el periodista independiente Ricardo Eugenio Ruidiaz fue víctima de un atentado en su contra, que atribuyó a sus denuncias sobre posibles vínculos corruptos entre funcionarios de la Unidad Nacional de Protección y el Clan del Golfo.
Ese mismo mes el diario El Pilón de Valledupar informó sobre otro atentado contra el periodista José Luis Palacios en La Guajira. Palacios quedó herido y según este medio de comunicación, detrás del crimen habría miembros del Clan del Golfo incómodos por las denuncias de corrupción relacionadas con algunos oficiales al interior de la Policía local, que trabajarían de la mano con dicha organización criminal.