Por Dumar A. Jaramillo-Hernández
El virus de la influenza es un agente infeccioso histórico, es altamente probable que recordemos la “gripe porcina” (virus de la influenza tipo A subtipo H1N1 de 2009-2010), que azotó el hemisferio occidental. Se originó en México, país que sufrió una caída en su producto interno de bruto de 3.5 puntos durante el año 2010, y ocasionó graves efectos económicos a su población menos favorecida.
Muy seguramente muchos también hemos escuchado algo sobre la “gripe española” (virus de la influenza tipo A, subtipo H1N1 de 1918), pandemia devastadora en 1918–1919 con origen en Estados Unidos que ocasionó alrededor de 20 a 40 millones de muertes en el mundo, durante una época en la que aún no había conexiones rápidas de viajes turísticos y comerciales.
Antes de continuar comentando la importancia en salud pública que posee el virus de la influenza, es importante que conozcamos los asuntos básicos que están asociados a la nomenclatura de este. Hay cuatro tipos de virus de la influenza: A, B, C y D. Gran parte de las “gripes estacionales” están asociadas a los virus A y B de la influenza (aunque Colombia no posee estaciones marcadas sino un régimen bimodal de lluvias es altamente claro que tenemos momentos en el año de epidemias de “gripes”), aunque es importante mencionar que los virus de la influenza tipo A son los únicos infeccioso que pueden y han causado pandemias (es decir, epidemias globales) de influenza. En cambio, los virus de influenza tipo C y D no causan epidemias humanas.
Los virus de influenza A se dividen según las propiedades de las dos proteínas de la superficie del virus: la hemaglutinina (H) y la neuraminidasa (N). Existen 18 subtipos de hemaglutinina y 11 subtipos de neuraminidasa diferentes (de H1 a H18 y de N1 a N11, respectivamente), también hay una subclasificación más profunda en clados y subclados (según la similitud de las secuencias genéticas de H), que no entraremos a discutir. Dada la alta “redistribución” de estos virus, que son capaces de mutar, intercambiar información genética entre ellos y alterar sus proteínas de superficie, se han identificado 130 combinaciones de subtipos de influenza A en la naturaleza, principalmente en aves silvestres.
En este momento tenemos más o menos claro que los virus de influenza se clasifican en tipos (A, B, C y D) y que el tipo A (agente asociado a pandemias) tiene subtipos según su organización de H y N, donde el subtipo H1N1 ha sido actor principal de las pandemias de los años 1918 (“gripe española”) y 2010 (“gripe porcina”).
En estos momentos, el mundo está en vilo, dado que el virus de la influenza tipo A específicamente el subtipo H5N1, ha logrado por repetidas veces saltar la interfaz aves – mamíferos (conocida hoy en día como “gripe aviar”), es decir, cuando un virus se acomoda, replica y causa una enfermedad a un nuevo hospedero (organismo infectado). En este caso, el virus influenza tipo A subtipo H5N1 infecta aves, y ahora puede infectar y diseminarse en mamíferos, lo que genera grandes alarmas en salud pública, dado que permitiría que esa alta “redistribución” de este tipo de virus aumente exponencialmente las probabilidades de tener un agente infeccioso con capacidad de generar una nueva pandemia por influenza.
Y es que la aparición de este virus en mamíferos (zorros, mofetas, lobos marinos, nutria marina, entre otros) sumado a la alta capacidad de mutación y reordenamiento (mezcla de segmentos del genoma entre diferentes tipos, subtipos, clados y subclados) conlleva a que este virus tenga una importante adaptabilidad y habilidad de evadir el sistema inmune de sus nuevos hospederos los mamíferos (donde estamos los humanos). Situación que convierte en deleznables los esfuerzos históricos de control de la influenza a través de la vacunación.
Muchos lectores estarán pensando alrededor de las vacunas contra la influenza y la situación de virus H5N1 dado que hace menos de dos meses fue el evento masivo nacional de vacunación contra la influenza en Colombia. Pues es vital informar que las vacunas actuales contra la influenza “estacional” están formuladas para proteger contra virus de la influenza conocidos por causar epidemias, ejemplo virus de la influenza tipo A subtipo H1N1 o virus de influenza tipo A subtipo H3N2. Y estas vacunas pueden proteger de forma cruzada contra otros virus de la influenza que estén relacionados antigénicamente, pero como he mencionado, es altamente probable que la reorganización del H5N1 en mamíferos traiga sorpresas importantes para nuestro sistema inmune y su capacidad de control de este subtipo, el cual no es común exponerse y mucho menos establecer su replicación, infección y futura trasmisión.
Colombia recientemente se sumó a los países que están declarando la circulación del virus de la influenza tipo A subtipo H5N1 de alta patogenicidad en aves, según el Instituto Colombiano Agropecuario – ICA, para el 3 de marzo de este año ya siete departamentos estaban en cuarentena sanitaria (especialmente aves de corral: pollo de engorde y gallina ponedora comercial) con 48 focos de presentación de enfermedad en aves (Nariño y Cauca los más afectados); y el Instituto Nacional de Salud – INS había ejecutado, para marzo de este mismo año 218 pruebas en personas tratando de diagnosticar este virus de influenza, sin encontrar a ninguna positiva al mismo (2 de cada 10 personas dan positivo a otros virus respiratorios, es decir 8 de cada 10 personas no se encontraba el agente causal de su cuadro clínico respiratorio).
En este momento es importante aclarar que esa misma capacidad de mutación (cambio / variabilidad genética) que presenta el virus de la influenza tipo A puede acarrear complicaciones en el desarrollo de pruebas de diagnóstico moleculares (detección de parte del material genético del virus en muestras de las personas y animales enfermos).
La Organización Mundial de la Salud (OMS), el 13 de marzo de este año (hace menos de 2 semanas atrás), emitió una alerta epidemiológica mundial al respecto de la aparición de alta mortalidad en aves silvestres en el mundo, donde se ha aislado predominante el virus de la influenza tipo A subtipo H5N1, virus que también se ha encontrado en los casos de cuadros respiratorios graves en animales silvestres, animales domésticos y personas. En esta alerta comentan que se espera que el panorama sea mucho más crítico en los próximos meses, dado que el patrón estacional de este virus determina el aumento en el numero de brotes. Aunque desde el año 2003 al 2023, tan solo se han reportado 868 casos de influenza A H5N1 en humanos (con 457 muertes, tasa de letalidad del 53%) en 21 países (por supuesto países con sistemas de vigilancia epidemiológica estatal robustos, no es el caso nuestro).
Nuestro país debe acatar la recomendación de la OMS donde instruyen a fortalecer los sistemas de vigilancia epidemiológica de enfermedades respiratorias en las poblaciones animal y humana (donde necesitamos laboratorios de diagnóstico robustos) y la investigación de las infecciones zoonóticas (trasmitidas desde los animales) y claro, prepararse ante la influenza pandémica.