Por: Eduardo Montealegre Lynett
Desconcertante – por decir lo menos –, fue la respuesta del presidente Petro a una pregunta que le formuló Daniel Coronell en la magnífica entrevista dominical para la revista Cambio. Cuando el inteligente y asombrado periodista le indaga por la posibilidad de que Héctor Carvajal – reconocido lobista y abogado del príncipe – sea nombrado fiscal general, el presidente implícitamente avaló su candidatura. Se limitó a graduarlo de gran jurista – sin mérito distinto a ser sabueso de votos perdidos y exsocio de un exconsejero de Estado corrupto-; y, a colocarlo como “estratega” único de sus victorias jurídicas.
Increíble: desacierto total del presidente, cuando son muchos los notables abogados que han contribuido a sus justas causas. Y digo que es desconcertante, porque ternar a Carvajal – abogado de Tom y Jerry y otros impresentables- es garantía de impunidad para los crímenes de guerra cometidos por Ávaro Uribe, como El Aro y La Granja. Delitos internacionales que denunció con valentía Gustavo Petro. ¿Ya se le olvidaron?
Carvajal, con ínfulas de fiscal electo y haciendo gala de la misma prepotencia del “más preparado de su generación”, anunció hace poco en una entrevista con Daniel Coronell en la W, que él garantizaría la reconciliación de los colombianos en torno al “innombrable”-. ¡Qué fanfarrón! ¡Qué vergüenza! Somos muchos los que no entendemos algunas visiones de Petro; por cierto, un brillante estadista: después de años de lucha contra el “narco-paramilitarismo”, ¿va a investir de fiscal a un opaco personaje, con la única finalidad de que permanezcan en la oscuridad las graves violaciones a los derechos humanos del “presidente eterno”? La inocultable crisis – producida desde adentro del gobierno – nos lleva a formular más preguntas: ¿Qué “vueltas” tan grandes le hizo Carvajal a su amigote Luis Eduardo Parra- jefe de campaña del “estratega” desde la Contraloría General, donde manda en la sombra Sandra Morelli, procesada por corrupción, para que este personajillo merezca ocupar, “el segundo cargo más importante del país”?¿ Recibió dinero Parra, como ex socio de Carvajal, quien tuvo relaciones “non sanctas” con un ex consejero de estado conocido a voces por la venta de humo?
Todo esto parece de locos, pero no lo es. Aquí se cocina algo grande. Parra no puede pasar de agache en el impulso de esta turbia candidatura. ¿Qué piensa el Contralor General, cuando desde altas investiduras de la entidad, sin sonrojarse, algunos catapultan al fiscal del eterno? Sí, del eterno: el mismo que ha combatido Petro – con acierto – durante toda su vida, por crímenes de guerra. ¿Será que el Contralor, también le debe favores al lobista?
Petro nos prometió justicia, no impunidad. Nosotros le creímos. ¿Cuál es la razón para el inexplicable salto atrás? ¿Qué pensarán las madres de Soacha y de los falsos positivos viendo la permanencia triunfal de Uribe en el ente acusador? ¿Qué pensaran los luchadores sociales que entregaron su vida combatiendo a estos sectores fascistas? La entrevista de Petro – en este punto – es una bofetada a Colombia. ¡Será que, como dice reiteradamente Coronell, el pacto debajo de la mesa es “gobernabilidad para Petro impunidad para Uribe”? Como están las cosas, no me cabe la menor duda: hay pactos de silencio. Uribe posa ahora –ante un ingenuo presidente– de tierno anciano, con sus máscaras de siempre, para quedarse con la fiscalía y garantizar que no lo investiguen, que no lo condenen. Uribe “sembró” al funesto Néstor Humberto Martínez para que dinamitara el proceso de paz. Casi lo logra. ¿Repetirá su hazaña con Carvajal? No merecemos esta suerte, ni menos, la arrogancia de algunos avivatos cercanos a Petro, burlándose de todos los colombianos que apoyamos las luchas de las víctimas del conflicto armado a quienes tiran ahora por la borda.
¡Más coherencia señor presidente! No envíe al abismo un proyecto político que es del país: es de todos nosotros. Usted es un hombre honesto y decente. Está a tiempo de cambiar el rumbo y rectificar. Colombia necesita saber la verdad de lo que se cocina desde la Contraloría General, Luis Eduardo Parra – soberbio ex socio de andanzas de Carvajal – y Sandra Morelli – interesada en que el nuevo fiscal la absuelva de los delitos que cometió –están embaucando a Petro, lo están “entrampando”, para entregarle la fiscalía al “presidente eterno”. Afortunadamente, los magistrados de la Corte Suprema – ciudadanos de bien – no se dejaran engañar por el intenso lobby del “estratega” y la Contraloría. No son imbéciles: después de luchar contra la impunidad en las graves violaciones a derechos humanos, no se tragarán ese embuchado. De nuevo: Petro y la Corte, tienen la palabra. No nos defrauden.