Por: Aiden Salgado
El Consejo de Ministros adelantado el día de ayer 4 de febrero de 2025, no tiene antecedente en la historia remota del país por la forma como se adelantó. Lo que parece ser un espacio de rendición de cuentas, planificación y reorientación de las líneas políticas del gobierno encarnadas en el Plan Nacional de Desarrollo por el cual votó el país, fue todo menos eso, no se supo orientar.
Lo primero a plantear sobre el escenario, es que no fue un espacio organizado que pueda arrojar los resultados que el país esperaba; si la intención era realizar ese consejo en vivo por cadena nacional, para ello se prepara una metodología que mande una señal positiva sobre el rumbo del país. Los que votamos y apostamos por este proyecto y lo defendemos, no podemos dejar pasar esa jornada de ayer por alto como si nada hubiese ocurrido, o que todo está bien, quedarse callado en este caso puede ser perjudicial. Los protagonistas de la escena no pueden pensar que tienen todos la razón. Ayer fue un fracaso y un show, hay que debatir sobre lo que ocurrió para corregir.
Creo que la responsabilidad que tiene el presidente y sus ministros no es la misma que tienen los que opinamos por oficio, por pasión, por trabajo o por otra razón. Lo que digan y hagan los servidores públicos tienen implicaciones políticas que inciden en todo un país, estemos o no de acuerdo. Cuando le llega a la casa un recibo de energía no se pregunta si estas a favor de Petro o no, la decisión que tome el Ministro de Minas y Energía para bajar la factura incide en todos los usuarios. Igualmente, la decisión del Ministro de Educación, afecta a todo el sistema educativo, y así mismo lo que diga el presidente, lo dice la persona más importante del país en el momento y ante eso los altos funcionarios deben tener clara la responsabilidad que tienen.
Ahora un espacio como el de anoche no puede ser utilizado para plantear las diferencias frente al gobierno, los ministros y otros altos funcionarios. Si bien pueden tener diferencias que es natural, ese no era el escenario para plantearlas delante del país y al final se convirtió en un espacio de los que están contra Armando Benedetti y Laura Sarabia y los que no están. Esas diferencias se dilucidan casa adentro y allí se les busca salida. Ayer no sentí que se plantearon soluciones, yo no las vi, sino posiciones que pueden ser vistas como sectarias.
Considero que el presidente debe tener la capacidad de escuchar a sus ministros y asesores, y bajos esos análisis tomar decisiones de país que orienten el rumbo y si existen agendas paralelas no pueden sostenerse en un gobierno que aspira cumplir con la promesa y plan de gobierno que es uno solo, por el cual muchos colombianos votamos y aún defendemos. En el país hay muchas personas defensoras de este gobierno con capacidad para ayudar a dirigir, es un principio revolucionario corregir y rectificar, y como lo plantea el dicho popular “la ropa sucia se lava en casa”.
El país debería entender que la llegada por primera vez de un gobierno de izquierda con todos sus matices, no iba a ser fácil, a pesar de ello hay resultado muy positivo para mostrar, pero esta no puede ser la excusa para no planificar un espacio como el de anoche. Insisto, no se puede realizar un consejo de gobierno como ese en público sin metodología.
Ahora bien, frente a las acciones administrativas y políticas creo que todos los ministros y el presidente deben tener claro, que se deben presentar resultados frente al estado de avance y de ejecución del Plan Nacional de Desarrollo que los colombianos votaron, eso a pesar de los funcionarios que presentaron diferencias. Los resultados de las carteras son compromisos con el país y ante ellos no nos podemos esconder, el proyecto político va más allá del presidente y sus ministros que hoy lo encarnan y eso debemos tenerlo presente todos y todas.
Frente a la posición de la vicepresidenta y viceministras, creo que la apuesta por reivindicación de derechos para el territorio del pacífico y por su grupo poblacional afrocolombiano es válida, ya que este territorio tiene desventajas sociales y políticas frente al resto del país. Ahora bien, para hacer esas reivindicaciones de derechos sociales, hay que tener cuidado para no hacerlas ver como algo exclusivo, estas demandas no se pueden desligar del resto de reivindicaciones, es decir pensar en particular y actuar en general y no quedarnos en la sola particularidad, y eso el presidente lo debe también entender, que hay bienes escasos y diferencias reales que se deben presentar como tal y desconocer la generalidad es contribuir a que no se ataquen esas causas particulares que afectan regiones y poblaciones específicas.
Como conclusión, creo importante que un escenario como el de ayer, sin metodología y preparación previa, no puede arrojar resultados positivos para un momento coyuntural como el que vive Colombia. Frente al gobierno si es liberal o de izquierda queda para interpretaciones pero se hace necesario avanzar de verdad con acciones que contribuyan a fortalecer el proyecto político para darle continuidad, y ojalá se profundice hacia un proyecto de izquierda democrática amplia.
Desde el palenque un cimarrón todavía.