Por: Alejandro Chala
Un vídeo está rondando en X (anteriormente Twitter) desde hace varios días, invitando a la “marcha nacional por la niñez”, que se realizó el 19 de octubre en las principales ciudades del país. La cuenta que convoca estas manifestaciones es la de la concejal Clara Lucía Sandoval, del Partido Liberal, quien obtuvo en las pasadas elecciones 20.697 votos y logró una curul.
https://x.com/clarasandoval/status/1847281678579802464
Sandoval es pastora de la Misión Carismática Internacional, misma iglesia del grupo político de los Castellanos, que hoy tienen a su hija, Sara, como senadora, y ha estado en el Concejo de Bogotá desde 2008. También hizo parte del gabinete de Enrique Peñalosa como directora del Instituto de Protección y Bienestar Animal.
Volvió a la palestra pública hace unos meses, luego de encabezar diferentes manifestaciones contra la Superintendencia de Salud y su principal cabeza, Luis Carlos Leal, debido a la publicación de la circular 11-5 del 20 de septiembre de 2024, que busca garantizar el derecho a la salud de personas transgénero en Colombia. El escándalo surgió porque en varios acápites de este documento, se nombran a las infancias y adolescencias trans, lo que generó una inmediata reacción de políticos conservadores y de movimientos confesionales, que consideraron que la circular promueve directamente el “cambio de género” y la esterilización en menores de edad.
https://x.com/vanguardiacom/status/1841566217318076454
Tras ello, Sandoval no se ha quedado quieta, y con un vídeo donde aparecen varios actores y periodistas, hace un llamado para la movilización, indicando que las infancias están “en peligro inminente”. El vídeo, que empieza con la frase “lo que está mal, está mal” ya tiene más de 16,500 reproducciones en X, así como tiene varios vídeos en Instagram donde tiene un alcance de entre 35 mil a 120 mil reproducciones frente al tema “con mis hijos no te metas” e invitando a esta marcha nacional.
Este nuevo capítulo ha revivido el mismo fantasma de lo que sucedió con Plebiscito por la Paz en 2016, donde parte de la inclinación hacia el NO fue impulsado por una fuerte campaña de publicidad que acusaba al Acuerdo de la Habana de contener “ideología de género”, debido al enfoque diferencial con el que había sido construido. Esto, impulsado por el ruido que había generado en la coyuntura el supuesto rumor de que se habían publicado varias cartillas desde el MinEducación, por parte de la entonces ministra Gina Parody, que contenían orientaciones frente a temas de género, pero que en realidad habían sido cartillas de orientación para profesores sobre cómo atender de manera diferencial a población infantil para evitar casos de discriminación.
En ese momento la oposición calificó a Parody de “promover la homosexualidad desde las infancias tempranas”.
El escándalo movilizó el voto, y el voto terminó haciendo que, en el momento en el que el presidente Santos llamó a la oposición de derechas a renegociar los puntos del acuerdo tras haber perdido el Plebiscito, saliera en el punto 2 de las 500 modificaciones que se realizarían a lo firmado que no había tal “ideología de género” en el documento del Acuerdo, a pesar de que las iglesias evangélicas y la bancada provida del Congreso indicaron que sí existía.
No obstante, la emergencia del discurso de la “ideología de género” en aquel momento coyuntural no fue gratuito ni casual, sino que se convirtió, en aquel momento, en la principal vía por la que un sector de la oposición logró unificar diferentes voces divergentes para impulsar su agenda contra el proceso de paz.
Fue efectivo por que, en un momento histórico donde la revaluación del pasado uribista y tras cuatro años de que el tema de la paz fuera el principal motor de la opinión pública habían hecho que diferentes sectores sociales apoyaran el proceso, la presencia de una amenaza inminente pudiera horadar las bases más pequeñas de la sociedad (la familia) logró movilizar de manera mucho más eficiente a diferentes sectores sociales con agendas políticas distintas pero con valores comunes.
