Por: Jimmy Viera Rivera
“LA MIRADA IMPERIAL PUESTA EN GALÁPAGOS”1 es el título del libro recientemente lanzado que voy a comentar aquí. Consta del trabajo de seis investigadores ecuatorianos de gran trayectoria: Esperanza Martínez, Ramiro Ávila, Ana María Varea, Pablo Ospina Peralta, Alberto Acosta, Luis Córdova-Alarcón, Elizabeth Bravo y Anne Theissen.
El Archipiélago de Colón -o las Galápagos- pertenece desde 1832, al patrimonio ecuatoriano. En 1978, sus islas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad, por la UNESCO, debido a su extraordinaria y única biodiversidad.
Este importante libro brinda una mirada integral sobre las islas Galápagos como un santuario natural profanado, abarcando desde un breve repaso a las amenazas y agresiones recurrentes, además del control a través de un pretexto de proteger la naturaleza en las islas, pasando por el impacto ambiental de las bases militares estadounidenses en ecosistemas tropicales y, por el canje de deuda a cambio de naturaleza, hasta la utilización de roedores invasores en la experimentación acerca de nuevas tecnologías.
Esperanza Martínez -militante y fundadora de Acción Ecológica y de la Red Oilwatch- expresa en la introducción, que este libro habla sobre la potestad que ha sido de nuevo entregada a Washington, para ingresar a la reserva marina de Galápagos, mediante buques militares, bases e infraestructura y operaciones desde el mar y aire. “Hay una amenaza nueva que me parece, será devastadora en términos ecológicos, geopolíticos y sociales, y está a punto de suceder: la instalación de una base militar norteamericana”.
El riesgo comenzó en mayo de 2019 cuando Guillermo Lasso, presidente de Ecuador, firmó con el gobierno de Estados Unidos, un acuerdo de entendimiento con el objetivo (entre otros) de luchar contra el crimen transnacional organizado, el tráfico ilícito de drogas y el terrorismo internacional. Desde entonces, hasta la fecha, ha firmado 14 acuerdos con Estados Unidos y, para variar, ninguno ha sido consultado a la población local, ni ha contado con informes independientes o públicos sobre el impacto de las bases militares en un frágil ecosistema.
Ramiro Dávila describe el contexto geopolítico actual: “El ánimo de Trump no es promover el “desarrollo” de los países amenazados. Su ánimo es puro y duro control geopolítico. Su agenda es recuperar los espacios perdidos en el mundo por la influencia de China. En esta situación, las Galápagos tienen una ubicación privilegiada para tener presencia militar en la región y en el Pacífico. Todos los gobiernos se resisten a esa presencia y a esas amenazas, menos Ecuador, que pone a las Islas en bandeja de plata para que EEUU se sirva”2.
Retomando el tema geoestratégico, Alberto Acosta brinda un breve repaso acerca de las amenazas y agresiones recurrentes y reseña los aleteos del águila yanqui en territorio del Ecuador: “Son justamente los intereses geoestratégicos de los Estados Unidos los que priman, una vez más. No es una casualidad que, simultáneamente, en Perú, donde ya existen cinco bases militares yanquis, se haya concretado un nuevo acuerdo con Washington para construir el puerto espacial más grande de la región en la Base Aérea de Talara, en el departamento de Piura, con el que se quiere balancear la creciente presencia china a través del gran puerto de Chancay” 3.
“Debe quedar claro que el retorno de las tropas yanquis a Ecuador responde a intereses geoestratégicos de Washington, que se expresa incluso geográficamente en el ámbito del “Corredor Marino del Pacífico Tropical Oriental”, que incluye las Galápagos, la isla del Coco (Costa Rica), las islas Malpelo y Gorgona (Colombia), y la isla Coiba (Panamá)”4.
Durante el gobierno progresista de Rafael Correa, en Ecuador, este firmó el primer Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, que significó en política económica, una sesión de soberanía. En el actual gobierno, Ecuador se adhirió a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR) que, por lo tanto, se tradujo en una reducción sustantiva del mar territorial. Según Marcelo Larrea, uno de sus mayores críticos, esta decisión favorece la depredación por parte de las flotas pesqueras extranjeras y la explotación de minerales en el subsuelo marino y, a la vez, facilita más el tráfico de sustancias ilícitas en aguas que la Convención considera internacionales.
