Por: Dumar A. Jaramillo-Hernández.
Profesor Universidad de los Llanos MVZ. Esp. MSc. PhD
China, en 1958 con el proyecto “Las cuatro plagas”, instó desde el gobierno a toda su población a exterminar mosquitos, moscas, roedores y al gorrión molinero. Según ellos, esta ave consumía desde sus almacenes de grano cerca de 4.5 Kg del producto recolectado, siendo la causal de importantes mermas poscosecha. Aun cuando científicos de la época mostraban que los gorriones comen más insectos que granos de bodegas de alimentos, la tarea de exterminio de estas aves continuó. El resultado fue la plaga de insectos, particularmente langostas, que acabaron con cultivos de alimentos y la consolidación de la “Gran hambruna china”, la cual durante el periodo comprendido entre 1959 y 1961, generó aproximadamente 40 millones de personas muertas.
Este es un ejemplo clásico de egocentrismo y antropocentrismo que rige la toma de decisiones en múltiples gobiernos históricos y actuales. Esta tendencia se mantiene aun cuando desde 1979, Urie Bronfenbrenner nos proporciona las bases de la “Teoría de los Sistemas Ecológicos”, la cual nos permite entender los grados altísimos de interconexión inextricable entre todo lo existente, relacionamiento que afecta el desarrollo del ser, entendiéndose este como el simbionte que somos con la naturaleza que habitamos.
El entorno natural nos brinda una riqueza incomparable de vida, pero lamentablemente, nuestra especie ha sido responsable de alterar ese equilibrio de manera devastadora. Es importante entender que “Todas las vidas importan”, que desde el Antropoceno (nueva época geológica caracterizada por los desastres naturales ocasionados por los humanos, ejemplo: microplásticos en la cadena trófica), es decir desde 1950, lo cambios abruptos de nuestra naturaleza son irreversibles, por ello aun cuando desde el 2001 el gorrión molinero alcanzó el estatus de ave protegida en China, todavía no se recupera del proceso de exterminio.
Las aves no solo son controladoras naturales de poblaciones de insectos y otros animales, también cumplen un papel vital en el ecosistema, dado que son las encargadas de realizar, en ciertas condiciones medioambientales, en particular en el trópico, la polinización (acto conocido como ornitofilia), la distribución de semillas, limpieza de cadáveres, y fertilizan arrecifes de coral y la tierra con sus excrementos. Es decir, las aves están implícitas en la resiliencia de los bosques, los cultivos que proveen alimentos y el mantenimiento ecosistémico per se. El impacto negativo sobre estas, acarrea repercusiones en todos los eslabones de la naturaleza, aunque actualmente hay aproximadamente 10,000 especies vivas de aves, más de 1,480 están en riesgo de extinción y 223 en peligro crítico.
Posterior a esta introducción, ingresaremos a desglosar el por qué ha sido subestimado el impacto negativo sobre poblaciones de aves en el mundo. Resulta que la extinción de especies de aves impulsada por la actividad humana es el doble de lo que se pensaba anteriormente. El equipo de investigadores liderados por Rob Cooke del Centro de Ecología e Hidrología del Reino Unido revela un sombrío panorama: aproximadamente el 12% de las especies de aves del mundo han desaparecido (algo así como 1,430 especies de aves) como resultado directo de la actividad humana en los últimos 120,000 años, es decir, desde el Pleistoceno tardío.
Esta cifra incluye aquellas aves que se extinguieron sin que el evento fuera registrado, alrededor de 640 especies, acción conocida como "extinción oscura", situación que nos da una idea más clara de la magnitud del problema, dado que se han presentado históricamente la desaparición de innumerables especies de aves (y otros tantos animales) sin siquiera ser conscientes de ello. Los huesos de las aves necesitan de múltiples condiciones especies para ser fósiles, así que muchas aves que seguro se extinguieron jamás serán registradas.
