Por: José Manuel Erazo
No cabe civilización alguna sin estabilidad social. Y no hay estabilidad social sin estabilidad individual.
Aldous Huxley – Un mundo feliz.
El panorama político del país presenta sobre la mesa un debate necesario sobre la reforma laboral propuesta por el actual gobierno. Esta discusión giro en torno a múltiples inconvenientes y tropiezos, ¿Qué podemos analizar sobre la reforma laboral?
Una de las discusiones más álgidas en el contexto actual del país gira en torno a la reforma laboral y su posterior implementación. El fracaso, primeramente, en el Senado hizo cuestionar el futuro del proyecto de gobierno de Gustavo Petro. Ante el bloqueo legislativo, se presentó sobre la mesa la opción de una consulta popular, la cual también fue rechazada. Por lo tanto, en última instancia, el mandatario firmó por decreto la realización de la consulta popular. Esta herramienta emergió como posible vía para reencauzar esta iniciativa, lo que generó un análisis no solo sobre el contenido técnico de la reforma, sino también sobre la polarización que despierta entre detractores y partidarios del gobierno vigente.
Los momentos por los que atravesó la propuesta de reforma tuvieron su culminación este 17 de junio del presente año, vía consenso en el Senado, donde se dio a conocer por medio de redes sociales de Senadores y medios digitales la aprobación de distintos artículos que componen esta reforma, algunos de suma importancia y de carácter innegociable para el gobierno actual.
El rechazo, en su momento, de la reforma propuesta plantea un interrogante, ¿El hundimiento de la reforma se debió a una cuestión de contenido o simplemente a un pulso ideológico contra el gobierno actual? Este debate, más allá de la reforma en sí, expone una fractura política que trasciende el plano técnico o legislativo. La creciente desconexión entre las urgencias ciudadanas y una clase dirigente que opera bajo lógicas de suma cero, donde toda derrota del adversario se celebra como victoria propia, incluso a costa del interés general, conlleva a que tengamos un país paralizado, tanto en lo legislativo como en la percepción ciudadana, donde las propuestas de consenso nacional y de beneficio colectivo naufragan sin paradero hasta perderse en la incertidumbre.
¿Qué atravesó la reforma?
En su momento, el mandatario Gustavo Petro, expidió un decreto para impulsar con mayor agilidad la realización de la consulta popular, el cual fue enviado a la Registraduría que, bajo sus competencias, debía brindar una decisión temprana sobre si acoge esta solicitud. Ante esto, el registrador, Hernán Penagos, fue oportuno con su respuesta, donde expresó la imposibilidad de acoger este decreto por temas logísticos y de tiempo para brindar una consulta transparente. Argumentó la necesidad de un mínimo de tres meses para garantizar la integridad de este proceso
Es necesario mencionar que, el mismo decreto enfrento demandas que buscaban detenerlo. Asimismo, distintas organizaciones expresaron que la medida no es la correcta y argumentan que el presidente debe agotar sus herramientas institucionales; estas manifiestan que las irregularidades, existentes o no, en el Senado debían ser evaluadas por un juez o, en su defecto, reconsiderarse una nueva votación.
Paralelamente, mientras este proceso se llevaba a cabo, se presentaron discusiones en Senado frente al contenido de la reforma y sus artículos, algunos senadores dieron a conocer a la opinión pública los consensos a los que se había llegado a la espera de un comunicado oficial que dé a conocer el rumbo de este debate y la finalización de este.
El ultimo momento de esta reforma tuvo lugar el día 25 de junio desde la Quinta de Bolívar en Bogotá donde el mandatario actual acompañado por algunos miembros de su gabinete sancionaron públicamente la Reforma Laboral con 70 artículos que buscaran un beneficio para los y las trabajadoras.
¿Qué reacciones tuvieron los sectores empresariales?
Lo que podemos concluir de este capitulo en la política colombiana es que, los argumentos expuestos entre los sectores enfrentados llegan a un punto en común y es que ambos coinciden en que se debe buscar una transformación real en el sector laboral, sin embargo, su principal distanciamiento radica en los intereses políticos y en las formas en las que se busca su implementación, pero ¿Qué está o estaba en juego con la reforma?
En esencia, la reforma laboral propuesta busca mejorar las condiciones de los trabajadores mediante cuatro cambios fundamentales. Primero, reduce la jornada laboral, promoviendo un mejor equilibrio entre vida personal y profesional. Segundo, incrementa el valor de las horas extras, garantizando una compensación más justa por el tiempo adicional trabajado. Tercero, reconoce el esfuerzo del trabajo nocturno mediante un aumento salarial proporcional. Por último, y quizás más significativo, fomenta la estabilidad laboral al privilegiar los contratos indefinidos sobre los temporales, con el objetivo claro de combatir la precariedad que actualmente afecta al mercado de trabajo.
Esta propuesta de reforma tiene una gran apuesta hacia la dignidad laboral, su direccionamiento estará guiado por la forma en que sea implementada y el equilibrio que pueda alcanzar con los sectores empresariales llegando al consenso entre la protección del empleado y la productividad. Sin embargo, estamos a la expectativa de cual puede ser la reacción de las empresas al momento de implementar estos puntos de la reforma, del mismo modo, que efectos, positivos o negativos, pueda traer consigo este tema.
Dicha discusión saco a la luz un problema sistémico que, radica en la dificultad de conciliar entre parte enfrentadas, problema histórico en el país. Mientras el gobierno insiste en su "Pacto Social" y la oposición defiende las reglas institucionales. El verdadero perjudicado es el trabajador común, atrapado en una pugna donde las soluciones y su situación laboral parecen siempre postergadas. La conclusión más urgente es evidente, debe existir un diálogo real y voluntad de consenso para que Colombia no siga repitiendo este ciclo de confrontación, donde las reformas, queda a libre interpretación si son necesarias o no, terminan hundidas no por su contenido, sino por el peso de la división política.
La coyuntura y la discusión que gira actualmente suscito cientos de preguntas para los grupos empresariales e instituciones públicas y privadas, con la necesidad de ser atendidas con urgencia, desde la pedagogía y la difusión clara de la reforma, para no llegar a afectar al empleador y al empleado.
Por último, es necesario reconocer la opinión pública frente a esta puja de intereses que se gesta actualmente, es menester hacer un llamado al diálogo y al consenso para alcanzar un fin colectivo, recordando que quienes representan al país en este momento tienen detrás una base social que los legitima, además, es de suma importancia estar al tanto de las acciones que se tomen posteriormente a la aprobación de la reforma en el Senado, desde los tiempos que se deban tomar para su implementación y los efectos que esta discusión genere a corto o largo plazo.