Ahora, en medio de otra crisis de enormes proporciones que han desembocado en niveles insostenibles de violencia e inseguridad por causa del crimen organizado, en medio de un grave colapso social y económico, aparecieron nuevamente las condiciones para otro desembarco de tropas norteamericanas en Ecuador. La declaración del presidente Noboa sobre “conflicto interno armado” empata con las pretensiones de Washington, presto siempre a profundizar los lazos de sumisión en su patio trasero.
Acosta concluye: “…las “soluciones” basadas en transacciones financieras como las que emergen desde los canjes deuda-naturaleza o, desde los mercados de carbono y servicios ambientales son cantos de sirena. Con base en estas narrativas, la acumulación capitalista continúa expandiéndose además de legitimarse, ya que la conservación ambiental pasa al terreno de los negocios. El aire, los bosques, los mares, la tierra misma e incluso el espacio sideral se convierte cada vez más y más en vulgar mercancía. Por consecuencia, implica la ampliación del “capitalismo verde”, para permitir de manera perversa que quienes más han coadyuvado al deterioro del entorno natural, pueden incluso acumular ahora, mitigando o remediando los destrozos que ellos mismos ocasionan”.
Este libro es un referente teórico para las luchas que se libran hoy en el continente y en nuestro país, a favor de la conservación de diversas islas, en defensa de la soberanía y del ambiente y contra su utilización como bases militares.
El Parque Nacional Natural Gorgona fue recientemente premiado en Niza (Francia), brillando dentro del marco de la Conferencia de las Naciones Unidas 2025 sobre el Océano, debido al rol tan importante que cumple con respecto a la conservación de los ecosistemas marinos, como los arrecifes coralinos y comunidad de peces, tiburones, tortugas, delfines y ballenas. Sin embargo, el gobierno de Colombia no ha abierto una discusión democrática sobre la intención de establecer una base militar gringa en la isla Gorgona, lo que denota que los criterios técnicos y militares se imponen a los criterios sociales, ambientales e históricos.
La discusión democrática con las poblaciones negras del andén del Pacífico, afectadas por este crucial tema, no debe ser eludida. Además, no puede aceptarse guardar silencio acerca de esta política imperial.
Considerando la negación de la Corte Constitucional además del bloqueo institucional a la consulta previa, es necesario desplegar una gran campaña a favor de la Consulta Popular en todo el país, para decir “NO a la base militar en la Gorgona”. También, debemos exigir la derogación de la licencia ambiental que brinda vía libre a dicha base militar.
Adenda 1: la oligarquía no fue capaz siquiera de restablecer los derechos conculcados, ya que negó las reformas sociales y la consulta popular, pero sí pretende en cambio imponer de nuevo a sangre y fuego, su agenda de seguridad y falsos positivos mediante el terror, desestabilización y golpe de Estado: ¡No pasarán!
Adenda 2: el Segundo Congreso Nacional Constituyente Afrocolombiano permite a todas las voces afros de base, voces negras, decisiones propias, hacerse escuchar por parte del gobierno nacional ¡El pueblo habla, el pueblo manda!
NOTAS:
- https://www.accionecologica.org/wp-content/uploads/LA-MIRADA-IMPERIAL-PUESTA-EN-GALAPAGOS.pdf
- GALÁPAGOS ¿PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD O DEL EJÉRCITO NORTEAMERICANO? Ávila Ramiro.
- .https://lalineadefuego.info/alberto-acosta-la-mira-imperial-puesta-en-galapagos-breve-repaso-de-amenazas-y-agresiones-recurrentes/.
- Bases militares extranjeras a la vista: ¡Nos vemos en las urnas! – Rebelion.
Darío González Posso, Catalina Toro Pérez; “¿Una ‘base militar´ en la isla Gorgona?”.https://www.revistaciendiascinep.com/home/una-base-militar-en-la-isla-gorgona/