Por: Óscar Montero, Líder Indígena Kankuamo
A Modesta, la partera que atendió el parto de mi madre GRACIAS, a ella como a miles más en Colombia y en el mundo gracias por recibir la Vida y hacerla florecer en cada rostro de las familias.
Para los Pueblos Indígenas en Colombia, la Salud se entiende como un todo. Todos los Pueblos Indígenas en el país desde sus propias leyes de origen cuidan y mantienen el orden de la salud; desde los pueblos se previne la salud, más no se “trata”. Desde los principios culturales se paga, se tributa, se danza y se canta para mantener en armonía y en equilibrio la salud física, espiritual y mental de todos los seres.
Se paga y tributa en pensamiento a los sitios sagrado de la desarmonía, de la enfermedad, se les alimenta a ellos para que aleje los males, el sucio y las malas energías que desequilibran los territorios y los cuerpos. La salud para los Pueblos Indígenas está en el territorio, en las plantas, en el agua y en lo que se siembra en la rosa, la chagra o el tul, en lo que llaman los determinantes de la salud. La salud es un sistema que interconecta los tejidos de la vida del territorio y sus guardianes en uno solo.
Ese sistema es el que los Pueblos y Organizaciones Indígenas han materializado en el SISPI, el Sistema Indígena de Salud Propio e Intercultural, un sistema que ha estado desde el mismo ordenamiento de las cosas dejadas por los padres y madres espirituales de cada Pueblo Indígena de Colombia, no es algo nuevo, en el esta interpretado el orden que debe prevenir las desarmonías para el territorio, la cultura, la autonomía y la unidad, pilares fundamentales de la salud para los pueblos.
El SISPI como sistema, es producto de la lucha y resistencia de los pueblos, es el resultado de la Minga del año 2013 realizada en la María, Piendamó Cauca, donde desde allí se acordó un decreto para reconocer las particularidades en salud de los Pueblos Indígenas en Colombia, resultado de ello fue el Decreto 1953 de 2014, en donde se decreta poner en funcionamiento los territorios indígenas, entre esos su derecho fundamental a una salud propia e intercultural que responda a su cultura y sus necesidades, recogidas en el Título IV del mismo Decreto.
Este Sistema, que es un tejido, está conformado por 5 componentes: (1). Sabiduría ancestral, (2). Político-organizativo, (3). Formación, capacitación, generación y uso del conocimiento en salud, (4). Cuidado de salud propia e intercultural y (5). Administración y gestión. Esta propuesta de salud, es la que los Pueblos Indígenas le proponen al país, una salud para la vida, un sistema para la vida y no para el mercado, la salud como derecho y no como negocio. Un sistema de prevención de las enfermedades y no de “atención” cuándo ya está la enfermedad. Un sistema que se basa en la sabiduría ancestral de los pueblos, de las plantas medicinales y de poder, de la espiritualidad y del saber milenario que habita en los territorios, un sistema de salud para la humanidad.
El día de antier, 13 de febrero de 2023, desde el gobierno del cambio del presidente Gustavo Petro Urrego, se presentó al país su propuesta de reforma a la salud como un mecanismo de lograr garantizar mejores condiciones de vida para los colombianos, en donde defender la vida es el centro de la reforma, en donde se busca erradicar las inequidades y desigualdades en salud que históricamente se ha enquistado en el país, como un cáncer que acaba con la vida de los colombianos, principalmente en la zona rural, víctimas de la ley 100 de 1993.
Hoy la salud debe ser realmente un derecho: universal, gratuito e intercultural, el reto del país es a que la ciencia y la medicina articule todos los saberes y conocimientos para salvar la vida tanto de nosotros como seres humanos, como de la misma Madre Tierra; es hora de interculturalizar los sistemas de salud del país, donde se permita que el medico en un mismo diálogo respetuoso y horizontal entreteja con la partera, con el sobandero, con el botánico y con todos los médicos tradicionales que habitan y traen de la tradición oral el saber milenario de sus pueblos, un saber que esta y debe seguir estando al servicio de la humanidad.
La pandemia del Covid-19 puso en evidencia en el país que el sistema de salud en Colombia era desigual, se evidencio que, en los territorios rurales y étnicos, son los más afectados; en donde no hay puesto de salud de ningún nivel, además que en muchos casos no hay agua potable como en La Guajira y mucho menos conectividad como en los Llanos Orientales y la Amazonía. Por esta razón es que el SISPI y la reforma a la salud planteada por el gobierno del cambio se encuentran, y es precisamente en que se debe fortalecer principalmente la atención primaria en salud en todas las regiones del país, prioritariamente las más alejadas, además la nueva reforma será consultada con los Pueblos y Comunidades Indígenas, además que un miembro de los Pueblos Indígenas hará parte del Consejo Nacional de Salud, proceso que sin lugar a dudas debe ser liderada por la Subcomisión Nacional de Salud de la Mesa Permanente de Concertación con los Pueblos y Organizaciones Indígenas, mediante Decreto 1973 de 2013.
Con relación a las Empresas Prestadoras de Salud, para este caso las que trabajan por la salud de los Pueblos Indígenas, las EPSI, de estas en el país hay 5: la AIC, Asociación Indígena del Cauca, MALLAMAS, Pijao Salud, Anas Wuayuu y DUSAKAWI, si bien estas han buscado interculturalizar la salud, las leyes en el país limitan adecuar las entidades, lo que se ha expresado por la Ministra es que no se van a eliminar, sino transformar su razón social para que estas puedan llegar a brindar sus servicios de salud en los territorios más alejados y olvidados en el país.
Que sea este el momento para que las EPSI puedan hacer un tránsito articulador con el SISPI.
Estamos en el tiempo para que todos los saberes en salud se entretejan y fortalezcan el sistema de salud en Colombia propuesto por la reforma, estamos en el tiempo de dignificar el trabajo que muchos médicos y personal en salud en el país brindan para salvar vidas hasta con sus propias vidas, no es posible que los que nos salvan la vida sean los que menos garantías salariales tengan en el país.
Es el momento de que realmente Colombia sea Potencia Mundial de la Vida, que la Salud sea un Derecho y No un Negocio. Que la salud sea con la Madre Tierra y con sus hijos.