Por: Óscar David Montero De La Rosa
Van llegando chivas y chivas, con bastones, con remesa, todos con sus mochilas y banderas rojas y verdes que representan la identidad, la lucha y la resistencia del Consejo Regional Indígena del Cauca - CRIC Nacional. Llegan de Caldono, La Laguna de Siberia, Pioya, La Aguada, Las Mercedes y un río nas nasa de su pueblo, Pueblo Nuevo, en donde don Rogelio Chate Peña, como promotor de salud, vio germinar la vida; en donde, con su rectitud, fue dos veces gobernador de su pueblo, consejero mayor y representante legal de la Asociación de Autoridades Ukawe’sx Nasa Çxhab, con sede en Caldono.
Líder y autoridad del pueblo indígena nasa, Rogelio Chate Peña, Comunicaciones CRIC, 2023.
Decía usted mismo que no hay que temerle a la muerte, que en cada espacio tenemos nuestra misión para cumplir lo que ordena la Ley de Origen, la ley propia. Han matado su cuerpo, pero no su espíritu, no sus ideas, pensamientos, semillas y legado. Morir es un ciclo de la espiral del tiempo que debemos cumplir, pero la mala muerte es la expresión del genocidio con el que quieren exterminarnos física y culturalmente.
Autoridades indígenas del pueblo nasa acompañando el féretro de Rogelio Chate Peña, en recibimiento en Pueblo Nuevo, Óscar Montero, archivo personal, 2023.
Han lacerado el Gobierno propio, la justicia indígena y la autoridad ancestral, espiritual y tradicional, porque eso era lo que usted representaba. Hoy esa mala muerte ha llegado como ese sucio –las energías negativas presentes en el territorio– que enceguece a los armados y no los deja que piensen, que ha llegado a causar dolor, un dolor que lo curamos con dignidad. Aquí no hay miedo, porque hasta eso nos han robado.
Amistades, familiares y demás integrantes de la comunidad, acompañando a la familia Chate Tumbo, en recibimiento en la Asociación de Autoridades Ukawe’sx Nasa Çxhab, Óscar Montero, archivo personal, 2023.
Rogelio era un hijo de la sabiduría de la Madre Tierra, un don que tienen pocos, un nas nasa cuidador de mundos, del territorio y sus guardianes, un sabedor con la capacidad de voltear el sucio, de aplacar lo negativo y restablecer el equilibrio. No han matado a don Rogelio, han atentado contra la sabiduría ancestral del pueblo nasa, contra la sabiduría ancestral de los pueblos indígenas de Colombia, contra el Sistema Indígena de Salud Propio e Intercultural - SISPI.
Líder y autoridad, Rogelio Chate Peña, realizando trabajo tradicional en la comunidad nasa, Comunicaciones CRIC, 2023.
Son tantas las enseñanzas que ha dejado el mayor Rogelio que se siente su presencia, se sigue danzando como él lo hacía encabezando cada ritual grande del pueblo nasa. Con su carisma, su buen sentido del humor y gran resistencia, lideraba danzas de más de mil personas en las que, en el sonar de las flautas y tambores, en el espiral de ida y vuelta, se mantiene viva la cultura. Todo un liderazgo innato. Tampoco puedo dejar pasar por alto su otro liderazgo paternal, de abuelo, de ser humano. Ese del que a veces poco se cuenta entre nosotros, como si los líderes no tuviéramos vida más allá del activismo político, cultural y social.
Líder y autoridad, Rogelio Chate Peña, liderando procesos en comunidad nasa, Medardo Chate Tumbo, 2023.
Por eso quiero ahora hablar de su liderazgo en la familia: era el mayor de todos sus hermanos, un referente de respeto, rectitud, entrega y amor por los suyos. Fue el líder de una familia extensa, de la que siempre cuidó en este mundo, y de la cual, con seguridad, seguirá cuidando desde el otro plano espiritual. Sus nietas eran su debilidad; ellas, como coloquialmente se dice en las comunidades, lo “gobernaban”, y él era feliz. Una de ellas, en medio del llanto irremediable y del dolor profundo que ha causado esta desarmonía, recuerda como él la llamaba: ñata… su ñata. Ella misma me decía entre lágrimas:
–Ya no estará Lolo para que me diga ñata, ya no está el que me recoge en la moto que los violentos le quemaron, ya no saldré corriendo a abrir la puerta, oír el pito de la moto y saber que era él.
Ella es mi hija, Suri Dahiana Montero Chate, quien ahora, con sus primas, reciben y llevan el legado.
Hija mía: no tengo palabras y fuerza para decirte lo injusto que nos pasa. ¿Cómo hablarte de paz en un país en donde hasta la humanidad nos han robado? ¿Cómo decirte lo contrario si esta maldita guerra ha matado a tus dos abuelos, dos grandes líderes indígenas de este país? Cuánto no daría para que no repitas lo que nos ha tocado vivir, lo que ya estás viviendo desgraciadamente. Solo le pido a ellos, a tus abuelos, que te den y nos den sabiduría para no desfallecer y no perder la esperanza de un país realmente en paz.
Ahora, mi hija me dice:
–Papito, ¿por qué a Lolo, a mis dos abuelos, se los llevó la violencia? A uno que no lo pude conocer, y al que conozco hoy me lo matan, papito.
Velorio de Rogelio Chate Peña y familiares cercanos, en su casa de residencia, Óscar Montero, archivo personal, 2023.
Desde ese profundo dolor y desde lo poco de estas palabras, pedimos BASTA YA de esta guerra, basta ya del desangre de los hijos de la Madre Tierra. No merecemos estar condenados a estar muertos en vida. Que sean los espíritus de la Madre Tierra los que se encarguen de reprender sus actos; la familia, la comunidad, el pueblo y la organización NO quieren más guerra, solo vivir en armonía para vivir y morir tranquilos en la montaña.
Hoy, domingo 3 de diciembre, vamos en minga a sembrarte, vamos caminando como muchas veces recorriste tu territorio ancestral, con bastante comida. Al son de la danza y el compartir de la bebida regresarás a Uma Kiwe. De mi parte, toda la gratitud, don Rogelio, por guiarme, aconsejarme y hacerme parte de tu familia. Gracias, y espero verte en los sueños, feliz, danzando y alegre. En los sakheluu, los çxapuç y en las mingas nos seguiremos encontrando con seguridad.