Por Óscar Montero
MAIS, con S de social, es uno de los partidos políticos de los pueblos indígenas en Colombia, este es el Movimiento Alternativo Indígena y Social del movimiento indígena. Es el brazo político de la Organización Nacional Indígena de Colombia -ONIC-, en la que además confluyen otras organizaciones indígenas nacionales como el Consejo Regional Indígena del Cauca -CRIC-, la Confederación Indígena Tayrona -CIT-, entre otras organizaciones nacionales y regionales.
El MAIS se pensó como una apuesta política para los pueblos indígenas, étnicos y alternativos del país; una plataforma en donde la población excluida tuviera la oportunidad de aspirar a un cargo de elección popular desde un movimiento alternativo, no tradicional y viciado por las diferentes formas clientelares y corruptas a las que muchos hemos históricamente denunciado.
Este movimiento, aunque es considerado nuevo, tiene una militancia que mayoritariamente es étnica y ha venido haciendo política propia desde hace tiempo, una política basada en principios espirituales brindados a los pueblos indígenas desde la Ley de Origen, el Derecho Mayor y Ley Natural.
Un movimiento que se rige bajo las autoridades indígenas fundadoras del MAIS. Esta no ha sido la única apuesta política electoral que ha tenido el movimiento indígena, y desde 1991 con la apertura de la Constitución Política del mismo año los pueblos indígenas entran en la escena de la participación electoral y democrática del país. Dado que el cambio constitucional abrió el espacio para que se pasara de un bipartidismo a un multipartidismo; pasamos de los liberales y conservadores a la oportunidad de otras alternativas de poder.
Es así que nace la Alianza Social Indígena -ASI-, hoy independiente, porque los indígenas dejaron de serle funcionales, el Movimiento Indígena Colombiano -MIC-; ambos en el seno de la ONIC y el Movimiento de Autoridades Indígenas de Colombia -AICO- político inicialmente.
MAIS se ha logrado posicionar en todo el país y no solo en los territorios étnicos. Logró mantener las curules en la circunscripción especial indígena con la lideresa del pueblo nasa del Cauca, del CRIC, Aida Quilcue Vivas en el Senado y con el líder emberá de Caldas, perteneciente al Consejo Regional Indígena de Caldas -CRIDEC-, Norman Bañol, en la Cámara de Representantes.
Además de lograr un sin número de alcaldes, diputados, concejales, gobernadores, senadores, representantes a la cámara y hasta la presidencia de la República con alianza con otros partidos políticos afines a la plataforma programática del MAIS.
La participación política electoral indígena ha venido creciendo: de tener dos senadores por la circunscripción especial permitida por el artículo 176 de la Constitución Política de Colombia, hoy pasamos a tener 4 senadores indígenas y 2 representante más a la cámara por las alianzas con otros movimientos y partidos; es el caso de Marta Peralta, del Pueblo Wayuu de la Guajira por el Pacto Histórico y Julio Cesar Estrada, Wanano del Vaupés, de la Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana -OPIAC-, también por el Pacto Histórico. Y en la cámara de representantes por el Vichada el indígena del pueblo sikuani, Javier Sánchez, por el partido de Cambio Radical, y Hermes Pete por MAIS y el Pacto Historico en el Cauca.
Cuando se siembra en buena luna se cosecha bueno dicen los abuelos; y MAIS ha tenido buena siembra desde sus inicios. Hoy muchos quieren sembrar, pero no en la luna que debe ser; por eso le está llegando el gorgojo y la plaga. Ante esto, hoy MAIS en las bases territoriales está siendo cuestionado, por el tema de avales y coavales a personas ajenas históricamente a la plataforma programática del movimiento. Hay denuncias del Chocó, del Tolima, de la Guajira y hasta de militantes en la capital de la República porque, según las denuncias, el MAIS está perdiendo el rumbo y entregando su cosecha al "mejor postor", que hasta en otros tiempos han sido opositores a los pueblos étnicos en el país.
MAIS nació de los rostros y rastros de la dignidad indígena, afrocolombiana y campesina. Es la lucha y resistencia de los pueblos históricamente excluidos de la "democracia" en Colombia. Que las autoridades indígenas tengan la suficiente claridad para ordenar la siembra, para tener buena cosecha y para que esta de buen alimento. Se requieren granos fuertes y nutritivos, no granos que traigan malestar a los pueblos.
Que MAIS nos una como movimiento, que fortalezca los procesos políticos, organizativos y de incidencia en el Estado para seguir re- existiendo como pueblos diversos. No podemos caer en lo que tanto hemos criticado, tenemos que seguir en la política propia de los pueblos, en servir a la gente y no servirnos de ella, tenemos que seguir fortaleciendo las bases de la militancia política indígena para sacar de la mente de muchos de los nuestros que la política es de zinc, cemento, tamal o 10, 20 o 50 mil pesos; nuestro reto es hacer de la política un espacio de encuentro, de debate, de argumentos, de unidad y de construcción de país, hacerlo es contrarrestar la politiquería que por años se ha mantenido en el poder de este país.
Queremos seguir sembrando MAIS, pero del propio, de ese que nace de la tierra negra y fértil; de ese que crece frondoso en los valles, sábanas y montañas para alimentar la vida.