El equipo de investigadores es conservador con arrojar esta cifra de extinción de aves, dado que fácilmente puede ascender hasta 2,000 especies que no existen en este momento en el mundo, siendo así el impacto sobre salud de los ecosistemas globales aún mayor. Sin lugar a dudas las causas más importantes de esta enorme pérdida de biodiversidad, asociada a extinción de aves, son la deforestación, la caza excesiva, los incendios forestales, las especies invasoras (muchos de ellos son animales domésticos, como el gato). Se estima que en los próximos 100 años el mundo está en riesgo de perder otras 669 a 738 especies de aves, especialmente por la crisis de cambio climático, la disminución en la fuente de alimentos para ellas y la deforestación.
Y es que solo en el siglo XIV, en el Pacífico Oriental, superamos 100 veces la tasa de extinción natural de vertebrados, actos impulsados por los asentamientos humanos que vienen acompañados de deforestación e introducción de especies invasoras (tanto de plantas como de animales). Todas estas extinciones poseen impacto en la comprensión de la riqueza de especies aviares, la diversidad ecológica y la historia evolutiva.
Dado este panorama, si no tomamos medidas serias y rápidas para abordar las causas fundamentales de estas extinciones, podríamos enfrentarnos a la pérdida irreversible de la biodiversidad y al colapso de los ecosistemas en todo el mundo. Especialmente en países megadiversos, paradójicamente los más frágiles en políticas de preservación ecosistémica. Colombia es la nación con el mayor número de especies de aves con respecto a su superficie. Según estimaciones recientes, el país cuenta con 1,966 diferentes tipos de aves, de las cuales, al menos 84 sólo se encuentran dentro de su territorio y 131 están bajo alguna categoría de amenaza.
Por último, quisiera exponer un poco alrededor del papel del gato en la crisis de extinción de aves. Desde su domesticación hace 9,000 años, los gatos han demostrado ser depredadores altamente efectivos, cosmopolitas (menos en la Antártida), consumiendo más de 2,000 especies en todo el mundo, incluyendo cientos que están en peligro de extinción. Las características de estos felinos domésticos le han permitido migrar, ocupar y establecerse con facilidad a múltiples ambientes naturales, siendo así "una de las especies invasoras más problemáticas del mundo" según grupo de investigadores liderados por Christopher Lepczyk, de la Universidad de Auburn (Estados Unidos), quienes recientemente publicaron los hábitos depredadores de estos animales.
Por supuesto, lo expuesto a continuación sobre gatos hace referencia a los gatos de personas con cero responsabilidades ecosistémicas que deja salir a sus felinos de la casa. Los tenederos responsables de gatos, los cuales restringen la vida del gato al ambiente del hogar, nada tienen que ver con estas cifras devastadoras sobre el ambiente. Es importante entender que los gatos son depredadores voraces que consumen lo que está disponible en su entorno, lo que plantea una seria amenaza para la biodiversidad.
El menú de los gatos es variado e incluye aves, mamíferos, insectos y reptiles, con un 17% de estas especies consideradas de conservación. Sorprendentemente, los gatos consumen un total de 981 especies de aves, 463 reptiles y 431 mamíferos, lo que representa aproximadamente el 90% de las especies consumidas. También se ha encontrado que se alimentan de 119 especies de insectos y 57 anfibios. En ese orden de ideas, los gatos tienen un impacto significativo en las poblaciones de aves, mamíferos y reptiles, siendo responsables del consumo del 9%, 6% y 4% de las especies conocidas, respectivamente. Este estudio proporciona una evaluación global necesaria de los impactos de los gatos en la vida silvestre y destaca la urgencia de tomar medidas para proteger a las especies vulnerables.
La conservación de las aves y su hábitat no es solo una cuestión científica, sino también ética y moral. Debemos reconocer nuestra responsabilidad hacia todas las formas de vida en la Tierra y trabajar activamente para revertir el daño que hemos causado. La educación, la legislación efectiva y la colaboración global son fundamentales para enfrentar esta crisis y asegurar un futuro sostenible para las aves y para nosotros mismos. La extinción es irreversible, pero aún podemos actuar para evitar que más especies desaparezcan para siempre. El tiempo para la acción es ahora.