Por: Óscar Montero
Santa Marta, el nombre impuesto a la ciudad que por siglos ha sido territorio ancestral de los pueblos indígenas Kogui, Wiwa, Iku (Arhuaco), Ette Enaka y Taganga principalmente, conmemoró el 12 de febrero de 2025, 500 años de existencia como “ciudad”.
Es de recordar y traer a la memoria, que este territorio ya era habitado desde tiempos inmemoriales por pueblos originarios que allí construyeron una imponente ciudad de terrazas, caminos y piedras conocida en el mundo como “Tayrona”, pero que es realmente Teyuna, un sitio sagrado para los 4 pueblos indígenas de la Sierra Nevada: Kogui, Kankuamo, Wiwa e Iku, una ciudad ancestral hoy visitada por miles de turistas de todo el mundo, un sitio actualmente confinado por las figuras jurídicas territoriales de Parque Natural Sierra Nevada de Santa Marta y el Parque Nacional Tayrona, hoy ya en diálogo para sus manejos de manera conjunta con el Consejo Territorial de Cabildos Indígenas de la Sierra Nevada - CTC, sus verdaderos guardianes.
Territorio Ancestral del Pueblo Indígena de Taganga. Taganta, 2023 foto: Óscar Montero
Santa Marta, es una ciudad que se lee y se piensa solo como lo urbano y no rural, con nombre femenino y desde lo religioso católico, en honor a su patrona en Sevilla, España, fue la capital del gran Magdalena (hoy sigue siendo la capital de ese departamento), de lo que se conoce como la triada de los departamentos del César, Guajira y Magdalena, un territorio de montañas, desierto, ciénagas y con orgullo lo que se ha denominado la bahía más linda de América.
Lo anterior, es una parte de la historia poco contada y reconocida, porque el relato se ha ensañado a seguir privilegiando la historia colonial, en vez de la memoria viva de los pueblos y el territorio sagrado en el que hoy se erige la ciudad de los samarios, un lugar único en el mundo donde sin conocer quizás sus ciudadanos, se sigue pagando en las partes bajas y altas para que desde esta ciudad del origen se mantenga el equilibrio y la armonía del mundo, allí en Gaira, en Taganga, en Mamatoco, Bonga, Salguero, Minka y en cada espacio sagrado de la Línea Negra. Esa reconocida en el decreto 1500 de 2018, pero también demandado ante el Consejo de Estado por los “criollos” que no aceptan llevar quizás, sangre en sus venas de los hijos de Serankua, de Yao, de la tierra, de la sierra, del desierto y el mar, porque se privilegia el dinero en vez de naturaleza.
Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, Santa Marta, 2025. foto: Óscar Montero
Santa Marta no fue “conquistada o descubierta”, en estas tierras ya desde antes del amanecer estaban la gente de fuego y de piedra viviendo en ella, Rodrigo de Bastidas NO fundó a Santa Marta, esta tierra fértil y cálida ya existía y era habitada desde tiempos inmemoriales por los que los libros de historia denominaron los Tayronas.
No es celebrar, es conmemorar y el llamado es a poner en diálogo a todos y todas de la verdadera historia de la ciudad, que sea esta la oportunidad para resaltar la historia no contada de Santa Marta, que se conmemoren aquí a los verdaderos dueños de este territorio, que los rostros y rastros indígenas no sean solo el marketing cultural de los afiches para resaltar en el papel la presencia indígena de la ciudad del origen. No estamos diciendo que no esté Bastidas, pero lo que si no podemos permitir es que los actuales gobernantes, vanaglorien una identidad colonial heredada que busca negar su verdadera historia, solo por creernos más “blancos que indígenas”. Debe estar, queramos o no, hace parte de la historia de la ciudad.
[@SantaMartaDTCH]. (20 de diciembre de 2024). Hoy les presentamos con orgullo la marca de ciudad de los 500 años: Santa Marta, #LaCiudadDelOrigen está en el corazón del mundo. 🌎 Los invitamos a ser embajadores de este legado, a apropiarse de esta identidad que refleja nuestra historia y cultura.
X: https://x.com/santamartadtch/status/1870241020073353322?s=46
Colocar en esta foto a Bastidas delante de los rostros del Pueblo Kogui e Iku (Arhuaco) es una clara demostración de cómo sigue la idea colonizadora en la ciudad, donde la posición del dominador delante de los pueblos le da un “estatus” de superioridad, de aún de “conquista”; quizás el pensamiento allí es el que refleja la leyenda del mensaje en la red social X de la Alcaldía de la ciudad “de este legado, claramente y de acuerdo a la imagen, el español” y si bien somos producto de todos estos “cruces”, que el legado que reivindiquemos sea una identidad que no niegue sus orígenes. Pero aquí es necesario además plantear, que el mensaje no puede seguir siendo la idea de que la fundación o los aportes a la construcción de la ciudad de Santa Marta, haya sido solo la de los 3 hombres en la imagen que niega la presencia y aporte de la mujer indígena, negra, campesina y urbana en la construcción sociopolítica y cultural de la ciudad de Santa Marta que también es Mujer.
500 años de re-existencia de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Gonawindúa y no de Santa Marta, deben ser suficientes para reconocer públicamente los aportes a la construcción del tejido social de la ciudad que han hecho los pueblos indígenas. Resistencia que ha sorteado la discriminación, el racimo, la pobreza, el despojo y el genocidio físico y cultural de nuestra gente. Hoy es necesario insistir en la construcción de una política para una Bio-Ciudad diversa en todo su esplendor, no es posible que una ciudad en 500 años no tenga un sistema de agua potable para su gente y que realmente no contrarreste la “conquista” que aún continúa, ya no de los españoles, sino de los que siguen imponiendo orden al mejor estilo de tiempos pasados.
Que está tierra única en donde está el corazón del mundo, en donde nació el realismo mágico de Gabriel García Márquez, en donde bajan los ríos más limpios de los picos nevados de la Sierra, al son de la música vallenata de provincia cargada de letras costumbristas y macondianas, sea tierra de todos: indígenas, afros, campesinos, pescadores de río, ciénaga y mar, de cumbiamberos, bullerengues y gaitas, una tierra que permita seguir siendo la tierra hermosa donde se honra al mar en la gran Fiesta del Mar en abril.
Que esta tierra, ciudad y territorio del origen, sea un tejido abierto de interculturalidad construido a varias manos, hilos, colores y pensamientos, para ser la ciudad de la armonía y el equilibrio, la ciudad de la guacherna al son de una vela frente al mar Caribe, bajo la luna llena de la ciénaga y la brisa fría de la sierra.