Por: Óscar David Montero De La Rosa
Una vez más los rostros y rastros de la Tierra caminan la palabra, una vez más llegan a decirle al país, al gobierno y al Estado en su conjunto que cuenten con los pueblos indígenas para la paz, nunca para la guerra, ese ha sido el mandato desde el origen de los territorios, de los pueblos y de nuestros padres y madres espirituales.
No renunciaremos a nuestro derecho a movilizarnos, a “minguear”, esa ha sido nuestra memoria, nuestra historia. Somos caminantes de la paz, caminamos selvas, llanos, montañas y desiertos y el 27 de septiembre caminamos con nuestras banderas, himnos y dignidad sobre el asfalto que se ha sobrepuesto sobre el territorio ancestral de nuestros hermanos muiscas.
Niños, jóvenes, mujeres, mayores y mayoras en un solo andar bajo la guía de nuestra espiritualidad paso a paso sembramos vida, esperanza y paz.
Esta es una Minga lunar, una Minga en donde se renueva el tiempo de la luna, donde el llamado de los ancestros es juntarnos todas y todos por un solo propósito: respaldar las apuestas estructurales para lograr que Colombia sea una potencia mundial de la vida.
1: Radicación Ley de Víctimas
En un solo tejido de vida el movimiento indígena colombiano en conjunto se moviliza: Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonia Colombiana (OPIAC), Confederación Indígena Tayrona (CIT), Movimiento de Autoridades Indígenas de Colombia (AICO), Autoridades Indígenas del Sur-Occidente (AISO) y Autoridades Indígenas de Colombia-Gobierno Mayor (GM), en una sola voz quienes tienen asiento en los máximos escenarios de diálogo y concertación como son la: Mesa Permanente de Concertación con los Pueblos Indígenas y Organizaciones Indígenas (MPC), en la Comisión Nacional de Territorios Indígenas (CNTI), la Comisión Nacional de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas (CNDDHHPI) y la Comisión Nacional de Mujeres Indígenas (CNMI). Como un solo gobierno autónomo y ancestral, venimos a conversar de gobierno a gobierno, venimos a una celebración por y para la vida.
Somos conscientes que el cambio cuesta, que el cambio no es fácil y que al cambio es al que le apostamos. Seguimos luchando, seguimos resistiendo y ni de día, ni de noche nos hemos detenido en la lucha para poder vivir en paz.
Seguiremos en la tarea de seguir sembrando la semilla del cambio, y en ese cambio los pueblos indígenas no podemos quedar por fuera. Al gobierno que apoyamos le venimos a reiterar nuestra palabra, pero de igual manera le venimos a decir que los pueblos indígenas denunciamos que no puede haber más asesinatos, desplazamiento, confinamiento y desaparición contra nuestra gente.
Venimos de lejos, hemos cruzado ríos, mares y montañas para decirle a los armados que cesen ya la violencia en nuestros territorios, no más víctimas en el país. La paz total debe ser un hecho para los y las colombianas.
Como víctimas históricas de estas violencias de larga duración no dejaremos de caminar, con el sudor en los rostros bajando por nuestras mejillas, como los ríos que bajan de los nevados. Bajo los rayos del sol y en la multitud de la diversidad, el mensaje que traemos es: aquí no elegimos a personas, aquí elegimos la esperanza, la paz y lo sagrado de mantener la vida.
La Minga legisla en las calles, la Minga mandata en los territorios, la Minga camina la palabra de vida: La Minga Indígena es alegría, es vida, es color, es danza y es canto. Es sabiduría milenaria que como el viento va y viene refrescando nuestras luchas.
Aquí estamos y aquí nos quedamos, el sol y la lluvia son nuestra fuerza, aquí estamos los hijos e hijas de la Colombia olvidada, pero de la Colombia que grita una vez más transformaciones reales para vivir. Sin miedo y con la frente en alto con la fuerza que nos da la madre Tierra hacemos presencia en este río de la familia extensa que entre risas, abrazos y saludos nos reencontramos para seguir caminando la paz, esa que sin descanso defenderemos en campos y ciudades.
¡Este escrito no es solo mío, este escrito es el tejido de las voces y los pasos que hoy caminan por la vida! ¡Aquí no solo estamos los indígenas, aquí está toda la Colombia diversa, rural, urbana, étnica, campesina, toda la Colombia que le apuesta a la transformación del país!