En ese sentido, la “ideología de género” se vuelve a convertir en un elemento discursivo sugerente y atractivo para muchos sectores políticos que no han logrado reunir y sacar provecho de su oposición al gobierno de Gustavo Petro, y que buscan tener mucho mayor peso tanto en las calles como en la definición de la agenda política del Congreso. Estas derrotas se han manifestado en los avances y la aprobación de la reforma pensional en junio de 2024, luego de que la oposición buscara que el Congreso la tumbara con una marcha que sacó días antes.
Asimismo, el discurso de la “ideología de género” tiene importancia porque logra generar un puente entre la indignación social y la acción política y colectiva, a través del pánico moral. La idea de la "ideología de género" puede unir a personas que antes no se identificaban como un grupo, dándoles un lenguaje compartido y un símbolo común, lo que les permite formar grupos que se organizan y se conectan entre sí, impulsados por la indignación y el miedo ante posibles amenazas frente a su modo de vida, su sistema de valores y su idea sobre el “orden natural” de las cosas.
Según autores como José Fernando Serrano Amaya, de la Universidad de Sydney, la “ideología de género” tiende a manifestarse como discurso en momentos donde están ocurriendo cambios sociales y políticos profundos, donde los países se inclinan a definirse y redefinirse en su interior. En el caso de 2016, esta redefinición vino con un giro progresista de las Altas Cortes, que lanzaron jurisprudencia sobre temas como el consentimiento informado en niños, niñas y adolescentes, la interrupción voluntaria del embarazo y la esterilización quirúrgica entre 2009 y 2016. En la actualidad, este giro se da, de nuevo, en un escenario donde las Cortes han emitido conceptos sobre la despenalización del aborto y la afirmación de género, desde 2021 en adelante.
Más allá, esta redefinición del país también se abre frente a su sistema político, su sistema electoral, sus principales políticas sociales (salud, pensiones, trabajo), frente a los primeros resultados de un Acuerdo de Paz que en dos años cumple una década y que ha transformado la lógica interna del conflicto armado, y la participación política, que ha venido marcada por dos grandes estallidos sociales. Por lo que, como discurso conspirativo con capacidad de movilización y amalgama de sectores con agendas y grupos de interés diferentes y dispersos, es capaz de brindar un marco de acción y práctica política a la oposición, especialmente como impedimento para el ejercicio de lo público como un escenario de deliberación y debate.
Por ahora, Sandoval, bajo la excusa de proteger a las infancias y adolescencias del riesgo de caer en mano del “discurso inclusivo” y de la “pedofilia del discurso trans” que “anula la biología”, ha despertado un discurso que tiene la capacidad de mover agenda política de cara al período preelectoral de 2025 y electoral de 2026.
Asimismo, esta manifestación del 19 de octubre se convirtió en un primer escenario donde la oposición se midió en las calles frente al gobierno, luego del hundimiento del presupuesto, de la suspensión de la mesa de diálogos con el ELN y de la crisis que se ha abierto con la denuncia de un golpe de Estado por parte de Petro. Aunque la marcha general de la oposición está llamada para mediados de noviembre, la expresión de estos grupos de presión ya anticipó que la “ideología de género” será utilizada como recurso discursivo para generar indignación contra el gobierno. Sandoval también ha querido capitalizar esto con proyecciones hacia el futuro, especialmente frente a una nueva candidatura hacia la Cámara de Representantes, luego de haber perdido en 2022.
Casi como si se repitiera ese escenario, las denuncias que enarbola Sandoval surgen contra un funcionario público que hace parte de la comunidad LGBTIQ+ (Parody también lo es) y tienen la suficiente fuerza para movilizar a la gente en las calles, especialmente luego de los atroces crímenes cometidos contra población infantil en las últimas horas, y que han tenido un reclamo airado de estos sectores opositores contra el gobierno, ahora que en el proyecto de ley de reforma a la justicia —presentado por las Altas Cortes al Congreso— hay un artículo que modifica la reducción de penas a violadores de menores, lo que ha profundizado en el discurso de que el gobierno no protege a las infancias.