Por: Andrés Gómez
A finales de mayo, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) presentó el Informe de Reservas y Recursos (IRR 2024) que cuantifica el petróleo y el gas existente en el país, a 31 de diciembre de 2024. Pese a anuncios aparentemente importantes como el de la reposición de reservas probadas de petróleo en 2024 que llegó al 105% o al llamado usual de la Agencia Colombiana del Petróleo (ACP) sobre la necesidad de entregar nuevos contratos de exploración, el análisis de las cifras del informe muestran mucho más: nuestras reservas están en evidente declive y los resultados de la exploración en las últimas décadas son exiguos. Según la Agencia, los nuevos descubrimientos en 2024, resultado de la inversión en exploración, sumaron 3 millones de barriles (Mbl) de petróleo (el 1,06% del petróleo extraído) y 5 gigapiés cúbicos (Gpc) de gas (el 1,42% del gas explotado). La principal vía de aumento de reservas el año pasado, así como en las últimas dos décadas, son ajustes por revisiones técnicas, medidas contingentes, factores económicos y proyectos de recobro mejorado, pero no son nuevos descubrimientos de petróleo y gas. ¿No sufrimos entonces una crisis energética provocada por las políticas del actual gobierno que no quiere entregar nuevos contratos, como se repite en los medios?
Colombia no es un país petrolero, tenemos el 0,1% de las reservas globales probadas de petróleo y menos del 0,05 % de las de gas (como referencia, Venezuela posee el 17,5 % de las de petróleo y el 3,3 % de las de gas); se trata de una condición geológica insuperable. La mayoría de los yacimientos de petróleo y gas de reservas abundantes y accesibles ya fueron encontrados, están hoy en etapa de declinación y la probabilidad de hallar otros similares, es baja. El depósito más importante descubierto en Colombia fue La Cira Infantas (Magdalena Medio, 1918), con una cantidad de petróleo estimado de más de 3000 Mbl, del que se extrae crudo en la actualidad. Posteriormente, con la aplicación de técnicas de mayor precisión, se alcanzaron tasas máximas de descubrimientos anuales en todo el mundo, alrededor de 1970. A esta época corresponden hallazgos nacionales como Chuchupa (7000 Gpc de gas en 1972), Caño Limón (1200 Mbl de petróleo en 1983) y Cusiana-Cupiagua (1260 Mbl de petróleo entre 1989 y 1993). De acuerdo con la ANH, en los últimos 10 años tan solo se descubrieron 325 Mbl de petróleo y 294 Gpc de gas, a pesar de las cuantiosas inversiones en exploración (USD 10.310 millones, según la ACP).
Se encuentran valiosos elementos para esta discusión en la base de datos asociada a la publicación “Crudo engaño”, resultado de más de dos años de investigación de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA) sobre Ecopetrol. Uno de los archivos revelados contiene la presentación del diagnóstico para la formulación de la “Estrategia del grupo Ecopetrol entre 2015 y 2030”, preparado por la importante consultora estadounidense Boston Consulting Group (BCG) en 2014. El documento muestra que la empresa dedicó grandes inversiones a la exploración de hidrocarburos ($USD 4.700 millones entre 2007 y 2013) con tasas de éxito muy por debajo del promedio de la industria. La explicación: “Colombia es una geografía que ha demostrado un potencial exploratorio limitado en los últimos años: la industria ha realizado 558 perforaciones desde 2009, y únicamente ha incorporado 475 MBoe de reservas probadas (2008-12)”. Como consecuencia, el “costo de descubrimiento” de Ecopetrol se ubicó como uno de los más elevados de la industria en el momento ($USD 46,4/Boe vs. $USD 11,4/Boe de la industria). Concluye la consultora que en este contexto, Ecopetrol destruyó valor con la cuantiosa inversión en la actividad exploratoria por $USD 2.100 millones. Es importante resaltar que se trató de dinero esencialmente público, dilapidado.
Según la ACP, entre 2014 y 2024 se invirtieron $USD 10.310 millones en exploración en Colombia, para encontrar 376,9 MBoe, con un costo de descubrimiento de $USD 58,75/Boe. Esta cifra es casi 3 veces el valor promedio global, que entre 2014 y 2022 se ubicó en $USD 22,5/Boe. Los datos de la misma industria petrolera, incluso en manos de la misma Ecopetrol, sustentan que la política del actual gobierno, de cese de entrega de nuevos contratos de exploración, debió implementarse años atrás. Nuestra economía no puede continuar dependiendo de la explotación de un bien común que no tenemos, como proponen algunos, mientras la disminución de los costos de las renovables, el endurecimiento de las medidas para enfrentar la crisis climática y el declive inexorable de la tasa de éxito en la exploración, configuran una nueva realidad. La implementación de las comunidades energéticas, apuestas por las energías comunitarias, el uso sustentable de la biodiversidad y el aprovechamiento de la experiencia y las ventajas competitivas de Ecopetrol para emprender negocios energéticos renovables son ejemplos de acciones que van por el camino correcto. El negocio de hoy es proteger la vida, no sepultarnos aún más en la adicción fósil.